9/26/2015

Mujeres inmigrantes se organizan para acompañar a víctimas de violencia machista


La red de “Promotoras para la prevención de la violencia de género” se presentó en el Tercer Encuentro que la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe celebró bajo el lema “Por nuestro derecho a vivir una vida libre de violencias”

 Gloria López

Madrid, 22 septiembre. 15, AmecoPress. El momento de tomar la decisión de salir de la espiral del maltrato, separarse del agresor y denunciar la violencia es muy complicado. Tal vez el más frágil en todo el proceso que sigue una mujer para volver a tomar las riendas de su vida. Los agresores huelen el fin de su imperio y suelen acrecentar los signos de su dominio. Ellas se enfrentan a trámites y cambios que desconocen y para los que no se sienten preparadas. Si además, se trata de mujeres inmigrantes, la vulnerabilidad aumenta. Por ello, es fundamental la promoción de redes sociales de apoyo para el acompañamiento de mujeres inmigrantes que sufren violencia de género.

“En muchos de nuestros diagnósticos, constatamos que faltan redes sociales para apoyar la decisión de denunciar”, afirma Tatiana Retamozo para explicar una iniciativa reciente, impulsada desde la asociación de mujeres Amalgama –incluida en la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe en España-: una red de “Promotoras para la prevención de la violencia de género”.

Las redes sociales de apoyo son indispensables para apoyar a mujeres que sufren violencia de género, dispositivos de atención afables que brinden garantías de protección y prevención que les permita transitar con seguridad en el laberinto que representa la justicia.

Se trata de una iniciativa incipiente. “Pretendemos construir una red de apoyo mutuo y acompañamiento entre nosotras. Dotar a las participantes de conocimiento, información y herramientas acerca de la violencia de género, que permita detectarla, ofrecer apoyo, información y acompañamiento a las mujeres que la sufren, con el fin de acompañarlas y facilitarles su proceso de autonomía”, asegura Tatiana.

En el caso de Madrid, la acción formativa es coordinada por Amalgama, en Barcelona, por la asociación de Mujeres Pa’lante. Participan integrantes de SEDOAC, Rumiñahui, Amalgama – Entrenos, Casa Colombia, entre otras organizaciones, y también mujeres a título individual.

La formación se desarrolla a través de la metodología “senso-aprendizajes”, propuesta por Ana Camargo. “Es una metodología que parte de las experiencias personales. Todas, por ser mujeres, hemos sufrido violencia. Partimos de ahí para meternos en la piel de las mujeres a las que vamos a ayudar”, comparte Tatiana. De momento, la formación incluye cinco módulos presenciales y prácticas con acción comunitaria. Esta experiencia pedagógica se sistematizará y elaborará una guía como instrumento de trabajo.

Apoyo en una larga travesía

Tatiana aclara que “no queremos sustituir a las abogadas, psicólogas, ni a ningún campo especializado de atención” y que el hecho de ser “pares” de estas mujeres fortalece la confianza y anima a que “mujeres sobrevivientes” quieran “ayudar a otras a salir de la violencia”. Van acompañando a mujeres que sufren maltrato, las orientan –“aunque nos surgen muchas dudas por el camino”-, las animan, están a su lado en la a menudo larga travesía que siguen las mujeres cuando se atreven a denunciar.

Las mujeres migrantes, por su situación de subordinación como migrantes y como mujeres, están expuestas a la explotación y los malos tratos. De total de mujeres asesinadas en España (766) del 2003 al 2013, un 15,8% fueron mujeres inmigrantes con documentación en regla y un 2,6% inmigrantes sin regularizar. Según la macroencuesta sobre violencia contra la mujer 2015 realizada por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, las mujeres que han nacido fuera de España afirman haber sufrido violencia física, sexual o miedo de sus parejas o exparejas en mayor medida (27,7%) que las nacidas en España (14%), diferencias significativas.

Las inmigrantes ocupan un eslabón inferior en la cadena de discriminaciones de género en la sociedad que se interrelacionan con categorías como la etnia, clase, edad, discapacidad, idioma, religión, situación administrativa y laboral, o el racismo institucional y social. Lo que puede incrementar las condiciones de vulnerabilidad, invisibilidad, menor acceso a la información y a dispositivos de protección para las víctimas de violencia de género.

“Solo podemos superar este flagelo, promoviendo la igualdad de condiciones y de derechos que elimine todas las discriminaciones estructurales, históricas y culturales”, sostiene Retamozo. Y para ello es fundamental “promover el empoderamiento de las mujeres”.

La activista insiste en que las mujeres inmigrantes cuentan con un escaso o débil tejido familiar y social en el lugar de residencia. Además, el acceso a los recursos de protección y a la justicia es complicado. “Todas las víctimas de violencia machista se encuentran con las carencias de falta de formación de los profesionales que las atienden en la policía, en los juzgados, etc.”, argumenta, “pero en el caso de las mujeres inmigrantes esto se agudiza y si, además, están en situación irregular, aunque en principio la ley las protege, ellas tienen miedo. Creen que las expulsarán, no saben qué pasará con ellas y con sus hijos si sus papeles dependen del agresor, arrastran también muchos estereotipos del país de origen”. En algunos casos, esto se complica por el desconocimiento del idioma.

Normativas como la Ley de Extranjería, el endurecimiento de los requisitos de reagrupación familiar, el Decreto que excluye a las personas en situación irregular de la sanidad pública y universal, la precarización del sector del servicio doméstico –en el que trabajan muchas inmigrantes- como consecuencia de la crisis, el aumento de las redes de trata con fines de explotación sexual o la amenaza de los centros de de Internamiento para Extranjeros (CIEs), no hace sino agudizar las condiciones de vulnerabilidad de las mujeres inmigrantes y acrecentar las barreras para que las víctimas de violencia de género accedan a los recursos previstos por la ley integral.

El proyecto “Promotoras para la prevención de la violencia de género” fue presentado el viernes en el Tercer Encuentro que la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe celebró bajo el lema “Por nuestro derecho a vivir una vida libre de violencias”. “Tenemos la convicción que será un espacio de empoderamiento, complicidades y apropiación de nuestro enfoque de trabajo. Nos sentimos reconocidas en el compromiso de las mujeres por participar en esta travesía formativa”.

Foto: Archivo AmecoPress, cedidas por la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe en España 

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