Por mucho tiempo los michoacanos recordarán
al gobierno de Silvano Aureoles Conejo. Pocos ejemplos habrá para
compararlo con otros mandatarios, incluso de otras entidades de la
República. Apenas a la mitad de su periodo, ya es legendaria su aversión
–que raya en enfermedad– al sector educativo y su proclividad a
reprimir cualquier protesta de estudiantes, normalistas y profesores
(principalmente, aunque tampoco se hace mucho del rogar para mandar
golpear a médicos, campesinos y otros movimientos sociales).
En su lógica elemental, considera que sólo hace su trabajo. Es decir,
cumple la encomienda de quienes lo encumbraron en el máximo cargo
público del estado. Trasnacionales, oligarcas locales y gobierno federal
le entregaron el gobierno a cambio de “apaciguar” a un estado con una
sociedad vibrante, con pueblos indígenas fuertes, maestros comprometidos
con sus comunidades y con pueblos enteros que se defiende de la
violencia criminal y oficial.
Las movilizaciones de maestros en Michoacán obedecen a que el
gobierno del estado ha estado reteniendo los salarios de los
trabajadores como medida represiva contra quienes luchan contra la
imposición de la llamada “reforma educativa”.
Luego de gestionar el pago de los salarios y de buscar
infructuosamente el diálogo con el gobierno estatal, los integrantes del
magisterio democrático iniciaron una semana de movilizaciones.
El saldo es de decenas de maestros detenidos –siempre con una
violencia injustificada– y un número indeterminado de heridos. El lunes
22, por la mañana, fueron detenidos 28 personas en la ciudad capital de
Morelia. El martes, fueron apresados otros nueve en la misma ciudad.
Para el miércoles, al mediodía, se registraron otras cuatro
aprehensiones en la capital, cuatro en Maravatío, una en Puriandiro y
tres en Zitácuaro.
El jueves –al momento en que se redactan estas líneas– se ha saldado
con otros cinco detenidos en Morelia, cuatro en Pátzcuaro y tres
hospitalizados en el Puerto Lázaro Cárdenas.
La indignación de organizaciones sociales de todo el país y de otras
latitudes provocó que fueran liberadas las 28 personas que habían sido
detenidas el lunes.
La retención de salarios no es, ni de lejos, la única demanda de los
maestros. Probablemente, incluso, no sea la de mayor peso. El desastre
en materia educativa en que ha sumido a Michoacán el gobernador Silvano
Aureoles tiene varias aristas. Suman 27 las demandas planteadas por el
magisterio al gobernador. El desdén de Aureoles ya provocó una crisis
que, a pesar de la voluntad de los maestros por resolverla, no acabará
fácilmente.
La mesa de negociación entre los profesores y el gobierno del estado
se reunió por última vez el pasado 11 de septiembre. Por la Comisión
Negociadora de la Sección 18, acudieron la Secretaría General más un
coordinador de cada región de la entidad. La parte gubernamental estuvo
encabezada por el propio gobernador, Aureoles Conejo; el secretario de
Educación, Alberto Frutis Solís; el secretario de Gobierno, Adrián
López Solís, y el secretario de Finanzas, Carlos Maldonado Mendoza.
Entre las demandas, además de reactivar el pago de salarios, destacan
los casos de 17 bajas irregulares ejercidas contra profesores; los
casos de 857 maestros que habían sido dados de baja “momentáneamente”;
el pago a 213 eventuales; la actualización de los pagos a 509 maestros;
la certificación de 35 mil maestros; la impresión de libros de texto
para los alumnos; la descompactación de 240 claves; el pago de cuatro
bonos pendientes para todos los maestros; reanudar el proceso de
contratación de las generaciones 2015, 2016 y 2017; la dotación de 25
vehículos para el trabajo docente; la atención médica en hospitales del
Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del
Estado o del Instituto Mexicano del Seguro Social; completar el pago de
seguro de gastos médicos para los maestros; resolver el problema de
cobros indebidos por créditos para vivienda; pagar la deuda que el
gobierno del estado tiene con los maestros jubilados…
Muchas de estas demandas ya habían sido aceptadas por el gobierno de
Silvano Aureoles y acordadas las soluciones por ambas partes. Como en
otras ocasiones, el gobernador creyó que podía incumplir y humillar a
los michoacanos.
Como siempre, la mayoría de los medios de la entidad se han dedicado a
criminalizar la protesta, a ocultar las demandas y las razones de los
activistas y a justificar las medidas del señor gobernador. Pero ya no
es tan fácil esconder a un gobierno represor. La indignación ha
provocado exhortos al gobierno mexicano y al de Michoacán desde
Argentina, Colombia, España, Estados Unidos, Suiza, Venezuela, Ecuador,
Bolivia, Palestina, Guatemala y las 32 entidades de la República
Mexicana.
Como decíamos, Silvano cree que sólo está haciendo lo que le
asignaron sus patrones. Y piensa que por ello lo van a premiar. Erra por
completo. Su incapacidad política y su violencia tienen al estado a un
paso del estallido social. Y eso ya ha puesto nerviosos a quienes lo
mandan.
Zósimo Camacho
[BLOQUE: OPINIÓN][SECIÓN: ZONA CERO]
Contralínea 575 / del 29 de Enero al 03 de Febrero 2018
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