9/26/2015

#7N, #YoVoy, #CuestiondeEstado, #MachismoMata


   DESDE LA LUNA DE VALENCIA
Por: Teresa Mollá Castells*



Aunque el nombre de este artículo pueda parecer un galimatías, no lo es en absoluto. Es coherente con lo que voy a expresar. En el Estado español y en lo que llevamos del año se han producido 71 casos de feminicidio y asesinatos, y todavía no hemos acabado septiembre. Y sólo hay silencio por parte de quienes gobiernan nuestros destinos desde el ámbito del Estado.
 
Ya lo he dicho en muchas ocasiones: estoy convencida de que para esta gente necia y aunque no puedan permitirse decirlo en público, las vidas de las mujeres son, simplemente, vidas de segunda categoría. Y así actúan ante esta sangría de asesinatos que se han producido y que, desgraciadamente, se seguirán produciendo.
 
No está en su agenda política la protección de las mujeres como potenciales víctimas de este tipo de terrorismo, que ya ha asesinado mucho más que ETA u otros grupos terroristas. Pero no pasa nada. Nunca pasa nada cuando de la vida de las mujeres se trata.
 
Y no pasa nada porque se han naturalizado tanto las violencias que se ejercen contra las mujeres en todos los ámbitos, que es como si ese estado de cosas fuera normal, natural.
 
Las estructuras de poder político, social, económico, etcétera, generan desigualdades entre mujeres y hombres (todavía hoy) que son importantes y en todos los sectores.
 
Y, por tanto, esas desigualdades (acceso al mercado laboral, a promociones laborales, a estar en la vida política sin ser utilizadas y recambiables, acceso a la educación libre de sexismos, al derecho a una salud integral y específica, etcétera) generan en sí mismas una tipología de violencia mucho más silenciosa pero, al tiempo, mucho más perversa.
 
Es la violencia estructural. Una violencia silenciosa y naturalizada que va impregnando los códigos de transmisión de pensamientos y valores en los que nos socializamos hasta el punto que los micromachismos pueden llegar a ser considerados como más o menos “normales” y por tanto aceptables.
 
La violencia estructural se esconde en todos los ámbitos de nuestra vida. Está ahí, despreciando las vidas de mujeres y niñas al haberlas colocado como subsidiarias a las de los hombres que son quienes mayoritariamente siguen ostentando los poderes y ejerciéndolos como aves de rapiña cuando alguna de nosotras llegamos, nos plantamos y afirmamos que estamos aquí para quedarnos.
 
Para ello y a través de un férreo sistema diseñado por el patriarcado, buscan desunirnos para impedir que nos reconozcamos como iguales y nos unamos para parar, entre otros temas, esta sangría de vidas de mujeres con la que pretenden hacernos desistir de nuestros intentos por mejorar nuestras condiciones de vida, y por atrevernos a exigir una vida digna y sin violencias.
 
Pero, pese a las complicaciones, en esta ocasión como en otras anteriores con nuestras predecesoras, se han equivocado. Las organizaciones feministas y mujeres en particular estamos exigiendo medidas concretas para erradicar este tipo de terrorismo que nos asesina por ser mujeres.
 
Lo llevamos haciendo muchos años, y como consecuencia de ello hace 11 años se aprobó la Ley Orgánica 1/2004 sobre Protección Integral contra la Violencia de Género. Y se aprobó por unanimidad.
 
Pero ante la inacción de este desgobierno, al que lo único que le interesa de las mujeres es que sigamos pariendo como deber y no como voluntad, como han demostrado recientemente con la modificación de la ley del aborto dejando a las mujeres jóvenes de 16 y 17 años sin derecho a decidir sobre su propio cuerpo, las organizaciones feministas y mujeres y hombres que se sienten feministas, hemos reaccionado y vamos a salir de la calle para exigir alto y claro que se tomen medidas para que dejen de asesinarnos, para exigirle al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y al resto de líderes políticos que nuestras vidas de mujeres no se tocan, que nuestros cuerpos de mujeres no se han de prostituir para lucro de proxenetas y mafias que comercian con nuestras vidas y nuestros cuerpos.
 
Que cada ASESINATO de una mujer o de sus hijas e hijos es un enorme fracaso político que les debería remover las conciencias e impedirles dormir por las noches. Que con cada ASESINATO arrebatan la vida de seres humanos libres y con derechos que ellos y ellas no protegen.
 
Y por ello y por muchos motivos más EXIGIMOS que este tema sea una cuestión de Estado prioritaria, porque no queremos ser asesinadas, maltratadas y prostituidas por ser mujeres.
 
Porque queremos vivir una vida sin violencias de ningún tipo. Porque queremos ir desmontando las mentiras del patriarcado, y por tanto ir eliminando las violencias estructurales que permiten este y otros tipos de violencias asesinas.
 
Porque sabemos quiénes están detrás de la perpetuación de estas violencias y que necesitan mantenerlas para sus propios intereses. Porque con cada silencio en cada uno de los asesinatos de mujeres y sus hijos, el grado de complicidad con los terroristas machistas aumenta y se hace más imperdonable la ausencia de medidas urgentes para prevenir y erradicar este tipo de terrorismo machista.
 
Porque con cada nueva medida que se toma para recortar recursos destinados a educar, formar y preparar a quienes vienen detrás en una vida libre de violencias, es un atentado contra el derecho humano esencial: el derecho a una vida digna y libre de todo tipo de violencias.
 
Más de 150 asociaciones feministas y muchas personas, mujeres y hombres comprometidos con el feminismo y con una vida libre de violencias hemos decidido convocar a una gran marcha contra las violencias machistas, que será el próximo 7 de noviembre en Madrid.
 
Debemos inundar la capital con nuestras denuncias y con nuestras exigencias a una vida libre de violencias machistas de todo tipo. El #7N #YoVoy a #Madrid para exigir que el #TerrorismoMachista sea una #CuestióndeEstado, porque #NosQueremosTodas y que no haya #NiUnaMenos.
 
Debemos alzar de forma potente, clara y contundente nuestra voz ante los asesinatos de mujeres y niñas, y contra todo tipo de violencias machistas porque no somos ciudadanas de segunda. Pero sobre todo debemos hacerlo porque TENEMOS DERECHO A UNA VIDA DIGNA Y SIN VIOLENCIAS MACHISTAS.
 
Yo estaré en #Madrid el #7N porque no quiero que haya #NiUnaMenos y porque #NosQueremosTodas.
 
¿Y tú, vendrás a alzar tu voz y a exigir una vida digna y sin violencias machistas, o serás cómplice con tu silencio?
 
 
*Corresponsal en España. Comunicadora de Ontinyent.
Cimacnoticias | España.-

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