Autor:
José Reyez
En el gobierno de López Obrador, la CIA continúa con sus operaciones encubiertas y clandestinas en México –recabando información sensible y haciendo espionaje– para preservar los intereses de Estados Unidos, aseguran expertos en inteligencia y seguridad nacional.
El gobierno de la llamada “cuarta
transformación” apenas afina sus estrategias de seguridad –con la
creación de la Guardia Nacional– y de inteligencia –con el Centro
Nacional de Inteligencia–, pero la Agencia Central de Inteligencia (CIA)
mantiene sus operaciones clandestinas en territorio mexicano para darle
continuidad a la agenda de riesgos y amenazas a la seguridad de Estados
Unidos y proteger sus intereses, consideran expertos.
Desde su fundación, en 1950, la Agencia
ha operado en México con diferentes “argumentos”. Ahora, con el pretexto
del combate a grupos terroristas que pudieran ingresar por la frontera
común, recaba información sensible mediante agentes encubiertos,
refieren especialistas consultados.
“La CIA va a seguir trabajando desde
aquí y desde allá con su estrategia de tener la información más
importante y relevante lo más rápido posible, que necesita el gobierno
de Estados Unidos para la toma de decisiones”, advierte en entrevista
con Contralínea Mohamed Badine El Yattioui, doctor en ciencias políticas y relaciones internacionales por la Universidad Lyon III de Francia.
El profesor visitante del Departamento
de Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la Universidad de
las Américas Puebla señala que el problema del gobierno de Andrés Manuel
López Obrador es que carece de una estrategia clara de lo que quiere
hacer en materia de inteligencia y “no puede prohibir a los demás hacer
otras cosas”, sin advertir que a “corto plazo Donald Trump tiene una
estrategia muy clara que no conviene a México”.
Y agrega que “el presidente no es muy
claro respecto a lo que quiere hacer a nivel bilateral en cooperación
real en materia de seguridad, que lleva varias décadas y que es muy
difícil que funcione bien sin que se comparta información, capacitación
en inteligencia y seguridad nacional”.
Por su parte, Yadira Gálvez Salvador,
doctora en ciencias políticas por la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM), señala que no hay certidumbre sobre el futuro del sistema
de inteligencia de López Obrador y de cómo van a operar con las
agencias internacionales (como las estadunidenses CIA, Oficina Federal
de Investigaciones y Agencia Antidrogas), cuyos objetivos y metas sí
están bien definidos.
La académica dice a Contralínea
que “la relación con Estados Unidos se ha basado mucho en la confianza
interpersonal no sólo de las agencias de inteligencia, sino de todos los
organismos de seguridad, en general, desde que inició la Iniciativa
Mérida y se profundizó la cooperación entre los cuerpos seguridad de
ambas naciones”.
Para Gálvez Salvador, actualmente hay
poca información de lo que está pensando en el gobierno de López Obrador
respecto a la relación en general con Estados Unidos. “Hay una parte
que trabaja en la colaboración para atender el tráfico ilícito de
organizaciones criminales, pero no hay claridad de hasta dónde llegan
los alcances de esa relación, hay mucha incertidumbre”.
En contrapartida, Gerardo Sánchez de
Lara, maestro en políticas públicas comparadas por la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), asegura en entrevista que
es muy intensa la relación del gobierno mexicano con las agencias de
inteligencia de Estados Unidos en materia de inteligencia y seguridad
nacional.
“Todos los Estados hacen espionaje y más
allá de que el Cisen [Centro de Investigación y Seguridad Nacional] era
responsable de evitar que se hiciera espionaje, estaba dedicado más al
contraespionaje, lo interesante es que la cooperación entre las 16
agencias de inteligencia de Estados Unidos con México, es sumamente
fluido.”
El experto en seguridad indica que, con
el cambio de gobierno en México, “a pesar de que hubo un cambio de
geometría política de centro derecha a izquierda, la cooperación se
mantiene al más alto nivel. Todas las agencias de Estados Unidos en
México tienen muy buena comunicación, muy buen diálogo, muy respetuoso,
con las agencias mexicanas”.
En el tema de inteligencia, la doctora
Gálvez Salvador observa que, a la fecha, no se sabe cómo van a trabajar
conjuntamente el Centro Nacional de Inteligencia (antes Cisen) con las
áreas de inteligencia militar de las secretarías de la Defensa Nacional y
de la Marina Armada de México.
La académica de la UNAM detalla que “hay
un pendiente desde el periodo de [Viente] Fox a la fecha porque todas
las estructuras quedaron prácticamente intocadas y el régimen priísta
utilizó al Cisen, se sobrepuso la inteligencia civil a la inteligencia
militar, por lo que poco se sabe de qué están haciendo los aparatos de
seguridad e inteligencia nacional que acompañan la lucha contra la
delincuencia organizada”.
Las operaciones de la CIA
De acuerdo con el Manual de Análisis de la Dirección de Inteligencia de la CIA –extracto del documento Notas sobre herramientas analíticas,
elaborado por la Agencia estadunidense entre 1995 y 1998–, ésta es
responsable de proveer de información valiosa al presidente de Estados
Unidos y a políticos cuyo principal interés se centra en amenazas y
oportunidades a largo plazo, y de peligros y objetivos de alto impacto.
El documento al que Contralínea
tuvo acceso detalla como valores que deben seguir los analistas y
personal de campo de la CIA “amenazas a los intereses de Estados Unidos,
especialmente eventos inesperados que puedan requerir una reacción de
este país”.
Y agrega que deben enfocarse en
descubrir “los motivos, objetivos, fuerzas y vulnerabilidades de los
adversarios, aliados y otros actores involucrados; las fuentes directas e
indirectas de influencia sobre actores y eventos externos; las
alternativas tácticas para avanzar en el logro de los objetivos
estadunidenses”.
Para ello, los analistas de la CIA deben
procesar información de inteligencia única, exclusiva y clasificada que
circula entre un pequeño número de funcionarios claves, quienes
“necesitan ayuda para comprender el contexto y carácter de la
inteligencia recolectada en forma clandestina y por fuentes especiales”,
en países considerados como riesgos por el gobierno estadunidense.
El manual señala que cuando Estados
Unidos corre un alto riesgo y los posibles resultados alternativos están
en un rango del 20 por ciento o más, las secciones de prospectiva de la
CIA deben identificar los factores que podrían provocar sucesos
inesperados, señales de cambio y acontecimientos que pudieran generar un
cambio de dirección de los acontecimientos.
Aclara que en asuntos de seguridad
nacional (por ejemplo, intenciones militares de adversarios), los
analistas deben apoyar a los tomadores de decisiones en la planificación
de contingencias, al contemplar factores que pueden tener influencia
sobre eventos subsecuentes, valorar su importancia y relacionarlos en
rango de resultados posibles.
En caso de circunstancias difíciles, el
documento establece la formación de equipos de producción analítica,
para manejo de crisis existente o en potencia; para negociaciones
bilaterales, incluye supervisión de tácticas de adversarios, tablas de
evaluaciones de costo-beneficio que contienen tácticas alternativas para
lograr objetivos.
Los objetivos de CIA
Las informaciones, perspectivas y
acciones de la CIA proveen consistentemente al gobierno de Estados
Unidos información táctica y estratégica. Anticipan atentados y
adelantan los objetivos de seguridad nacional del país vecino, recabando
la inteligencia relevante, haciendo análisis objetivos de todas las
fuentes; llevando a cabo acciones encubiertas efectivas bajo la
dirección del presidente, y salvaguardando los secretos que mantendrán a
esa nación segura.
Entre sus retos clave están:
-Cerrar brechas de inteligencia con una
mejor colección y análisis de cada país, personalidades no
gubernamentales y asuntos de suma importancia para el presidente y para
el equipo principal de seguridad nacional.
-Cumplir con la misión global de dar a
sus clientes la ventaja en la toma de decisión al confrontarse con un
volumen y diversidad de asuntos globales sin precedente que afectan los
intereses de Estados Unidos.
-Impulsar los avances tecnológicos para
mejorar el rendimiento en todas las áreas de la misión (compilación,
análisis, acción encubierta y contraterrorismo) al mismo tiempo que
protejan la seguridad de su información, las operaciones y a los
oficiales de la amenaza tecnológica.
– Mejorar las formas con las que atraen,
forman y retienen el talento para maximizar el potencial de cada
oficial para contribuir al logro de la misión.
-Mejorar la administración de los recursos de la Agencia durante un periodo de austeridad fiscal.
-Ser la primera línea de defensa de la
nación. Cumplir aquello que otros no pueden e ir donde otros no pueden.
Llevar a cabo la recolección de información que revela los planes,
intenciones y capacidades de nuestros adversarios y provee la base para
la decisión y acción; la producción de un análisis oportuno que provee
una visión, una alerta y una oportunidad al presidente y los encargados
de la toma de decisiones, de proteger y adelantarse a los intereses de
Estados Unidos; y la conducción de acción cubierta bajo la dirección del
presidente para evitar amenazas o lograr los objetivos de las políticas
de Estados Unidos.
*Fuente: https://www.cia.gov/es
Inteligencia y Guardia Nacional
La falta de estrategia integral en el
gobierno de Andrés Manuel López Obrador coloca a México en una situación
vulnerable, en un momento crucial por la creación de la Guardia
Nacional. Y es que este contexto representa un riesgo y un reto
histórico: el fracaso de la Guardia conduciría al caos social en puntos
neurálgicos del país, considera el investigador Mohamed Badine El
Yattioui.
Advierte que otro riesgo es que la
Agencia Nacional de Inteligencia busca otra opción distinta al espionaje
político que realizaba el Centro de Investigación y Seguridad Nacional,
pero sin saber cuál es la más importante para México en materia de
inteligencia para la seguridad nacional.
El investigador de la Universidad de las
Américas Puebla señala que la inteligencia es un tema clave para
intentar reducir la violencia del crimen organizado y los problemas de
seguridad del país, en la que hay dos elementos sustanciales que se
deben tomar en cuenta, como el discurso y la realidad política y social
del presidente López Obrador.
Crimen organizado y narcotráfico son en
conjunto un problema –más que bilateral– regional y mundial, y la
incógnita es cómo Estados Unidos está instrumentando su agenda con
México, país que cada sexenio cambia de estrategia para combatir este
flagelo, con lo cual el vecino país está logrando a largo plazo imponer
su agenda, señala.
Para el catedrático Mohamed Badine El
Yattioui, el otro problema es la falta de coordinación a nivel doméstico
entre el gobierno federal y los gobiernos estatales, que en algunas
partes del país viven en autonomía; lo que genera más violencia y crimen
en agravio de los ciudadanos.
Ni guerra civil, ni golpe de Estado ni
ultraderecha al poder figuran entre las opciones en caso de que fracase
la cruzada de López Obrador contra el crimen organizado con la Guardia
Nacional, sino una crisis generalizada en algunos estados de la
República, en donde el gobierno federal no va a tener ningún papel
relevante, vaticina.
“Ahora hay zonas en donde no se puede
intervenir y el riesgo es que si la Guardia Nacional fracasa, sobre todo
en materia de derechos humanos y de coordinación y operación, el gran
riesgo es que habrá un país sin perspectivas”. Por ello, indica, urge
definir una estrategia no para 6 años.
Un acuerdo entre los principales
partidos políticos, considera, podría derivar en una estrategia de largo
plazo: de 15, 20 años; así como una mejor coordinación entre las
agencias en materia de seguridad, sin crear otras sino hacer funcionar
las que existen y definir en materia de política exterior los objetivos
con América Central y el Caribe.
Por su parte, Gerardo Sánchez de Lara,
especialista en seguridad nacional, afirma que han fracasado las
instituciones civiles y militares en materia de seguridad y el Estado en
conjunto, y quienes van ganando la batalla son los grupos de la
delincuencia organizada.
“Estamos viviendo el año más violento de
la historia reciente del país (2018) y probablemente 2019 sea más
violento que el año precedente porque las instituciones del Estado
mexicano son débiles y están mal coordinadas.”
El experto agrega que el tiempo juzgará
si los responsables actuales de la seguridad pública del país harán bien
su labor, y reconoce que el gran problema del proyecto de seguridad
nacional es que no se ve realmente cuál es la trayectoria de adónde
quiere llegar. “El gran anuncio fue la creación de la Guardia Nacional,
pero nadie entiende cuál es el objetivo, cómo se va a diseñar, cómo va a
funcionar como política pública”.
La Guardia Nacional es una aspiración de
tener una policía de corte nacional, de la que carece México, con 30
mil policía operativos de la Policía Federal no alcanzan a proteger a
140 millones de habitantes en 32 estados, y la única manera que se tiene
de confluir esa aspiración es a través de la coordinación entre
autoridades civiles y militares para el reclutamiento y adiestramiento
en la primera fase, y después ponerla en ejecución.
Hay un desafío de las capacidades de las
policías que están rebasadas ante el crecimiento de la criminalidad y
de cómo se está enfrentando el fenómeno criminal común y organizado,
dice la doctora Yadira Gálvez.
“La estrategia no ha funcionado, las
Fuerzas Armadas están al máximo en su compromiso para enfrentarlo y no
ha sido suficiente su participación sistemática en 12 años, primero en
operaciones quirúrgicas y luego para ampliar el espectro de seguridad
pública ante la falta de instituciones policiales con nivel de fuerza y
de fuego; de tal suerte que el problema es de los civiles que han
decidido usar a las Fuerzas Armadas en estas tareas.”
Gávez considera que el reto es
consolidar un cuerpo real, civil capacitado; eso sólo se logrará en el
largo plazo, “porque juntar policías, militares, marinos y federales
conlleva doctrina, mando militar, pero es difícil prever el futuro de
la Guardia Nacional como golpe reactivo”.
José Réyez
[INVESTIGACIÓN][SEGURIDAD][SEMANA][D]
No hay comentarios.:
Publicar un comentario