4/03/2009

''Es segura y muy próxima una revolución en México''


Carlos Aguirre, considera muy probable que en su país se genere una nueva revolución, ya que estima que la crisis política y cultural que vive la población pueden ser los detonantes
TeleSUR Para Kaos en la Red

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''Es segura y muy próxima una revolución en México'' El investigador mexicano, Carlos Aguirre, quien se desempeña como docente a tiempo completo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que es muy probable que ocurra una nueva revolución en su país, debido al descontento social que está atravesando la nación centroamericana en los últimos días.

Aguirre, investigador a tiempo completo de la UNAM, señaló en entrevista exclusiva para la página web de TeleSUR, que los medios de comunicación mexicanos han creado la falsa impresión de que el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), se encuentra en una situación de escasa popularidad, lo cual a su juicio es falso, pues con la creación de la denominada "Otra Campaña", se reforzó la presencia de ese movimiento en todo el país.

A continuación, la entrevista completa:

- ¿Cuál es la visión del movimiento zapatista sobre las medidas que está tomando Estados Unidos en la frontera con México?

Esto se inscribe en un problema más general, Felipe Calderón llegó al poder en julio de 2006, como fruto de un monumental fraude electoral, todavía mayor y más escandaloso que el que se dio en 1988, porque el gobierno de Felipe Calderón es el Gobierno más ilegítimo de toda la historia de México, desde hace 200 años hasta hoy.

Felipe Calderón es más impopular que Antonio López, que Santana o que Porfirio Díaz. Siendo un Gobierno tan impopular, las únicas bases en las que puede apoyarse es en el ejército y en la polícía mexicana. Y entonces a partir de que entró en diciembre de 2006, Felipe Calderón se ha dedicado a militarizar el país completo y en esta estrategia de militarización del país, que creo que tiene un sentido más político que lo que supuestamente declara, cuando se dice oficialmente que lo que se hace es luchar contra los grupos del narcotráfico, creo que se trata de una cortina de humo, porque en realidad es más bien el intento de mantener controlado todo posible movimiento de protesta o de oposición social contra el Gobierno de Felipe Calderón.

En esta estrategia, Estados Unidos lo que está haciendo ahora militarizando la frontera, es secundar ese proceso de militarización del país, que en México ya tiene dos años. Creo que lo que están haciendo es extremar las condiciones de control de la población, extremar las condiciones de represión de toda disidencia social. Lo que va, a provocar, más tarde o más temprano, es un estallido social más fuerte y de mucha mayor envergadura.

- El Movimiento Zapatista parece que ha entrado en un receso, después de una serie de acciones relacionadas con las luchas populares, ¿Se trata de un repliegue táctico, o de una desaparición total del grupo?

Esta impresión de que el Movimiento Neo zapatista está en una situación de menor popularidad o de menor arraigo, que en el pasado, es una falsa impresión creada, de manera muy consciente, de un lado por el Gobierno mexicano y del otro por los medios de comunicación, que son órganos que respaldan la política del Gobierno.

En el año 2006, el movimiento neo zapatista lanzó una convocatoria a un gran movimiento que se llama La otra Campaña, y este movimiento comenzó muy rápidamente a ganar presencia en todo el país, solamente en el lapso de un año, La Otra Campaña empezó a tener filiales, grupos que la acompañan, bases de simpatizantes en los 32 estados del país y logró tener 15 mil adherentes, como parte del propio movimiento.

- ¿Cómo definiría esa Otra Campaña?

La Otra Campaña es un movimiento de amplio espectro que representa fundamentalmente al pueblo. El movimiento Neo zapatista, desde que surgió el primero de enero de 1994 hasta junio de 2005, es un movimiento fundamentalmente indígena, esencialmente indígena y que tenía presencia naturalmente en Chiapas, sobre todo en Chiapas, y una solidaridad no solamente en todo el país, México, sino en toda América Latina y en el mundo entero, pero es un movimiento sobre todo indígena y con presencia predominante en Chiapas.

Entonces, ¿cuál sería el cambio, respecto al de La Otra Campaña? La otra Campaña es la iniciativa de los propios zapatistas de construir una movimiento que ahora no esté solamente presente en Chiapas sino en todo el país, a todo lo largo y ancho del territorio nacional y, en segundo lugar, un movimiento que ya no solamente lucha y reivindica las demandas indígenas, sino que lucha y reivindica las demandas de todos los grupos y clases subalternas de México; es decir, tratar de abanderar la lucha de las mujeres, la lucha de los estudiantes, la lucha de los jóvenes, de los obreros, la lucha de los homosexuales, los transgéneros, la lucha de todas la minorías oprimidas, reprimidas o discriminadas por distintas razones. Eso es un poco digamos el objetivo de La Otra Campaña.

-¿Cuál sería el liderazgo en el movimiento Zapatista?, el sub-comandante Marcos dice que sólo es un vocero y que hay una dirección colectiva.

Los propios medios de comunicación han tendido a dar una idea falseada del papel que juega el sub comandante Marcos dentro del movimiento, a pesar y en contra de las propias declaraciones de Marcos. Marcos ha dicho muchas veces, yo me llamo sub comandante, porque mi autoridad está sometida a los comandantes. Los comandantes son 23 comandantes indígenas y él, como sub comandante obedece o está bajo las órdenes de los 23 comandantes, entonces sí se trata de una dirección colectiva, pero incluso habría que agregar todavía otro elemento.

Los propios comandantes funcionan, y ellos lo han dicho también muchas veces, desde el principio de mandar obedeciendo. Es decir, que cuando se trata de las grandes decisiones del movimiento, quienes deciden son las asambleas colectivas de las propias comunidades zapatistas, por eso cuando los zapatistas han tenido que resolver cosas importantes, dicen: déjennos ir a consultar con las bases, con las comunidades; entonces se toman un tiempo, hacen asambleas donde el elemento fundamental es la democracia directa, y a partir de ese método deciden si negociar o no negociar con el Gobierno; si interrumpir las acciones de armas y pasar a la vía pacífica o no.

Todas las decisiones fundamentales se toman en Asambleas directas, los comandantes expresan el punto de vista de las comunidades y a su vez, el sub comandante Marcos, dice que es sólo el vocero del movimiento y también que es el jefe militar de EZLN, pero está subordinado en sus decisiones a estos 23 comandantes que a su vez están subordinados a la decisión de la asamblea, de las comunidades.

-¿Es posible una revolución en México?

Claro yo diría que no sólo es posible, yo casi me atrevería a decir que es segura una muy próxima revolución en México, y esto lo digo pensando en mis propias palabras, porque en la formación académica que tengo, está la disciplina de historiador. Si veo con mirada de historiador la situación que vive hoy México, podría decir, casi como si se tratara de una obra de teatro, que se está repitiendo por tercera ocasión una situación muy parecida a las vísperas de la revolución de 1810, y señalo solo unos pequeños elementos: en víspera de 1810 y de 1910 se vivió una situación de crisis económica en la que la baja de las condiciones de vida de las clases populares fue extraordinariamente fuerte, y eso creó un descontento social muy grande.

Estamos viviendo lo mismo ahora en México, otro síntoma que me parece fundamental es que antes de 1810 hubo una fractura de la clase dominante.

Los criollos se desgarraron de los peninsulares y se creó una crisis política irreconciliable, igual que la que se creó en 1910 entre el grupo de los científicos y el grupo de los hacendados del norte. Ahora yo creo que dos facciones de la burguesía mexicana están absolutamente encontradas, una representada por los gobiernos de derecha actuales, como el de Felipe Calderón y el de Vicente Fox, y otro sector de la burguesía nacional representado por Andrés Manuel López Obrador, que tampoco encuentra espacios de conciliación.

Entonces hay una crisis política que no tiene solución y, junto a esto, hay incluso una especie de crisis cultural. Y también en el imaginario social del pueblo mexicano hay esta idea de que las cosas están llegando a un punto de no retorno; diriamos que el ¡Ya Basta! Zapatista de Chiapas de 1994 se está reproduciendo ahora a nivel nacional.

Los grupos sociales en México, los obreros, los campesinos, las mujeres, los estudiantes, los intelectuales... están llegando ya a un momento en el cual la vida social se vuelve insoportable y la gente está buscando posibilidades de cambio.

Entonces diría que es muy probable que pronto haya un estallido parecido al de 1810 y 1910, y en ese sentido la revolución no sólo es posible, creo que es muy probable y casi segura, y solo concluyo diciendo como la iniciativa de La Otra Campaña, que afirma que ese estallido es inevitable, no hay manera ya de evitarlo.

La pregunta es ¿queremos que sea un estallido violento?. ¿Que se produzca un caos sin sentido y que, como en 1910 y en 1810, haya cientos de miles de muertos, o un millón de muertos, como hubo en la revolución mexicana?

Para que el grupo A de las clases dominantes cambie por el grupo B, queremos mejor que sea un movimiento pacífico civil e inteligente, que nos ahorre 20 millones de muertos y que, por primera vez en la historia de México, se instaure un Gobierno que mande obedeciendo.

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