4/15/2013

El golpe a Excélsior en los “cables Kissinger”



Escrito por  el 14 abril 2013 a las 1:48 pm en DestacadasMediosSociedad

por Alejandro Navarrete
Julio SchererEstados Unidos consideraba al diario Excélsior dirigido por Julio Scherer como independiente, y el periódico mexicano de más influencia en el país y en toda América Latina.
Pese a estimar que el diario tenía frecuentemente una línea antiestadounidense, e “irritante” en ocasiones para ellos, la Embajada de Estados Unidos recurría en sus análisis frecuentemente a las informaciones de Excélsior y de Scherer, a quien valoraba como uno de los periodistas mejor informados del país.
Un día después del “golpe a Excélsior”, el 9 de julio de 1976, la Embajada de Estados Unidos especulaba que el Presidente Luis Echeverría podría estar buscando sacar del escenario al Excélsior crítico para fortalecer diarios como El Sol de México y El Universal, que ya habían sido señalados en reportes previos de la Embajada como medios donde presuntamente Echeverría tenía intereses y donde buscaría difundir su “voz pública”, una vez que terminara su sexenio.
Así lo revelan los cables diplomáticos de los años 1973 a 1976, desclasificados por el gobierno de Estados Unidos en 2006,  y que a partir de la semana pasada pueden ser consultados en la página web de Wikileaks, a través de su nuevo buscador “Plus D” o “Public Library of Us Diplomacy” que incluye no sólo estos nuevos cables, sino los anteriores, del llamado “Cablegate” que Wikileaks difundió mundialmente en 2010, tras la filtración de estos documentos que les hizo el estadounidense Bradley Manning.
 Los cables desclasificados en Wikileaks
Los nuevos cables corresponden a la época cuando la política exterior estadounidense era dirigida por el controvertido canciller Henry Kissinger, quien fue Secretario de Estado entre 1969 y 1977 durante las administraciones de Richard Nixon y Gerald Ford, por lo que son identificados por Wikileaks como los “Cables Kissinger”.
En total, el buscador permite revisar 1 millón 707 mil 500 cables desclasificados de estos años  (1973-1976), de los cuales 51 mil 642 hacen referencia a México, mucho menos que los 9 mil 422 que se referían al país en los 251 mil 287 cables del 2003 al 2010 filtrados en el “Cablegate” de hace 3 años.
Los cables muestran las tensiones de la época “guerra fría”, los intereses de Estados Unidos por incidir en los gobiernos latinoamericanos y un contexto en donde “comunismo” y el “capitalismo” eran palabras clave para identificar aliados o adversarios políticos.
En México, los cables retratan la segunda mitad del sexenio del Presidente Luis Echeverría Álvarez y la transición hacia el gobierno de su sucesor, José López Portillo, en 1976, etapa convulsa en donde rumores como el de un complot de Echeverría para matar a López Portillo antes de tomar posesión, el de un “golpe de estado”, o el de la de la declaración de un “estado de emergencia” para que Echeverría permaneciera en el poder, fueron evaluados por el Embajada y reportados a la oficina de Kissinger en Washington.
Secuestros a manos de la guerrilla de diplomáticos estadounidenses (incluyendo la muerte del vicecónsul de Estados Unidos, John Patterson) y de políticos mexicanos como el senador de la República y candidato a Gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa, asesinatos, como el del empresario regiomontano Eugenio Garza Sada, devaluaciones del peso y ataques a la incipiente prensa independiente, como Excélsior, son también parte del clima en el país reflejado en los cables estadounidenses.
La influencia de Excélsior
En ese contexto, la influencia del Excélsior dirigido por Julio Scherer, con su pluralidad de colaboradores y su peso político, se hacía patente tanto en los monitoreos frecuentes de la Embajada de Estados Unidos como en sus análisis especiales de temas relevantes.
En un mensaje al Vicepresidente de Estados Unidos Nelson Rockefeller en septiembre de 1975, el Embajador Joseph John Jova describe a Excélsior como un el periódico más influyente de México y recomienda al político otorgar la entrevista que Julio Scherer le solicitaba como preámbulo a la visita que haría Kissinger a Latinoamérica.
En el cable 1975MEXICO00448_b  Jova escribe:
“Excélsior frecuentemente toma un línea anti – americana pero es el periódico más influyente de México y goza de considerable (posiblemente inmerecido) prestigio en el hemisferio. El Heraldo es notablemente más conservador que Excélsior pero tiene aproximadamente la misma circulación (…). Siento que serviría a nuestro propósito si Usted pudiera conceder ambas entrevistas”.
La Embajada de Estados Unidos consideraba a Excélsior como “independiente” frente al gobierno de Echeverría. También se refería al diario en ocasiones como “influyente”,  “izquierdista”, “izquierdista – nacionalista” o “de centro izquierda”. (1973MEXICO06466_b1975MEXICO00694_b,1974MEXICO00847_b1974STATE026278_b).
En otro cable, el 1975MEXICO05571_b, éste dirigido por el Embajador Jova al propio Kissinger, el diplomático reitera la influencia de Excélsior en Latinoamérica, algo que al parecer era un elemento muy importante en su visión, y señalaba a Scherer como puntual en la publicación de hechos y declaraciones, aunque incisivo en sus ángulos informativos.
“1.- Julio Scherer García, el director de Excélsior, el diario líder en la Ciudad de México y el único periódico mexicano que tiene influencia en toda Latinoamérica, ha solicitado especialmente una entrevista con usted. Estaría preparado para venir a Washington en cualquier fecha conveniente pero le gustaría que fuera lo más pronto posible.
2.- Scherer es además actualmente Presidente de Latin, servicio de prensa apoyado por varios periódicos líderes en Latinoamérica.
3.- Aunque Scherer dice que su entrevista será en un tono positivo, y aunque creemos que ciertamente será puntual en lo referente a sus declaraciones, él es a veces sinuoso en lo que respecta a comentarios interpretativos. Aun así, en vista de su posición, yo recomendaría que lo reciba.
Jova.
CONFIDENCIAL”
El 14 de mayo de 1976, la Embajada reportó a Washington que Excélsior había publicado un editorial “altamente crítico” del Secretario Kissinger, titulado “El mundo de acuerdo al gusto de Kissinger”(1975MEXICO04240_b), criticando sus declaraciones en las que había dicho que “el presente sistema económico ha servido bien al mundo” y señalando que el sistema económico sólo había beneficiado a un solo país: Estados Unidos.
A pesar de su línea editorial que parecía en ocasiones incomodar al gobierno estadounidense, la propia embajada consideraba a Scherer un periodista informado y su opinión, muy valiosa. Tras un desayuno en septiembre de 1975 del propio Embajador con Scherer en la que el periodista habló de los escenarios que veía para la candidatura presidencial, Jova reportó a Washington:
“Scherer García es uno de los directores de noticias más informados de México y su opinión, a pesar de las reservas de la Embajada, vale la pena ser considerada”. (1975MEXICO08186_b)
Los cables desclasificados también muestran la petición de la Embajada de Estados Unidos para obtener información con la que pudieran convencer a Scherer de las violaciones de derechos humanos en Cuba, luego de que el periodista hablar de las violaciones que se llevaban a cabo en Chile, en la dictadura de Pinochet (1975MEXICO05326_b).
Dentro de los reportes y análisis que hacía Estados Unidos a las publicaciones críticas e independientes de Excélsior, interesantemente, un cable no fue desclasificado.  Se trata de cable que la Embajada estadounidense dedicó a los comentarios del editorial que Excélsior publicó en agosto de 1974 sobre la CIA. El documento 1974MEXICO06660_b señala que no fue desclasificado por “orden ejecutiva o por por otra ley o legislación del Departamento de Estado”.
Las intenciones de Echeverría con la prensa
Semanas antes del “golpe a Excélsior”, la Embajada de Estados Unidos contaba con un reporte confidencial que señalaba que el Presidente Echeverría buscaría  “meter en cintura” (bring to heel) a Scherer y a Excélsior.
De acuerdo con el cable 1976MEXICO08735_b redactado el mismo día del golpe, el 8 de julio, pero antes de que la Embajada conociera de los sucesos en Reforma 18, el informe secreto hablaba de la molestia de Echeverría con el diario y que estaba buscando acciones para parar su libertad editorial:
“De acuerdo a un reporte confidencial de varias semanas atrás, el Presidente Echeverría, alimentado por los ataques de Excélsior (entre otras ofensas percibidas) al Gobierno y a López Portillo había determinado “meter en cintura” al diario. El reporte sugería que el gobierno buscaría desalentar la publicidad en Excélsior y quizás usar otros medios de presión financiera sobre el papel, señalaba que el gobierno buscaría desincentivar la publicidad de empresas en el diario y tal vez usar otros medios de presión financiera”.
El cable no menciona nada, sin embargo, de los boicots de publicidad empresarial que Excélsior ya había padecido anteriormente.
Scherer contaría años después como Juan Sánchez Navarro, el destacado empresario, el “ideólogo” de la clase empresarial, le contaría con detalle después cómo Echeverría había impulsado el boicot de publicidad al diario:
“Los empresarios que pesaban, los del poder económico y la influencia política, preocupados por el rumbo que tomada Excélsior, acordaron reunirse en la casa del fundador de la ICA, Bernardo Quintana. Invitaron al presidente Echeverría, que concurrió puntual a la cita. Hablaron del periódico. Era peligrosa la posición que asumía, más y más cargada a la izquierda. El director, Julio Scherer García, no ocultaba su tendencia política y era verosímil que se tratar de un sujeto proclive al comunismo. El diario mantenía un ritmo de crecimiento sostenido, fenómeno que se sumaba a las inquietudes de los empresarios. El anfitrión tomó la palabra y solicitó el parecer del presidente de la república.
Echeverría fue directo. Los hombres de la iniciativa privada rendían su cuota al auge del periódico, la publicidad era fuente de ingresos para el diario. Así fortalecía al enemigo común. En manos de los empresarios estaba el remedio a una situación que ya era crítica.” (La terca memoria, pág. 119).
Previamente al informe secreto (del cual la Embajada no revela el autor pero sostiene que es una “fuente confiable”) sobre las intenciones de Echeverría de nuevas agresiones contra Excélsior, la Embajada también había dado cuenta de los reportes que señalaban el interés del Presidente por mantener una prensa leal a él que le permitiera contar con difusión en el nuevo sexenio.
En el cable 1976MEXICO06463_b señalaba la información de que Echeverría estaría tras la adquisición de El Sol de México y sus 32 diarios regionales a través de, Mario Vázquez Raña y la recién formada Editorial Mexicana, S.A., EMSA (posteriormente Organización Editorial Mexicana, OEM), a quien se identificaba como su primo y como muy cercano a Echeverría.
El documento citado mencionaba también el posible interés de Echeverría en adquirir parte de El Universal, de Francisco Ealy Ortiz, quien también participaba en EMSA, como Presidente de la Junta de Directores.
El cable citaba como fuente al periodista José Pages Llergo, director de la revista Siempre, a quien la Embajada mencionaba como “confiable” por ser el “decano” del periodismo mexicano.
“Asumiendo que la información de arriba es cierta, parecería que EMSA es un organización frente para el Presidente y que la cadena de los Soles y El Universal le proveerán un aparato útil para darle voz pública a sus visiones después de que deje la Presidencia, en muchos sentidos como la misma forma en que Miguel Alemán ha utilizado a Televisa en años recientes”.

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