2009-03-27
Según la ideología dominante, todo el mundo quiere vivir mejor y disfrutar de una mejor calidad de vida. De modo general asocia esta calidad de vida al Producto Interior Bruto de cada país. El PIB representa todas las riquezas materiales que produce un país. Entonces, de acuerdo con este criterio, los países mejor situados son Estados Unidos, seguido de Japón, Alemania, Suecia y otros. El PIB es una medida inventada por el capitalismo para estimular la producción creciente de bienes materiales de consumo.
En los últimos años, a la vista del crecimiento de la pobreza y de la urbanización favelizada del mundo y hasta por un sentido de decencia, la ONU introdujo la categoría IDH, el «Índice de Desarrollo Humano». En él se incluyen valores intangibles como salud, educación, igualdad social, cuidado de la naturaleza, equidad de género y otros. Ha enriquecido el sentido de «calidad de vida», que era entendido de forma muy materialista: goza de una buena calidad de vida quien consume más y mejor. Según el IDH, la pequeña Cuba se presenta mejor situada que Estados Unidos aunque con un PIB comparativamente ínfimo.
Por delante de todos los países está Bután, encajonado entre la China y la India, a los pies del Himalaya, muy pobre materialmente, pero que estableció oficialmente el «Índice de Felicidad Interna Bruta». Ésta no se mide por criterios cuantitativos, sino cualitativos, como buen gobierno de las autoridades, distribución equitativa de los excedentes de la agricultura de subsistencia, de la extracción vegetal y de la venta de energía a la India, buena salud y educación y, especialmente, buen nivel de cooperación de todos para garantizar la paz social.
En las tradiciones indígenas de Abya Yala, nombre para nuestro continente indoamericano, en vez de «vivir mejor» se habla de «el buen vivir». Esta categoría entró en las constituciones de Bolivia y Ecuador como el objetivo social a ser perseguido por el Estado y por toda la sociedad.
El «vivir mejor» supone una ética del progreso ilimitado y nos incita a una competición con los otros para crear más y más condiciones para «vivir mejor». Sin embargo, para que algunos puedan «vivir mejor» millones y millones tienen y han tenido que «vivir mal». Es la contradicción capitalista.
Por el contrario, el «buen vivir» apunta a una ética de lo suficiente para toda la comunidad, y no solamente para el individuo. El «buen vivir» supone una visión holística e integradora del ser humano, inmerso en la gran comunidad terrenal, que incluye además de al ser humano, al aire, el agua, los suelos, las montañas, los árboles y los animales; es estar en profunda comunión con la Pachamama (Tierra), con las energías del Universo, y con Dios.
La preocupación central no es acumular. Además, la Madre Tierra nos proporciona todo lo que necesitamos. Con nuestro trabajo suplimos lo que ella por las excesivas agresiones no nos puede dar, o le ayudamos a producir lo suficiente y decente para todos, también para los animales y las plantas. El «buen vivir» es estar en permanente armonía con todo, celebrando los ritos sagrados que continuamente renuevan la conexión cósmica y con Dios.
El «buen vivir» nos convida a no consumir más de lo que el ecosistema puede soportar, a evitar la producción de residuos que no podemos absorber con seguridad y nos incita a reutilizar y reciclar todo lo que hemos usado. Será un consumo reciclable y frugal. Entonces no habrá escasez.
En esta época de búsqueda de nuevos caminos para la humanidad la idea del «buen vivir» tiene mucho que enseñarnos.
Living Better or Living A "Good Life"?
Leonardo Boff Theologian Earthcharter Commission
According to the dominant ideology, everyone in the world wants to live better and to enjoy a better quality of life. In general terms this quality of life is associated to the Gross National Product, GNP, of each country. The GNP represents all the material goods produced by a country. Then, according to this criteria, the better positioned countries are the United States, followed by Japan, Germany, Sweden and others. The GNP is a measure invented by capitalism to stimulate more production of material goods for consumption.
In the last years, in view of the growing of poverty and of the urban favelization of the world and even due to a sense of decency, the UNO introduced the category HDI, «Human Development Index.» The HDI includes intangible values such as health, education, social equality, care of nature, gender equity and others. It has enriched the meaning of «quality of life», that was previously understood in a very materialistic form: one enjoys a good quality of life who consumes more and better. According to the HDI, tiny Cuba is better off than the United States, even though her GNP is comparatively much lower.
First among all countries is Bhutan, lodged between China and India, at the foot of the Himalayas, materially very poor, but which officially established the «Index of Gross Interior Happiness.» This is measured by qualitative, not quantitative criteria, such as whether the authorities govern well, with equitable distribution of the subsistence agricultural surplus, of the harvest of vegetation, and the sale of energy to India, with good health and education and, especially, a high level of cooperation among everyone, to guarantee social peace.
In the native traditions of Abya Yala, the name of our Indoamerican continent, instead of «living well» people speak of «a good life.» This category entered the Constitutions of Bolivia and Ecuador as the social object to be pursued by the State and by all of society.
To «live better» implies an ethic of unlimited progress and brings us into competition with others to create more and better conditions to «live better.» However, so that some may «live better», millions and millions have to and had to «live poorly.» That is the capitalist contradiction.
On the contrary, a «good life» points to an ethic of that which is enough for the whole community, and not only for the individual. A «good life» implies an integrating holistic vision of the human being, immersed in the great earthly community, that includes, besides humans, the air, water, soil, mountains, trees and animals; it is to be in profound community with Pachamama, (Our Mother Earth), with the energies of the Universe; and with God.
The main concern is not to accumulate. Moreover, Mother Earth provides all that we need. With our work we supply that which due to excessive aggression she can not give us, or we help her produce what is enough and decent for all, including the animals and the plants. A «good life» is being in constant harmony with all, celebrating the sacred rites that continuously renew the connections with the cosmos, and with God.
A «good life» invites us not to consume more than what the ecosystem can support, to avoid the production of residuals that we can not absorb with security and spurs us to re-use and to recycle that which we have already used. It will be a frugal and recyclable consumption. Then, there will not be scarcity.
In this time of searching for new paths for humanity, the idea of a «good life» has much to teach us.
03-27-2009
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