Enrique Calderón Alzati
A lo largo de su historia la especie
humana ha hecho uso de la energía para alimentarse, para moverse y para
crear objetos útiles para su subsistencia, aun sin saber que estaba
haciendo uso de ella y sin comprender que el fuego, el viento y la
corriente de los ríos no eran otra cosa que expresiones diferentes de la
energía, pensando que eran más bien regalos de los dioses, uno de los
cuales, sino el principal era el Sol. Su curiosidad innata les llevó
pronto a aprovechar estos regalos para poblar el planeta, desarrollando e
inventando formas cada vez más eficientes para su aprovechamiento. Fue
así como surgieron las velas cuyo desarrollo hizo posible la navegación
marítima y con ello el traslado y la distribución de enormes cantidades
de materiales útiles para alimentar naciones enteras. De manera similar
los molinos de viento con sus grandes aspas comenzaron a ser utilizados
para la producción del azúcar y de la harina a partir de los cereales,
mientras el fuego era utilizado para la preparación de alimentos, así
como para el cocimiento de objetos de barro útiles para la construcción.
Durante los pasados siglos, la importancia del carbón como fuente
generadora de energía hicieron posible la creación de máquinas capaces
de multiplicar la capacidad humana para elaborar todo tipo de telas y
objetos útiles, que permitieron mejorar los niveles de vida de un número
creciente de países y revolucionar la transportación de materiales y
personas transformando la vida de un buen número de naciones; los altos
niveles de contaminación y la baja eficiencia de las máquinas movidas
por el carbón llevó a los seres humanos a desarrollar el nuevo tipo de
máquinas de combustión interna, utilizando el petróleo y sus derivados,
generando una nueva transformación total del planeta durante el siglo
XX, dando al mismo tiempo lugar a un nivel de violencia y destrucción
inéditos que culminaron con dos guerras mundiales, seguidas de otras
guerras aún más violentas, cuyo origen ha estado en casi todos los casos
relacionado con la existencia de petróleo en el subsuelo de algunas
regiones y por la falta del mismo en otras.
Con una inmensa riqueza petrolera, nuestro país ha sido objeto de
presiones y conflictos políticos y económicos hasta este día y
seguramente lo seguirá siendo en las décadas siguientes, aunque
ciertamente no ha sido la única fuente de energía utilizada por nuestro
país. De hecho durante más de siete décadas, la energía eléctrica
generada en plantas hidroeléctricas además de la nucleoeléctrica de
Laguna Verde, nos ha permitido contar con luz en nuestras ciudades,
utilizar una gran diversidad de aparatos en nuestros hogares y alimentar
la maquinaria de las fábricas que producen desde alimentos hasta
automóviles, camiones y maquinaria pesada; aunque el consumo de petróleo
sigue creciendo en el transporte urbano e interurbano, a partir de la
utilización de un número cada vez mayor de vehículos, mientras en los
países desarrollados se hacen grandes esfuerzos para fabricar autos y
máquinas industriales movidos con electricidad, previendo el próximo
agotamiento (estimado para 2050) de los yacimientos de petróleo
existentes en el planeta y con el objetivo adicional de reducir los
niveles de contaminación atmosférica.
Si bien, en los pasados años y hasta ahora se han realizado
importantes desarrollos tecnológicos para aprovechar la energía del
viento, cada vez se hace más claro que la principal fuente de energía
del futuro serán las radiaciones solares, existiendo por ahora dos
posibles variantes para su generación: El primero relacionado con los
paneles solares utilizados profusamente en las luminarias urbanas y para
la energía eléctrica de uso doméstico, y el segundo que se basa en la
generación de energía térmica que es captada en tubos metálicos, que
transportan aceites capaces de alcanzar temperaturas cercanas a los 500
grados centígrados, los cuales son utilizadas para generar electricidad
mediante turbinas de vapor, la cual es utilizada para mover la industria
y el transporte de las grandes ciudades de la actualidad, estimándose
que en 30 o 40 años, ésta será la fuente de energía que cubrirá más del
90 por ciento de las necesidades totales del planeta.
Hasta el día de hoy, han sido pocos los casos en que científicos y
técnicos mexicanos han sido capaces de realizar descubrimientos y
desarrollos tecnológicos de alcance mundial, manteniéndonos como una
nación periférica acostumbrada a adquirir los avances tecnológicos en
otras naciones más desarrolladas que la nuestra, lo cual se ha debido no
a la incapacidad de nuestros técnicos y científicos, sino a la falta de
visión y el afán de enriquecimiento de los sucesivos equipos de
gobierno de corte neoliberal, que han preferido comprar las innovaciones
tecnológicas extranjeras, a financiar los proyectos científicos y
tecnológicos que saben necesarios para el desarrollo futuro de nuestro
país y para disminuir los niveles de dependencia tecnológica que hoy
tenemos prácticamente en todo el espectro tecnológico, que nos impiden
infundir confianza en la capacidad de nuestros propios recursos humanos,
siendo esta área de las centrales generadoras de energía solar, un
campo en el que debiéramos participar con decisión, dando un voto de
confianza a nuestros técnicos y científicos en este campo estratégico de
la generación de energía eléctrica, mediante el diseño y la fabricación
de plantas termosolares pensando que hoy tenemos tiempo para lograr un
éxito de la mayor importancia para el futuro de nuestro país.
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