En
momentos clave, cuando ha requerido ya sea apagar un fuego que amenaza
la credibilidad de su gobierno o encender la hoguera de un enemigo
político, el presidente Enrique Peña Nieto ha contado con un leal e
incondicional operador jurídico-político-policiaco: Alfredo Castillo
Cervantes.
El joven abogado mexiquense que saltó a la fama por el controvertido
caso de la niña Paulette, ayer fue designado Comisionado Especial del
Gobierno de la República para el Desarrollo Integral de Michoacán, lo
que en los hechos significa que será “el hombre del Presidente” para
atender la compleja problemática del estado occidental en guerra, por
encima, incluso, del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio
Chong.
No es la primera vez que Peña Nieto echa mano del hábil apagafuegos
en que se ha convertido Castillo Cervantes. La primera fue aquella como
gobernador mexiquense, cuando lo mandó, contra toda la opinión pública,
a cerrar el caso del asesinato de la niña Paulette con la versión de
que “se enredó accidentalmente en las cobijas y murió asfixiada y
embalsamada por lo que su cuerpo no se descompuso ni emitió olores”.
Eso le valió la confianza del entonces gobernador mexiquense que lo
nombró procurador del Estado en recompensa.
Al llegar a la presidencia, Peña Nieto lo hizo subprocurador de la
PGR donde se convirtió en una cuña política para el procurador Jesús
Murillo Karam, con quien tuvo una difícil relación. En la PGR, Alfredo
Castillo fue el encargado de armar la investigación sobre el desvío de
fondos del SNTE a cuentas y gastos personales de Elba Esther Gordillo,
así como las acusaciones de defraudación fiscal que hoy tienen presa a
la otrora poderosa lideresa magisterial, luego de que ésta se había
convertido en una incómoda opositora a la reforma educativa del
presidente Peña Nieto.
De nueva cuenta, Castillo fue enviado por el presidente para apagar
el fuego que encendieron en la Profeco el nepotismo y las mentiras de
Humberto Benítez, quien después de haber enviado a clausurar un
restaurante en el DF porque no le dieron una buena mesa a su hija,
pretendió desconocer el asunto y desató tal escándalo mediático y de
redes sociales, que obligó al Presidente a un cese fulminante.
Pero esta vez Peña Nieto ha enviado a su joven bombero a un incendio
demasiado grande y con varios fuegos encendidos y avivados al mismo
tiempo. La experiencia jurídica y de procuración de justicia de Alfredo
Castillo no será suficiente para enfrentar un estado de cosas en
Michoacán que no sólo pasan por el tema de la pacificación y la
seguridad, del que se harán cargo dependencias como la PGR, la Policía
Federal y el Ejército, sino por comenzar estrategias para reconstruir
el tejido social que está roto en todo ese estado, para recuperar
actividades productivas, empleos, turismo, agricultura y para
restablecer una cultura de legalidad entre la sociedad michoacana, a
fin de acabar con el miedo, la extorsión y la zozobra en la que han
vivido los habitantes de esa entidad.
No faltaban ayer interpretaciones de si con este nombramiento
Castillo Cervantes se vuelve “gobernador de facto” de Michoacán o si su
designación golpea directamente al secretario de Gobernación, pero por
encima de lecturas políticas, el comisionado presidencial tiene
enfrente el mayor reto de su corta carrera pública. Un reto que lo
puede levantar hasta las alturas insospechadas del Valle de Toluca o lo
puede hundir hasta lo más profundo de la ignominia si fracasa en la
titánica tarea de restablecer la normalidad en un estado que ha vivido
una guerra prolongada por más de una década.
¿Podrá el comisionado plenipotenciario de Peña Nieto apagar los
fuegos del infierno de violencia e ilegalidad en Michoacán o, como reza
la desconfiada experiencia mexicana, será un comisionado más para que
nada se resuelva?
NOTAS INDISCRETAS… Con un auditorio abarrotado por la clase política
nacional y local, el gobernador Rafael Moreno Valle no tuvo necesidad
de mandar ningún mensaje político en su tercer informe de Gobierno; el
mensaje quedó implícito en la impresionante convocatoria: 23
gobernadores, la plana mayor del PAN, encabezada por Gustavo Madero,
los presidentes del Senado, Raúl Cervantes, y de la Cámara de
Diputados, Ricardo Anaya; los principales dirigentes del PRD con Jesús
Zambrano y Jesús Ortega a la cabeza, el rector de la UNAM, José Narro y
varios ex gobernadores del estado. Tal vez por eso Moreno Valle se
dedicó a dar cifras y más cifras con las que aprovechó, eso sí, para
decir que mucho más se hizo en un año de su gobierno, el 2013, que “en
los seis años del gobierno anterior”, en un claro raspón para el
ausente Góber Precioso, Mario Marín. No faltaron los que, en
medio de tal demostración de fuerza política en la angelina ciudad,
soltarán las velas futuristas ¿Será Moreno Valle el único candidato que
pueda salvar a un PAN enfrentado y dividido en 2018?… Los dados mandan
Serpiente. Bajan.
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