De acuerdo con el CONEVAL, en 2008 más del 80% de los mexicanos vivía en pobreza o en vulnerabilidad. Si a esto se agrega el impacto de la crisis en 2009, y la nula recuperación del ingreso que se espera en 2010, es probable que el número de pobres extremos se incremente en alrededor de 2 millones más; y que el porcentaje de mexicanos en pobreza o vulnerabilidad llegue al 15%.
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Es ingenuo creer que el incremento del IVA al 16%, del ISR al 30%, y los incrementos a la gasolina, en el gas doméstico, en las carreteras de peaje, así como el alza en el precio del diesel agropecuario, no impactará en los niveles de pobreza que hay en el país.
Puede decirse que no sólo la crisis de 2009 sino el difícil inicio de 2010 nos ha "agarrado mal parados" a todos, en particular a los más pobres.
¿Cuántos pobres hay en México?
En sentido estricto nadie puede al día de hoy dar una cifra certera sobre el número de personas que viven en pobreza en México. Esto es así, porque a pesar de que CONEVAL ha presentado una nueva y más completa medición de la pobreza, los datos con que contamos provienen de 2008, mientras que los efectos de la crisis de 2009, y el impacto que tendrá la inflación y el incremento de precios de este 2010, afectará severamente sobre todo a las personas más vulnerables que hay en el país.
Así las cosas, CONEVAL nos dice que en 2008 había 47.19 millones de personas en pobreza multidimensional, de los cuales, 35.99 millones eran considerados como "pobres moderados, mientras que 11.20 millones eran considerados como pobres extremos.
Adicionalmente, 35.18 millones fueron considerados como vulnerables por carencias sociales, mientras que otros 4.78 millones fueron considerados como vulnerables por ingreso.
¿Qué significa ser pobre multidimensional?
Ser pobre multidimensional significa estar privado de ingresos, y de manera simultánea estar privados del cumplimiento de los derechos sociales fundamentales.
Los indicadores considerados por el CONEVAL son: a) rezago educativo; b) acceso a servicios de salud; c) acceso a seguridad social; d) calidad y acceso a servicios en la vivienda; e) calidad y espacios de la vivienda y; f) acceso a la alimentación.
Asimismo, para estimar los niveles de bienestar se consideró a la cantidad de personas que vivían por debajo de la línea de bienestar mínimo y a las personas por debajo de la línea de bienestar.
Esta metodología muestra que la pobreza tiene que ver con mucho más que con la mera carencia de ingresos y que aún con esta medición hay factores de vulnerabilidad que no están considerados y que de incorporarse en próximas estimaciones de la pobreza podrían darnos cuenta de la complejidad.
En ese sentido vale la pena destacar que la violencia doméstica, la violencia social, las enfermedades mentales (como la depresión), vivir la exclusión por vivir con alguna discapacidad o necesidad especial, reprobación y bajo rendimiento escolar, o el trabajo infantil, son dimensiones que no se ha logrado traducir a variables cuantitativas, y que será importante que en el futuro puedan considerarse como factores que pueden incrementar la vulnerabilidad o la pobreza.
Soluciones limitadas y las dimensiones de los rezagos.
Sin embargo, el diseño de las políticas y programas públicos para el desarrollo social también han sido sumamente limitados, lo cual se expresa en los resultados que tenemos a la fecha.
Por ejemplo, si se analizan los datos disponibles con respecto a la carencia de servicios sociales básicos, en el tema del acceso al agua potable al interior de las viviendas, se encuentra que la cobertura reportada por INEGI en 1995 era de 83.6% de la población; para el año 2006, la cobertura registrada fue de 89.6%; mientras que para 2007 fue de 89.9%.
Como puede verse, en 12 años se logró abatir sólo 6% del rezago en este rubro, sin considerar la mala calidad del agua, las fugas, así como la disponibilidad y escasez que hay en amplias regiones del país.
Otro rubro, el referente al alcantarillado, ha tenido mayores avances, aunque el rezago es todavía muy significativo, pues aún cuando se avanzó de una cobertura de 66.6% a 86.1%, cuando estos porcentajes se traducen a números absolutos, significa que 10.7 millones de personas carecían de servicios de agua potable y que 14.8 millones de personas carecían de servicios de alcantarillado en el país.
Puede decirse que no sólo la crisis de 2009 sino el difícil inicio de 2010 nos ha "agarrado mal parados" a todos, en particular a los más pobres.
En materia educativa, INEGI reporta que a 2005 había 5.74 millones de personas mayores de 15 años analfabetas, es decir, apenas una reducción de 200 mil personas en esta condición con respecto al año 2000.
En materia de salud, las cifras de INEGI al 2007 muestra que sólo 85.7 millones de personas tenían protección en salud por algún sistema, ya sea federal, estatal o municipal, lo que significa que 21.3 millones de personas no tenían ningún tipo de cobertura en salud en ese año.
La involución del ingreso
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en los Hogares (ENIGH, 2008) los deciles de población con menores ingresos tuvieron menos recursos en 2008 con respecto a lo que percibían en 2006.
Por el contrario, los deciles de más ingreso fueron los únicos que mantuvieron el promedio de los recursos que perciben. Así, mientras que el primer decil (el más pobre) tuvo un ingreso trimestral de $6,651.00 pesos en 2006, para 2008 la suma disminuyó a $6,116.
Este texto se elaboró con material del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social.
METODOLOGÍA
La selección de los indicadores para elaborar esta investigación se apegó a los siguientes criterios:
1) provienen de fuentes oficiales o de organismos internacionales
2) son datos con representatividad nacional
3) son datos con rastreabilidad, con la misma
metodología en los últimos diez años.
Es probable que esta tendencia se haya agudizado en 2009 y se mantenga así en 2010, pues los datos de la ENOE indican que el número de personas ocupadas que perciben menos de un salario mínimo, y entre 1 y 2 salarios al día, se han incrementado de 2.1 a 2.58 millones entre el tercer trimestre de 2008 y el tercer trimestre de 2009 para el primer caso; y de 6.62 a 7.27 millones para el segundo.
Lo que podemos esperar en el 2010
La medición multidimensional de la pobreza no ha sido suficientemente valorada aún en sus alcances e implicaciones.
En efecto, una vez que se ha asumido una medición de esta complejidad, el diseño de la política pública y de los programas sociales no puede seguir siendo simplemente el mismo, sino que ahora el Gobierno tiene la responsabilidad jurídica, pero sobre todo ética, de actuar en consecuencia.
De este modo, seguir presentando datos aislados sobre crecimiento económico, inflación, afiliaciones al IMSS, etc., resulta una mera estrategia propagandística porque no da cuenta de los avances que de manera agregada, debieran generarse si de verdad se quiere incidir en la reducción de la pobreza y la vulnerabilidad, como las ha definido el CONEVAL.
Así, mientras no haya un efecto combinado de recuperación del poder adquisitivo de los salarios; un incremento sustantivo en la cobertura y calidad de los servicios de salud y educativos; crecimiento económico sostenido con creación de empleos dignos; así como reducción de la marginación; entonces la pobreza y la vulnerabilidad se verán reducidos sólo marginalmente y obviamente no con la velocidad que se requiere.
Por ello resulta paradójico que el Gobierno haya tomado en este año medidas que van al contrario de lo que la realidad indica, reduciendo la toma de decisiones a un proceso gradual de enorme lentitud.
Esto es porque si el gobierno reconoce vía el CONEVAL que sólo menos de 20 millones de mexicanos viven fuera de la vulnerabilidad y la pobreza, entonces resulta incomprensible que se haya incrementado el IVA al 16%, generando con ello una tendencia regresiva del ingreso vía el incremento de precios; que se desincentive la creación de empleos vía el incremento al ISR; y que se controle la inflación a costa del crecimiento económico y la no creación de empleos suficientes ni dignos.
La ENOE, reseñada en diversas ocasiones en este espacio, nos da una clara muestra de la tendencia a la precarización de los empleos y los salarios en los últimos años, por lo que las expectativas para este 2010 con respecto a la pobreza sólo indican una cosa: el número de pobres, lejos de disminuir, podría incrementarse hasta en 2 millones con respecto a la escandalosa cifra de 2008, y si no es así, el resultado más optimista es que el número de pobres no disminuya.
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