El
pasado fin de semana y el inicio de ésta fueron ricos en adhesiones y
apoyos a la precandidatura de Andrés Manuel López Obrador. Comenzó con
el retiro de medio millón de afiliados del Partido de la Revolución
Democrática en el estado de México, provenientes del Movimiento Nacional
por la Esperanza y su compromiso con la precampaña del tabasqueño de
Macuspana.
Continuó con la
incorporación de la senadora Gabriela Cuevas, veterana militante de
Acción Nacional y crítica acérrima de López Obrador en 2005, pues ahora
“Mi propósito es persistir en la lucha por una democracia más justa y
libre en nuestro país. Hoy es tiempo de reconciliación, inclusión,
libertades y pluralismo”. La dirigencia del PAN la descalificó porque
abandonó sus filas al no “garantizarle una diputación plurinominal”.
El
lunes 22, René Fujiwara, exdiputado federal y nieto de la antes
lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Elba
Esther Gordillo, manifestó su respaldo al precandidato de la coalición
Juntos Haremos Historia, porque es la “única opción que realmente
representa una alternativa” y la “última oportunidad para que el país
retome el rumbo de manera ordenada y pacífica”.
El
mismo día, 26 organizaciones campesinas que integran el movimiento Plan
de Ayala Siglo XXI expresaron su apoyo y presentaron a la presidenta
del Movimiento Regeneración Nacional, Yeidckol Polevnski, 13 puntos para
rescatar el agro. Entre ellos están reconocer el trabajo de 2.5
millones de jornaleros del sector, una política de ingresos rurales y
recuperar la soberanía alimentaria. Y la propuesta del biotecnólogo
Víctor Villalobos para ocupar la Secretaría de Agricultura.
Bajo
el argumento de que “La patria es primero. Juntos haremos historia”,
AMLO dio la bienvenida a Cuevas Barrón y a Cuauhtémoc Blanco, alcalde de
Cuernavaca, nativo de Azcapotzalco, Ciudad de México, y quien con el
padrinazgo de Encuentro Social busca la candidatura a gobernador de
Morelos.
Por supuesto que
las adhesiones de tipo social pasaron a un tercer plano, y los apoyos de
políticos y las contradicciones que en sí mismas encierran, es lo que
ocupa la atención mediática, sobre todo hoy que Obrador afirma que se
reserva “el derecho de admisión” en los casos de Carlos Salinas, Felipe
Calderón y Vicente Fox, de tal suerte que la apertura de Morena es
prácticamente ilimitada, a pesar de los 15 puntos porcentuales de
ventaja que según AMLO tiene. Y no la justifica lo que Lorenzo Meyer
llama la “última oportunidad”.
Con
Perogrullo por delante, las elecciones se ganan con votos y dinero,
mucho dinero para campañas y comprar votos, como lo ilustran los casos
de Alfredo del Mazo, junio de 2017, y Enrique Peña, julio de 2012. Sólo
que si para obtener ambos medios indispensables no se fijan límites a la
sexenal cargada –“no es algo pero tampoco es alguien, sino la suma de
ambas cosas. Es el carnaval de adulación en torno al delfín en
campaña”–, el Proyecto 18, de por sí limitado de acuerdo a sus
críticos, puede resultar el gran perdedor, esto es el espíritu y el
alcance de la renovación democrática de México, que no implica el cambio
de modelo económico, sino sólo el achatamiento de las aristas más
filosas del capitalismo salvaje.
Es
sabido que en política casi todos los apoyos es preciso pagarlos y que
finalmente son los electores los afectados al no poderse cumplir los
compromisos contraídos por los candidatos presidenciales, de por sí
acotados por los poderes fácticos y también los institucionales, en ese
orden.
Acuse de recibo
Para Elvira Concheiro Bórquez “Ciertamente eso de ‘populismo’ da para cualquier cosa, pero parece que HRW estuviera refiriéndose al populismo de Trump, es decir, a ese proto fascismo de una parte poderosa del capital mundial, misógino y racista, que tiene por enemigos a los migrantes... No lo he leído, pero por lo que transcribes pudiera ser ¿no?” (HRW y los “populistas”, 22-I-18)… “Desde hace añísimos, casi desde su fundación, todos los defensores/promotores de derechos humanos serios y bona fide, sabemos que Human Rights Watch fue creada como el brazo ‘derechohumanista’ del imperio estadunidense; es como la ‘ONG’ USAID, que durante los 70 y 80 del siglo pasado proveía de anticonceptivos a las obreras de las maquiladoras en la frontera con EUA para que no se embarazaran y siguieran siendo productivas (…)” Lo anterior y más afirma Laura Cervantes… Jesús José Bautista puntualiza: “Con base en diversas lecturas y testimonios, desde siempre he sostenido que HRW es una de las organizaciones camufladas bajo el acrónimo de ONG, con el cual esconde su lado oscuro. Por lo tanto, no me sorprenden las acciones y posiciones de un colectivo financiado por la Fundación Soros, Fundación Ford, Citigroup y grandes corporaciones transnacionales promotoras de las ‘sociedades abiertas’ (…)” En Forum: Honduras, FMI y las sombras del fraude y represión (Javier Suazo); La ONU, Cuba y los derechos humanos (Antonio Gómez):
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