3/29/2009

Periodistas pal café.........

Columnas
Alfredo Jalife-Rahme: Bajo la Lupa
Por alguna razón Li Hongmei, del The People’s Daily –quien sentenció el “fin de la hegemonía de EU y el inicio de la multipolaridad global” (Ver Bajo la Lupa; 1.3.09)–, citó el artículo añejo del controvertido Parag Khanna (PK) Despidiendo la hegemonía, publicado en el suplemento sabatino de The New York Times (27.1.08)
PK, estadunidense nacido en India, es director de Global Governance Initiative y prominente becario del Programa de Estrategia Estadunidense en New America Foundation, además de autor de El segundo mundo: imperios e influencia en el nuevo orden global (Random House; marzo 08).
Trabajó como analista para el Consejo de Relaciones Exteriores, con sede en Nueva York, y el polémico Foro Económico Mundial de Davos, lo que enmarca su ideología neoliberal.
Su mentalidad globalizadora la aplica al mercado de la geopolítica, y aduce que “en el mejor de los casos, el momento unipolar de EU concluyó durante la década de los 90” cuando los “dividendos de la paz de la posguerra fría nunca fueron convertidos en un orden liberal (sic) global bajo el liderazgo estadunidense”.
Acepta que “en lugar de que EU controle al globo, ahora se encuentra en competencia, y perdiendo, en el mercado geopolítico junto a las otras superpotencias mundiales: la Unión Europea (UE) y China. Ésta es la geopolítica del siglo 21: los nuevos ‘tres grandes’. No Rusia, un vasto territorio cada vez más despoblado dominado por el gobierno Gazprom; no un Islam incoherente (sic) enfrascado en guerras internas; y tampoco India, atrasada por décadas detrás de China tanto en desarrollo como en apetito estratégico. Los Tres Grandes hacen las reglas (…), sin que ninguno de ellos pueda dominar”.
A sus 32 años de edad, PK come ansias de novillero y se precipita en abultar su nuevo orden tripolar y en descalificar en forma absurda a otras superpotencias como Rusia; su propio país, India, que coloca detrás de China; y el Islam, que cataloga de “incoherente” y que peca más bien de falta de cohesión interna, como no la tiene ninguna religión en el planeta. Los lúcidos estrategas indios, mucho más sensatos, son más proclives a respetar el ascenso del BRIC (Brasil, Rusia, India, China).
No hay que ser muy crueles con la prospectiva sesgada de PK debido a que realizó su frágil apuesta a principios del año pasado, cuando nuestros amigos de la UE aún no exhibían su vulnerabilidad geofinanciera y geoeconómica.
A su juicio, nos encontramos ante “un nuevo juego global” donde “por primera vez en la historia sucede una batalla multipolar, multicivilizatoria y global”. Aquí PK se contradice porque en su “nuevo orden tripolar” se trataría más bien de una batalla “bicivilizatoria” entre China, por un lado, y el eje trasatlántico conformado por EU y la UE, por otro lado.
Cita el concepto del “patriotismo europeo” de Jorgo Chatzimarkakis, miembro alemán del Parlamento Europeo, y refiere que “en Bruselas, la capital de Europa, los tecnócratas, estrategas y legisladores cada vez más perciben su papel como el fiel de la balanza global entre EU y China”.
Se trata de una visión exageradamente mercantilista que prescinde del crucial papel geopolítico de Rusia en Europa. PK no se había enterado en ese entonces que ocho meses más tarde Rusia trastocaría exquisitamente el balance de poder desde el Cáucaso, pasando por los Balcanes, hasta Europa del Este, al obligar el repliegue de las fuerzas invasoras de Georgia en Osetia del Sur, lo cual fue leído pulcramente por las grandes potencias europeas continentales (v.gr Alemania, Francia e Italia) y recientemente hasta España.
Evoca las vulnerabilidades de Europa, que “todavía carece de un ejército común” (¡nada más!) y ,en forma descabellada, pretende que “el único problema es que realmente no necesita ningún ejército”.
Llega hasta pretender que la “fortaleza económica de Europa” puede incorporar a los anteriores países miembros de la Unión Soviética y subyugar (¡súper-sic!) gradualmente a Rusia”. En realidad, la geopolítica y la geoeconomía de Rusia y Europa continental son complementarias desde el punto de vista energético y de las inversiones: Europa depende del gas de Rusia, quien a su vez requiere de las inversiones europeas, sin ejércitos de por medio, ámbito en el que prevalece Rusia como superpotencia nuclear de primer orden.
PK delira cuando vaticina que “Rusia será anexada por Europa”. Perora mucho sobre geopolítica sin entender sus alcances, los cuales trivializa, debido a su deformación neoliberal, como “geopolítica del mercado”. Ante la geopolítica no hay mercado, sea neoliberal o comunista, que resista.
Los hechos presentes desmintieron rotundamente su aserto de que “si EU y China combatiesen, el dinero del mundo sería invertido con mayor seguridad en los bancos europeos”. ¡Sucedió todo lo contrario!
Peor aún: sobredimensiona el poderío del euro, que puede ser, según la prensa británica, presa de la balcanización financiera. A nuestro juicio, como diría el gran pensador francés Montaigne, sobre el devenir tan incierto del euro lo mejor es “suspender el juicio”.
A nuestra manera de pensar, Europa constituye el polo civilizatorio de mayor avanzada en el mundo, pero en estos momentos exhibe demasiadas vulnerabilidades geofinancieras y geoeconómicas, ya no se diga geoenergéticas y geoestratégicas.
Desarrolla el milagro chino y asienta que “China se encuentra en el centro del triángulo India-Japón-Australia, que ha superado el comercio en todo el océano Pacífico”.
Hay que reconocer que la fallida prospectiva de PK constituye más bien una excavación arqueológica para repetir lo archisabido: “el empequeñecimiento de EU”, que es seguramente lo que más atrajo la atención de los estrategas chinos
Las graves equivocaciones geopolíticas de PK se derivan de su reduccionismo simplista y su adicción neoliberal cuando exalta que la “globalización es el arma verdadera”,en tanto hasta los fanáticos neoliberales británicos vislumbran el advenimiento de la “desglobalización” (por cierto, neologismo acuñado por Bajo la Lupa).
La subtesis nodal de PK se centra en que “el principal campo de batalla” de la globalización se escenificará en lo que denomina “el segundo mundo”, donde una plétora de “Estados oscilantes” (Swing States) muy difusos e inconexos serán quienes determinarán “cual de las superpotencias (Nota: de su nuevo orden tripolar) triunfará en la próxima generación de la geopolítica”, y entre las que enumera están Brasil, India, Irán, Turquía, Venezuela, Sudáfrica, Arabia Saudita, Vietnam, Marruecos, Malasia y Libia, entre otras.
No cita a México, que Calderón ha proclamado será la “cuarta potencia mundial” en la próxima generación.

José Agustín Ortiz Pinchetti: El despertar

Mi padre nació en 1909, la víspera del estallido de la Revolución mexicana. Hoy seguramente sigue tan campante haciendo su voluntad en el cielo como lo había hecho en la tierra. Según los periódicos de la época la gente no estaba preocupada por una posible revolución. Las declaraciones del presidente Porfirio Díaz en el sentido de que no buscaría su enésima relección habían causado revuelo en la clase política. Alentado por ellas, Francisco I. Madero había iniciado su actividad como candidato presidencial. El secretario de Estado de Estados Unidos, Elihu Root, había hecho meses antes una visita para estrechar los lazos entre los dos países. El presidente Díaz preparaba las fiestas del centenario. En marzo se incendió la Cámara de Diputados. Salvo raros visionarios, nadie creía que estábamos al filo del agua” es decir, en la víspera de una tormenta que costaría un millón de vidas.
El paralelismo con nuestra época es difícil de sostener. Tenemos hoy mucho más información de lo que acontece en el país, aunque los indicios de turbulencia y conflicto son mucho mayores de los que existían hace un siglo. La sociedad entonces estaba sumergida en una beatífica negación. Hoy estamos más alertas. Los que nos observan desde Estados Unidos están más preocupados que nosotros. Un síntoma: la designación de Carlos Pascual como nuevo embajador estadunidense experto en estados fallidos y sociedades convulsas.
En México, a pesar de que está creciendo la inquietud y hasta la angustia por la difícil situación económica, la desastrosa guerra contra el narcotráfico, la violación constante de los derechos humanos y la desigualdad monstruosa en la que vivimos nadie se atreve a pronosticar en serio una revolución. Incluso los que diagnostican graves dificultades son descalificados como “catastrofistas”.
La historia no se repite y el México de 2009 es radicalmente distinto al de 1909. Sin embargo, de modo inequívoco podemos aceptar que los niveles de ruptura están creciendo debido a la pésima administración de los recientes presidentes del PRI y del PAN.
Uno podría sentirse inclinado a crear un escenario de desastre porque no hay salida para los problemas financieros y tampoco para la guerra contra el narcotráfico. Sin embargo, la sociedad mexicana es más conciente y repudia la violencia. Se está organizando alrededor de AMLO un movimiento que quiere encauzar la inconformidad de modo pacífico y legal, y es la única auténtica oposición.
La importancia de este movimiento se ha demostrado en dos hechos recientes: la convención nacional de comités municipales del gobierno legítimo, que atrajo a unos 12 mil cuadros de todo el país. Acudieron miembros de grupos de más de mil 800 municipios, 90% de los de régimen de partido del país, Revisaron las propuestas del equipo de Andrés Manuel, tomaron protesta y resoluciones, e iniciaron una tarea de expansión. Al día siguiente, AMLO llenó otra vez el Zócalo. La 33va. vez que colma la plancha en cinco años. Los que han vaticinado, incluso certificado, la muerte política del tabasqueño y de su organización tendrían que revisar sus conclusiones. Es seguro que no lo harán. Mejor así.
jaorpin@yahoo.com.mx

Opinión
Jorge Durand: Seguridad nacional y reforma migratoria

inalmente el tema migratorio tenía que volver a la mesa de debate y la ocasión ha sido una reunión de la fracción hispana del Congreso con el presidente Obama, quien antes de viajar a Costa Mesa, California, reafirmó su compromiso de campaña de encontrar una solución adecuada para los 11.9 millones de indocumentados que viven y trabajan en Estados Unidos.
El planteamiento de Obama sobre la reforma migratoria se resume en cinco puntos: garantizar una frontera segura; mejorar el sistema de inmigración; limitar los incentivos que existen para la migración indocumentada; sacar a la población indocumentada de las sombras y trabajar con México sobre este particular.
Como era de esperarse, el primer asunto a resolver es el de la seguridad fronteriza. Es un tema prioritario, complejo y difícil de resolver, porque intervienen al menos tres factores: terrorismo, narcotráfico y migración indocumentada. Por lo general estos tres actores operan en esferas separadas, pero pueden finalmente vincularse. Las relaciones entre terrorismo y narcotráfico se han dado en otros países, como en Perú y Colombia, y no es una posibilidad que pueda descartarse fácilmente en el caso mexicano, por más lejana que esté. Por otra parte, los narcos pueden transitar al terrorismo, y de eso ya tenemos una amarga experiencia con las granadas que estallaron en la celebración del Grito en Morelia el año pasado.
De igual modo, puede existir una conexión entre los narcos, los terroristas y la migración indocumentada, pero es poco probable. Ni los terroristas ni los narcos se arriesgarían a poner sus negocios en manos de pobres migrantes indocumentados. Como quiera, para muchos analistas, políticos y funcionarios, tanto los narcos como los terroristas se convierten en una amenaza real cuando asumen la identidad del migrante.
Hasta el momento la medida más publicitada para controlar la frontera han sido la construcción de muros en diversas zonas, sobre todo urbanas. Esta disposición ha tenido la ventaja de ser visible, y por tanto puede ser vista, apreciada y aplaudida por el público en general. Por otra parte, es la más difundida por los medios y la prensa. No así el incremento en el presupuesto de la migra, que se ha triplicado en la última década y que finalmente afecta al bolsillo de los contribuyentes. El muro es la solución más simple, que no efectiva, ante una posible invasión de migrantes, el tráfico de drogas o la penetración de agentes terroristas.
En el área de Tijuana-San Diego, de hecho existen varios muros paralelos, que son custodiados por cientos de patrulleros que van en camionetas, motos, aviones de reconocimiento y helicópteros. Y en esa zona el muro ha sido efectivo, fundamentalmente para desviar a los migrantes hacia zonas más remotas y menos visibles. Desplegar el mismo aparato de patrullaje a lo largo de 3 mil kilómetros es un proyecto, si no absurdo, por lo menos inviable. Tierras particulares aledañas al río van a tener que ser expropiadas, y en vez del paisaje ribereño van a tener que ver un muro y sus respectivos guardianes.
Tampoco ha sido una solución el muro virtual, con cámaras y detectores de calor y movimiento. Los censores se suelen confundir con el paso de animales silvestres y el ganado. Las cámaras pueden ser vandalizadas y requieren de un sistema de vigilancia permanente y de un comando de respuesta inmediata. Nuevamente, requieren de muchas horas de vigilancia, mucho personal y presupuesto.
Como solución alternativa en Texas se ha puesto en marcha el proyecto comunitario de vigilancia virtual llamado Blue Servo, que pone a la disposición del público decenas de cámaras que pueden ser monitoreadas por vigilantes voluntarios. Según esto, con este sistema ya se ha detenido a muchos migrantes indocumentados y traficantes de drogas. La medida pretende involucrar a la población civil, de manera activa, en el sistema de vigilancia fronterizo. Un programa, aparentemente inocente, pero que a la larga podría traer consecuencias funestas en una población civil obsesionada por la inseguridad y por la percepción de que el vecino es una amenaza real.
La ventaja del muro es su visibilidad; la del muro virtual también, porque hace posible ver y vigilar la frontera por medio de Internet y desde cualquier lugar del planeta, sólo requiere inscribirse (ver página web de Blue Servo). La visibilidad proyecta seguridad y genera buena imagen pública en el otro lado. Como afirma Jorge Schiavon, “el muro responde a una necesidad de política interna”. Por el contrario, en nuestro lado nos molesta que el vecino haya levantado la barda, le haya puesto alambre de púas y que además nos vigile de manera permanente. Otro aspecto importante del muro es su carácter marcadamente unilateral. Por más que nos moleste y nos sintamos humillados, es una decisión que corresponde al vecino, que tiene todo el derecho de hacer el tipo de muro que le venga en gana.
El muro ha servido para calmar a la opinión pública estadunidense y para tranquilizar la conciencia de funcionarios y políticos que consideran que se está haciendo algo para controlar la frontera y, de este modo, mejorar los sistemas de seguridad. Los terroristas pueden entrar hipotéticamente por México, pero hasta el momento no ha habido ningún caso comprobado. Por el contrario, los casos conocidos de terroristas extranjeros que entraron a Estados Unidos, lo hicieron por Canadá o por los aeropuertos. En la víspera de la celebración del milenio 2000 se conjuró un atentado al apresar al terrorista de origen argelino Ahmed Ressan, que entró por la frontera canadiense, con un coche cargado de explosivos. Por su parte, todos sabemos que los terroristas del 11 de septiembre entraron por diversos aeropuertos, con visas de estudiantes y turistas. El único terrorista que ha pasado por México e ingresado a Estados Unidos ha sido el cubano Luis Posada Carriles, que entró por la puerta grande a Estados Unidos, solicitando refugio. Difícilmente el muro va a ser un obstáculo para un terrorista entrenado, que cuente con financiamiento y una estructura organizacional que lo soporte.
En lo que respecta a los narcos el muro los tiene sin cuidado. Se podría decir que incluso los beneficia. Ya que toda la atención pública se centra en el muro y ellos pasan la droga por las garitas en tráileres o en avionetas, túneles o submarinos. El muro no es ningún obstáculo para los narcos que operan en la esfera del contrabando de mercancías, más que en el tráfico de personas. Y cada vez es más intenso y fluido el tráfico de mercancías entre México y Estados Unidos.
A principios de su mandato el gobierno de Felipe Calderón se propuso “desmigratizar” la relación bilateral y puso en primer lugar el tema del narcotráfico. Al parecer no tenía mayor idea de las dimensiones del problema. Golpear el avispero ha resultado más complicado de lo que se preveía. Como quiera, sí se logró ese objetivo, y un tema que estaba en segundo plano se ha convertido en la nota principal de los diarios nacionales e internacionales. Y ya lo dijo Janet Napolitano, “el muro no es la solución idónea para frenar el narcotráfico”. Sin embargo, ella misma confirma la noticia de que seguirán trabajando en algunos tramos que faltan (La Jornada, 25 de marzo). Supuestamente, hasta completar los mil 200 kilómetros que se tenía previstos.
Para el año 2008 se estimó en 11.9 millones el número total de indocumentados radicados en Estados Unidos, de los cuales 7 millones son nacidos en México (59 por ciento). Se podría afirmar que de estos 7 millones casi la totalidad son migrantes, un pequeño sector está ligado de alguna manera al narco y casi podríamos aventurar que ninguno tiene ligas con el terrorismo internacional. Desde hace más de un siglo que ha existido migración mexicana indocumentada en Estados Unidos y nunca se la había considerado como una amenaza a la seguridad nacional. Fue la solución simplista, fácil y mediática del muro, la que contaminó el tema migratorio con otros puntos de la agenda estadunidense de seguridad. Si no sirve para detener a los narcos, y menos aún a los terroristas, ¿para qué seguir poniéndole ladrillos a un monumento del absurdo? Lo que se requiere es una reforma migratoria, y cuando ésta sea una realidad, el muro será más absurdo, inútil y desatinado de lo que es ahora.

Antonio Gershenson: Lo reciente: crisis en México y en el mundo

Agregamos datos recientes a los que ya mostraban parcialmente el tamaño del desplome de la economía mexicana. Ya habíamos visto la caída, especialmente grave, del sector automotor, que depende mucho de las exportaciones. Según el Inegi, organismo oficial a cargo de estas cifras estadísticas, el sector industrial, ya en su conjunto, bajó 11.1 por ciento en enero de este año, frente al mismo mes del año anterior.
En especial, el ramo de las manufacturas bajó 14 por ciento en el mismo periodo. Líderes patronales y empresarios, a partir de los datos mencionados, han señalado que con éstos es imposible soñar con una pronta recuperación de la economía nacional. Y el Indicador Global de la Actividad Económica, al cual se atribuía un 4 por ciento de bajada, ya el Inegi informó que el descenso fue de 9.48 por ciento.
En el campo, sin embargo, la situación parece estar más grave. Un dirigente regional de la Confederación Nacional Campesina (CNC) señaló que en el campo se suma a la crisis financiera el aumento en los precios del diesel –que ya tiene su propia bronca–, los fertilizantes –que ya tienen meses causando estragos y que se derivan de la privatización de la petroquímica del ramo– y de las refacciones. Hay que agregar el aumento salvaje en las tarifas eléctricas para riego agrícola. De una tarifa base de 26 centavos a finales de 2002, han pasado a otra de 1.22 pesos a finales de 2008, casi cinco veces más. El cuadro que describe el mencionado dirigente regional estima la baja en la producción agrícola entre 20 y 30 por ciento. Y el problema humano, tanto en el campo como en el abasto de alimentos a las ciudades, queda totalmente desatendido, y eso se debe cambiar.
Las medidas tomadas ante la crisis son ridículas. A la nueva refinería, cuya inversión, retrasada una y otra vez, iba a contrarrestar la crisis, ahora le agregan una especie de circo romano. Supuestamente para definir el sitio, que hemos visto que en los hechos ya está casi definido, se convoca a varios gobernadores a hacer un show para que, si usamos términos de la Roma antigua, la plebe se entretenga mientras se retrasan los plazos otro mes.
Los bancos regionales. Se están aplicando medidas muy importantes en otras partes del mundo. Es sabido que la falta de crédito ha sido una de las principales causas de la crisis. En América del Sur se dio un paso importante en la formación del ya acordado Banco del Sur, que permitirá que haya crédito para muchos proyectos de la región, sin condiciones impuestas desde el exterior. En una reunión de ministros de economía y finanzas de los siete países miembros –Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Paraguay y Venezuela–, en Caracas, capital de este último país, además de que se resolvieron puntos pendientes, se programó una nueva reunión técnica y ministerial en mayo en Argentina, a principios de mayo. Inmediatamente después y en el mismo país, se realizará una reunión de jefes de Estado en la que se instalará formalmente el Banco del Sur, con un capital inicial de 10 mil millones de dólares, aportados por los países miembros.
La nueva ruta de la seda. En otras partes ya se formaron bancos regionales con una intención similar. Y ya están operando. Por ejemplo, el Banco de Desarrollo de Asia (BDA) ya autorizó un financiamiento de 700 millones de dólares, de la llamada “nueva ruta de la seda”, que atraviesa de lado a lado Kazajstán, más de 2 mil 700 kilómetros. Este país, situado en el centro de Asia, tiene un nivel de atraso considerable. Aunque produce petróleo y gas, esto no ha bastado por sí solo para cambiar esa realidad.
La antigua ruta de la seda se empezó a usar en el siglo II antes de nuestra era, entre China –la antigua capital, Si-An, fue durante siglos la principal salida hacia Europa– y la antigua Roma. Se transportaban, entre otras mercancías, especias, té, papel, plata, diamantes... y seda. La rama norte pasaba por lo que ahora es el sur de Kazajstán. El tiempo promedio para recorrerla, con camellos u otros animales, era de 200 días. Cuando, a partir del siglo XVI, se desarrollaron las rutas marítimas de Europa a Asia, la ruta de la seda, luego de mil 500 años de vida, fue quedando abandonada y algunos países y regiones que atravesaba quedaron aislados por mucho tiempo.
La obra que ahora tiene asegurado su financiamiento cruzará Kazajstán desde la frontera con Rusia, por el occidente, hasta la frontera con China, por el oriente de este país. Se conecta por los dos lados con otras carreteras y redes ferroviarias, y logrará la comunicación de extensiones gigantescas que ahora la tienen, pero muy deficiente. Se calcula que va a dar un fuerte impulso económico a toda la región. Este es un ejemplo de lo que durante décadas no se pudo hacer con el Banco Mundial, por ejemplo, y sí se está pudiendo hacer con un banco regional. Y bien claro que lo tienen en América del Sur. Sin embargo, aquí, por lo visto, plantear que el actual gobierno haga algo similar, o participe, es pedirle peras al olmo.
El financiamiento. Como se ha publicado, ante la falta de resultado de medidas anteriores, incluidas las de Bush, y en vista de que sigue sin haber suficiente crédito, el gobierno de Obama, con parte del capital de origen privado, destinará hasta un millón de millones de dólares para comprar acciones, o deudas, con problemas de pago. Con eso, nuevamente se podría prestar dinero, ya sin esa traba.
Mientras que en Estados Unidos se busca tener crédito, en China, con un sistema bancario muy sólido, con grandes bancos nacionalizados o en general estatales, y con mucho dinero, se ha prestado más en los últimos tres meses que en los 12 meses anteriores. Esto ha sido parte de las medidas contra la crisis, y uno de los elementos que han hecho posibles las grandes obras que ya muestran sus primeros resultados en el plano económico. Estas inversiones incluyen, por ejemplo, nuevos ferrocarriles y carreteras, que a la larga van a contribuir a menores costos de producción.
El que en Estados Unidos apenas se esté queriendo resolver el problema del crédito significa que para que su recuperación nos llegue a nosotros, por ejemplo volviendo al ritmo anterior de importación de coches hechos en México, falta muuucho tiempo. Y los funcionarios mexicanos que se atienen a eso para nuestra recuperación, van a tener que esperar todavía más.
gershen@servidor.unam.mx

Suponiendo, sin conceder, que con la globalización de fin de siglo haya venido un régimen de auténtico libre mercado”, con la crisis actual se hace evidente que creer y confiar en dicho régimen no puede sino traer consigo su corrosión y con ella la del resto de los tejidos y mecanismos que hacen posible la convivencia y la supervivencia de una sociedad tan grande y compleja como es la actual comunidad internacional. Si algo es evidente hoy es el abuso y la sobrexplotación que se ha hecho del mercado y del entorno, con los consiguientes y enormes costos sociales y ambientales que han puesto a la humanidad, que apenas ayer estrenaba el nuevo milenio con arrogancia globalista, al borde del colapso. Y a nosotros con ella.
Los datos duros y suaves que perfilan los panoramas y escenarios de nuestra economía política son contundentes: la actividad económica se desploma en todos sus frentes y los servicios y el comercio, proverbiales zonas de refugio para los no incluidos en las formas dinámicas de la producción, caen como la industria y las manufacturas, las finanzas y los escondrijos del empleo ilegal que llamamos outsourcings. Para enero se ha estimado una caída anualizada en el Indicador Global de la Actividad Económica de 9.48 por ciento, de 11.1 por ciento en la industria y de 9.1 por ciento en el sector terciario, lo que confirma el pronóstico del Banco de México sobre una contracción del producto interno bruto superior a uno por ciento y lleva a otros especialistas a prever caídas cercanas a 5 por ciento en 2009.
El tobogán productivo ratifica el escenario laboral del que la prensa dio cuenta unos días antes. El desempleo abierto supera 5 por ciento de la población económicamente activa, que sumado al mal empleo, formado por personas que quisieran trabajar más horas y que obtienen ingresos ínfimos, nos ofrece un escenario de empleo indecente e indigno que supera los 4 millones de trabajadores urbanos, pero que no deja a nadie inmune, porque los superricos no pueden olvidar que sus protectores tienen familias y parentelas que a diario sufren y viven esta y otras calamidades.
Proponer como salida a esta circunstancia la creación o ampliación de una economía de libre mercado es un mal chiste analfabeta, aunque se asuma que la nostalgia por el régimen económico anterior, el del presidencialismo económico, no lleve a ningún lado. En la encrucijada puede apelarse a la desmemoria, pero falsear la historia hasta negarla, como lo han propuesto el PAN y sus corifeos desde que se volvió (mal) gobierno, es querer condenar al país a unas jornadas de irracionalidad que no pueden sino anunciar el arribo de nuevos brotes autoritarios, como los que se anuncian con las regresiones en materia de derechos humanos y los incumplimientos persistentes en materia de derechos económicos y sociales de que nos diera cuenta hace unos días la “activista cívica” Clara Jusidman.
La necesidad de plantearse la construcción de un “México social” desde las honduras de la crisis y los hoyos negros de unos rezagos productivos, de empleo y bienestar, seculares pero exacerbados en estos lustros de revolución neoliberal, fue la convocatoria del Seminario Universitario de la Cuestión Social que entre el 25 y el 27 de este mes reunió a un distinguido y plural grupo de investigadores en el paraninfo de la Antigua Escuela de Medicina.
Basados en sus hallazgos y conocimientos, estos estudiosos del CIDE, el Colmex, el Coneval, la Ibero, el ITAM, la UAM, la UDG y la UNAM, junto con investigadoras y consultoras de organizaciones de la sociedad civil, desplegaron el diagnóstico de nuestras desolaciones, examinaron instituciones y relaciones políticas, dieron cuenta de debilidades y fracturas portentosas. Sin embargo, trataron de dirigir mirada y angustia a las condiciones sociales y políticas, institucionales, necesarias para usar lo que se tiene en la producción material y en capacidades de protección y promoción social, para capear una crisis abrumadora y al mismo tiempo abrir brecha para un curso distinto por promisorio, no de la abundancia de un primer mundo que se adentra en la penuria máxima, pero sí de una seguridad digna basada en el empleo protegido y el derecho universal garantizado a la salud, así como en una educación capaz de abandonar pronto la situación vergonzosa a que la ha condenado desde hace décadas la irresponsabilidad oficial y la codicia insaciable del corporativismo.
De esto y mucho más pudimos hablar en los días señalados. La paradoja más cruel: que con libertad política, democracia y sin presidencialismo autoritario y mandón, lo que priva es la falta de voz para la mayoría, un ruidero insufrible en las alturas y una ceguera social, aquí sí que un blindaje infernal, en los que mandan frente al reclamo y el llanto que inunda el llano y lo lleva de la desesperanza a la desesperación.
Hay que empezar por algún lado y desde el seminario decidimos convocar a los estudiosos sociales a manifestar y enriquecer un llamado urgente, lo mejor sustentado que se pueda, por un México social aquí y ahora (véase:
www.cuestionsocial.unam.mx).

Guillermo Almeyra: Argentina ante las urnas

El deber del Estado de informar a su ciudadanía de todos y cada uno de sus actos, de oficio o a petición de parte, siempre será considerado un símbolo señero de buen gobierno. El derecho a la información, ahora instituido después de la reforma al artículo sexto constitucional de 1977 y precisado con la adición de su segundo párrafo en 2007, se ha visto, de preferencia, como una prerrogativa del ciudadano de obtener del Estado toda la información que desee o que le sea indispensable para tomar sus decisiones políticas o para preservar sus intereses. Creo que debería pensarse también en que la obligación de informar a la sociedad a la que se gobierna debe convertirse, asimismo, en sistema de gobierno: gobernar, informando.
Ello resultaría no sólo en el cumplimiento de un deber que deriva en el control de los ciudadanos por su conocimiento de los actos de gobierno, sino también en un autocontrol del propio Estado: informar para gobernar mejor. Parecerían meras ocurrencias si no constatáramos, día con día, que la falta de información en ambos sentidos, simple y sencillamente, está dando lugar a una creciente e imparable deformación de las funciones del Estado y a una atrofia de la democracia que tenemos. Informar por deber y por convicción desde el Estado nos llevaría a un fortalecimiento de la función pública y de la misma democracia.
No gobernar informando da lugar a las peores prácticas de gobierno, aun cuando se trate de un gobierno democrático que no ha acabado de conformarse como el nuestro. Simulación, opacidad, engaño y mentira, ocultamiento, cinismo, prepotencia, corrupción hasta la comisión de auténticos delitos como el tráfico de influencias, la compra de decisiones burocráticas y políticas, el robo y el saqueo y, en todos los casos, la violación flagrante de la ley son los resultados inevitables de la sucia práctica de gobernar sin informar. Para demostrarlo no hace falta escarbar mucho. Tenemos a la vista casos que lo muestran con toda claridad.
Arturo González de Aragón, al informar de la cuenta pública de 2007, nos abrumó con las monstruosas irregularidades que detectó en el gasto público de ese año (ya con Calderón) y que se tradujeron en un gasto del que no se sabe en qué fue, por 60 mil 723.6 millones de pesos (el último año del gobierno foxista el reporte fue de 33 mil millones de pesos). El auditor superior de la Federación no sabe a dónde fue a parar ese dinero, vale decir, que no encontró información al respecto. Leer el detallado relato que hace de las tropelías en el ejercicio del gasto, no sólo en lo referente al gobierno federal, sino en lo que toca a las asignaciones a los estados y los municipios deja los pelos parados de punta.
No hay más que ver cada uno de los departamentos del Estado y las decisiones que toman sus funcionarios para darse cuenta de que todo comienza, precisamente, en la falta de información o en una desvergonzada desinformación. Ya Gershenson, en su artículo del domingo pasado, denunciaba cómo en las concesiones a privados en la zona de Chicontepec, Tabasco y otras, lo que priva es la desinformación, cuando no la manipulación de la información que se puede constatar en las mismas cifras oficiales. Si se trata de la lucha contra la delincuencia organizada es lo mismo. Y, así, en todo lo demás.
Llama la atención el caso de Banamex-CitiGroup. Como es bien sabido, el reciente rescate bancario del presidente Obama deja en manos del gobierno estadunidense poco más de la tercera parte de los activos de ese grupo. Nuestras leyes dictan que eso no es permitido en nuestro país. El secretario que padecemos en Hacienda, el más inepto e ignorante de cuantos se puedan recordar, salió con la peregrina idea de que, visto que se trata de un “rescate” y éste no está previsto en las leyes, se le daría a la situación un plazo inicial (¡para aplicar la ley!) de tres años y, si se necesita, de otros tres años. ¿Quién le ha dicho a Carstens que puede hacer a menos de la ley de esa manera? ¿Es que no tiene juristas y abogados en su equipo?
Habría que enseñarle a Carstens que la función del Ejecutivo consiste, justo, en “ejecutar” las leyes que dicta el Legislativo y que no está autorizado, salvo en los casos que prevé el artículo 29 (“invasión, perturbación grave de la paz pública o de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto”), a anular, abrogar o poner entre paréntesis ninguna ley que le concierne cumplir sin condiciones. Veamos: el artículo 13 de la Ley de Instituciones de Crédito establece que, en tratándose de acciones “O” y “L”, consideradas estratégicas en la jerga bursátil, “no podrán participar en forma alguna en el capital social de las instituciones de banca múltiple personas morales extranjeras que ejerzan funciones de autoridad” (es el caso del gobierno de Estados Unidos).
El artículo 18 de la Ley para Regular las Agrupaciones Financieras dice, en su artículo 18, lo mismo: “no podrán participar en forma alguna en el capital social de la controladora personas morales extranjeras que ejerzan funciones de autoridad”. El secretario de Hacienda alegó en su descargo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, diciendo que lo que disponía justificaba su proceder. Alguno de sus asesores debería dedicarse a estudiar el texto del tratado, pues encontraría que, en su anexo VII a las reservas, impone que “los gobiernos extranjeros y las empresas estatales extranjeras no pueden invertir, directa o indirectamente en sociedades controladoras…” y viene una retahíla de especificaciones.
Los gobernantes priístas de antaño no fueron ningún modelo para nadie, pero sabían cubrir sus actos con el cumplimiento (muchas veces sólo en apariencia) de las leyes que ellos mismos aprobaban. Los panistas de hoy piensan, evidentemente, que las leyes son sólo un adorno inútil y que se las puede usar como se quiera, tergiversar, ignorar o, incluso, anularlas cuando no dicen lo que les conviene. Los priístas jamás informaban gobernando; los panistas no gobiernan y menos informan.
El gobierno legítimo de López Obrador les está poniendo una muestra a todos ellos de lo que es hacer política informando. Por supuesto que no puede gobernar, pues no tiene el poder del Estado, pero todas sus tareas desembocan en un continuo y permanente esfuerzo por informar a sus millones de seguidores de todos los pasos que está dando y, sobre todo, de los que están dando sus adversarios, los cuales no hacen más que revolcarse en el lodazal de la arbitrariedad, la impunidad y la desinformación.
Escasez de perspectivas
L
a Cumbre de Líderes Progresistas, celebrada ayer en Viña del Mar, Chile, en la que participaron los dirigentes de Argentina, Brasil, Chile, España y Gran Bretaña, entre otros, así como el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, arrojó resultados ambiguos y ciertamente poco esperanzadores de cara a la reunión del Grupo de los 20 (G-20), que arranca el próximo 2 de abril en Londres, Inglaterra.
La reunión concluyó con la resolución de defender, en el próximo encuentro del grupo de países, la consigna de crear “una nueva economía que permita que la prosperidad sea ampliamente compartida”; con llamados a poner en marcha “soluciones profundas y estructurales” –según dijo el mandatario brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva–; con el reconocimiento de que es pertinente crear una “regulación transfronteriza” para los mercados financieros –en palabras de Gordon Brown, primer ministro británico–; con el rechazo a vivir “en un mundo sin reglas” y con señalamientos en torno a la importancia de que el Estado desempeñe “un rol más activo” en la economía, de acuerdo con Cristina Fernández, presidenta de Argentina. Tales propósitos, sin embargo, se conjugaron, entre otras cosas, con un rotundo rechazo a las “políticas proteccionistas” y con la intención manifiesta de concluir las negociaciones de la ronda de Doha, escenario por demás indeseable en un momento en el que, de acuerdo con cifras de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), alrededor de mil millones en todo el mundo pasan hambre, y cuando es necesario, por ello, garantizar la soberanía alimentaria de las naciones, al contrario de lo que provoca el modelo de liberalización comercial agrícola impulsado por la Organización Mundial de Comercio.
Esta falta de definición, así como la exclusión de este tipo de reuniones de los países que han adoptado posturas contrarias y, particularmente, expresado críticas al espíritu capitalista –los casos de Venezuela, Bolivia y Ecuador–, constituyen elementos indicativos de una escasez de perspectivas ante los desafíos que plantea la difícil coyuntura económica internacional. No parece haber, ni siquiera por parte del ala “progresista” de los liderazgos mundiales, suficiente claridad sobre las transformaciones que se necesitan en los ámbitos de la política económica, y de la política a secas, a escala planetaria. En este contexto se inserta el anuncio hecho ayer mismo por Estados Unidos de que no levantará el embargo comercial que mantiene desde hace más de cuatro décadas en contra de Cuba, declaración que prefigura el mantenimiento por Washington de inercias que debieran ser abandonadas en la circunstancia actual: dicho bloqueo –es inevitable recordarlo– constituye un castigo inhumano, injusto e ilegal para el conjunto de la población cubana, es objeto de condena casi unánime en el ámbito internacional y, al día de hoy, resulta inconsecuente con los objetivos diplomáticos enunciados por el propio Barack Obama tras su llegada a la Casa Blanca.
En suma, la cumbre celebrada ayer en Viña del Mar confirma que la presente circunstancia económica no podrá superarse en la medida en que las decisiones sobre asuntos que afectan al conjunto de la población mundial sean tomadas por un puñado de naciones. Es necesario, por tanto, llevar las discusiones sobre la crisis global más allá del ámbito del G-20 y dar voz al conjunto de la comunidad internacional, empezando por los países más pobres, que son, a fin de cuentas, los que padecen de forma más aguda los efectos de los actuales descalabros económicos.
Carlos Monsiváis
Estado laico

Para rezar el rosario,mi hermano el que se murió,ése si era santulario,no pícaro como yo.Son jarocho
Hace 10 años el Estado laico era un término en desuso. No había necesidad de mencionarlo por ser una realidad histórica. Al llegar la derecha al poder en el 2000, la expresión Estado laico volvió a oírse por necesidad. Fox dijo descuidadamente: “¿El Estado laico, y eso con qué se come?”, o algo semejante, aunque lo común no era ni es discutir el término sino redefinirlo. Tanto los jerarcas católicos como los funcionarios del gobierno federal y alcaldes, diputados, senadores y gobernadores del PAN insisten en hacer del laicismo una mala palabra, una antigualla antirreligiosa, la intrusión del Estado en los derechos de los padres de familia.
La confusión se intensifica tratándose de los creyentes y evangelizadores que, por casualidad, son funcionarios. Tomo un ejemplo extremo, el de Ana Teresa Aranda, subsecretaria de Gobernación, encargada de Asuntos Religiosos; al celebrar su cumpleaños 55 (Milenio de Puebla, febrero de 2009), lanzó un sentido fervorín, algo de su estricto derecho de no estar acompañada de sus colaboradores, de no estar presentes los medios y de no ser ella, perdón por la repetición, subsecretaria de Gobernación encargada de Asuntos Religiosos.
Doña Ana Teresa afirmó su causa primordial y su criterio primordial: “Que Dios de verdad se compadezca y apoye nuestras solicitudes y también pedirle al Todopoderoso por nuestra patria, por nuestro México, porque creo que es un momento en el que debemos ser humildes para poner la rodilla en el suelo y decirle: Señor, estamos a tus órdenes y seguimos chambeando”.
¿Una subsecretaria de Gobernación puede olvidarse de esa condición en un acto tan público como lo indica la comparecencia de sus colaboradores? Ella, por lo pronto, es imperturbable: “Cuando yo digo gracias, estoy haciendo también una solicitud al cielo, le estoy pidiendo a Dios gracias, gracias, bendiciones para ustedes, para sus familias, muchas bendiciones, que Dios de verdad se compadezca y apoye nuestras solicitudes y también pedirle al Todopoderoso por nuestra patria, por nuestro México”.
No se discuten ni la sinceridad ni los derechos religiosos de doña Ana Teresa. Lo muy debatible es su desdén por el carácter laico del Estado que obliga a sus funcionarios a respetar todas las creencias (o ausencia de ellas) y a ser neutrales en asuntos religiosos. En el diario Intolerancia de Puebla, de la misma fecha, el periodista Mario Martell describe la reunión: “Fue como una tardeada sabatina de colegio de monjas.”, y transcribe el final del sermón: “Es el momento, Señor, estamos a tus órdenes, somos muy pocos los obreros de la mies, queremos tener una muy buena cosecha”.
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¿Qué es hoy el Estado laico? Algo que el 4 de diciembre de 2008 despreció el Congreso de Baja California de mayoría panista, al reformar con el decreto 175 el artículo séptimo de la Constitución Política del estado, para considerar el derecho a la vida desde el momento de la concepción y derogar todas las leyes que contradijesen tal dogma. Esto implica la prohibición del aborto aun en situaciones que antes permitía la ley: en casos de violación, malformación del producto y/o incluso cuando la vida de la madre esté en riesgo.
Con esta reforma en vigencia:
—Una mujer que lleve en su vientre un feto anencefálico deberá finalizar su embarazo con un parto, aun si el producto está destinado a morir, con todas las implicaciones económicas y sicológicas que ello tiene sobre la madre y su familia.
—A una joven víctima de violación se le negará el uso de la pastilla de emergencia y se le obligará a terminar su embarazo con el parto, sin considerar lo que afecte este embarazo a su salud física y sicológica y a sus relaciones personales y familiares.
—Una señora mayor que resulte embarazada y a la que el parto ponga en riesgo su vida se le prohibirá el aborto, obligándola a morir.
—Quedan prohibidos la inseminación artificial, la fecundación in vitro y los métodos anticonceptivos como el DIU y la pastilla del día siguiente.
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“Esto no se puede resolver con la distribución de preservativos. Al contrario, incrementa el problema. La única solución es doble: la primera es una humanización de la sexualidad, una renovación humana y espiritual que traiga una nueva forma de comportamiento entre la gente; y en segundo lugar, una amistad sincera, especialmente hacia aquellos que están sufriendo”. Esto declaró al iniciar su viaje por África el papa Benedicto XVI, y esto acató la Secretaría de Educación del gobierno panista de Querétaro —Jacobo Pichardo Otero, Tribuna de Querétaro, 16 de febrero de 2009— al enviar al basurero de la historia la efectividad del condón. La secretaría sostiene en su página de internet, y sin aportar prueba científica alguna, que el condón falla entre 3% y 15%, lo que sería “igual de riesgoso a tomar un vaso de agua con un 3% de posibilidades de que (éste) contenga cianuro”.
La analogía es impresionante: usar el condón, y repito la tesis para convencerme de que sí la emitieron, es “igual de riesgoso a tomar un vaso de agua con un 3% de posibilidades de que (éste) contenga cianuro”. Ni siquiera vale argumentar que no usar condón podría equivaler a tomar un vaso de cianuro con la posibilidad de que contenga algo de agua. Esta afirmación es parte de los textos de la capacitación impartida al personal de la Unidad de Servicios para la Educación Básica en el Estado de Querétaro (Usebeq) en materia de educación afectiva y sexual, parte del programa “Cultivando valores”.
Además, la Usebeq considera que la educación sexual de los niños no debe ser una asignatura que “se vacía de contenido ético, se pone a la altura de las matemáticas, se llena de conocimientos anatómicos dirigidos al control de la natalidad, la prevención de infecciones y a matar el pudor natural”. Según tal capacitación, el sexo y la sexualidad no se refieren tan sólo al aspecto físico y biológico, sino a la persona como unidad y totalidad. Se recomienda a los maestros fomentar “la educación del pudor”, sin definir en qué consiste, “ya que es indispensable aprender el pudor desde pequeños; de igual forma, se recomienda no dar más datos de los necesarios a los niños, no tener espontaneidad ni descaro”, y atender sus dudas “a solas” ya que “todos los niños son diferentes”.
Escritor

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