El inicio de actividades de la Guardia Nacional (GN) sin
tener aún protocolos de uso de la fuerza ni leyes secundarias parece ser
una acción mediática para dar una impresión de efectividad en la lucha
contra la delincuencia, pero sin que estén realmente dadas las
condiciones para ello, advirtió Édgar Cortez, integrante del Instituto
Mexicano de Derechos Humanos y Democracia.
No esperaría nada espectacular de la GN, porque en realidad es un organismo sin novedades que va a seguir haciendo los mismos operativos, pero con la deficiencia de no tener una ley orgánica ni facultades claras, aseveró.
De acuerdo con Cortez, resulta extraño e innecesario que el
presidente Andrés Manuel López Obrador haya echado a andar la GN en vez
de darse el tiempo necesario para conformarla adecuadamente y mientras
tanto utilizar el Ejército y la Marina para tareas de seguridad pública,
lo cual de por sí ya ocurría.
El jefe del Ejecutivo
realiza acciones que suenan más de apariencia que de desarrollo efectivo, y evidentemente, si sigues haciendo lo mismo, no esperes resultados distintos. Los riesgos de abusos, malos tratos y detenciones arbitrarias ahí están, porque la GN no ha pasado por un proceso de formación distinto (del militar).
Al preguntarle sobre la afirmación de López Obrador de que la GN será
uno de los elementos para reducir los índices de violencia en seis
meses, el investigador consideró que esos dichos no tienen sustento,
porque los efectivos de ese agrupamiento
no tienen protocolos, capacitación ni reglas claras, incluso para ellos mismos. Su marco jurídico no existe.
Cortez subrayó que la entrada en vigor de la GN en Minatitlán –donde
hace unos días fueron asesinadas 13 personas, incluyendo un niño de
apenas un año de edad–
es básicamente la reacción histórica de los políticos: hay un hecho grave y dramático y se hacen acciones para aparentar dar una solución, sin que realmente lo sea.
Fernando Camacho Servín
Periódico La Jornada
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