4/17/2013

Venezuela: 12 reflexiones y una conclusión



José Steinsleger
Primera. El articulista se rehúsa a calificar de terminal la crisis del capitalismo, tautológica expresión que tiende a olvidar que las crisis son el mejor negocio de los capitalistas. Pero el socialismo no necesariamente es la consecuencia natural. Cuando las papas queman, el capitalismo convoca a su hermano mayor: el fascismo.

Segunda. En su actual etapa de crisis, el capitalismo se encamina hacia nuevas formas de fascismo. Y una de tantas son los pactos que responden a falaces consensos democráticos: despolitización, alternanciatolerancia, y otras modalidades ideológicas del Partido Mediático Universal (PMU).

Tercera. El articulista se rehúsa también a creer que la llamada cuarta revolución industrial (microinformática, robótica, nanotecnología) y las que vienen en camino, están yendo más allá de las capacidades cognitivas de la especie humana. ¿Qué si las tablets son mágicas? Puede ser. Pero las personas que las diseñan no son mágicas sino reales.

Cuarta. El articulista sostiene que el PMU ha dado pasos de gigante, y al mismo tiempo resiente que la mayor parte de los teóricos del socialismo (con pluma de ganso o tuits) continúen expresándose con el lenguaje ideológico y político de la primera revolución industrial.

Quinta. El articulista piensa que si lo nombraran titular de todas las agencias del capitalismo global, en su primer día de trabajo convocaría a los mejores hackers del mundo para preguntarles: a ver, chicos… ¿tenemos o no un problema con el legado del populista que en Venezuela acaba de morir tras movilizar durante 14 años a los pueblos del continente, poniendo a su servicio las recursos petroleros más ingentes del planeta?

Sexta. El articulista recuerda que a mediados del decenio de 1980, la Casa Negra contrató a la firma Rendon Group para diseñar el arquetipo comunicacional (o matriz de opinión), que en Panamá e Irak liquidó política, física y moralmente al general Manuel Antonio Noriega y al presidente Saddam Hussein.
Séptima. Después del torpe y fallido golpe de 2002, el profesor Carlos Lanz Rodríguez denunció que el programa de desestabilización consistió en: 1) machacar con la pérdida de confianza de la base chavista; 2) promover y divulgar la impopularidad creciente del presidente; 3) atacar su entorno familiar; 4) reiterar sistemáticamente sus vínculos con el narcotráfico y las FARC; 5) acentuar en su fracaso como gobernante; 6) acusarlo de profesar una ideología castrista, y 7) ser aliado de países terroristas.

Octava. Por vía insurgente o democrática, los pueblos latinoamericanos protagonizaron grandes transformaciones políticas y sociales. Pero las unas quedaron a mitad de camino (México 1940; Bolivia 1964; Nicaragua 1992), y las otras fueron derrotadas (Guatemala 1954/64; Argentina 1955/73; República Dominicana 1963; Brasil 1964; Uruguay y Chile 1973; Perú y Ecuador 1975; Panamá 1981/89; Granada 1983).

Novena. En 1999, el comandante Hugo Chávez retomó el rumbo perdido en 1830, cuando los aldeanos vanidosos, con el apoyo abierto y encubierto de Inglaterra y Estados Unidos, acabaron con la Gran Colombia bolivariana sumiendo al continente en siglo y medio de cuartelazos, golpes de muerte y mala muerte, y luchas fratricidas en las que el imperialismo pescó a río revuelto.

Décima. Sólo Cuba y su revolución (1959), y en particular la Segunda Declaración de La Habana (1962), marcaron los ejes de la verdad verdadera: “(…) Los pueblos de América se liberaron del coloniaje español a principios del siglo pasado, pero no se liberaron de la explotación (…) Hoy América Latina yace bajo un imperialismo más feroz, mucho más poderoso y más despiadado que el imperio colonial español”.

Undécima. La revolución bolivariana ha sido democrática, pacífista, generosa y exitosa a juzgar por su extraordinaria obra social. ¿Y ahora los medios y expertos de uno y otro lado quieren persuadirnos de que los pobres son ingratos, lúmpenes, oportunistas? ¿Que el justo medio sería el camino de los probos? ¿Que el escrutinio fue de infarto, y el monigote de Capriles estuvo a un tris de liquidar el chavismo, la Alba, la Celac, Petrocaribe, Unasur? ¡Háganmela buena!

Duodécima. La revolución bolivariana es un fenómeno inédito en la historia política de los pueblos latinoamericanos. Mas no por justa o realista, su observación podría ignorar sus yerros, o incurrir en el desatino de subestimar que sus enemigos también optaron por el camino inédito de subversión, desestabilización y mentiras a granel.

Conclusión. Al capitalismo neoliberal le urge la derrota política y moral de la revolución bolivariana y el legado patriótico de Chávez. Cosa que para nuestros pueblos sería infinitamente más demoledora que una invasión militar directa, o la importación de contratistas dispuestos a luchar por la libertad y la democracia. Como fuere, todas las opciones de Washington, jefe único de la oposición en Venezuela, están funcionando a pleno pulmón.

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