Palabra de Antígona
"...la ahora
ex diputada Martha Lucía Micher Camarena, quien fue presidenta de la
Comisión de Igualdad, propuso al Congreso que se solicitara la alerta de
género en todo el país. Parecería exagerado. Pero no lo es"
México
DF., 21 sep. 15. AmecoPress/SemMéxico.- En el país la violencia contra
las mujeres es apabullante. Cuando se analizan las cifras globales, se
examina en lugares específicos, se proyectan los datos de las encuestas
-la última fue en 2011- y se leen los reportes periodísticos, queda
claro que estamos ante una emergencia nacional.
Tal
vez por eso, cuando aún era integrante de la LXII Legislatura, la ahora
ex diputada Martha Lucía Micher Camarena, quien fue presidenta de la
Comisión de Igualdad, propuso al Congreso que se solicitara la alerta de
género en todo el país. Parecería exagerado. Pero no lo es.
De acuerdo con
los datos oficiales, han solicitado la alerta de género doce entidades
del país, lo hicieron grupos sociales o de derechos humanos, con datos,
estudios precisos, es decir, de municipios o zonas específicas. Algunas
de estas solicitudes se hicieron hace más de cinco años. Sólo se han
declarado dos: Estado de México y Morelos.
Alejandra
Negrete, responsable de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar
la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM), de la Secretaría de
Gobernación, dijo el 15 de agosto que la alerta tiene por objeto dar
seguridad, justicia y prevención; que se puede hacer por derecho
comparado, cuando una ley afecta los derechos humanos de las mujeres.
Esto es suficiente para alertar a las autoridades y tomar medidas de
emergencia.
Es verdad lo
que dice la ex diputada. Si en México existen leyes y prácticas que
violan los derechos humanos de las mujeres y hay, además, mujeres
asesinadas de manera consuetudinaria, urgen medidas definitorias. Los
gobiernos federal y de los Estados tienen que cumplir con la ley.
Tolerancia cero, dice la presidenta del Instituto Nacional de las
Mujeres, Lorena Cruz, que ya atravesó todo el país tratando de
sensibilizar a los gobernadores.
Es claro que
los estudios y los datos ya están en Gobernación para los casos de
Veracruz, Nuevo León, Guanajuato, Sonora, Morelos, Estado de México,
Chiapas, Colima, Baja California, Michoacán, Puebla y Jalisco, que
representan más de la tercera parte del territorio nacional, sin dejar a
un lado que el flagelo no disminuye en Chihuahua, Oaxaca, Quintana Roo y
espanta en Tlaxcala si tan sólo vemos ahí el delito de trata.
¿Qué esperan?
Además, Alejandra Negrete en una entrevista con El Universal, dijo
claramente que hay recursos etiquetados, ocho millones de pesos para
2015. Esto nos permite señalar que los señores gobernadores no actúan en
sus sistemas estatales ni en sus procuradurías porque no quieren.
Es verdad que a
raíz del anuncio hecho en junio pasado por de Lorena Cruz de que se
acelerarían las declaratorias de alerta de género, las cosas cambiaron.
Si hubo un cambio de postura, como me declaró este sábado, Guadalupe
Ramos Ponce, representante en México del Comité de América Latina y el
Caribe para la Defensa de los Derechos Humanos de las Mujeres (CLADEM).
El 31 de julio se anunció la alerta en el Estado de México y el 10 de
agosto en Morelos.
Se desechó en
Guanajuato con el argumento de que el gobierno estatal se comprometió a
tomar medidas sugeridas, luego de un lustro de denuncias y estudios
claros; oficialmente se ha dado entrada a las solicitudes de Veracruz,
Sonora y Colima; están en proceso Baja California y no se sabe qué
sucede con la solicitud de Nuevo León. Recién el 17 de septiembre, el
gobierno de Jalisco ordenó crear la mesa interinstitucional que la
estudie.
Este es otro
cambio de actitud en Jalisco, por cierto diferente a la bufonada de
Eruviel Ávila. El ejemplo de Jalisco podría replicarse en otras
entidades.
Alguna vez dije
que la Alerta se solicita como presión política, cuando lo que importa
es la aplicación de la ley. Me explicaron que es verdad que la alerta, a
la letra de la ley, es para un caso de emergencia, pero que la presión
en todas partes ha permitido mirar que después de casi ocho años, la Ley
de Acceso no aplica y ni los gobiernos previenen, aunque tengan
consejos estatales teóricamente en funciones y aunque se miren
diariamente las cifras. Se hacen como que no saben. Otros se sienten
implicados, algunos más hasta llegaron a prohibir hablar de violencia
contra las mujeres, como el caso de Nayarit.
Lo que no
podemos hacer es continuar con los ojos cerrados. Ni dejar hacer y
pasar. Ahora ya la y los gobernadores saben que el problema existe.
Tienen recursos asignados, no sólo para la alerta sino para sus
programas de prevención. Recursos que son distintos y vienen de diversos
lugares: Gobernación, SEDESOL, otros más de organismos internacionales,
más sus presupuestos. Entonces no se trata de dinero sino de
comprensión del problema y de voluntad política.
Urge el sistema
de registro, urge un cambio estructural del sistema de justicia, pero
eso caerá en el vacío, si las autoridades de todos los niveles, las y
los servidores públicos y buena parte de la sociedad no se ponen una
alerta en serio, más clara y eficaz que ordenar el lazo naranja en la
solapa. Ese lazo que quiere decir que la persona que se lo coloca está a
favor de erradicar la violencia contra las mujeres.
Es necesario
explicar la situación, ahora que hay un cambio de actitud. Hay que
indignarse, reconocer que no se podrá hablar de nada si no se detiene el
flagelo que cobra vidas, destruye otras y tiene un elevado costo,
porque no sabemos cuánto cuesta al sistema de salud atender a las
mujeres violentadas y nadie se inmuta con las crónicas periodísticas o
con las muchas denuncias que se publican en las redes sociales. Ya es
tiempo de echar a la basura la demagogia y actuar, como en un concierto,
con medidas paralelas de todo tipo, en la escuela y en la vida laboral,
en la vida privada y familiar, en todos los espacios.
Tiempo para que
los medios de comunicación que se llenan de oro en las campañas con los
anuncios de la Presidencia de la República, cooperen. Todo ello, que va
mucho más lejos que la declaración de la Alerta, que está en el debate
nacional y es muy visible esta calamidad que corta la libertad y la vida
de las mujeres.
Foto: Archivo AmecoPress.
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