La Mujer de Enfrente
“En
la búsqueda por esa paz entre Israel y Palestina es extraordinaria la
tarea de las mujeres, que han logrado interactuar con empatía”
Nueva
York, 23 mar. 13 AmecoPress.- Cuando opiniones independientes se suman,
se hermanan, revelan que existe una alta cooperación y dan la fórmula
para restaurar el camino de la humanidad, para continuar en pos de la
paz, como sucedió entre alemanas, israelíes y palestinas.
En
la búsqueda por esa paz entre Israel y Palestina es extraordinaria la
tarea de las mujeres, que han logrado interactuar con empatía, es
decir, identificando y entendiendo la situación del otro, de la otro,
los otros sentimientos y los otros motivos, tal y como lo indica
‘Between the Lines: Voices of Women engendering Peace and Democracy’.
Aquí en Nueva
York el sol se asoma, como cada primavera, para todas las hermandades
que confluyen y que generaron una narrativa única, por encima de
décadas de hostilidad, con la idea de la esperanza de paz y la
democracia, pese a la realidad política que separa a las naciones de
Alemania, Israel y Palestina.
Este proyecto
lo coordinó e inició Arbeitskreis deutscher Bildungsstaetten. Las
actividades dialogadas se ejercieron por espacio de diez años y sus
testimonios se publicaron en el 2008, mediante el apoyo del German
Ministry for Family Affairs, Senior Citizens, Women and Youth.
¿De qué trata ese diálogo?
De que Margot
Brown, Hannelore Chiout, Faten Mukarker, Adina Aviram, Anette Klasing,
Fidaa Narh-Abu Dba, Edna Zaretsky Toledano, Christiane Reinholz-Asolli,
Jameela Alatrash, Gili Tzidkiyahu, Katrin Wolf, Rawia Loucia Shammas,
Razia Meron, Rima Al Ajrami, Ruth Hiller, Sabah Ikhymees, Shira Ohayon,
Vered Shomron-Fabian, Hannelore Chiout y Jenny Zobel, dan su visión
sobre la paz, dejando atrás el desafío de lo imposible, enfatizando el
privilegio de ser mujer con visión de paz, a través del diálogo que se
inspira en lo verdadero.
Margot Brown,
encargada de la dirección editorial, explica que todas ellas, con su
diversidad, cultural, lingüística, religiosa y con sus diferentes
experiencias políticas, construyeron tesis tan intensas como variadas.
Y aunque “todas vemos de diferente forma las cosas dice Brown, sin
compasión ni en entendimiento se puede extender el conflicto y suceder
lo peor.
Brown indica
también que ciertos incidentes fueron recontados a la vez por varias
mujeres y el impacto fue muy fuerte en el grupo, permitiendo conocer
los pensamientos muy personales de quienes lo atestiguaron. Sobresale
también el hecho de que las mujeres participantes no escribieron en su
lengua materna y a otras les fue traducido su escrito, confiando en la
habilidad de dicha traducción. Lo importante fue dejar que las voces de
las mujeres brillaran por si, dejando a un lado el ‘light touch’.
Por supuesto
que aquí, en esto de la búsqueda imperiosa de la paz y la democracia
entre Israel y Palestina, con la tercera voz cantante de Alemania, para
recordar “el dilema de la diferencia”, ese gran desafío, intentaron
anteponer lo que comparten y eso fortalece los diálogos y une en la
diferencia.
Cada una de
las mujeres rompió sus silencios, esas formas de vivir entre líneas, de
cruzar líneas y apoyarse en esos cruces, porque las fuerzas de
seguridad siempre tratan diferenciadamente, como lo sabemos, como lo
vivimos en otras líneas territoriales.
He aquí un ejemplo.
La fiesta
Hubo una vez
unos animales que decidieron vivir en un grupo y los pájaros vivir en
otro. Así, un día, los animales decidieron tener una fiesta. La cebra
fue el vigilante. Todos los animales vinieron a la fiesta para pasar un
tiempo feliz.
Entonces el murciélago arribó y dijo: ‘Déjenme entrar a la fiesta, porque yo también soy animal’.
Pero la cebra dijo: “¡No! Nosotros somos animales porque no tenemos alas; tú eres un pájaro porque tienes alas”.
Entonces el murciélago se fue sin haber entrado a la fiesta.
Al siguiente
día, los pájaros decidieron tener una fiesta. El buitre fue el
vigilante de la fiesta de los pájaros. El murciélago se enteró de la
fiesta desde su lejano hábitat y decidió asistir.
Cuando llego a la fiesta dijo: ‘Déjenme entrar a la fiesta, yo soy un pájaro’.
Pero el buitre dijo: “¡No! Nosotros somos pájaros porque no tenemos dientes; tú eres un animal porque tienes dientes’.
Entonces el
murciélago tuvo que irse sin haber entrado a la fiesta.El pobre
murciélago no era un animal y no era un pájaro, por eso nunca pudo
entrar a ninguna fiesta.
Yo digo:
díganle a los niños del mundo que nosotros no queremos ser murciélagos.
Nosotros queremos encontrar un lugar donde podamos ser o bien un animal
o un pájaro, para poder ser felices.
La fiesta, The party, fue su base en todo momento escrita por Abraham Marial Kiol, de 14 años de edad, sudanés.
Y así fue como
durante diez años de trabajo intenso y un proceso pasional del
encuentro de un lenguaje común entre mujeres de Israel, Palestina y
Alemania, aprendieron la protección de sus derechos en cada uno de sus
países, bajo un irrestricto respeto entre una y otra, con sus propios
valores democráticos.
Pasaron por el
proceso doloroso de la investigación y de escribir. Todos los puntos
imaginables se abordaron con la única idea de parar la guerra, para
sobrevivir, bajo la premisa de los derechos básicos de dignidad humana,
derechos de equidad entre hombres y mujeres.
Así, sin encontrar culpables, se puede vivir la diversidad sin estar separadas…y sin líneas.
Fotos: Leticia Puente Beresford.
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