La toma estalló por eliminación del mural la “Victoria alada y Atenea
besándose” que pintó un grupo de universitarias, pero realmente esta
fue la última acción de un cúmulo de hartazgos: la renuncia por atender
las denuncias de acoso y hostigamiento sexual; así como la desaparición
de Mariela Vannesa Díaz Valverde, una estudiante de 21 años de la FFyL,
que desapareció en abril de 2018 al salir de su casa en la Ciudad de
México. Para las estudiantes, las autoridades de la UNAM no ha mostrado
suficiente interés en su búsqueda.
Esta lucha por la igualdad en las aulas ha estado protagonizada por
las jóvenes, cuatro de ellas, todas estudiantes de la Facultad, que van
desde los 19 a 21 años de edad, hablaron sobre la situación con
Cimacnoticias, pidiendo protección a su identidad.
Hazel Zamora Mendieta (HZM): ¿Qué las lleva a tomar las instalaciones de la Facultad?
P: Al principio que empezó la toma hicimos una
relatoría y nos dimos cuenta que esto no viene de hace un mes, es algo
que venimos trabajando, y que viene de un hartazgo desde 2016 con la
creación del “Protocolo para la atención de casos de violencia de
género”. Veíamos todas las fallas que tenía, y que éste respondía más
bien a preservar el prestigio de la UNAM.
A partir de ahí, ha
habido muchas organizaciones de mujeres que trataron de cambiarlo. En 2018 se
hicieron unas mesas para reformarlo, pero seguía sin ser suficiente, seguíamos
sin denunciar a nuestros agresores como nosotras queríamos, sin hacernos tanto
daño emocional. Pero también hay un montón de cosas en medio, había un registro
de 74 denuncias en redes sociales en el Me Too Filosofía y Letras.
Creo que el borrar la “murala” fue la gota que derramó el vaso, ellos
no quieren que estemos en estos espacios, ellos no quieren que estemos
presentes en estos espacios, y justo es ya no esperar a que nos lo den
con asambleas, con votos, y con cartas hacia la dirección, ya llegamos a
un punto de tomarlo y apropiarnos de esta escuela que siempre nos ha
pertenecido.
HZM: ¿Qué violencias ocurren en la Facultad de Filosofía y Letras?
G: De todas las violencias. Hay desde la cotidianas:
profesores que te humillan y ridiculizan en clase, compañeros que
hablan más fuerte que tú para imponer su voz sobre la tuya. Esas
cuestiones normalizadas que no nos parecen graves. O el hecho de que
sean más profesores los que tienen beneficios en la Facultad. Está la
gente que te tira piropos en el pasillo, están los profesores que te
invitan a salir y cuando no aceptas se ve reflejado en tus
calificaciones o en clase que empiezan a ser muy duros.
Por ejemplo, en ese
muro, hay denuncias de violación, de chicas a quienes revisan sus horarios, las
siguen a todas partes hasta sus casas, hay una denuncia de una chica que un
coordinador de su colegio la golpeó en su oficina. También hay un contexto muy
violento en espacios organizativos, ni siquiera en el activismo estudiantil, que
se supone vela por nuestro bienestar, ni siquiera ahí podemos tener un espacio
seguro.
L: Hay toda una estructura que favorece que nosotras
sigamos siendo violentadas aquí. Como la forma de actuar de los
directivos ante los casos de violencia contra nosotras, y en específico
ante la desaparición de Mariela Vanessa, creo que nos ha arrojado mucha
luz acerca de lo que ellos pueden y no pueden hacer por nosotras. Y
sabemos que no pueden mover ni un dedo porque nuestra vida continúe,
porque nosotras aparezcamos. En ese sentido, no nos es extraño que todo
los demás siga ocurriendo sin que haya consecuencias para nadie, excepto
para la víctima.
V: Más allá de la Facultad todo deviene de un
sistema que se ve reflejado también en otras universidades, porque
tienen de raíz que seguimos manteniendo prácticas de ideas muy caducas.
Todos los estatutos universitarios corresponden a cosas de hace mucho
tiempo, a una idea de que la educación es para los hombres, aunque en la
UNAM nos queramos ver muy progresistas. Las universidades no están
pensadas para las mujeres, están pensadas para los hombres, eso deviene
en un sin fin de problemas y violencias hacia nosotras, porque
simplemente este lugar no está pensado para que nosotras lo habitemos.
HZM: ¿Cómo ha sido el diálogo con los directivos de la Facultad en este mes de toma?
L: No tenemos un diálogo con las autoridades, se
convocó a un diálogo el 14 de noviembre, ese día el director -Jorge
Linares Salgado– se presentó y se fue con la excusa que
iba a tomar una llamada y nunca regresó. El Secretario General se puso
violento porque se le pidió que se retirara ya que tiene una denuncia de
acoso sexual en el marco del Me Too. Lo que se hizo en lugar de ese
diálogo que se tenía planeado es que varias compañeras leyeron sus
denuncias enfrente de la comunidad que fue convocada ese día.
No hay un día en el que
no estemos siendo hostigadas, por personas extrañas, por personas de vigilancia
UNAM, por jurídico, por maestras y maestros. Diario la gente pregunta cuándo
vamos a regresar las instalaciones, que si estamos contra el rector, que quién
nos está organizando, quién nos están pagando. En realidad, me parece que no
tienen la capacidad de concebir que una organización de mujeres este un mes
dentro de las instalaciones sin que sean regresadas porque no se han cumplido
nuestras exigencias.
CIMACFoto: María Esparza Quintana
HZM: Ustedes tienen claro qué quieren pero ¿Cuál tendría que ser el papel de las profesoras y profesores como parte de la comunidad?
L: A título personal, pienso que es muy difícil para
ellos y ellas desprenderse de su poder. Los profesoras y profesoras nos
han hostigado un montón a pesar de decirles que no íbamos a dialogar.
En realidad, siento que a veces a las profesoras la usan como voceras
con la idea de que porque son mujeres las vamos a escuchar.
Su apoyo –de las y los profesores- debió estar desde siempre. A mí me
parece increíble que no hayan hecho nada cuando su alumna -Mariela
Vannesa- desapareció. Cuando dejaron de ver a una de sus alumnas estar
en las aulas, cuando se dieron cuenta que mataron a una mujer aquí
adentro; y todas las que han desaparecido y han violado dentro de prepas
y de CCH. Y nunca se organizaron, nunca sintieron lo que nosotras
estamos sintiendo. No sé si todos, pero ¿Dónde están? ¿Dónde está su
organización? Su moverse, desde este lugar que nos dice que tenemos que
hacer algo porque esos nombres se van a olvidar, esa vida se va a
olvidar.
El nombre de Mariela no es un nombre que repetimos cuando vamos a
marchar, sino que Mariela es una vida que hay que recuperar, por eso le
estamos poniendo tanto de nosotras. Entonces, cuando pienso en los
profesores que no han hecho nada, que no están aquí apoyando, creo que
no lo harán.
HZM: ¿Para dónde creen que va está organización de universitarias y la toma de la Facultad?
P: Lo que yo veo es acabar la toma hasta que estén
todas nuestras demandas, de ahí resistir en “la salona”, y seguir
trabajando hasta que esta Universidad, o por lo menos la Facultad, sean
un espacio seguro para las otras y las que vienen. Va a ser bien duro
salir de esta toma, y regresar a la creída normalidad, pero vamos a
estar juntas. Así nos veo, juntas y resistiendo.
G: A mí me da esperanza este espacio, porque muchas
chicas se me han acercado para pedir consejo en torno a cómo denunciar o
cómo acercarse a espacios organizativos de mujeres, es distinto conocer
que existe un lugar donde puedes llegar, un espacio seguro, y no sólo
encontrar a quién te va ayudar a resolver un problema sino quién te va
ayudar a mantener ese espacio. Y que va a ser para otras generaciones,
para otras facultades.
V: Esto que estamos haciendo, está moviendo muchas
cosas, es bien histórico. Han venido muchas chicas de otras facultades a
decirnos gracias y que les hemos dado fuerzas para despertar. Una parte
muy importante de esto es aprender a quitarse el miedo, que realmente
no es que la institución tenga tanto poder como creen. Una vez que nos
quitamos el miedo no hay nada que nos detenga, y eso es algo que por lo
menos nosotras, sabemos que estamos dispuestas a llegar hasta donde esto
requiere porque entendemos la importancia de la lucha. Ya se prendió y
no se va a apagar.
Yo creo que han venido varias cosas al contexto en México como desde
el 16 de agosto -la protesta por presuntas violaciones de policías
mujeres- que creo que esa llama está prendida, estamos hartas, súper
hartas, de todo lo que vivimos en este país tan machista, donde no te
puedes sentir segura en ningún lugar, en tu casa, en la calle, en la
escuela, en el cine, donde estés te sientes agobiada.
Estamos, no sé si
naciendo, pero creando algo.
Ciudad de México.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario