Entrevista a Julieta Paredes, mujer aymara boliviana, feminista comunitaria, poeta, cantautora, escritora y activista
FSJ:
Para los lectores que no conocen el Feminismo Comunitario. Cuéntenos
brevemente cuál es su objetivo principal y las herramientas que
utilizan para cumplir esos objetivos.
JP: Es interesante hablar
de la Asamblea de feminismo Comunitario que emprende el camino de
retomar la energía de nuestras raíces para concretar lo que hoy es el
Feminismo Comunitario.
Esto ocurre en un proceso que pasa por
la insurrección en Octubre 2003, de nuestro pueblo, que echa al
neoliberalismo de nuestros territorios y donde inicia la Asamblea
Feminista como espacio de reflexión del feminismo y de la revolución.
Es importante establecer esta relación pues no se trata de que por
vivir en una comunidad somos feministas comunitarias; es la reflexión y
la producción conceptual también desde el feminismo con 24 años de
activismo en Bolivia que logra parir lo que hoy es el Feminismo
Comunitario.
Nos parece fundamental señalar esto, para evitar
interpretaciones superficiales o utilizaciones oportunistas o
individualistas de nuestro nombre.
No hay margen para hablar
de “mi feminismo comunitario”. Somos un movimiento organizado,
cualquier mujer que se comprometa, se organice con nosotras, se
entregue a esta causa y deje sus privilegios puede ser feminista
comunitaria o puede usar nuestra producción política y conceptual para
su activismo o análisis pero nombrándonos.
Feminismo
Comunitario es un movimiento y una organización social que produce
conceptualizaciones útiles para nuestras luchas. Así que pedimos
amablemente, pero con firmeza, a quienes están usando nuestro nombre
que dejen de hacerlo y que nos respeten. Entendemos este hecho como
fruto de la despolitización colonialista que hizo una filosofa italiana
radicada en México y que vanalizó el feminismo comunitario, a su
capricho ella decide quién es y quién no, es el intento de trivializar
y “folcklorizar” un pensamiento, un movimiento y organización social,
tan profunda y tan rica como es el Feminismo Comunitario.
FSJ: ¿Cuáles son las diferencias fundamentales entre el feminismo comunitario y el feminismo europeo y norteamericano?
JP: Que la patriz del Feminismo Europeo es el individualismo, la
modernidad, la propiedad privada, la democracia, los derechos civiles,
el maniqueísmo y la concepción lineal del tiempo, entre otras.
Nuestra matriz como feministas comunitarias es la comunidad, el vivir
bien, el tiempo considerado circular, el profundo amor por nuestros
pueblos, la autonomía de nuestros cuerpos, territorios y conocimientos.
La libertad y la política como el compromiso con las luchas de nuestros
pueblos y remarco que las mujeres somos la mitad de cada pueblo
luchando contra el sistema Patriarcal, que es el sistema de todas las
opresiones construido sobre los cuerpos de las mujeres.
FSJ: ¿Es el feminismo comunitario un feminismo disidente en América
Latina donde está tan arraigado el feminismo europeo y norteamericano?
JP: No es un feminismo disidente, es nuestro feminismo que retoma las
luchas de nuestras abuelas en Bolivia pues el feminismo comunitario
nace en Bolivia desde las vertientes de nuestro feminismo de mujeres
creando comunidad y el proceso de cambio de nuestro pueblo.
Al recuperar nuestra memoria larga es un feminismo que tiene sentido
para muchas mujeres en distintos países. El feminismo comunitario
tampoco se coloca en la otredad pues no somos lo otro de un uno, la
medida del feminismo comunitario son las luchas y la memoria de mujeres
y hombres de nuestros pueblos a esto se suma todo el proceso de cambio
con las propuestas rompedoras y muy avanzadas que Bolivia está
aportando al mundo.
Por otro lado entendemos que el Feminismo
Latinoamericano tuvo una dinámica de los Encuentros que le dio una
identidad al feminismo Latinoamericano, pero lamentablemente los
encuentros fueron copados por las ONGs y ahí se perdió el dinamismo del
movimiento.
FSJ: ¿De qué manera utiliza el feminismo
comunitario los conceptos de “género” y “raza” dentro de sus
reivindicaciones sociales y políticas?
JP: Son categorías que denuncian opresiones.
FSJ: ¿Cómo descolonizar la mente, sin descolonizar el lenguaje? Lísteme algunas palabras descolonizadas.
JP: Hermana, la dicotomía mente-cuerpo, espíritu-cuerpo es colonial y
metafísica. El lenguaje expresa lo que piensas o eres. Por eso tampoco
se descoloniza desde la teoría y la academia; en ese sentido decimos
que no hay teoría decolonial ni poscolonial que ilumine la
descolonización. Por eso lo escrito hasta ahora como teoría decolonial
y poscolonial son elucubraciones académicas neocolonizadoras, la
descolonización son acciones concretas de liberación de los pueblos
originarios como las del lenguaje ante el cual hay que tomar posición
unas veces será apropiándose; otras, desechando las palabras, otras
creando nuevas y otras ocupando los espacios del lenguaje con nuestros
lenguajes idiomas y sus sonidos.
FSJ: ¿Qué estrategias se
pueden usar para confrontar el machismo de algunos miembros de
izquierda que caricaturizan y reducen el feminismo a expresiones de
mujeres lesbianas y/o resentidas?
JP: Tenemos que separar
el cuerpo de la construcción social y política que se hizo sobre ellos
y que nosotras llamamos cárcel del género. El género es una cárcel que
aprisiona los cuerpos y no nos permite ser como queremos ser como
sentimos ser, es el paso previo; cuerpos libres para disfrutar y sentir
placer.
FSJ: El cuerpo está en el centro de las teorías
feministas comunitarias. Frente a la explotación que sobre éste ejerce
el capitalismo, que impide los orgasmos, el goce, la creatividad. ¿Qué
proponen ustedes para liberar el cuerpo de la mujer y del hombre?
JP:
Recuperarlos de las cárceles del género, repolitizar el género y
denunciarlo como una relación de injusticia y discriminación de los
cuerpos de las mujeres. Por eso, denunciamos la despolitización que se
ha hecho de esta categoría a tal punto que las hermanas y los hermanos
están tan confundidos que quieren pasar de una cárcel a otra o lo
llamado transgénero.
FSJ: ¿Qué margen de acción tiene el
feminismo comunitario en América Latina donde reina el patriarcado a
través del Caudillismo?
JP: Construir la comunidad es
fundamental, nosotras como feministas comunitarias hacemos acción
política sin caudillismos practicamos la rotación de tareas. Hoy
estamos en más países del continente y hemos construido mas allá de la
Asamblea del Feminismo Comunitario AFC de Bolivia, hoy tenemos el
movimiento en Latinoamérica y el Caribe se llama "Feminismo comunitario
de Abya Yala" FCAY.
FSJ: ¿Qué tanto ha avanzado Bolivia
con un gobierno indígena y de izquierda en el proceso de
despatriarcalización y descolonización de su sociedad?
JP: La despatriarcalización y la descolonización del cuerpo de las
mujeres es obra de las organizaciones sociales de mujeres donde estamos
comprendidas las feministas comunitarias, es bien difícil pero lo vamos
logrando. Nuestros hermanos y compañeros interpretan reducidamente la
descolonización y por otro tergiversan la despatriarcalización, pero
sin duda es un proceso que esta muy avanzado respecto a las políticas
de genero que campean en el resto del mundo.
FSJ: ¿Qué
opinión le merece el uso del concepto de empoderamiento de la mujer
promovido desde las ong y entendido como algo que hacen otros por la
mujer?
JP: Vos dices no más pues, como si el poder no
fueran relaciones, como si el poder fuera una cosa que nos van a dar.
Hoy en Bolivia estas relaciones de poder se han transformado, desde el
feminismo comunitario hablamos del poder como verbo y eso es construir
nuestras utopías.
FSJ: Finalmente, qué lugar ocupan Gregoria Apaza y Bartolina Sisa [i] en la historia del feminismo latinoamericano y mundial?
JP: Ninguno porque para que ocupen un lugar hay que descolonizar el
feminismo. Para el feminismo comunitario ellas son nuestras abuelas
luchadoras.
Nota:
Fernanda Sánchez Jaramillo, feminista, periodista, maestra en relaciones internacionales y trabajadora comunitaria
@vozdisidente
No hay comentarios.:
Publicar un comentario