Antonio Gershenson
Tal parece que lo
que persiguen los candidatos más conocidos no es, ante todo, el triunfo
de sus principios o de un programa de interés de la gran mayoría, sino
ganar los mayores
huesosposibles, en primer lugar la Presidencia.
Bueno, del precandidato del PRI en el gobierno, José Antonio Meade,
no digamos. Sería una continuación del desastre que ese partid y en
especial el actual gobierno, ha traído a México.
El candidato del PAN, Ricardo Anaya, con el apoyo también del PRD,
que algún día fue de izquierda y ahora apoya a ese mismo candidato de
derecha, y un tercer partido, pequeño, ligado a ellos. A cambio de esa
coalición, lo más visible es que el PAN apoya a la candidata del PRD
para la Ciudad de México. Se negociaron los posibles
huesos.
El tercer candidato es Andrés Manuel López Obrador, también conocido por sus iniciales, AMLO.
En el periódico El Financiero, en el artículo La guerra por el segundo lugar,
del pasado jueves 18, página 34, se publicaron resultados de una
reciente encuesta, en cuanto a los votos que se esperan para los tres
mencionados. Se señala que este resultado es después de más de 12
sondeos de preferencia. A Anaya del PAN y asociados, le toca 21 por
ciento de los votantes.
A Meade, futuro candidato del PRI y mini-asociados, le alcanzó para
20 por ciento de los sufragios. Y a AMLO, de Morena y socios, le
correspondió 32 por ciento del total. Conforme a la ley y a la
Constitución mexicanas, gana el partido o asociación o candidato que
tenga más votos. Esto fue porque el PRI mantenía la Presidencia por
mucho tiempo sin tener más de la mitad de los votos.
En el artículo antes mencionado, el autor da por hecho que AMLO y
Morena van a tener el primer lugar. Por esa razón su trabajo se refiere a
la guerra por el segundo lugar que las otras dos coaliciones, la del
PRI-Movimiento Ciudadano y la del PAN-PRD ya están llevando a cabo.
En el ánimo de tener más votos, ya vimos que el PRI y el PAN
se aliaron con cualquiera, claro, bajo sus candidatos presidenciales
respectivos. Pero al mismo tiempo hay
alianzasde Morena, con la aceptación de apoyos
con premio, pero que han despertado el descontento incluso de integrantes de su partido.
Procedente del PAN, Tatiana Clouthier, hija de quien fuera candidato
presidencial de este mismo partido y durante largo tiempo miembro suyo.
Es del Tec de Monterrey y de la Universidad Autónoma de Nuevo León,
tradicionalmente derechistas. Ella coordinará la campaña electoral de
quien la nombró, AMLO. Hay otros nombramientos y alianzas que han
despertado el descontento de varios de sus seguidores.
Dentro de lo que debería estar en el programa para el proceso
electoral y el futuro gobierno del ganador, se encuentra la reversión de
la llamada
reforma energéticadel gobierno actual. En realidad, es la gradual desnacionalización y entrega del petróleo (incluido el gas). Y varias organizaciones, incluidas las asociaciones progresistas relacionadas con el petróleo, están contra esta falsa reforma, en realidad contrarreforma. Se propone en todos los casos que ésta se eche atrás.
Ninguno de los candidatos que hemos mencionado lo plantea. Debemos de luchar porque ese criminal retroceso se derogue.
El 18 de marzo próximo se cumplen 80 años de la expropiación
petrolera. Será una buena fecha para avanzar y rescatar plenamente esa
expropiación, que ahora está siendo revertida.
El hecho de que candidatos a la Presidencia den preferencia a esos
puestos políticos sobre los principios y sobre el programa que los
represente y el que votemos por el menos peor no quiere decir que
nosotros dejemos de sostener a esos principios y a ese programa como lo
más importante.
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