Y bajan un 30 por ciento las remesas: Organizaciones
Se agudiza pobreza de mujeres campesinas
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México DF, 13 ene 10 (CIMAC).- En un escenario de crisis económica, la falta de proyectos productivos para el desarrollo del campo, el aumento de 15 por ciento del precio de productos básicos, y la reducción de las remesas, agudizaron la pobreza y marginación en la que permanecen las mujeres campesinas del país.
Así lo informó Isabel Cruz Hernández, de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS), al término de una conferencia de prensa, convocada este día por distintas organizaciones campesinas e indígenas, con el propósito de denunciar el impacto negativo de la política gubernamental en el desarrollo del sector.
De acuerdo con Fernando Celis, del Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (Conoc), durante los primeros días de este año el aumento a productos como: gasolina, diesel, y gas doméstico, además, del incremento al impuesto al valor agregado (IVA) y al impuesto sobre la renta (ISR) -iniciativas del gobierno federal, aprobadas en la Cámara de Diputados por los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI)- propiciaron que el costo de 45 productos básicos se elevara entre un 10 y 15 por ciento.
Entre los productos que aumentaron de precio, desde los primeros días de 2010, están: arroz, atún, sopa, aceite y tortilla, mismos que conforman la dieta de la población campesina.
Mientras que el aumento al salario mínimo se mantuvo en 4 por ciento, colocándose entre 54 y 57 pesos al día, lo que implica que las familias tendrán que destinar más recursos para cubrir sus necesidades básicas, sin que perciban un mayor ingreso, lo cual representa una disminución de su poder adquisitivo.
A ello, se suma la falta de proyectos productivos dirigidos al campo, para que las y los campesinos puedan sembrar, cosechar y comercializar sus productos, y, de este modo, aumentar sus ingresos, que en promedio son de 27 a 85 pesos diarios.
Esta circunstancia afecta aún más a las mujeres que a los hombres, a ellas “les pega” por la actividad económica, la reducción de ingresos y la administración del presupuesto familiar, refirió la integrante AMUCSS.
Ellas, además de realizar sus labores domésticas “deben dedicarse a alguna actividad, agrícola o no, que les genere ingresos”. Asimismo, entre sus estrategias para hacer frente a las carencias reducen el consumo familiar. “Si antes comían huevo o carne una vez por semana, hoy prácticamente desaparecieron de su dieta”, indicó Isabel Cruz.
De acuerdo con la especialista en el tema, la inseguridad alimentaria también impacta principalmente a las mujeres del campo, pues, son quienes dejan de alimentarse para que sus hijos y esposos lo hagan.
En este sentido, informó Conoc que en 2009, la inseguridad alimentaria pasó de 13.8 millones de personas a 23 millones, este índice de pobreza creció a la par de los presupuestos asistenciales.
Para estos hogares, el programa de transferencias monetarias, Oportunidades, representa hasta 60 por ciento de sus ingresos. Al respecto Isabel Cruz sostuvo que “el enfoque del gobierno federal hacia las zonas rurales es asistencial, no productivo”, esta situación, aseveró, provoca un “estancamiento productivo y de consumo”.
A decir de la especialista, el panorama se recrudece por la reducción de 30 por ciento en las remesas, a consecuencia de la crisis económica, ya que las principales receptoras de estos recursos son las mujeres, quienes deben “estirar” lo poco que les llega en espera de la siguiente remesa.
Esta circunstancia afecta sobre todo a las receptoras de remesas de Oaxaca, Veracruz, Hidalgo, Puebla, Guerrero, estados en los que la migración es “reciente”, que tiene entre 8 y 10, porque no existen redes económicas sólidas para garantizar el empleo. A diferencia de estados como Jalisco, Zacatecas y Michoacán, donde la población migra desde hace más de 20 años.
Por último, Cruz Hernández indicó que aunque no hay estudios que muestren de manera estadística el impacto de la crisis económica en las mujeres campesinas, es una “realidad” que ésta ahonda la pobreza y la marginación que enfrentan desde hace más de dos décadas, sostuvo la experta, con base en la labor de AMUCSS con esta población, en alrededor de 500 comunidades indígenas y campesinas del país.
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