1/17/2014

Los periodistas pal café . . .


Más allá de la circunstancia michoacana, la designación de un comisionado imperioso para suplir abiertamente a un gobernador en funciones (así sea el física y políticamente maltrecho Fausto Vallejo) es un golpe seco, ilegal y amenazante, que deja sin efecto el federalismo (con sus nociones, ahora borradas de un plumazo, de las entidades libres y soberanas) y suple autoritariamente los procesos electorales estatales y su consecuente constitución de poderes (así hayan sido caracterizados por el fraude electoral y la corrupción), ensanchando la puerta a tentaciones despóticas de las que ya se han tenido preocupantes muestras de diciembre de 2012 a la fecha (entre otras, la posibilidad de relecciones inmediatas en cierto segmento de la clase política, lo que facilitaría extender esa licencia al máximo nivel, el de la Presidencia de la República, en una cancelación total del lema maderista fundacional).
Como en otros temas, la mansedumbre ciudadana ante el atrevimiento de defenestrar al titular de un Poder Ejecutivo estatal e imponer a sus pistolas a un mexiquense como nuevo gobernador virtual de Michoacán pareciera incitar a Los Pinos a posteriores excesos. Cual si de un laboratorio social se tratara, desde el poder federal se cometen agravios y desviaciones que al recibir convalidación colectiva mediante la apatía impulsan a los depredadores políticos a continuar con sus violaciones, incrementando incluso el nivel de prueba de la resistencia ciudadana. Esta vez, por ejemplo, mediante un decreto se han adjudicado a Castillo facultades y funciones de las que evidentemente está siendo despojado Vallejo, a quien técnicamente eligió la soberanía popular michoacana para que cumpliera de manera absolutamente personal las obligaciones de las que ahora se encargará un enviado de Los Pinos. Una visión pragmática podría considerar benéfico el intervencionismo peñista en razón del desastre en que está convertida la entidad a causa, entre otros, del propio gobernador constitucional, Vallejo, y de quien ha sido interino y ha ejercido el mando informal de manera intermitente, Jesús Reyna.
Sin embargo, momentos hubo en los que se pudo haber conseguido la licencia del desfalleciente Vallejo, pero el gobierno federal no quiso correr el riesgo de convocar nuevas elecciones y perderlas, y tampoco quiso impulsar la opción de la desaparición desde el Senado de ese poder estatal, así que ha forzado a extremos patéticos la permanencia espectral de Fausto y ahora ha sacado de la chistera el truco del comisionado que sin empacho alguno se declara listo para nombrar procurador de justicia y secretario de seguridad pública en la entidad y al cual el gabinete federal está listo para atender con especialísima buena disposición, sin siquiera cuidar mínimamente las formas políticas y jurídicas. Con esa fórmula, a partir de ahora bastará a EPN designar a alguno de sus allegados como comisionado en cualquier entidad para hacer a un lado a gobernadores en problemas locales o con distanciamiento respecto a Los Pinos.
En ese contexto, la designación de Alfredo Castillo como gobernador personal de Peña Nieto en Michoacán, es consecuencia de la permisividad colectiva ante hechos prefigurativos como el cínico desenlace del caso de la niña Paulette en el estado de México. De la misma manera, la caciquil instalación de Castillo en tierras tarascas es un lance (consentido hoy por la misma clase política, embebida en otros negocios) que crea condiciones para posteriores golpes a los estados, venganzas y presiones sobre gobernadores y sujeción absoluta de las camarillas políticas regionales a las instrucciones de un centro al que no se le dificultan las ensoñaciones dictatoriales (algunos gobernadores, como el chiapaneco Manuel Velasco Coello, despilfarran el erario en temprana construcción de proyectos presidenciales; pero también hay condiciones para preguntarse si desde ahora se está construyendo una campaña de relección presidencial, en espera de viables reformas constitucionales y con base en un reformismo al que la cuantiosa propaganda oficial pretende convertir en machacona prueba de que Peña Nieto es todo un estadista sin par, al que en todo caso lo único que faltaría sería tiempo –otro periodo– para completar su magna obra presunta).
Ese autoritarismo galopante envía a través de Castillo un mensaje a los gobernadores que hoy van en un camino de realineamiento riguroso con Los Pinos, luego que durante los periodos panistas los encaramados en la silla presidencial no pudieron controlar a esos poderes estatales que tomaron proporciones descomunales. La reorganización presupuestal colocó a los gobernadores en diciembre pasado a las órdenes de la Secretaría de Hacienda y Los Pinos, y el ejemplo más vergonzoso de sumisión a las instrucciones federales se produjo en los días de ajetreo en que los palacios estatales compitieron impúdicamente para mostrar al César reformista que sus congresos locales habían aprobado atropelladamente, en minutos, sin discusión alguna, en sedes rodeadas de policías, las modificaciones sobre energéticos hechas en San Lázaro y el Senado. Los integrantes de estas cámaras federales, por cierto, ahora se mueven con la zanahoria autorizada de la posibilidad de la relección inmediata, en un escenario de endogamia política del que seguirán saliendo criaturas aberrantes.
Astillas
La facturación electrónica y los nuevos procesos fiscales se han convertido en un problema operativo para un buen número de contadores y causantes. Aun cuando teóricamente deberían ser fáciles los pasos a dar (entre otras promesas que ahora generan risas están aquellas declaraciones de que todo sería tan sencillo que en muchos casos ni necesarios serían los servicios de los contadores), los enredos técnicos y la confusión normativa subsisten en estos primeros tramos de adecuaciones… Y, mientras Francisco sigue actuando contra la pederastia clerical, ¡feliz fin de semana, con teléfonos celulares geolocalizables por policías, sin orden judicial!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero


No es lo mismo sancionar a McDonalds porque su cajita feliz tiene una leyenda engañosa, que ir a Michoacán a rifársela con Los caballeros templarios y ‘‘ los vigilantes’’ (como llama la prensa extranjera a los grupos de autodefensa). Parece que el destino de Alfredo Castillo es entrar de emergente. Si #ladyprofeco no hubiera llamado a la gente de su papá para que cerrara el restaurante Máximo Bistrot –no querían darle una mesa de las buenas–, tal vez el destino del comisionado del gobierno federal en aquella hoguera sería otro. Pero el papá de #ladyprofeco –Humberto Benítez Treviño– cargó con la culpa y fue destituido. Y ahora que el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, sólo seguirá cobrando su sueldo, pero sin mando, otra vez hará el papel de emergente. Tiene buenas intenciones, pero le falta experiencia. Su designación plantea dudas: 1) ¿El grupo peñanietista anda fallo de fichas? 2) ¿No tiene prisa por resolver el conflicto, o al menos ponerlo bajo algún control? 3) ¿Cobra algún rédito por alargar el conflicto?
¿Y la cuesta de enero, apá?
Castillo estaba desarrollando una aceptable tarea al frente de Profeco, y la mejor prueba es que incomodó a los organismos cúpula del empresariado. Lo cambian cuando se registra un alza pavorosa de precios. Apenas la semana anterior había ordenado que los supermercados quitaran los carteles que mentían al consumidor pasando la responsabilidad de los aumentos de precio a los impuestos exclusivamente. El siguiente paso sería aplicar sanciones, fue extraño que no lo hiciera; hoy vemos claro que ya estaba haciendo maletas. Llegará un nuevo director a Profeco a aprender en plena cuesta de enero. Los consumidores comienzan a sospechar que se prolongará hasta la Navidad. Estas son algunas de las acciones de Castillo que causaron molestia a los cúpulos:
La noche del Oscar
La nueva edición del Oscar tiene muchos elementos positivos para la cinematografía mexicana. La elite se inclina por el Festival de Cannes, sin embargo, el Oscar tiene una importancia indudable. Compite la película de Alfonso Cuarón, Gravedad, nominada en ocho categorías, con un filme protagonizado por una mujer. No se trata de una víctima pasiva, no hay relato romántico ni príncipe al rescate de la dama veinteañera –o adolescente–, como dicta el canon narrativo tradicional. Se trata de una científica de la NASA que sufre un accidente mientras repara un satélite en el espacio. Gravedad es una obra coescrita por Cuarón con su hijo Jonás. Ha recaudado a escala mundial más de 400 millones de dólares, y es de las favoritas en la ceremonia de entrega de la estatuilla dorada, cuya producción cuesta alrededor de 30 millones de dólares. Otro punto: la comediante Ellen DeGeneres conducirá la ceremonia por segunda vez. Ella está casada con la guapérrima actriz australiana Portia de Rossi. Sólo otra mujer ha conducido los premios de la Academia en 86 años de historia: Whoopi Goldberg. La ostentosa noche del Oscar será la del próximo 2 de marzo, en el Teatro Kodak de Los Ángeles.



El Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo (Fomexpe en adelante) que la reforma energética (RE) crea, reformando el artículo 28 constitucional, como fideicomiso público fungiendo el Banco de México (BdeM) como fiduciario, fue dotado de facultades para “recibir, administrar y distribuir los ingresos derivados de las asignaciones y contratos… con excepción de los impuestos”. Es decir, facultado para manejar toda la renta petrolera formada por los derechos petroleros que, como expresa el transitorio 14, representa 4.7 por ciento del PIB (participación mayor que sectores tan importantes como finanzas y seguros, educación, industria alimentaria, sector agropecuario y pesca, y otros; véase gráfica), y como mostré en la gráfica de la entrega del 10/1/14, representó en 2012 el 38.3 por ciento de los ingresos fiscales del gobierno federal. Veamos el texto de los transitorios 14 y 15. El primero, después de reiterar lo citado que se añadió al artículo 28 de la Constitución, establece que los “ingresos se administrarán y distribuirán conforme a la siguiente prelación y conforme se establezca en la ley para:
1. Realizar los pagos establecidos en dichas concesiones y contratos; 2. Realizar las transferencias a los Fondos de Estabilización de los Ingresos Petroleros y de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas hasta que el primero llegue a su límite máximo que deberá establecerse en la legislación correspondiente que deberá reformarse. Este fondo se estableció en 2000 para financiar el gasto público en los casos en los que el ingreso petrolero cae (por baja en precios o volumen exportado) por debajo de lo previsto en la Ley de Ingresos. 3. Realizar las transferencias al Fondo de Extracción de Hidrocarburos, a los fondos de investigación en materia de hidrocarburos y sustentabilidad energética, y en materia de fiscalización petrolera. 



Más allá de la fiscal y de la que dice combatir el hambre (¡sonríe!: toma Pepsi), otra cruzada del gobierno peñanietista cumple sus primeros seis meses de operación, con resultados que están en veremos. Se trata del Programa para la Formalización del Empleo, cuyo banderazo de salida dio el inquilino de Los Pinos el pasado 22 de julio, con la pretensión de que las empresas otorguen empleos dignos que cumplan con la ley y otorguen seguridad social, salarios dignos y prestaciones de ley, en el entendido de que seis de cada diez mexicanos en edad y condición de trabajar se ocupan y sobreviven en la informalidad.
Seis meses después, bien a bien nadie sabe cómo va el marcador de la cruzada laboral en contra de la informalidad, estrategia sexenal que cuenta con el aval no sólo del gobierno federal, sino con el de los 32 virreyes de la Federación (más un comisionado a partir del miércoles pasado), y que para su primer semestre de ejecución estimó formalizar no menos de 200 mil plazas laborales (en un esfuerzo inicial), es decir 0.66 por ciento del universo informal.
En aquellos no lejanos ayeres, el inquilino de Los Pinos advirtió que un insuficiente crecimiento económico y el incremento demográfico en las últimas tres décadas han originado que 59 por ciento de la población ocupada en México labore en la informalidad. En otras palabras, más de 28 millones de trabajadores no cuentan con el amparo del marco legal o con seguridad social. Además, la mayoría labora en empresas que en promedio son 50 por ciento menos productivas que las formales, lo que se traduce en menores salarios.
Pero más allá de su bonito discurso, el hecho es que en su primer año de estancia en la residencia oficial la insuficiencia en materia de crecimiento económico volvió a decir presente, y si bien va el PIB avanzaría 1.2 por ciento. Sin crecimiento no hay empleo formal, y sin ambos la posibilidad de formalizar la informalidad, por mucho que ésta sean una salida falsa que si bien libera presiones de empleo a corto plazo, con el tiempo genera pasivos sociales. Por ello, la formalidad es la única ruta para crecer y prosperar (Peña Nieto dixit, obviamente).
Pero bueno, mientras esta cruzada da resultados –si es que algún día se concretan–, el Observatorio Económico de México, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Azcapotzalco) divulgó un análisis (La reforma hacendaria, la informalidad y la productividad, bajo la firma de José Francisco Rodríguez Montoya) que concluye, palabras más o menos, que en la materia descrita saldría más caro el caldo que las albóndigas, algo por demás común en los programas de gobierno.
El citado análisis detalla que desde el Poder Ejecutivo se ha afirmado que la reforma hacendaria va contra la informalidad a través de esquemas de incorporación con cero impuestos en el primer año y una progresividad en cinco años, con diversos beneficios desde el primer año, como acceso a programas de crédito y la inclusión de los trabajadores en el Seguro Social con cuotas subsidiadas para ingresos hasta de dos salarios mínimos.
Al mismo tiempo, diversos organismos como la Confederación Patronal de la República Mexicana, el Consejo Coordinador Empresarial y el Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas, entre otros, han señalado que la reforma hacendaria va a provocar un aumento de la informalidad, e incluso organismos privados como el Cidac han señalado a la informalidad como uno de los temas eludidos por la reforma hacendaria y apuntan como un defecto la decisión de no aumentar la base gravable cobrando impuestos a los informales. Una de las quejas más recurrentes ha sido la de por qué no cobrar impuestos a los trabajadores informales en lugar de cobrar más a los causantes cautivos o a través del establecimiento de nuevos gravámenes con fines meramente recaudatorios.
En fin, observaciones de chile de dulce y de manteca, pero la conclusión del Observatorio Económico de México es que resulta más costoso formalizar a los informales: el gobierno federal ha dado por hecho que la informalidad es la causa de la baja productividad de nuestro país y ha propuesto una serie de acciones encaminadas a reducirla, pero quizá no ha reflexionado sobre el costo, en términos recaudatorios, que implicará dicha formalización.
En este contexto, detalla, la población ocupada informal sumó 29 millones 316 71 personas con un ingreso mensual promedio de 2 mil 549 pesos (información oficial al cierre del tercer trimestre de 2013). Con esos datos se obtiene que el gobierno federal podría retener (en términos fiscales) a estas personas un total de 67 mil 229 millones de pesos anuales. Sin embargo, los subsidios al empleo que, por ley, debería aplicar el propio gobierno federal a la hora de la formalización ascenderían a 138 mil 750 millones de pesos, es decir, más de dos veces de lo que potencialmente recaudaría por la formalización de los puestos de trabajo.
Ese es el universo a formalizar, en el entendido de que agrupa a la ocupación en el sector informal (aquellas personas que trabajan para unidades económicas no agropecuarias operadas sin registros contables y que funcionan a partir de los recursos del hogar o de la persona que encabeza la actividad sin que se constituya como empresa, de modo que la actividad en cuestión no tiene una situación identificable e independiente de ese hogar o de la persona que la dirige y que por lo mismo tiende a concretarse en una muy pequeña escala de operación, por ejemplo personas que tienen un micro negocio no registrado en la puerta de su casa o vendedores ambulantes) y a la informalidad laboral (la suma, sin duplicar, de los trabajadores que son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, con aquellos cuyo vínculo o dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo; en esta tasa se incluye –además del componente que labora en micronegocios no registrados o sector informal– a otras modalidades análogas, como los ocupados por cuenta propia en la agricultura de subsistencia, así como a trabajadores que laboran sin la protección de la seguridad social y cuyos servicios son utilizados por unidades económicas registradas, aquí se incluyen, por ejemplo, a los trabajadores domésticos”).
Las rebanadas del pastel
En el sexenio de las cruzadas, ¿estaría dispuesto el gobierno formalizador, de la mano de sus aliados naturales, a pagar ese precio económico con tal de colgarse la medallita política?
Twitter: @cafevega


Cuando se anunció su presencia, los asistentes al 18 Festival de Escritores de Praga, celebrado en junio del 2008, le brindaron una gran ovación. Ella era una de las invitadas especiales al encuentro. De los cinco continentes llegaron 16 personalidades de las letras entre los que se encontraban Michael McLure, Paul Auster, Ivan Klima, Margaret Atwood, Tariq Ali y Natalia Gorbanévskaya. Pero esta última fue el símbolo del festival, que llamaron La risa y el olvido para recordar la Primavera de Praga, la ocupación de Checoslovaquia por la tropas del Pacto de Varsovia en agosto de 1968 y la ola de represión que le siguió. De igual modo, la matanza del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, en México. Algunos de los presentes fueron actores y otros espectadores solidarios desde distintos rumbos del planeta.
Como Natalia Gorbanévskaya, la poeta rusa que comentó cómo por cinco minutos de libertad en la Plaza Roja de Moscú estábamos dispuestos a pasar nuestra vida en prisión. Y esa libertad la ejerció en agosto de 1968 frente al Kremlin, al desplegar junto con otros seis disidentes pancartas en favor de una Checoslovaquia independiente. Era la voz más libre que se podía escuchar, dijo la también traductora y periodista.


 

Según un reporte sobre nuestro país difundido ayer por la agencia calificadora Moody’s, muchos deudores en el sector de vivienda de interés social que se encuentran en áreas suburbanas con pocas opciones de transporte y servicios públicos, simplemente abandonaron sus viviendas en lugar de continuar con sus pagos hipotecarios. La afirmación citada se complementa con datos oficiales en el sentido de que actualmente hay en el país más de 5 millones de viviendas abandonadas, lo que, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, representa cerca de 14.3 por ciento del total de hogares.

A 200 años de la Constitución de Apatzingán
La felicidad del pueblo y de cada uno de los ciudadanos, consiste en el goce de la igualdad, seguridad, propiedad y libertad. La íntegra conservación de estos derechos es el objeto de la institución de los gobiernos y el único fin de las asociaciones políticas. Así dice el artículo 24 de la Constitución de Apatzingán, presentada hace casi 200 años por un grupo de insurgentes que proyectaban una idea de nación, encabezados por José María Morelos. Este documento fue rubricado en el Palacio Nacional del Supremo Congreso Mexicano en Apatzingán.

El Vargas Llosa de sus brillantes inicios resucita siempre en el último de sus libros, como ocurre con El héroe discreto; todas sus marcas de fábrica están patentes en la trama y en el lenguaje coloquial, y algunos de sus personajes regresan para ocupar lugares que ellos mismos reclaman en el relato. Le he oído decir, en Panamá, y en Guadalajara más recientemente, en las presentaciones de El héroe discreto, que esos personajes recurrentes, tal es el caso del sargento Lituma y los inconquistables, o el don Rigoberto, doña Lucrecia y Fonchito, se presentan delante de él cuando va a emprender una nueva escritura, para dejarse ver, como diciéndole al novelista: aquí estamos, míranos bien, no nos has aprovechado lo suficiente.

Aprincipios de los años 30 del siglo pasado, el escritor Alfonso Reyes se refería a hombres representativos de intereses comunes que, al menor desconcierto de la cosa pública (¡y a tantos estamos expuestos!), echarían a andar su motor y, en pocas horas, se trasladarían a Laredo-Texas. La referencia tenía que ver con sus paisanos de Monterrey.

Entre lo mucho que se ha escrito sobre los 20 años de la vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), queremos comentar, por la difusión que han tenido, dos artículos del periodista Sergio Sarmiento. El primero, fechado 3 de enero, se titula TLC de pesadilla. El segundo, el 8 del mismo mes, Tirar dinero al campo. En ellos el autor, a pesar de que maneja algunos datos duros, cae en los lugares comunes que emplean rei­teradamente quienes opinan del campo desde afuera.

Camuflados en la objetividad académica o periodística o en el llano cinismo, no podían faltar en la celebración del vigésimo aniversario de la rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional sus detractores, adjudicándole fracasos, deserciones generalizadas, la persistencia de la pobreza, e incluso –¿por qué no?– protagonismos personales, todo lo cual refleja, sin embargo, precisamente, aquello que es parte de lo celebrable. ¡Qué lástima que el EZLN siga existiendo, que haya municipios autónomos, que se encuentren en curso importantes experiencias organizativas, que no haya fracasado a dos décadas de iniciado un proceso que sigue tan vivo que demanda que se le declare muerto, en decadencia, agotado y contradictorio! A pesar de los tiempos que corren y de la grave condición del país, y sin pretender la inexistencia de fallas y de limitaciones en el proceso zapatista, ¿quién ha fracasado y en qué sentido? ¿La nueva generación ya incorporada en los procesos organizativos locales? ¿Dónde se ubica la deserción, en las filas del EZLN, o en las del Ejército y los partidos políticos? Y el argumento de la persistencia de la pobreza que se le achaca al EZLN, ¿se refiere a su contraste con la generalizada bonanza económica actual de los mexicanos? ¿Qué es lo que irrita aún y no se perdona de la dirigencia del EZLN? Sin duda, las críticas enunciadas, en su calidad y alcance, reflejan las limitaciones y la adscripción política de quienes las emiten.

En lo que se refiere a la relación entre el amor y la política –véase El amor, la modernidad y la política, en La Jornada, 3/1/14–, Alain Badiou es más que claro: Lo político es opuesto al amor; el amor empieza donde lo político acaba ( Metapolitics, 2005, p. 151).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario