Julio Hernández López: Astillero
El senador perredista Carlos Navarrete ha dicho que tiene la sensación de que, respecto a la resistencia del SME, el gobierno pudiera estar preparando un endurecimiento de su posición y la utilización de instrumentos que siempre deben ser los últimos ejercidos por un Estado, que es el uso de la fuerza. Las palabras del legislador guanajuatense tienen especial relevancia porque, además de presidir la mesa directiva de una de las cámaras, él es un político mesurado, miembro del ala perredista menos dada a la confrontación y aliado operativo del gran jefe senatorial, Manlio Fabio Beltrones.
Las palabras de Navarrete surgieron luego que cesó en sus funciones una peculiar instancia de mediación que se creó a propuesta del dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas, Martín Esparza, y que integraron los tres coordinadores de las bancadas principales del Senado (el citado jefe máximo Beltrones, el panista Gustavo Madero y el perredista que formalmente preside las sesiones) y dos significados representantes de la educación superior mexicana (el rector de la UNAM, José Narro, y quien hasta hace poco era director del Politécnico Nacional, José Enrique Villa Rivera). Los intentos de mediar ni siquiera llegaron a tener una confirmación gubernamental de interés en sus servicios negociadores, sino todo lo contrario. Luego que esa efímera comisión hizo una propuesta equilibrada y viable (que, entre otras cosas, buscaba dar un respiro económico justo a los trabajadores que han optado por la vía legal de impugnación de sus despidos, al tiempo que los comprometía a respetar el resultado final del proceso jurídico del caso), la autocracia de Los Pinos saltó en defensa de su estilo rijoso y acomplejado al descalificar en los hechos las posibilidades de mediación y convocar directamente al SME a un diálogo en Gobernación.
Con ese desplante, el calderonismo cerró las puertas a una posibilidad de reinstalar el conflicto con el SME en terrenos de urbanidad política básica, pues los sindicalistas habían aceptado en todos sus términos la propuesta de quienes fueron mediáticamente bautizados como Los notables, y la respuesta que en realidad dio el gobierno federal fue la marrullería simplona de agradecer los esfuerzos de los mediadores, eludir la fijación de una contestación a los planteamientos hechos por los cinco personajes (y, ha de insistirse en ese punto: aceptados por los trabajadores) y convocar a difusos encuentros directos. La maniobra de Gobernación-Los Pinos podría entenderse orientada a la continuación de una estrategia oficial que ha combinado el porrismo de funcionarios como el secretario Javier Lozano, la arremetida mediática y propagandística y el manejo de amagos de acción judicial contra líderes y seguidores del SME, con las tácticas de desgastar a ese movimiento mediante el paso del tiempo, las trampas dilatorias y las urgencias económicas. Pero pareciera que la administración golpista, perdón: golpeadora, necesita pretextos para ensayar fórmulas de represión que le permitan avanzar en el esquema de doblegación que ha pretendido aplicar a la resistencia de izquierda que hoy constituye el único ámbito de lucha política contra un dizque gobierno caracterizado por la devastación económica, el desmantelamiento de las instituciones, el entreguismo a Estados Unidos, y el uso del miedo como forma de control social. Disparando políticamente contra todos, salvo el circulito íntimo y ciertos aliados igualmente inseguros, el calderonato ha sembrado temor y muerte por todo el país a cuenta de una falsa guerra contra el narco y ha causado daños económicos generalizados, tanto por la toma de decisiones ahora bajo grave escrutinio internacional, como sucedió en el tema de la variante de influenza conocida el año pasado, como con el pésimo manejo económico que nos mantiene a la cola de los países en vías de recuperación.
En ese esquema, que ha entrado en la fase de los ajusticiamientos ejemplares, como sucedió en Cuernavaca con un narco no enchapado, al felipismo la atrae la posibilidad de dar golpes de presunta fuerza legal (detenciones, provocaciones, enfrentamientos) contra factores de resistencia, sobre todo si en ese proceso de violencia sembrada puede involucrar a su sobreviviente adversario esencial, Andrés Manuel López Obrador, y al movimiento que encabeza. La peligrosidad de la banda miedócrata se incrementará entre más aislada, debilitada y fracasada se sienta. Por ello es cada vez más importante acompañar y sostener el movimiento de defensa laboral y social que encabezan los electricistas en riesgo, cuya asamblea decidió ayer el tránsito por los caminos envenenados que plantea Gobernación, al aprobar que una comisión de representantes asista hoy a un primer encuentro cuyo primer desdén oficial consistirá en que sea un subsecretario de Bucareli el jefe del grosero protocolo.
Astillas
El escándalo médico del siglo, el de la exageración del peligro de la influenza ahora conocida como A/H1N1 para beneficiar a generosas firmas farmacéuticas, hizo que en Ginebra convocara a conferencia de prensa Keiji Fukuda, el responsable en la OMS de las políticas contra esa variante de gripe. El funcionario confrontó las acusaciones hechas por el comité de salud del Consejo de Europa calificándolas de irresponsables, históricamente inexactas científicamente incorrectas e irrespetuosas para los trece mil muertos que ha causado ese mal (apunte localista: el narcovirus FCH1N1 ha causado en tres años más de 16 mil muertes). Cuando los periodistas le hablaron del malestar de varios países occidentales por la compra de millones de vacunas que ahora están en los almacenes, Fukuda dijo que la OMS no le indicó a nadie cuántas dosis comprar. Respecto a la evaluación externa que sobre el tema harán especialistas externos, el científico no dijo nombres ni plazos. En México, Calderón sigue lavando imagen con cargo a caridades haitianas y Córdova anda en la grilla buscando ser gobernador de Guanajuato... Y, mientras los aires soplan, ¡feliz fin de semana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Julio Boltvinik: Economía Moral
Luis Arizmendi, en el Seminario de la Fundación Heberto Castillosobre la crisis que vengo reseñando en esta serie, presentó una ponencia llena de ideas y conceptos esclarecedores. Empieza señalando que la crisis contemporánea es la crisis más compleja, de mayores alcances y riesgos de la historia moderna y que llegó a contrapelo de la euforia que acompañó el crecimiento de fin del siglo XX y primeros años del XXI, visto como el símbolo de un nuevo capitalismo que, al globalizarse con el neoliberalismo, llegaba para vencer y dejar atrás la repetición cíclica de las crisis. En el discurso convencional, agrega, el desarrollo del poder planetario, que depreda la naturaleza y la sociedad, se transfigura en la ilusión de un progreso económico y social indetenible. Arizmedi añade que la teoría crítica se vuelve imprescindible ante esta crisis radical, y subraya la vigencia de la formulada por Marx. En las crisis, de modo cada vez más esquizoide se entrecruzan progreso y devastación, dice Arizmedi, y podemos añadir que esto es aplicable al capitalismo incluso sin crisis. Hace explícito un rasgo del capitalismo implícito en la ponencia de Bartra (véase entrega del 08/01/10): Sin dejar de ser efectivos los adelantos de la técnica moderna, otras trayectorias enteramente posibles de desarrollo tecnológico son bloqueadas para hacer prevalecer las que sirven al poder planetario. Porque pone en riesgo los fundamentos sociales y naturales mismos de la civilización, la crisis actual es caracterizada, brillantemente por Arizmedi, como crisis epocal que se conforma, y en ello consistiría su especificidad, por tres crisis: 1) el colapso de la configuración neoliberal de la mundialización capitalista; 2) la cuarta gran crisis de la historia del capitalismo moderno; y 3) la crisis ambiental mundializada. Abordo sólo las dos primeras por razones de espacio.
Arizmedi sostiene que la configuración actual del capitalismo no es neoliberal, porque (siguiendo a Wallerstein) sostiene que la configuración liberal actuaba como contrapeso de la violencia económica anónima que conlleva el capitalismo, impulsando la elevación del nivel de vida de la población e introduciendo procesos electorales (no democracia, porque se trata de un simulacro para rotar el poder entre grupos de la clase política funcionales al poder empresarial). Por ello el nombre neoliberal le parece un eufemismo y lo sustituye por el de configuración cínica que es aquella que deja operar sin restricciones el dejar hacer, dejar pasar, para hacer del mercado la entidad que define los heridos y los muertos. Aunque para muchos de nosotros el dejar hacer, dejar pasar es el lema del liberalismo, la clasificación de configuraciones capitalistas que presenta Arizmedi(que incluye la fascista) es muy sugerente: en la medida, dice, en que el cinismo constituyó una configuración que desmontó múltiples restricciones, privatizando, subordinando a las naciones al mercado planetario, propició desregulaciones de tal alcance que impactaron negativamente el proceso de reproducción social que se expresa en la crisis mundial alimentaria y en la mundialización de la pobreza.
Tipifica tres configuraciones de la economía mundial alimentaria en el Siglo XX. La segunda de ellas, el predominio mundial de la agricultura de EU y subordinación y dependencia alimentaria del grueso de naciones, se basó en el desfinanciamiento estratégico del campo en muchos países subdesarrollados (incluido México), combinado con enormes subsidios a la producción cerealera en EU. La crisis alimentaria, concluye, es el tránsito de la vulnerabilidad al hambre, no porque estas naciones carezcan de la capacidad productiva para autoalimentarse, sino porque sus capacidades económicas son cínicamente refrenadas para garantizar ganancias extraordinarias para las transnacionales. La mundialización de la pobreza revela, dice Arizmedi, el profundo impacto generado por el cinismo histórico, lo que ilustra con cifras de un trabajo reciente de Hábitat (organismo de la ONU que se ocupa de la vivienda y su entorno) que muestran que el neoliberalismo ha incrementado la pobreza urbana en las cerca de 250 mil áreas urbanas hiperdegradadas (slums) existentes (véase gráfica). Arizmedi argumenta que la liberalización internacional de flujos de capital y mercancías (pero no de la fuerza de trabajo), llevó a una drástica reducción de los salariaos internacionales. Concluye señalando que los slums son la concreción histórica de la configuración cínica del capitalismo porque incluso con crecimiento económico el capitalismo de la vuelta de siglo produjo el mayor ejército internacional de reserva de su historia, lo que se agudizará con la crisis. Al concentrar la mirada en los slums, Arizmendi pone el dedo en la llaga del creciente desempleo y pobreza urbanas, pero deja fuera la creciente pobreza rural que su propio análisis de la crisis alimentaria y el de Bartra sobre la crisis del modelo capitalista en la agricultura, ponen de relieve.
Arizmedi identifica a la actual como la cuarta gran crisis del capitalismo, cuyo problema de fondo es que ante la tendencia hacia la automatización total del proceso productivo, tiene que imponer una tendencia inversa para mantener a los trabajadores en la producción y garantizar la generación incesante de plusvalía, porque de otro modo padecería su muerte. Por ello el capitalismo tiene, necesariamente, que entremezclar progreso y devastación. El decrecimiento económico, el aumento del desempleo mundial, la represión salarial, la disminución drástica de las remesas y el retorno de los migrantes, señala, constituyen efectos de la cuarta gran crisis que se vienen a sumar a la mundialización de la pobreza y a la crisis alimentaria, productos del capitalismo cínico. Explica la mundialización de la economía criminal por el altísimo nivel de desempleo juvenil mundial anterior a la crisis y la mundialización de la pobreza.
Luis Arizmendi, en el Seminario de la Fundación Heberto Castillosobre la crisis que vengo reseñando en esta serie, presentó una ponencia llena de ideas y conceptos esclarecedores. Empieza señalando que la crisis contemporánea es la crisis más compleja, de mayores alcances y riesgos de la historia moderna y que llegó a contrapelo de la euforia que acompañó el crecimiento de fin del siglo XX y primeros años del XXI, visto como el símbolo de un nuevo capitalismo que, al globalizarse con el neoliberalismo, llegaba para vencer y dejar atrás la repetición cíclica de las crisis. En el discurso convencional, agrega, el desarrollo del poder planetario, que depreda la naturaleza y la sociedad, se transfigura en la ilusión de un progreso económico y social indetenible. Arizmedi añade que la teoría crítica se vuelve imprescindible ante esta crisis radical, y subraya la vigencia de la formulada por Marx. En las crisis, de modo cada vez más esquizoide se entrecruzan progreso y devastación, dice Arizmedi, y podemos añadir que esto es aplicable al capitalismo incluso sin crisis. Hace explícito un rasgo del capitalismo implícito en la ponencia de Bartra (véase entrega del 08/01/10): Sin dejar de ser efectivos los adelantos de la técnica moderna, otras trayectorias enteramente posibles de desarrollo tecnológico son bloqueadas para hacer prevalecer las que sirven al poder planetario. Porque pone en riesgo los fundamentos sociales y naturales mismos de la civilización, la crisis actual es caracterizada, brillantemente por Arizmedi, como crisis epocal que se conforma, y en ello consistiría su especificidad, por tres crisis: 1) el colapso de la configuración neoliberal de la mundialización capitalista; 2) la cuarta gran crisis de la historia del capitalismo moderno; y 3) la crisis ambiental mundializada. Abordo sólo las dos primeras por razones de espacio.
Arizmedi sostiene que la configuración actual del capitalismo no es neoliberal, porque (siguiendo a Wallerstein) sostiene que la configuración liberal actuaba como contrapeso de la violencia económica anónima que conlleva el capitalismo, impulsando la elevación del nivel de vida de la población e introduciendo procesos electorales (no democracia, porque se trata de un simulacro para rotar el poder entre grupos de la clase política funcionales al poder empresarial). Por ello el nombre neoliberal le parece un eufemismo y lo sustituye por el de configuración cínica que es aquella que deja operar sin restricciones el dejar hacer, dejar pasar, para hacer del mercado la entidad que define los heridos y los muertos. Aunque para muchos de nosotros el dejar hacer, dejar pasar es el lema del liberalismo, la clasificación de configuraciones capitalistas que presenta Arizmedi(que incluye la fascista) es muy sugerente: en la medida, dice, en que el cinismo constituyó una configuración que desmontó múltiples restricciones, privatizando, subordinando a las naciones al mercado planetario, propició desregulaciones de tal alcance que impactaron negativamente el proceso de reproducción social que se expresa en la crisis mundial alimentaria y en la mundialización de la pobreza.
Tipifica tres configuraciones de la economía mundial alimentaria en el Siglo XX. La segunda de ellas, el predominio mundial de la agricultura de EU y subordinación y dependencia alimentaria del grueso de naciones, se basó en el desfinanciamiento estratégico del campo en muchos países subdesarrollados (incluido México), combinado con enormes subsidios a la producción cerealera en EU. La crisis alimentaria, concluye, es el tránsito de la vulnerabilidad al hambre, no porque estas naciones carezcan de la capacidad productiva para autoalimentarse, sino porque sus capacidades económicas son cínicamente refrenadas para garantizar ganancias extraordinarias para las transnacionales. La mundialización de la pobreza revela, dice Arizmedi, el profundo impacto generado por el cinismo histórico, lo que ilustra con cifras de un trabajo reciente de Hábitat (organismo de la ONU que se ocupa de la vivienda y su entorno) que muestran que el neoliberalismo ha incrementado la pobreza urbana en las cerca de 250 mil áreas urbanas hiperdegradadas (slums) existentes (véase gráfica). Arizmedi argumenta que la liberalización internacional de flujos de capital y mercancías (pero no de la fuerza de trabajo), llevó a una drástica reducción de los salariaos internacionales. Concluye señalando que los slums son la concreción histórica de la configuración cínica del capitalismo porque incluso con crecimiento económico el capitalismo de la vuelta de siglo produjo el mayor ejército internacional de reserva de su historia, lo que se agudizará con la crisis. Al concentrar la mirada en los slums, Arizmendi pone el dedo en la llaga del creciente desempleo y pobreza urbanas, pero deja fuera la creciente pobreza rural que su propio análisis de la crisis alimentaria y el de Bartra sobre la crisis del modelo capitalista en la agricultura, ponen de relieve.
Arizmedi identifica a la actual como la cuarta gran crisis del capitalismo, cuyo problema de fondo es que ante la tendencia hacia la automatización total del proceso productivo, tiene que imponer una tendencia inversa para mantener a los trabajadores en la producción y garantizar la generación incesante de plusvalía, porque de otro modo padecería su muerte. Por ello el capitalismo tiene, necesariamente, que entremezclar progreso y devastación. El decrecimiento económico, el aumento del desempleo mundial, la represión salarial, la disminución drástica de las remesas y el retorno de los migrantes, señala, constituyen efectos de la cuarta gran crisis que se vienen a sumar a la mundialización de la pobreza y a la crisis alimentaria, productos del capitalismo cínico. Explica la mundialización de la economía criminal por el altísimo nivel de desempleo juvenil mundial anterior a la crisis y la mundialización de la pobreza.
Vueltas y más vueltas da el gobierno calderonista en su visceral confrontación con el Sindicato Mexicano de Electricistas. Un día convoca y al siguiente cancela; al siguiente pide sentarse a negociar, no sin antes advertir que no hay nada que negociar; más adelante acepta la participación de una comisión de notables en las negociaciones, para 24 horas después exigir negociación directa con el SME. Y tres meses después del decretazo, la fiesta no concluye. Entonces, simple y sencillamente, no quiere que se resuelva, denuncia Martín Esparza, mientras uno de los cinco notables advierte sobre la posibilidad del endurecimiento del inquilino de Los Pinos y la utilización de instrumentos que siempre deben ser los últimos ejercidos por un Estado, que es el uso de la fuerza para arreglar de una vez por todas el conflicto con la organización obrera.
En este deplorable circo algunos consideran que la cerrazón gubernamental no es más que falta de visión política, aunque otros advierten que en realidad es producto de una excesiva visión de negocios privados con bienes de la nación, toda vez que el objetivo del decretazo del pasado 11 de octubre es que el capital privado ocupe el espacio de la otrora paraestatal Luz y Fuerza del Centro al capital privado y quitar del camino al único estorbo (léase el SME).
Cuando menos esa es la conclusión a la que llega el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, en un detallado análisis sobre la situación actual del sector eléctrico en México: con la extinción de Luz y Fuerza del Centro puede abrirse una nueva restructuración en el sector eléctrico, y aunque la actividad principal de esa empresa era la distribución y el despacho económico, la empresa contaba con activos de generación y transformación. Con base en la ley vigente, existe la posibilidad de que la actividad de generación que tenía a su cargo LFC pueda ser concesionada a productores independientes de energía...
Lo anterior cuadra perfectamente con la anunciada pretensión de Felipe Calderón, hecha pública desde su efímero paso por la Secretaría de Energía en tiempos de Fox, de privatizar el sector eléctrico (dar certidumbre jurídica a los inversionistas, obviamente privados), en el que la participación de los llamados productores independientes ha crecido como la espuma con los panistas en Los Pinos.
En efecto, de finales de 2000 a mediados de 2009 la capacidad instalada de los referidos productores independientes en el sector eléctrico se incrementó en casi 2 mil 300 por ciento y la de los permisionarios privados en 135 por ciento, mientras la correspondiente a la Comisión Federal de Electricidad creció 40 por ciento y la de la extinta Luz y Fuerza del Centro 42 por ciento, de acuerdo con el citado análisis de la Cámara de Diputados.
No está en duda la falta de visión política del calderonato (allí están los resultados), pero es notoria la vocación privatizadora del panismo y la enfermiza tendencia de sus dos inquilinos de Los Pinos de armar negocios privados con bienes públicos. En el caso de Luz y Fuerza del Centro en la mesa del patrón está servido el apetitoso manjar que representa la red de fibra óptica (mil 100 kilómetros) financiada con recursos de la nación. Y las jugosas utilidades (privadas, según el plan gubernamental) están a la vista: la red de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad tiene 26 mil kilómetros de longitud, y mil 100 kilómetros la de LFC. Sin embargo, la primera tiene en promedio 2 mil 961 clientes potenciales por kilómetro; la segunda, 27 mil 273 clientes por kilómetro (10 veces más, en una de las zonas del país con mayor poder adquisitivo y desarrollo tecnológico).
Entonces, las vueltas y vueltas se resumen en la obvia la falta de visión política, revestida con autoritarismo, del inquilino de Los Pinos, pero también el vergonzante vicio de armar negocios privados con recursos públicos. De acuerdo con el análisis de la Cámara de Diputados, a partir de los intentos de reforma estructural del sector eléctrico a finales de la década de los 90, el sector eléctrico mexicano ha presentado un cambio estructural importante desde el punto de vista del sector institucional que genera el fluido eléctrico, es decir, en el último quinquenio se observa una importante participación del sector privado en la capacidad instalada y generación de energía eléctrica. Recientemente con la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, el sector eléctrico continuará presentando modificaciones al interior de su estructura.
Además, con relación a las leyes aprobadas en la Reforma Energética de octubre de 2008, la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética, tiene como objeto regular el aprovechamiento de fuentes de energía renovables y tecnologías limpias para la generación de electricidad que no estén contempladas (constitucionalmente) en la prestación del servicio público de energía eléctrica, en otras palabras, esta ley está orientada a fomentar la participación de particulares en la producción independiente en proyectos de generación de electricidad a partir de energías alternas.
El sector eléctrico mexicano ha sido objeto de diversos cambios en su estructura, y a lo largo de su desarrollo se pueden identificar tres etapas: la primera, comprende desde las primeras inversiones en electricidad en el último cuarto del Siglo XIX hasta la creación de la Comisión Federal de Electricidad en 1937. La segunda, a la expansión de CFE, que incluye su nacionalización en 1960 y la unificación e interconexión del sistema en 1976 hasta conformar un sector integrado, en ella se observa la presencia de un modelo monopólico integrado verticalmente. La tercera inicia a partir de las modificaciones al marco jurídico en 1992, con la apertura a la participación privada en la generación de electricidad, hasta la extinción de Luz y Fuerza del Centro. Este último hecho permite vislumbrar una nueva etapa en la estructura de este sector.
Las rebanadas del pastel
Por si alguna duda quedara en los legisladores que exigieron, y lograron, la comparecencia de Ernesto Cordero ante la Comisión Permanente, la Secretaría de Hacienda les notificó oficialmente que congelar o disminuir los precios de las gasolinas y el diesel implicaría mayor rezago en su costo, con sus consecuentes perjuicios sobre las finanzas públicas federales, estatales y municipales... al disminuirlos se estaría dando una señal errónea a los consumidores. Entonces, los de San Lázaro y Xicoténcatil ya pueden actuar en consecuencia (congelar precios de los combustibles), como lo anunciaron días atrás.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
En este deplorable circo algunos consideran que la cerrazón gubernamental no es más que falta de visión política, aunque otros advierten que en realidad es producto de una excesiva visión de negocios privados con bienes de la nación, toda vez que el objetivo del decretazo del pasado 11 de octubre es que el capital privado ocupe el espacio de la otrora paraestatal Luz y Fuerza del Centro al capital privado y quitar del camino al único estorbo (léase el SME).
Cuando menos esa es la conclusión a la que llega el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, en un detallado análisis sobre la situación actual del sector eléctrico en México: con la extinción de Luz y Fuerza del Centro puede abrirse una nueva restructuración en el sector eléctrico, y aunque la actividad principal de esa empresa era la distribución y el despacho económico, la empresa contaba con activos de generación y transformación. Con base en la ley vigente, existe la posibilidad de que la actividad de generación que tenía a su cargo LFC pueda ser concesionada a productores independientes de energía...
Lo anterior cuadra perfectamente con la anunciada pretensión de Felipe Calderón, hecha pública desde su efímero paso por la Secretaría de Energía en tiempos de Fox, de privatizar el sector eléctrico (dar certidumbre jurídica a los inversionistas, obviamente privados), en el que la participación de los llamados productores independientes ha crecido como la espuma con los panistas en Los Pinos.
En efecto, de finales de 2000 a mediados de 2009 la capacidad instalada de los referidos productores independientes en el sector eléctrico se incrementó en casi 2 mil 300 por ciento y la de los permisionarios privados en 135 por ciento, mientras la correspondiente a la Comisión Federal de Electricidad creció 40 por ciento y la de la extinta Luz y Fuerza del Centro 42 por ciento, de acuerdo con el citado análisis de la Cámara de Diputados.
No está en duda la falta de visión política del calderonato (allí están los resultados), pero es notoria la vocación privatizadora del panismo y la enfermiza tendencia de sus dos inquilinos de Los Pinos de armar negocios privados con bienes públicos. En el caso de Luz y Fuerza del Centro en la mesa del patrón está servido el apetitoso manjar que representa la red de fibra óptica (mil 100 kilómetros) financiada con recursos de la nación. Y las jugosas utilidades (privadas, según el plan gubernamental) están a la vista: la red de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad tiene 26 mil kilómetros de longitud, y mil 100 kilómetros la de LFC. Sin embargo, la primera tiene en promedio 2 mil 961 clientes potenciales por kilómetro; la segunda, 27 mil 273 clientes por kilómetro (10 veces más, en una de las zonas del país con mayor poder adquisitivo y desarrollo tecnológico).
Entonces, las vueltas y vueltas se resumen en la obvia la falta de visión política, revestida con autoritarismo, del inquilino de Los Pinos, pero también el vergonzante vicio de armar negocios privados con recursos públicos. De acuerdo con el análisis de la Cámara de Diputados, a partir de los intentos de reforma estructural del sector eléctrico a finales de la década de los 90, el sector eléctrico mexicano ha presentado un cambio estructural importante desde el punto de vista del sector institucional que genera el fluido eléctrico, es decir, en el último quinquenio se observa una importante participación del sector privado en la capacidad instalada y generación de energía eléctrica. Recientemente con la desaparición de Luz y Fuerza del Centro, el sector eléctrico continuará presentando modificaciones al interior de su estructura.
Además, con relación a las leyes aprobadas en la Reforma Energética de octubre de 2008, la Ley para el Aprovechamiento de Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética, tiene como objeto regular el aprovechamiento de fuentes de energía renovables y tecnologías limpias para la generación de electricidad que no estén contempladas (constitucionalmente) en la prestación del servicio público de energía eléctrica, en otras palabras, esta ley está orientada a fomentar la participación de particulares en la producción independiente en proyectos de generación de electricidad a partir de energías alternas.
El sector eléctrico mexicano ha sido objeto de diversos cambios en su estructura, y a lo largo de su desarrollo se pueden identificar tres etapas: la primera, comprende desde las primeras inversiones en electricidad en el último cuarto del Siglo XIX hasta la creación de la Comisión Federal de Electricidad en 1937. La segunda, a la expansión de CFE, que incluye su nacionalización en 1960 y la unificación e interconexión del sistema en 1976 hasta conformar un sector integrado, en ella se observa la presencia de un modelo monopólico integrado verticalmente. La tercera inicia a partir de las modificaciones al marco jurídico en 1992, con la apertura a la participación privada en la generación de electricidad, hasta la extinción de Luz y Fuerza del Centro. Este último hecho permite vislumbrar una nueva etapa en la estructura de este sector.
Las rebanadas del pastel
Por si alguna duda quedara en los legisladores que exigieron, y lograron, la comparecencia de Ernesto Cordero ante la Comisión Permanente, la Secretaría de Hacienda les notificó oficialmente que congelar o disminuir los precios de las gasolinas y el diesel implicaría mayor rezago en su costo, con sus consecuentes perjuicios sobre las finanzas públicas federales, estatales y municipales... al disminuirlos se estaría dando una señal errónea a los consumidores. Entonces, los de San Lázaro y Xicoténcatil ya pueden actuar en consecuencia (congelar precios de los combustibles), como lo anunciaron días atrás.
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Patricia Peñaloza: Ruta Sonora
El Correo Ilustrado
Niega Francisco Toledo autoría de correo electrónico enviado al INAH
El día 12 de enero se envió al INAH de México y a otras direcciones electrónicas, un documento suscrito con mi firma:
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Gabriela Rodríguez: Matrimonio y laicidad
El matrimonio entre personas del mismo sexo es expresión de la laicidad del siglo XXI. Del 2000 para acá se ha legalizado en los Países Bajos, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia y Portugal; y en algunas entidades de Estados Unidos como Massachusetts, Connecticut, Iowa, Vermont, New Hampshire y Washington DC. Otras figuras legales que reconocen uniones civiles en parejas del mismo sexo parecidas aunque no equiparables al matrimonio existen en: Alemania, Andorra, Australia, Austria, Dinamarca, Eslovenia, Finlandia, Francia, Hungría, Islandia, Israel, Luxemburgo, Nueva Zelanda, Reino Unido, República Checa y Suiza, así como en los estados de California, Distrito de Columbia, Nueva Jersey y New Hampshire, Oregon y Washington; en América Latina estas uniones tienen validez legal en Colombia, Uruguay, la ciudad de México, el estado mexicano de Coahuila, el estado brasileño de Rio Grande do Sul y tres zonas de Argentina: Buenos Aires, Villa Carlos Paz, Río Cuarto, así como la provincia de Río Negro.
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Jaime Martínez Veloz: Los daños de Sempra a Baja California
Ante la Comisión Federal Reguladora de Energía de Estados Unidos (FERC, por sus siglas en inglés), Sempra de San Diego reconoció que durante el periodo de crisis energética (2000-2001) manipuló el suministro de electricidad, dirigiendo el flujo a otros estados, para luego revenderlo a mayor precio en California.
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Hace sólo unos pocos días era posible conocer informes positivos sobre Haití. Se hablaba de estabilidad política, las empresas volvían a invertir aportando nuevos trabajos y se percibía un muy bien fundado optimismo hacia el futuro. Por ello la tragedia no pudo haber llegado en peor momento. El terremoto y su mortal impacto no sólo afectan todo lo que se había alcanzado, sino que además proyectan su daño hacia el futuro. Los retos que enfrentan el presidente René Préval y su gobierno han sido dramáticamente redefinidos. Debe seguir procurando mantener la estabilidad política y el crecimiento económico de su país, pero ahora además debe buscar aliviar el dolor de su pueblo y reconstruir todo lo devastado.
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Miguel Ángel Berumen: Otro cuento visual de la Revolución
El problema que enfrentamos para utilizar la fotografía como documento histórico es demasiado serio, y no sólo por la mínima parte de la vida que documenta (apenas una fracción de segundo), sino porque además hay muy pocos estudios interesados en descifrar sus contenidos. A pesar de que la fotografía y el cine son parte esencial del lenguaje del siglo XX y de que nacimos y vivimos en una sociedad altamente influida por la fotografía, no reflexionamos mucho sobre ella e incluso rara vez cuestionamos el conocimiento que adquirimos por esa vía. Llegamos al grado de aceptar sin discusión que una imagen dice más que mil palabras. Pero, en realidad, ¿qué dice una fotografía sobre su contenido histórico? No dice nada, o casi nada, si no sabemos leerla. De ahí que el factor esencial para estudiar la fotografía documental sea el respeto por su contexto histórico. Es evidente que no se puedan hacer estudios sobre fotografía histórica si no se conocen sus contenidos; los estudios teóricos sobre fotografías históricas que se basen únicamente en esgrimas conceptuales y menosprecien la investigación sobre los contenidos están destinados a desplomarse como castillos de naipes. Ya han pasado más de 150 años desde que apareció la fotografía; hace 100 que se tomó la primera imagen de la Revolución Mexicana y su valor como documento histórico sigue siendo subestimado, con un uso, en la mayoría de los casos, impreciso e ineficaz. La fotografía es, en potencia, un documento histórico que clama por ser escuchado; tiene una historia fantástica que contarnos, si tan sólo aprendemos un método para comprender el cuento visual que encierra.
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