7/29/2009

Periodistas pal café......


Lo que ahora se le ha ocurrido imponer a los mexicanos a Felipe BB (es decir, paradójicamente, un mini Big Brother) es una cédula de identificación biométrica. Hay cientos de asuntos urgentes que están necesitados de atención y recursos, pero la vocación por el control social tiene prioridad en la agenda del antihéroe del 5 de julio. Desde luego, la pasión por los adelantos tecnológicos también puede significar oportunidades de negocio para los comerciantes del ramo, por ejemplo (sólo por mencionar una posibilidad), los asociados de mil maneras fiscales y empresariales a la firma ganadora de los comicios de 2006, la emblemática compañía familiar Hildebrando. El orwellismo pinolero avanza así en la vigilancia directa de las personas y forma bases de datos que podrán ser vendidas a particulares (como sucedió con el padrón de electores) y ser usadas para fines gubernamentales de señalización política, sobre todo para la ubicación y seguimiento de actividades de personas opuestas a los poderes.
Con la citada cédula bastarán unos cuantos golpes a las teclas para que los agentes del Estado 1984 se enteren de los datos básicos de cada persona, incluyendo rasgos físicos y biológicos como las líneas y las venas de la palma de la mano, la conformación de la retina y el iris, pero, también, referencias comerciales, bancarias y empresariales, y, sobre todo, mediante el cruzamiento de información entre agencias estatales de seguridad nacional, locales y extranjeras, el perfil político y cultural de determinadas personas, aquellas que son indeseables o peligrosas y que así tendrán un marcaje electrónico permanente. En un contexto de creciente irritación social resulta muy importante para los órganos de represión contar con medidas de control como las que ofrece la modalidad biométrica. En el terreno policiaco-militar, la imposición de la citada cédula de identidad biométrica se acomoda muy bien a las pretensiones gringas de prevención del terrorismo y de manejo ordenado de los flujos migratorios.
Pero tiene otra aplicación inmediata: la elaboración de un padrón electoral biométrico, como ya sucede en algunos países, y, luego, la realización de comicios regidos también por la biometría (el consejero presidente del ife, L.V. Zurita, habló en días pasados de la importancia de entrar a la modalidad del voto electrónico), con todo y los sabidos y comprobados riesgos de manipulación informática y de fraude digital. En marzo de 2008, Digimarc, empresa especializada en la creación de soluciones de gestión de medios y marcas de agua digitales, con sede en la estadunidense ciudad de Beaverton, Oregón, ganó el contrato del IFE para elaborar las credenciales de elector durante cuatro años, a pesar de que antes había tenido ese mismo encargo, desde 2003, y se le había acusado de incumplimiento en los tiempos de entrega e incapacidad técnica para las tareas a las que se comprometió. En 2008, Digimarc fue la única empresa que participó en la licitación, bajo señalamientos de que las bases del concurso se habían redactado de manera tal que favorecían al solitario competidor y obvio ganador. Pues bien, Digimarc puede ser la punta de lanza tecnológica para las formas cibernéticas de votación, pues elaboró, en su sucursal en México, las credenciales de identidad biométrica que se usaron en los pasados comicios de Haití. Felipe Big Brother piensa en 2012, aunque esa fecha parezca tan distante y, en términos de paz social y viabilidad institucional, tan difícil de alcanzar.
Astillas
El camaleónico Norberto Rivera debería asumir como propia la derrota vaticana de Nicolás Aguilar Rivera, pues este sacerdote pederasta fue ampliamente protegido, desde que veinte años atrás comenzó su historial de agresiones sexuales, por quien ahora es cardenal de México. La decisión papal de revocar las facultades sacerdotales del citado Nicolás Aguilar es una forma indirecta, como suelen ser las decisiones de esa iglesia, de reconocer la culpabilidad de quien fue constantemente denunciado por los abusos cometidos contra menores, tanto en México como en Estados Unidos, pero que siempre fue escamoteado a la justicia, con jefes clericales como Norberto Rivera que le cambiaban de lugar y le dejaban continuar con sus maniobras de engaño a familias católicas con los resultados que cualquiera, con la información adecuada del caso, podía prever. Más allá de lo que jurídicamente suceda con Nicolás Aguilar, y con sus protectores, Norberto Rivera y, en Los Ángeles, el también cardenal Roger Mahony, éstos, al igual que el directamente agresor sexual, deberían considerarse moralmente revocados de sus facultades sacerdotales y corresponsables del daño a casi cien pequeños, y sus familias, que pudo haberse evitado... Ingenuo resultaría creer que el amateur Gerardo Ruiz Mateos es una voz valiosa en asuntos económicos sólo por haber sido designado secretario del ramo por su cuate Felipe. Ayer, ante legisladores, se permitió la ligereza de asegurar que ya se ha tocado fondo en la economía mexicana y casi llamó, al mejor estilo lopezportillista, a prepararse para administrar la venidera abundancia, pues según los numeritos que maneja y los programas de computadora que en su caso suplen a la realidad, empieza a haber una recuperación y (...) tenemos que prepararnos para esa recuperación que seguramente vendrá... Líder petrolero hubo, ahora en desgracia, que a un presidente de la República le advirtió que si caía Pemex caería él, el encargado de Los Pinos. Ahora se ha anunciado que la paraestatal surtidora de buena parte del presupuesto federal ha caído en 98 por ciento en términos de utilidades netas, y que de enero a junio de este año ha acumulado una pérdida de 25 mil millones de pesos. Pero Felipe sigue, en apariencia, tan campante, metido en pleno a la grilla panista y viajando al extranjero como en los buenos tiempos petroleros... Y, mientras el gobernador de Hidalgo apenas levanta la voz ante la maniobra cantada del panismo que trata de refinarse en Guanajuato, ¡hasta mañana!
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juliohdz@jornada.com.mx
La recesión ha terminado, la economía se está recuperando, veamos hacia delante y dejemos de lamentarnos por lo pasado”, manifestó hace unas horas el economista en jefe de Wells Fargo, uno de los principales grupos bancarios de Estados Unidos. El dato en que fundamenta su análisis consiste en que la venta de casas nuevas registró en junio su tercer mes de crecimiento consecutivo, lo que indica que el crédito otra vez está fluyendo. Paralelamente, el precio de las casas subió en mayo –primer incremento en casi tres años–, lo que sugiere que el desplome del mercado tocó fondo y comienza a estabilizarse, de acuerdo con el índice dado a conocer por la firma Standard & Poor’s/Case Shiller. Obviamente, todavía falta mucho camino por recorrer. Las cifras del desempleo son lamentables. Pero la gran crisis comenzó en el negocio inmobiliario y es alentador que la reactivación emerja en ese sector y que, por primera vez, un grupo bancario anuncie que la recesión ha terminado. El comité de economistas que debe hacer la declaratoria oficial suele tomarse mucho tiempo, tanto para declarar la recesión como para declarar que ya volvieron los tiempos de las vacas gordas.
Procapo
Como veremos, los meses que siguen, aunque Estados Unidos supere su crisis económica, nuestro país seguirá sumido en su añejo problema de la pobreza. Es que aquí no tiene su origen en un problema inmobiliario sino en la corrupción eterna, con el añadido de violencia de los años recientes. Estos días se comenta que el programa Procampo se ha convertido en Procapo. Fue instrumentado hace 15 años para apoyar a los agricultores mexicanos a hacer frente a la competencia de americanos y canadienses con motivo de la firma del Tratado de Libre Comercio. Una parte gruesa de los recursos millonarios han ido a parar a manos de políticos, funcionarios y hasta narcotraficantes. Así que podrá salir Estados Unidos de la recesión, podrá conocer el mundo otro ciclo de florecimiento económico, pero en México la pobreza continuará creciendo porque la corrupción –y su hermana gemela, la impunidad– hasta hoy han demostrado ser invencibles.
Atracolandia
Los 500 diputados federales que terminan su esforzado trabajo el próximo agosto no se irán sin darle el último pellizco al presupuesto. Cada uno se retira con un cheque de 864 mil pesos. Así que preparémonos a pagar más por la gasolina.
Antecedentes:
Nos encontramos a comienzos del siglo XXI, cuando el avance científico ha sido prodigioso, por lo que un extravío de más de 500 mil millones de dólares en swaps por la Reserva Federal, que conduce Ben Shalom Bernanke, cuesta mucho trabajo digerir, aún a los propios legisladores de Estados Unidos, como Alan Grayson, representante Demócrata de Florida (Huffington Post, 24/7/09).
A la fecha no existe una explicación verosímil, ya no se diga creíble, sobre los 134 mil millones de dólares de bonos del Tesoro que, a mediados de junio pasado, dos japoneses intentaron ingresar a Suiza en un maletín a través de la frontera italiana (Bloomberg, 17/6/09).
Este grave contrabando ha sido exitosamente diluido cuando el gobierno de Estados Unidos ha preferido ahondar en otros fraudes menos comprometedores de cinco rabinos de Nueva York (The Jerusalem Post, 27/7/09).
Ya que hablamos de bonos y de japoneses, cabe recordar el superfraude de un bono japonés por 700 millones de dólares perpetrado por el inolvidable José Madariaga Lomelín (socio del no menos inmemorial Hildebrando Zavala Gómez del Campo), ex presidente de la Asociación de Banqueros de México y del Banco Mercantil Probursa (adquirido por BBV-Bancomer).
Más allá del lavado de dinero, del que ha sido señalado en incontables ocasiones el inimputable José Madariaga Lomelín, lo interesante de este caso macabro –sofocado expeditamente por los bomberos financieros de Joseph-Marie Córdoba y Zedillo– radica en la súbita exposición de este tipo muy sui generis de bonos japoneses que andan muy sueltos en cantidades estratosféricas.
Hechos: durante su comparecencia legislativa, Bernanke, mandamás de la Reserva Federal, declaró en forma asombrosa que desconocía a qué bancos foráneos había otorgado 500 mil millones de dólares en swaps. Por si lo ignora Bernanke, uno de los países destinatarios fue el México neoliberal.
Desde marzo pasado ya nos olía muy rara la masiva inyección de dólares de Estados Unidos a los bancos centrales foráneos (que incluyó a México) por el método de los swaps.
Tal colosal transferencia de swaps se realiza sin la aprobación ni el conocimiento, ya no se diga la vigilancia, del Congreso y la Casa Blanca.
Curioso modelo que practica esquizofrénicamente Estados Unidos: por un lado, la dictadura financiera; por otro, la democracia política relativa (todavía cuenta con el sistema decimonónico del voto indirecto presidencial que beneficia a la plutocracia).
¿Quién gobierna efectivamente Estados Unidos: su dictadura financiera o su relativa democracia decimonónica?
En estos momentos, pese a su debacle bancaria, su relativa democracia política decimonónica todavía está controlada por su dictadura financiera, que se subsume en las hazañas del banco Goldman Sachs.
La tríada Bernanke, Tim Geithner (secretario del Tesoro, que representa los intereses de Wall Street) y Larry Summers (consejero económico presidencial) tiene secuestrado a Obama, ya no se diga al Congreso, lo cual ha desembocado en una situación aberrantemente anómala en su economía: Goldman Sachs gana, mientras Estados Unidos pierde.
Una sola persona, Bernanke, sin haber sido elegido por los ciudadanos estadunidenses, decidió unilateralmente el destino de la colosal suma de los swaps, que representan un intercambio de divisas entre dos países en fechas futuras. Hasta donde nos quedamos, los swaps forman parte de la demencial especulación de los derivados financieros.
El legislador Alan Grayson cuestiona: “¿fue usado el dinero (nota: los swaps) para comprar bonos del Tesoro y apuntalar el dólar? La Reserva Federal dice ignorarlo (¡extra-súper-sic!)”.

Ernesto Zedillo, ex presidente de México, durante su ponencia en la Expo management que se efectuó en el centro Banamex de la ciudad de México el 12 de junio de 2008Foto Marco Peláez
Otra anomalía radica en que la misma Reserva Federal, que funge y finge como entidad semipública, está ampliamente controlada por los bancos privados.
La Reserva Federal no considera el cambio de divisas como riesgoso (sic), debido a que posee como colateral a las divisas de los bancos foráneos (nota: incluido México), alegato desechado por Alan Grayson, porque deja de lado el riesgo inherente de la especulación, que es lo mismo que realizan los hedge funds (fondos de cobertura de riesgo).
Algo sucedió con todo el juego y manoseo de las divisas y los swaps para que el balance contable de la Reserva Federal exhiba un pasivo 40 veces mayor a su capital.
A juicio de Alan Grayson, desde que se inició el juego de los swaps y su repercusión en la cotización del dólar, pareciera que Estados Unidos sufrió una pérdida de 100 mil millones de dólares, debido a que el valor de las divisas foráneas en manos de Estados Unidos se depreciaron una quinta parte.
¿Cuánto habrá perdido Banxico en la etapa aciaga del cordobista-zedillista Guilermo Ortiz, con el “crédito swap” por 30 mil millones de dólares que contrajo con la Reserva Federal, sin contar los otros 47 mil millones de dólares en créditos con el Fondo Monetario Internacional? Se recuerda que tales créditos, por un total de 77 mil millones, deben ser pagados. ¿Para qué sirvieron las tan cacareadas reservas del Banxico que parecen haberse esfumado?
¿Se quedó Banxico sin reservas?
¿Cuántos legisladores mexicanos (en especial Emilio Gamboa Patrón, cuya más reciente especialidad parecen ser las guarderías) sabrán qué es un swap y en qué consistió la hipoteca de las divisas de México por la Reserva Federal?
Después de la inyección masiva de swaps, el dólar se apreció sustancialmente mientras el peso se derretía, lo que Bernanke considera como simple coincidencia. Lo real es que la decisión unilateral del Banxico ha resultado en apuntalar al dólar y en socavar el peso.
Alan Grayson insiste en que alguien (sic) tuvo una pérdida mayúscula (¡super-sic!), que obviamente no fue la Reserva Federal. ¿Quién otro puede ser que el México neoliberal, hoy manejado por la kakistocracia (el gobierno de los peores) panista?
Las fuertes ganancias del dólar que obtuvo la Reserva Federal (y su corolario de fuertes pérdidas de los países que, como México, depositan ingenuamente sus divisas en Washington) gracias al operativo swap se debieron, a juicio de Bernanke, a que los bancos extranjeros pagan intereses. ¿A poco Estados Unidos no paga intereses?
El grave problema reside en que la Reserva Federal se encuentra inmune a una auditoría independiente, que ya empieza a ser exigida por Ron Paul, otro representante texano, éste del Partido Republicano.
¿Quién audita en forma independiente al Banxico?
Por lo menos en Estados Unidos existen legisladores preocupados por los manejos turbios de la Reserva Federal, a diferencia de sus homólogos mexicanos, totalmente ausentes de la debacle financiera en curso y quienes se han hecho cómplices, por omisión o comisión, de la conducción dictatorial del Banxico, que confunde las cuentas con los cuentos y gran responsable de la catastrófica devaluación del peso –junto con Calderón y Carstens, desde luego.
Es urgente quitar la autonomía al Banxico, que goza de inimputabilidad dictatorial en la rendición democrática y transparente de las cuentas.
Carlos Fernández-Vega: México SA
Vientos económicos huracanados amenazan a la mayor de las Antillas, ante lo cual el gobierno cubano anuncia un segundo recorte al gasto público por la reducción de ingresos en divisas, el sostenido incremento en la importación de alimentos, y la caída de los precios internacionales de sus principales productos de exportación. La crisis le ha pegado fuerte y puede tirar al suelo lo conseguido en la última década, cuando la economía de este país logró una tasa promedio anual de crecimiento de 5.6 por ciento, la misma proporción observada en el PIB por habitante.
La información económica sobre Cuba suele ser escasa, a menos que se registren casos delicados como el que ahora enfrenta el primer territorio libre en América. Por ello, vale tomar el paseo que sobre este tema nos regala la Cepal, el cual ayuda a entender el difícil momento que vive la tierra de Martí.
Señala el organismo que la economía cubana creció 4.3 por ciento en 2008 tras haberse expandido 7.3 por ciento en 2007. Por tercer año consecutivo, el PIB por habitante aumentó a la misma tasa que el PIB a causa del nulo crecimiento demográfico. El índice de precios al consumidor se mantuvo sin variación (-0.1 por ciento), mientras el desempleo se redujo de 1.8 a 1.6 por ciento en 2008. En cambio, tanto el déficit fiscal como el déficit externo empeoraron. El fisco pasó de un déficit equivalente a 3.2 por ciento del PIB en 2007 a 6.7 por ciento un año más tarde. Entre tanto, el pequeño superávit de la cuenta corriente de la balanza de pagos se convirtió en un déficit de varios puntos del PIB en el mismo periodo.
La economía de Cuba recibió choques externos en 2008 por tres canales principales: el aumento del precio internacional de los alimentos que, aunado a la pérdida de las cosechas por los huracanes, provocó un incremento de la factura alimentaria de 840 millones de dólares en 2008; la notoria caída del precio mundial del níquel, el producto de exportación más importante del país, y el endurecimiento de las condiciones de financiamiento y el menor acceso al crédito de los proveedores.
Los eventos climáticos tuvieron características excepcionales en 2008. El país fue azotado por tres huracanes y una tormenta tropical, y la estimación oficial de daños y pérdidas por este concepto asciende a 9 mil 700 millones de dólares, casi 20 por ciento del producto interno bruto.
El gobierno previó un aumento del PIB de 6 por ciento en 2009, pero ante el progresivo deterioro de las condiciones externas e internas, y tomando en cuenta que el crecimiento del producto en el primer trimestre de 2009 fue de 2.8 por ciento, la Cepal estima que el alza para el año se situaría en torno a uno por ciento, de tal suerte que “el país vuelve a enfrentar una situación tan adversa como la vivida durante el llamado ‘periodo especial’ de los años noventa”.
En 2008 se registró un cambio político de gran relevancia, ya que la presidencia del Consejo de Estado pasó formalmente de Fidel Castro a su hermano Raúl. También se normalizó la relación con la Unión Europea tras cinco años de discordia. A comienzos de 2009, en el marco de un nuevo gobierno en Estados Unidos, se produjo un tímido cambio en la política de dicho país hacia Cuba y se abrió una posibilidad de apertura económica más significativa entre ambas naciones en un futuro cercano.
Las dificultades económicas repercutieron en el resultado fiscal del Estado, que pasó de un déficit de 3.2 por ciento del PIB en 2007 a 6.7 por ciento en 2008. Esto se produjo a causa de la disminución de los ingresos y el incremento de los gastos, sobre todo para responder a los daños causados por los distintos eventos climáticos. Los ingresos totales del gobierno central aumentaron 4.5 por ciento en términos reales, en comparación con un incremento de 11.1 en el año anterior. Los ingresos por concepto de impuestos indirectos se redujeron 16.5 por ciento a causa de la importante disminución de los impuestos de circulación y los asociados a la finalización de la venta masiva de artículos domésticos como parte de la llamada revolución energética. Los ingresos por impuestos directos se estancaron por los efectos encontrados de la reducción de los impuestos a las utilidades de las empresas (16.2 por ciento) y el incremento de los impuestos por la utilización de la fuerza de trabajo (28.6).
Los gastos totales aumentaron 13.2 por ciento en términos reales, lo que representa una variación ligeramente superior a la del año anterior. Los gastos corrientes se incrementaron 16.2 por ciento tanto por el alza de las actividades presupuestadas (educación, salud, cultura y deportes, entre otras) como de los subsidios para hacer frente al aumento del precio de los alimentos y el petróleo, dado el afán de mantener los niveles de consumo de la población. En la misma dirección empujaron los costos de evacuación, protección, reparación y reposición que el país debió enfrentar a causa de los eventos climáticos.
En el último año y medio el énfasis de las políticas públicas ha estado en la producción agrícola. El sistema basado en la producción estatal fue incapaz de producir suficientes alimentos, por lo que se importan cada vez más (en torno a 80 por ciento del consumo total). El aumento de los precios internacionales de los alimentos sirvió de catalizador para catapultar a la agricultura al primer lugar de la lista de prioridades.
El objetivo es sustituir las importaciones de alimentos con producción nacional, poniendo énfasis en el sector no gubernamental. Así, se dieron en usufructo a pequeños productores las tierras ociosas del Estado, se incrementaron los precios de acopio de algunos productos clave (como leche y carne de res) y se permitió la compra de insumos de producción a los agricultores individuales.
En 2008 se eliminó el tope para los salarios, que pasan a depender de los resultados de la productividad y el desempeño individual. Además, ante los efectos del rápido envejecimiento de la población cubana y los costos asociados, en 2008 se aprobó una nueva ley de seguridad social. Entre los cambios, sobresale el aumento de cinco años en la edad de jubilación, que pasa a ser de 65 años para los hombres y de 60 años para las mujeres. También se permitirá trabajar asalariadamente a los pensionados, sin que pierdan el derecho a recibir su pensión.
Entre las otras medidas adoptadas en este periodo destaca la eliminación de la prohibición de la venta de computadoras, lectores de discos de video digital y electrodomésticos, así como de alojarse en hoteles de turismo internacional y la compra de teléfonos celulares.

Miguel Ángel Velázquez: Ciudad Perdida
La advertencia que lanzó Marcelo Ebrard la semana anterior, que nos dice que el país está al borde del precipicio, no es parte de la retórica que necesariamente emite un político para golpear al oponente. No, esta vez la voz del jefe de Gobierno parece apoyarse en el diagnóstico trágico que media centena de especialistas de muy diversas casas de estudio han elaborado, y cuyo resultado habla, se quiera o no, del fracaso de un gobierno fallido.
Hasta ahora, a casi tres años del fraude que llevó a Felipe Calderón a Los Pinos, nadie puede decir con certeza que este país tiene una línea de gobierno definida, que existe un proyecto y que se sigue conforme se fijó desde la campaña panista a la Presidencia de la Repúblca, porque desde entonces no existía.
Había por aquellos tiempos, quién no lo recuerda, la idea de hacer del sexenio prometido por Calderón un lapso de empuje financiero para la creación masiva de empleo. No nos dijeron cómo se lograría, pero de cualquier manera eso que parecía proyecto fracasó, y después la nada, la guerra, la destrucción.
Y no es sólo la política financiera la que falló. Falló todo. Los especialistas han reprobado las acciones del poder impuesto, hasta en lo electoral. Hay más pobreza, más desorden, más desigualdad, menos justicia. El país, visto desde la perspectiva de los expertos, está, como dijo Ebrard, al borde del precipicio.
Por eso, cuando en el foro que organiza el Gobierno del Distrito Federal para preguntarse ¿hacia dónde va México?, el análisis parte del daño que se ha hecho al país en estos dos y pico años de gobierno calderonista, daño que, por otra parte, ya reconocen los aplaudidores de la imposición, que ahora voltean los micrófonos hacia personajes más rentables, en todos los sentidos, y desahucian al que respaldaron hasta hace no mucho tiempo.
México no era el de ahora hace dos años –aunque parezca verdad de Perogrullo–, y no hace falta un estudio complejo para darnos cuenta de la sonora realidad. Lo auguraba entonces Andrés Manuel López Obrador. Sin salidas internas eficientes el país se va entregando a cachos a Estados Unidos, que descubrió otro negocio en México: la industria de la muerte.
Será ese país el que venda las armas para la guerra mexicana, y serán esos intereses los que prevalezcan para que el conflicto se vuelva interminable, así que la brújula política del país, en manos de los azules y Calderón, no indica ningún otro horizonte. ¿Cómo señalar con certeza la profundidad de la herida, el retraso político, social y económico al que nos han sujetado? Esa tarea es indispensable para saber cómo debe cambiar el destino.
Tendrá que venir entonces, a la brevedad, el gesto que marque el camino. El diagnóstico se está haciendo, así como la medicina.

Los riesgos de la identificación única
El anuncio formulado ayer por el titular del Ejecutivo federal de que su gobierno implantará un documento de identidad con datos biométricos retoma una historia de intentos realizados en sexenios anteriores para establecer un padrón único y centralizado de la totalidad de la población. Ciertamente, los planes correspondientes –todos ellos frustrados hasta ahora– tienen como objetivo suprimir la discrecionalidad y la anarquía imperantes en materia de documentos de identificación.
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El Correo Ilustrado
Consideraciones acerca de la nueva cédula de identidad
Ningún narco o falsificador en la historia de México ha dejado de recibir dinero, adquirir bienes o realizar trámites por no mostrar una identificación. La nueva Cédula de Identidad Ciudadana, anunciada ayer por el gobierno federal, sólo servirá para poner en grave riesgo uno de los patrimonios más preciados de los mexicanos en este nuevo siglo: sus datos biométricos. En un país donde ya se han vendido bases de datos de alta seguridad –como el padrón electoral– resulta inadmisible que el gobierno pretenda concentrar datos tan delicados y ponerlos bajo la custodia de instituciones que demuestran su ineficiencia y corrupción de forma cotidiana. Quienes la promueven deberían educarse antes de jugar con información personalísima e insustituible y dejarla a merced de poderosas bandas de criminales, nacionales y extranjeras.
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La creciente pauperización de millones de mexicanos no alcanza fuerza suficiente para romper la burbuja de positivismo que envuelve al señor Calderón. Ocupado en disimular sus derrotas y omisiones, acompasado con su equipo administrativo, se estira para encontrar sustitutos que le respondan a imagen y semejanza. Trata así de soslayar las penurias que padece el grueso de los mexicanos medios y, peor aún, los de abajo, causal directa de sus infortunios. Es por eso que, a pesar de las repetidas muestras de ineficacia que estos encumbrados burócratas ofrecen en sus desempeños, adjuntadas a las peticiones de sus socios priístas para que remplace a varios de ellos, Calderón los desoye y conserva, con firmeza inigualable, a todos sus retoños. El voluntarismo que lo aqueja desde su católica niñez se ha fortalecido a través de sus correrías juveniles y las de su edad adulta. Un signo de alerta que recorre, con sus temores y desconciertos concomitantes, desde los corredores del lujo hasta las callejuelas de las barriadas más olvidadas del país.
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Son muchas las omisiones, voluntarias o involuntarias, de la mayoría de las escuelas de medicina. Una es la enseñanza de no abandonar al enfermo al cual poca ayuda científica se le puede ofrecer. Las omisiones, por supuesto, no son absolutas. Piedad, cuidado, altruismo, empatía y acompañar son, entre otras, palabras que pasan por el léxico de algunos médicos, pero por las manos de muy pocos. Esas vivencias, piedras angulares de la profesión y características de cualquier ser humano preocupado por el otro, son momentos efímeros dentro de la mayoría de los currículos profesionales. No existe una materia centrada en ese tipo de cuestiones, donde el médico experimentado comparta sus experiencias con quienes inician sus estudios.
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Llegó a Chiapas para convertir a los indios y los indios lo convirtieron a él. Hace 50 años Samuel Ruiz García fue consagrado obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Se mantuvo en el cargo por cuatro décadas, y en el transcurso de ese tiempo el clérigo tiene transformaciones personales, teológicas, eclesiológicas y políticas.
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Cuando los de arriba no pueden, y los de abajo no quieren. A un mes del cuartelazo de Tegucigalpa, los golpistas se despedazan entre sí y el pueblo hondureño, con su presidente legítimo a la cabeza, rompe los esquemas y se crece en la lucha nacional, revolucionaria, antimperialista. Frente al aislamiento del régimen espurio y el fracaso de las negociaciones en San José de Costa Rica, la lógica indica que sólo restan dos caminos: la consolidación del régimen por la vía de un baño de sangre, o el retorno del presidente Manuel Zelaya al poder.
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El proyecto de ley Waxman-Markey sobre energía limpia es el documento más importante sobre calentamiento global que se ha discutido en Washington. Representa el primer esfuerzo serio para encarar el gravísimo problema de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) por parte de Estados Unidos. Acaba de ser aprobada en la Cámara de representantes, pero casi nadie está contento con su contenido. La oposición alega que aumentará el precio de los energéticos, que es un incentivo para que las industrias intensivas en energía emigren a países como China y que hará más difícil la recuperación económica.
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La convivencia, el placer colectivo del buen comer es un valor menos inocente de lo que aparenta ser. Por la mesa vaga una pulsión visual indefinida: se observa (¿se espía?) en el cuerpo ajeno los efectos de la digestión, se intuye la faena interna del cuerpo; a la manera de esos sádicos que disfrutan la emoción creciente en el cuerpo del compañero, se observan los cambios del cuerpo que se alimenta bien (Roland Barthes, Lectura de Brillat-Savarin).
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Lorenzo Córdova Vianello
Rediseñar al Estado
De que México ha cambiado políticamente hablando no cabe la menor duda. Con todo y la recuperación electoral del PRI en las recientes elecciones y las crisis internas que atraviesan el PAN y el PRD, hacer vaticinios respecto a los resultados en los comicios por venir es mera especulación, un futurismo absurdo.
Nadie puede saber con certeza qué resultados nos depara 2012, con todo y que los astros parecen haberse alineado favorablemente para el regreso del otrora partido hegemónico a Los Pinos. Nadie puede saber los alcances y los efectos que la crisis económica o el gravísimo problema de seguridad tendrán en el escenario político de los próximos años.
Eso no es gratuito, vivimos una indiscutible incertidumbre democrática como consecuencia de las transformaciones electorales que se han articulado a lo largo de 30 años en siete grandes reformas. La ruta fue clara: apostar por la apertura del sistema de partidos para que la pluralidad política pudiera expresarse; permitir que esa diversidad ideológica encontrara cabida en los órganos representativos y construir un sistema electoral que permitiera que los votos se expresaran libremente y que se contaran efectivamente.
Hoy, gracias a esos cambios, han cobrado carta de naturalización fenómenos típicamente democráticos, como la falta de mayorías predefinidas, la alternancia, los comicios competidos y un electorado variable y, en general, sensible a las coyunturas. Sin embargo, el proceso de construcción institucional y de procedimientos democráticos, ha seguido, sobre todo, el curso de los cambios electorales. Es ahí en donde hemos avanzado visiblemente. En otras áreas del diseño del Estado el progreso ha sido desigual o incluso nulo.
Luego de una primera etapa positiva, que implicó la creación de la CNDH y de algunos cambios constitucionales, el de los derechos humanos ha sido un tema pendiente en la agenda político-jurídica del país y que en estos días vive un lamentable olvido y abandono que se agrava con el virtual estado policial que se vive en buena parte del país en el combate al crimen organizado y las crecientes tentaciones hacia las políticas de mano dura.
El necesario repensamiento y rediseño del Poder Judicial, luego de los avances que se lograron en 1994 (y de los retrocesos de la contrarreforma al Consejo de la Judicatura de 1999), también está en la larga fila de los pendientes. La incorporación de las justicias administrativa, laboral y agraria a este poder, la actualización del vetusto y en gran medida obsoleto juicio de amparo (incluyendo la posibilidad de que sea un instrumento para enfrentar a los crecientes y amenazantes poderes económicos y mediáticos privados), la revisión de las figuras de las controversias constitucionales y de las acciones de inconstitucionalidad para ampliar el abanico de sujetos legitimados para interponerlos, y la eventual creación de una Corte constitucional, son sólo algunos temas que requieren de revisión en este apartado del Estado.
También el Congreso debe replantearse para agilizar su funcionamiento, modernizando sus procesos y sobre todo sus normas internas.
Y, por supuesto, el Poder Ejecutivo debe ser sometido a una cirugía mayor para eliminar los poderes autocráticos que tiene y que vienen del pasado (como el control total de la procuración de justicia y el monopolio de la acción penal) y dotarlo, al contrario, de atribuciones y capacidades democráticas para lidiar con el fenómeno de los gobiernos divididos y para interactuar de manera ágil pero respetuosa con un Poder Legislativo predestinado a no tener mayorías predefinidas.
Ahora que el proceso electoral está llegando a término y que es inminente la instalación de la nueva Legislatura, hacer un recordatorio de la todavía larga lista de cambios postergados es obligatorio. Debemos hacernos cargo de que la gobernabilidad de nuestra endeble democracia pasa, inevitablemente, por hacer las cuentas con los pendientes de la multievocada reforma del Estado.
Investigador y profesor de la UNAM
Horizonte político
José A. Crespo
México-EU: dos estrategias

Lorenzo Meyer hace poco recordó breve pero sustanciosamente que la estrategia contra el narcotráfico que México ha seguido desde hace décadas responde en realidad a los intereses estaunidenses, no a los nuestros, y pregunta por qué no mejor exploramos un esquema de combate a las drogas que parta de nuestra realidad y necesidades (Reforma, 23/VII/09). Pero Estados Unidos, además de diseñar una estrategia a la medida de sus intereses para ser seguida por los países de América Latina, articuló una muy distinta en el caso de su territorio. Y es que, evidentemente, no quisieran tener allá una violencia como la que ha sufrido Colombia hace algunos años, y ahora la tenemos en México. Es natural. ¿Quién quiere padecer lo que estamos viviendo aquí, si puede evitarlo? Sobre todo en un país como Estados Unidos, cuyo consumo de drogas es el mayor del mundo. Si la narcoviolencia estuviera en función del nivel de consumo de drogas que existe en cada nación —como sugiere la postura mexicana de que la lucha contra los capos se libra debido al consumo interno—, Estados Unidos viviría una situación de caos e inestabilidad similar o peor a la que prevalece en Irak o en Afganistán. Sin embargo, para fortuna de los estadunidenses, la violencia no es una función del consumo interno de drogas, sino de la estrategia elegida por los gobiernos. Y los estadunidenses, ni estando locos, aplicarían una como la de Colombia en los noventa o la de México ahora. Aprendieron bastante bien la lección arrojada por la amarga experiencia de la prohibición del alcohol, en los años veinte.
Así, nosotros retamos de frente a los capos con gran valentonería (“los estamos esperando”, les espeta Fernando Gómez Mont), con una estrategia que eleva la inseguridad, la violencia, el número de víctimas (también de ciudadanos no involucrados, incluidos varios menores), militariza las calles y carreteras, incrementa las violaciones a los derechos humanos, desprestigia al Ejército, debilita al Estado, proyecta una pésima imagen internacional y ahuyenta al turismo y la inversión extranjera. Pero no se traduce en la reducción del consumo de drogas, que continúa incrementándose. Mientras tanto, los estadunidenses van por un lado diametralmente distinto. En California, uno de los estados precursores de la despenalización de la mariguana con fines terapéuticos (aun para enfermedades como la migraña, la inapetencia o el insomnio), donde hay cultivos y tiendas legales de la hierba, se discute seriamente la posibilidad de dar un paso más en esa ruta, incluso para fines recreativos, lo que además permitiría extraer impuestos sobre el comercio de la yerba. En San Francisco, de hecho, ya hay operando cafés como los de Holanda, donde puede uno consumir diversos tipos de mariguana sin incurrir en un delito o infracción. Se estima que la industria de la mariguana en California genera de dos mil a tres mil millones de dólares. “Hay mucha gente haciendo gran cantidad de dinero”, comenta Richard Lee, dueño de uno de esos cafés para consumo de la yerba, además de ofrecer cursos en la Universidad de Oakseterdam sobre cómo cultivarla dentro del marco de la ley (CBS, 12/VII/09).
Por su parte, el legislador local Tom Ammiano impulsa una mayor liberalización de la mariguana, aplicando un impuesto de 50 dólares por 11, lo que podría generar ingresos al gobierno californiano de 1.5 mil a dos mil millones de dólares. Pero Rosalie Pacula, del Rand Drug Policy Research Center, considera que el impuesto debe ser menor (pues, en el mercado californiano, la onza de mariguana se cotiza en 150 dólares). De lo contrario, no se desincentivará el mercado negro de manera eficaz, pues los consumidores preferirían obtener de ahí los narcóticos, pero lo harían en el mercado legal y el alza del precio no es excesiva (de cualquier manera, los ingresos para el gobierno serían considerables). En cuanto al uso terapéutico de la mariguana, el doctor Donald Abrams, del Hospital General de San Francisco, comenta que esa yerba ha sido una medicina legal por siglos: “Sólo en los últimos 70 años ha dejado de serlo en este país”. Y abunda, “soy médico de cáncer. Cuido de pacientes que han perdido el apetito, tienen náusea, dolores, dificultades para dormir y depresión. Y receto la mariguana, que puede aliviar todos esos síntomas, como alternativa a cinco distintos medicamentos químicos que generan adicción. La mariguana, en cambio, no genera adicción”.
Se puede estar de acuerdo o no con la opinión de esos ciudadanos estadunidenses, pero el hecho es que, mientras allá se está discutiendo seriamente una mayor despenalización, se cultiva abiertamente ese estupefaciente y se compra con receta médica, nosotros nos estamos destrozando internamente en una estrategia radicalmente distinta de la que se sigue en Estados Unidos. Ese gobierno aplaude, evidentemente, que hagamos el trabajo sucio de este lado de la frontera y paguemos elevadísimos costos que allá se ahorran en su territorio. El zar antidrogas de EU, Gil Kerlikowske, nos propone dar rehabilitación a los consumidores y adictos, en lugar de enviarlos a la cárcel. Buena medida, que enfoca el problema como lo que es, de salud pública, en vez de convertirlo, como lo hemos hecho, en de seguridad pública y nacional. Y es que, ante el cuestionamiento sobre la eficacia de la actual estrategia contra las drogas en México, personeros del gobierno nos responden, para nuestra tranquilidad, que 90% de las víctimas son sicarios del narco o personas involucradas con los cárteles. Lo cual sería un alivio si no conllevara también los enormes costos sociales, económicos, de seguridad pública, derechos humanos, debilitamiento y desprestigio de las instituciones (incluido el Ejército), así como los crecientes riesgos para la seguridad nacional. Y todo ello afecta al conjunto de la sociedad, y no sólo a los miembros de los cárteles.
EU aplaude que hagamos el trabajo sucio de este lado de la frontera y paguemos elevadísimos costos que allá se ahorran.

1 comentario:

  1. El camaleónico Norberto Rivera debería asumir como propia la derrota vaticana de Nicolás Aguilar Rivera, pues este sacerdote pederasta fue ampliamente protegido, desde que veinte años atrás comenzó su historial de agresiones sexuales, por quien ahora es cardenal de México.
    http://tbn2.google.com/images?q=tbn:IYD2wJLLxieCrM:http://4.bp.blogspot.com/_77A5SLV6Ytg/SRtq4Y5VtMI/AAAAAAAAEsM/suy5HCulizc/s400/mujeres.jpg

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