INTERNACIONAL
Imparable racha de acoso laboral, acusa sindicalista
Imagen retomada del sitio republica.com.uy
Por: Isabel Pérez
Cimacnoticias/La República de las Mujeres | Montevideo.- El próximo 19 de agosto se celebrará un nuevo Día de la Trabajadora Doméstica, instituido como feriado pago en memoria del Primer Consejo de Salarios del sector, y efectivizado por primera vez en 2011.
Sobre los avances y desafíos de la negociación colectiva, y las dificultades cotidianas de trabajadoras que se desempeñan puertas adentro de los hogares, La República de las Mujeres conversó con Graciela Espinosa, integrante del Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD).
El feriado pago del 19 de agosto, definido en Consejo de Salarios en 2010, “deberá recibir el mismo tratamiento que los feriados pagos generales (1 de enero, 1 de mayo, 18 de julio, 25 de agosto y 25 de diciembre)”, según consta en un acta firmada en octubre de 2012 por todas las partes que negociaron dentro del Grupo 21 (trabajo doméstico).
Sin embargo, el respeto del derecho a este día es sólo uno de los desafíos que en la actualidad visualiza el SUTD. Muchos otros derivan de las dificultades para hacer cumplir las disposiciones de la Ley 18.065 de trabajo doméstico, así como los avances que se van logrando a través del Consejo de Salarios respectivo.
LA PUNTA DEL ICEBERG
En agosto de 2012, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) tuvo que acudir a la justicia y a la fuerza pública para ingresar a una casa del barrio de Carrasco y cumplir así con una inspección del personal doméstico.
En la oportunidad, pudo constatar que dos mujeres bolivianas prestaban servicios con hospedaje, sin estar inscritas en el Banco de Previsión Social (BPS), como exige la ley.
Luego se supo que tampoco se encontraban de forma legal en el país, y que eran “extorsionadas” por dicha condición por la dueña del hogar. La denuncia formulada en el Juzgado de Crimen Organizado sigue su curso y está cumpliendo un año de realizada.
La instancia laboral, por su parte, tuvo movimiento el pasado 31 de julio, día en que Cotidiano Mujer, la organización no gubernamental denunciante, fue citada a brindar prueba testimonial, según relató a este medio su abogada.
Al respecto, Graciela Espinosa informó que “las compañeras bolivianas que tuvieron este problema el año pasado no llegaron al sindicato”, sino a una organización de la sociedad civil, por lo que no cuentan con información sobre el caso específico.
Sin embargo, esa situación generó que muchas otras trabajadoras en situaciones similares de irregularidad, acudieran a asesorarse en el sindicato: “Llegaron compañeras de Paraguay, Bolivia, Perú”, dijo la dirigente sindical, para quien el hecho es “importantísimo”, pues nos “estaba costando que llegaran”.
Los discursos de quienes contratan trabajadoras domésticas en situación de irregularidad pretenden la inmovilización de las mismas: “Mira que te van a deportar con lo que tienes puesto”, les dicen. Sin embargo, a través del MTSS y de las embajadas se pueden realizar gestiones que mejoren la situación de estas mujeres, aseguró Espinosa.
En los próximos días, una inspección del MTSS abordará una zona del interior cercana a la capital del país, con un objetivo similar al que tuviera en 2012 aquella inspección en Carrasco: constatar situaciones irregulares en la formalización del trabajo doméstico.
Espinosa dijo que es probable que se encuentren con más situaciones de ilegalidad, pues se ha tornado “moda” despedir al personal de nacionalidad uruguaya para “contratar personal extranjero sin documentación”.
LA LEY Y LAS FORMAS DE ELUDIRLA
Sobre la aplicación de Ley de Trabajo Doméstico y de los convenios celebrados desde 2008, y las formas de eludirlos que año con año se reconfiguran, Espinosa también conversó con La República de las Mujeres.
Un año, cuenta, “se había puesto de moda despedir de palabra a la trabajadora, y a los días enviarle un telegrama colacionado”, advirtiéndole de su falta al no estar presentándose a trabajar.
Si bien al principio “les costó” entender lo que pasaba, como sindicato fueron interpretando la modalidad que cada vez se hacía más masiva. Luego, vinieron los despidos en masa para “evitar el pago del aumento”, explicó Espinosa. Este año, el factor común parece ser “el acoso”, facilitado por las particularidades que presenta el ámbito doméstico.
Para empezar, porque hay un problema de muy difícil resolución por la vía legal: los testigos no pueden ser más que aliados de la persona que acosa, pues el trabajo doméstico tiene como una de sus características el realizarse en solitario.
De hecho, en las últimas situaciones de acoso, y teniendo como testigo a otra persona que trabaja en la casa, “hemos tenido que parar la audiencia y explicar a la jueza que ese testimonio ya no es favorable”, pues en el momento de declarar dejan de hacerlo a favor de la víctima.
LO ALCANZADO Y LO QUE QUEDA POR DISCUTIR
Desde que comenzó la negociación colectiva en el sector, los avances han sido múltiples: pago de “presentismo”, aumentos salariales y acuerdos en materia de condiciones laborales. Sin embargo, y aunque el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue ratificado por Uruguay en 2012, siguen haciendo falta acuerdos en torno a algunos derechos.
En muchas de sus implicaciones, el convenio mencionado está “por debajo” de los acuerdos alcanzados en el ámbito nacional, pero hay un asunto que el mismo menciona y es clave en la visión de las trabajadoras para avanzar: la estipulación de categorías.
Hoy, y más allá de que en los convenios se han establecido categorías por horas semanales y mensuales, la contratación para una tarea específica (cocinar, por ejemplo) que luego se amplía a otras (como limpieza y cuidados a los miembros del hogar) sin un pago acorde al aumento de tareas, sigue siendo un problema para las trabajadoras del hogar.
Esta discusión ya está en la agenda del próximo convenio colectivo e incluye la creación de contratos de trabajo con perfil específico, que debe modificarse cada vez que se agrega una tarea.
SINDICALIZARSE COMO FORTALEZA
El abordaje en colectivo es una de las características que define a la metodología sindical de las trabajadoras del sector, porque “a ti nunca te pasó esto, pero le puede pasar a otra”, explicó Espinosa.
Por ello, y más allá de que el número de sindicalizadas es aún pequeño respecto al colectivo que conforma el sector (unas 3 mil de 110 mil trabajadoras), el desafío de juntarse y respaldarse sigue siendo importante.
Sobre el acoso laboral y sus repercusiones, por ejemplo, Espinosa relató cómo vio llegar a algunas de sus compañeras y cómo las ve ahora, tras un proceso de acompañamiento colectivo.
“Cuando llegó no sabía lo que era. Tenía que tomar 10 pastillas por día para sobrellevarla. No podía con su cuerpo. Tú la mirabas y decías: cómo una mujer tan grande puede sentirse tan avasallada, tan humillada. Pero te menosprecian de tal manera, que te convences de que eres un trapo”.
Lo llamativo es que son “modas” que involucran a muchas trabajadoras: en 2010, con el aumento salarial, fueron 75 los despidos prácticamente al mismo tiempo, informó Espinosa. Luego de un mensaje del MTSS, comenzaron los despidos de boca seguidos del telegrama.
Con la actual racha de casos de “acoso laboral”, lo que está haciendo el sindicato es recabar información y dejarla plasmada en actas, con firma de la trabajadora y el sindicato, de modo de tener la documentación como respaldo por si se produjera luego el despido.
De todos modos, ampararse en la ley de acoso no es sencillo, por la falta de testimonios disponibles. Aunque, a pesar de ello, el sindicato está apelando a la realización de la denuncia.
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