9/20/2011

Oficio de Papel Columna semanal del periodista Miguel Badillo


* Repsol, 30 años de endeudamiento
* Calderón y su firma en la petrolera
* Omisión en la rendición de cuentas

Fue Felipe Calderón, como secretario de Energía, quien en 2003 autorizó movimientos financieros para que Petróleos Mexicanos, a través de PMI, profundizara su participación en la española Repsol.Los reportajes publicados en Contralínea por la reportera Nancy Flores, a partir de solicitudes de información ante el IFAI, dan cuenta de cómo el entonces responsable de la política energética del país avaló la creación de RepCon Lux, empresa involucrada en operaciones financieras de Pemex por más de mil 300 millones de dólares en el paraíso fiscal de Luxemburgo.

Durante su breve paso por la Secretaría de Energía –2 de septiembre de 2003 a 31 de mayo de 2004–, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa también autorizó operaciones financieras y movimientos de capital de Pemex en los paraísos fiscales de Bermudas y Suiza.

Las transacciones, que hasta 2004 involucraron recursos por más de mil 300 millones de dólares, están relacionadas con las empresas RepCon Lux y Kot Insurance Company. La primera, constituida por la paraestatal en sociedad con TMF Corporate Services, de nacionalidad luxemburguesa; la segunda, ciento por ciento propiedad de Pemex.

RepCon Lux y Kot Insurance formaron parte del esquema estructurado en el extranjero por la empresa petrolera del Estado mexicano, principalmente en paraísos fiscales (Contralínea, 105 y 113). Se trata de más de 20 empresas que, según la Auditoría Superior de la Federación, órgano fiscalizador del Congreso, se manejan al margen de la legislación.

Es precisamente a través de Repcon Lux, que Pemex mantuvo una sociedad con TMF, a través de la cual se han capitalizado las acciones que posee de la trasnacional Repsol. Esta información consta en las actas de creación de dicho vehículo, constituido en el paraíso fiscal de Luxemburgo y en los contratos de deuda amparados con las acciones de Repsol, según el IFAI.

Como presidente del Consejo de Administración de la paraestatal, Felipe Calderón convino tres operaciones relacionadas con ese esquema empresarial, según consta en actas de sesiones ordinarias y extraordinarias: la monetización del valor de las acciones de Repsol que posee Pemex, el cambio de domicilio y aumento de capital social de Kot Insurance y la autorización de la garantía específica a favor de esta última.

De acuerdo con las actas, las transacciones también fueron avaladas por el exdirector general de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Energía y exsecretario particular del presidente de México, José César Nava Vázquez. Sin embargo, hasta octubre de 2008, en solicitudes presentadas a la Unidad de Enlace de Pemex con fundamente en la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, la paraestatal negaba categóricamente que se mantuviera alguna relación de negocios o alianza entre Pemex y TMF Corporate Services.

Sin embargo, las primeras indagaciones del IFAI permitieron conocer que RepCon Lux es sólo uno de los tantos vehículos financieros utilizados por Pemex para sus operaciones internacionales. Las otras entidades ubicadas por el IFAI son Pemex Project Funding Master Trust; el Fideicomiso Irrevocable de Administración F/163 y Pemex Finance Ltd.

Fue antes, en 2006, en el documento Resultado de la Revisión y Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2006, que también se dio a conocer que en diciembre de 2003 Pemex decidió contratar un swap de activos sobre 58,679,799 acciones de la empresa española Repsol YPF, S.A., por medio de RepCon Lux, S.A.

Dicha empresa emitió en enero de 2004 un bono por 1,373,738.0 miles de dólares, equivalentes a 15,474,884.0 miles de pesos, a una tasa del 4.5 por ciento anual, garantizado por Pemex, con vencimiento en enero de 2011, el cual es intercambiable por las acciones de Repsol YPF, S.A., o su equivalente en efectivo. Fue en este punto en donde se consolidó la mayor participación de Pemex en Repsol que hoy tiene tan inquietos a los españoles.

Sin embargo, en el comunicado que Repsol envío a la Comisión del Mercado de Valores de España a nombre de Pemex, se informa que esta paraestatal mexicana tiene presencia ininterrumpida desde 1979, cuando fue invitado a invertir en Petróleos del Norte (Petronor), hoy filial de Repsol, del que se convirtió en su primer accionista con una participación de 34.28 por ciento.

Después, asegura Pemex, que fue en 1990 cuando acordó el canje de su participación en Petronor por acciones de Repsol, de cuyo grupo es socio fundador, cuando se convirtió en su segundo mayor accionistas. Así, enfatiza que desde hace 30 años ha tenido presencia en los consejos de administración de dichas sociedades y ha actuado ininterrumpidamente como un socio leal y comprometido con su desarrollo. Por ello, el aumento de inversión realizada en Repsol y el pacto parasocial para mantenerla como una compañía de bandera español son expresión de dicho compromiso.

Para lograr esta participación en Repsol, al margen de las leyes mexicanas que vigilan las inversiones y la renta petrolera de la paraestatal, en donde la inversión privada está prohibida, Pemex y la Secretaría de Energía idearon una compleja administración. Así, los accionistas de RepCon Lux son Stichting Polyphe, una fundación creada bajo las leyes de Holanda y TMF Corportate Services, S.A. (“TCS”), firma constituida bajo las leyes del Ducado de Luxemburgo. El vínculo accionario entre RepCon y Pemex consiste en que la paraestatal realizó un acuerdo con Stichting Polyphe y TCS, a través del cual le fue garantizado el derecho de comprarles a ambas firmas una de las varias acciones que poseen de RepCon.

Ambas cantidades dan un total de 58,679,799 acciones, cuyo precio de compra se pactó en 23.4107 dólares por cada una, precio mayor al existente en el mercado de valores al momento en que se llevó a cabo el acuerdo.

A cambio de esta transferencia, RepCon le pagaría a Pemex todas sus acciones de Repsol, con el producto neto obtenido de la emisión de un bono convertible en 58,679,799 acciones de la compañía Repsol, es decir, con el producto neto de los 58,679,799 bonos convertibles en acciones de Repsol.

La emisión del bono convertible le permitió a Pemex obtener financiamiento bajo condiciones de libre mercado, a cambio de otorgarles a los tenedores de los bonos (a los inversionistas) la posibilidad de convertir sus bonos en acciones de la compañía petrolera Repsol YPF, S.A.

Una vez más, sin embargo, la única información disponible sobre este acuerdo – dice el IFAI – es la contenida en “Circular” para los inversionistas del mercado de valores, por medio de la cual se ofrecieron estos bonos a los mercados de valores internacionales. Pemex omitió informar sobre la operación.

RepCon –Pemex y sus socios– se comprometió a retener el exceso (las ganancias) de los dividendos recibidos por las acciones de Repsol durante cada año fiscal y a acumularlos hasta que se llevara a cabo el intercambio de los bonos. En 2008, ya en el gobierno de Felipe Calderón, se disolvió Repcon y de ello dio cuenta la paraestatal en un escueto comunicado.

Antes, en 1994, Petróleos Mexicanos llevó a cabo operaciones de swaps de activos con BNP Paribas y ABN Amro por 40,107,485 acciones, que representaban el 89.1 por ciento de un total de 44,999,999 acciones que formaban parte de los activos de Pemex, así como de las compañías subsidiarias PMI Holdings B.V. y Pemex Internacional España, S.A., emitidas por la empresa Repsol YPF, S.A. con el fin de obtener recursos para el desarrollo de sus programas de operación, y quedaron 4,892,514 acciones en el portafolios de inversiones de Pemex.

Dicho esquema financiero le permitió a Pemex continuar ejerciendo los derechos corporativos y económicos en la empresa Repsol YPF, S.A., lo que a su juicio le representaba un beneficio estratégico, ya que es uno de sus clientes principales en Europa, así como la posibilidad de readquirir ese paquete de acciones mediante el pago correspondiente.

El 12 de julio de 1999, el Grupo Pemex (Pemex, PMI Holdings B.V. y Pemex Internacional España, S.A.) incrementó su posición accionaria de 4,892,514 a 18,572,314 acciones de Repsol YPF, S.A., debido a que esta empresa aumentó su capital al emitir más acciones, de las cuales Pemex compró 13,679,800 en 279,100.0 miles de dólares.

Con esta nueva adquisición Pemex se convirtió en propietario del 4.94 por ciento del capital social de Repsol YPF, S.A. En diciembre de 2003, Pemex decidió contratar un nuevo swap de activos, consistente en intercambiar un bono de 1,373,738.0 miles de dólares por 58,679,799 acciones de Repsol YPF, S.A. (18,572,314 acciones que poseía y 40,107,485 acciones que obtendría con el finiquito de los swaps de activos contratados en 1994), cuyo precio se pactó a 23.4107 dólares; esta operación se llevó a cabo por medio de la empresa RepCon Lux.

Pemex, concluye el IFAI, históricamente ha monetizado sus acciones de Repsol a través de distintos instrumentos financieros a lo largo del tiempo. Sin embargo, cabe destacar que sean cuales fueren las estrategias financieras seguidas por la paraestatal, “la constante en estas operaciones es que Pemex ha mantenido los derechos corporativos y patrimoniales que otorgan las acciones pero también las pérdidas.

Fue también entre 2003 y 2004 cuando se registraron pérdidas en la operación de las acciones de Repsol, de lo cual se da cuenta en el Informe del resultado de la revisión y fiscalización superior de la cuenta pública 2006.

Finalmente, en 2011 Pemex volvió a utilizar su esquema de triangulación de recursos públicos a sus empresas “privadas”, radicadas en paraísos fiscales para la adquisición del 5 por ciento de acciones de Repsol YPF, a través de su filial holandesa PMI Holdings.

Este complicado método de administración garantizará que esa compañía “privada” y PMI Holdings Petróleos España, también de carácter “privado”, se queden con las utilidades, mientras que Pemex asumirá las pérdidas, revela un acuerdo del Consejo de Administración aprobado por Juan José Suárez Coppel, director de la paraestatal petrolera. El dinero público implicado sólo en esa operación supera los 26 mil millones de pesos.

Pemex ha apostado otra vez a la inversión triangulada del dinero público. Así, en nombre y con recursos de la paraestatal, PMI Holdings tiene la nueva participación accionaria del 5 por ciento de la española Repsol YPF (que implica unos 21 mil 760 millones de pesos) y PMI Holdings Petróleos España, el 4.9 por ciento histórico (por 4 mil 291 millones 404 mil pesos).

Al intermediar la compra de acciones de Repsol YPF, Pemex no estaría obligado a rendir cuentas ni a transparentar su multimillonario negocio: los tratos que se operan a través de sus 25 compañías no son auditables. Ello, por su carácter de privadas y porque están sujetas a leyes extranjeras. No obstante, tanto la paraestatal como el exsecretario de Energía han defendido la supuesta legalidad de la compra de acciones. La operación para aumentar la participación de Pemex en la petrolera española Repsol fue transparente y auditable, aseguró a la prensa el ahora secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), José Antonio Meade Kuribreña, el pasado 9 de septiembre.

Pero la opacidad de esta operación no se limita a la ausencia total de información y consulta al Consejo de Administración; tampoco, al manejo de los recursos públicos directamente implicados en las transacciones comerciales y en las futuras utilidades. También alcanza las pérdidas que se registren más adelante.

El mensaje del gobierno federal panista, encabezado por Felipe Calderón, parece decirl que es hora de que nos acostumbremos a que Pemex se maneja como una empresa privada y su beneficio no es para los mexicanos. Sin tiempos distintos, llenos de corrupción y abuso de poder.

oficiodepapel@yahoo.com.mx

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