Revigorizados tras su muy bien ganado periodo vacacional, los integrantes de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión tuvieron a bien citar a comparecer a los secretarios de Hacienda, Ernesto Cordero, y de Energía, Georgina Kessel, para que expliquen la reciente alza en combustibles (gasolinas, diesel, gas). Sólidos retornaron a sus labores, pero siempre con buen corazón, porque si la señora Kessel no puede asistir a la cumbre con los legisladores, entonces se convocará al director general de Petróleos Mexicanos, Juan José Suárez, de acuerdo con el presidente de dicha comisión, Mario Alberto Becerra, según la agencia gubernamental Notimex. Ahora que si el de Pemex tampoco quiere, pues qué más da: bien podrían invitar a un despachador de gasolina, que para el efecto es lo mismo.
Muy entrones regresaron los legisladores de la Comisión Permanente, pero ¿qué tipo de explicación esperan obtener? Sólo ellos sabrán, pero lo importante es conocer (tras las sesudas argumentaciones de Cordero, Kessel, Suárez Coppel, el despachador de gasolina, o quien finalmente atienda el llamado) qué medida adoptarán los representantes populares si los funcionarios calderonistas no los convencen ni sus respuestas los satisfacen, lo que obviamente sucederá (de hecho ha sido la norma a lo largo de los últimos tres años). Entonces, ¿qué harán?, ¿cómo procederán? ¿Acaso echarán para abajo el aumento de precios en los combustibles, libremente autorizado por Felipe Calderón? ¿Obligarán al inquilino de Los Pinos a retomar los términos del pomposamente llamado Acuerdo Nacional a Favor de la Economía Familiar y el Empleo (que, dicho sea de paso, nada favorable procuró a la economía, y mucho menos a las familias y al empleo)? ¿Qué harán?, porque el juego de citar a comparecer está terriblemente desgastado y no sirve para mayor cosa.
De nada práctico sirve que Cordero, Kessel, Suárez Coppel o el despachador de gasolina los pasen a visitar para que expliquen el aumento al precio de los combustibles. Dirán la misma sarta de sandeces que han dicho en tres años, y que al país, entre otras gracias, le ha costado 6 millones adicionales de pobres (sólo en el primer bienio), cifras históricas de desempleo, profundo deterioro en el nivel de bienestar, 3 millones de desocupados, salarios de hambre y el peor desplome económico en ocho décadas. Los legisladores deben ser masoquistas para estar dispuestos a escuchar las explicaciones de los citados funcionarios calderonistas (preferible la argumentación del despachador de gasolina).
Supongamos –en un sueño guajiro– que los muchachos de la Comisión Permanente deciden echar para atrás el aumento en el precio de los combustibles, lo que de inmediato los obligaría a cancelar los incrementos en los demás bienes y servicios del sector público (tarifas eléctricas y peajes, por ejemplo), algo que en automático los llevaría a dar por muertos los nuevos impuestos y el aumento en los existentes por ellos mismos aprobado en la revisión del paquete económico 2010, y al mismo tiempo decretar un aumento salarial muy por arriba de la perspectiva inflacionaria.
Pero no sólo eso: una vez cancelados los aumentos de precios en bienes y servicios del sector público, y borrados del mapa los nuevos impuestos y los incrementos a los existentes, más el aumento salarial que restituya parte del poder adquisitivo, los integrantes de la Comisión Permanente tendrían que sentarse con industriales y comerciantes para convencerlos no sólo de frenar la escalada de precios en bienes y servicios del sector privado, sino obligarlos a retroceder a los niveles registrados antes de que al brillante y resultón gobierno calderonista se le ocurriera la brillante idea de mandar a paseo el susodicho Acuerdo Nacional, incrementara descaradamente los precios de los combustibles en un clásico sabadazo, y, por esa misma alegre decisión, soltara las amarras inflacionarias y desatara la cuarta escalada consecutiva durante su plácida estancia en Los Pinos.
¿Los integrantes de la Comisión Permanente están dispuestos a proceder así?, ¿a intervenir decididamente por el bien de sus representados?, porque sólo de esa manera se entendería el morboso gusto que tienen de escuchar las sandeces de los funcionarios calderonistas. Obvio es que no lo harán. Entonces, qué sentido tiene armar el numerito para que nada suceda, pues los aumentos de precios, públicos y privados, ni los Reyes Magos los echan para atrás; tampoco el asunto de los impuestos, y al poder adquisitivo no lo levanta ni el Viagra. Así, menos show y más eficiencia. Si los legisladores suponen que fortalecerán sus de por sí robustos índices de popularidad con este tipo de citatorios para que les expliquen cómo se destroza un país, entonces de plano no tienen remedio.
Eso, por el lado de los legisladores. Por el del inquilino de Los Pinos vale recordar que al anunciar su Acuerdo Nacional (7 de enero de 2009) entre otras cosas prometió que se congelarán los precios de las gasolinas en todo el país durante todo el año y que se reducirá el precio del gas LP en 10 por ciento, manteniéndolo en ese nivel por el resto del año, y lo hizo para ampliar el ingreso disponible de las familias y de las empresas (dinero) que podrán ahorrar o destinar a la adquisición de otros bienes, además de que también se beneficiarán por una menor inflación que resultaría de estas acciones.
Eso dijo casi un año atrás. Ahora por la libre aumenta los precios de gasolinas y gas LP (más el diesel), lo que hace suponer (para ser congruente con su discurso de enero de 2009) que procedió en tal sentido para disminuir el ingreso disponible de las familias y las empresas, cancelar cualquier posibilidad de ahorro y adquisición de otros bienes, y maltratarlas con la mayor inflación que resultará de estas acciones.
En la misma línea hizo público que el referido acuerdo también se enfoca al apoyo de la competitividad y a las pequeñas y medianas empresas; esto incluye nueve medidas (entre ellas): se reducirá el precio de la electricidad a los industriales (de 9 a 20 por ciento, según modalidad tarifaria), que es uno de los insumos más importantes de la planta productiva nacional. Casi un año después procede en riguroso sentido contrario, lo que deja en claro que su pretensión es enterrar la competitividad y acabar con las pymes, en el entendido de que todo cabe en un jarrito, es decir, el mismo discurso es igual de útil para un Acuerdo Nacional que para justificar las consabidas medidas dolorosas, pero necesarias.
Y lo que faltaba: también citaron al siempre certero y carismático secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, para que explique el alza en productos básicos y gas LP.
Las rebanadas del pastel
¿Ésas son las explicaciones que buscan los de la Comisión Permanente?
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Muy entrones regresaron los legisladores de la Comisión Permanente, pero ¿qué tipo de explicación esperan obtener? Sólo ellos sabrán, pero lo importante es conocer (tras las sesudas argumentaciones de Cordero, Kessel, Suárez Coppel, el despachador de gasolina, o quien finalmente atienda el llamado) qué medida adoptarán los representantes populares si los funcionarios calderonistas no los convencen ni sus respuestas los satisfacen, lo que obviamente sucederá (de hecho ha sido la norma a lo largo de los últimos tres años). Entonces, ¿qué harán?, ¿cómo procederán? ¿Acaso echarán para abajo el aumento de precios en los combustibles, libremente autorizado por Felipe Calderón? ¿Obligarán al inquilino de Los Pinos a retomar los términos del pomposamente llamado Acuerdo Nacional a Favor de la Economía Familiar y el Empleo (que, dicho sea de paso, nada favorable procuró a la economía, y mucho menos a las familias y al empleo)? ¿Qué harán?, porque el juego de citar a comparecer está terriblemente desgastado y no sirve para mayor cosa.
De nada práctico sirve que Cordero, Kessel, Suárez Coppel o el despachador de gasolina los pasen a visitar para que expliquen el aumento al precio de los combustibles. Dirán la misma sarta de sandeces que han dicho en tres años, y que al país, entre otras gracias, le ha costado 6 millones adicionales de pobres (sólo en el primer bienio), cifras históricas de desempleo, profundo deterioro en el nivel de bienestar, 3 millones de desocupados, salarios de hambre y el peor desplome económico en ocho décadas. Los legisladores deben ser masoquistas para estar dispuestos a escuchar las explicaciones de los citados funcionarios calderonistas (preferible la argumentación del despachador de gasolina).
Supongamos –en un sueño guajiro– que los muchachos de la Comisión Permanente deciden echar para atrás el aumento en el precio de los combustibles, lo que de inmediato los obligaría a cancelar los incrementos en los demás bienes y servicios del sector público (tarifas eléctricas y peajes, por ejemplo), algo que en automático los llevaría a dar por muertos los nuevos impuestos y el aumento en los existentes por ellos mismos aprobado en la revisión del paquete económico 2010, y al mismo tiempo decretar un aumento salarial muy por arriba de la perspectiva inflacionaria.
Pero no sólo eso: una vez cancelados los aumentos de precios en bienes y servicios del sector público, y borrados del mapa los nuevos impuestos y los incrementos a los existentes, más el aumento salarial que restituya parte del poder adquisitivo, los integrantes de la Comisión Permanente tendrían que sentarse con industriales y comerciantes para convencerlos no sólo de frenar la escalada de precios en bienes y servicios del sector privado, sino obligarlos a retroceder a los niveles registrados antes de que al brillante y resultón gobierno calderonista se le ocurriera la brillante idea de mandar a paseo el susodicho Acuerdo Nacional, incrementara descaradamente los precios de los combustibles en un clásico sabadazo, y, por esa misma alegre decisión, soltara las amarras inflacionarias y desatara la cuarta escalada consecutiva durante su plácida estancia en Los Pinos.
¿Los integrantes de la Comisión Permanente están dispuestos a proceder así?, ¿a intervenir decididamente por el bien de sus representados?, porque sólo de esa manera se entendería el morboso gusto que tienen de escuchar las sandeces de los funcionarios calderonistas. Obvio es que no lo harán. Entonces, qué sentido tiene armar el numerito para que nada suceda, pues los aumentos de precios, públicos y privados, ni los Reyes Magos los echan para atrás; tampoco el asunto de los impuestos, y al poder adquisitivo no lo levanta ni el Viagra. Así, menos show y más eficiencia. Si los legisladores suponen que fortalecerán sus de por sí robustos índices de popularidad con este tipo de citatorios para que les expliquen cómo se destroza un país, entonces de plano no tienen remedio.
Eso, por el lado de los legisladores. Por el del inquilino de Los Pinos vale recordar que al anunciar su Acuerdo Nacional (7 de enero de 2009) entre otras cosas prometió que se congelarán los precios de las gasolinas en todo el país durante todo el año y que se reducirá el precio del gas LP en 10 por ciento, manteniéndolo en ese nivel por el resto del año, y lo hizo para ampliar el ingreso disponible de las familias y de las empresas (dinero) que podrán ahorrar o destinar a la adquisición de otros bienes, además de que también se beneficiarán por una menor inflación que resultaría de estas acciones.
Eso dijo casi un año atrás. Ahora por la libre aumenta los precios de gasolinas y gas LP (más el diesel), lo que hace suponer (para ser congruente con su discurso de enero de 2009) que procedió en tal sentido para disminuir el ingreso disponible de las familias y las empresas, cancelar cualquier posibilidad de ahorro y adquisición de otros bienes, y maltratarlas con la mayor inflación que resultará de estas acciones.
En la misma línea hizo público que el referido acuerdo también se enfoca al apoyo de la competitividad y a las pequeñas y medianas empresas; esto incluye nueve medidas (entre ellas): se reducirá el precio de la electricidad a los industriales (de 9 a 20 por ciento, según modalidad tarifaria), que es uno de los insumos más importantes de la planta productiva nacional. Casi un año después procede en riguroso sentido contrario, lo que deja en claro que su pretensión es enterrar la competitividad y acabar con las pymes, en el entendido de que todo cabe en un jarrito, es decir, el mismo discurso es igual de útil para un Acuerdo Nacional que para justificar las consabidas medidas dolorosas, pero necesarias.
Y lo que faltaba: también citaron al siempre certero y carismático secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, para que explique el alza en productos básicos y gas LP.
Las rebanadas del pastel
¿Ésas son las explicaciones que buscan los de la Comisión Permanente?
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Tienen razón los críticos que cuestionan al presidente Felipe Calderón por el alza de la gasolina, cuando se había comprometido a congelar su precio hasta el último día de 2009. Sólo que cuando la crítica proviene de Beatriz Paredes suena falsa, demagógica. Buena parte de su carrera política se ha desarrollado en el Congreso federal. Fue diputada en la 51 Legislatura, inclusive presidenta de la mesa directiva en septiembre de 1979. Repitió en la 53 Legislatura y encabezó la mesa en octubre de 1985. Brincó al Senado y ocupó la presidencia en septiembre de 1998. Volvió a la Cámara de Diputados en la 58 Legislatura para ocupar un puesto clave: presidenta de la Junta de Coordinación Política. Hoy día es nuevamente diputada federal. Forma parte de la picaresca de los –por fortuna– desaparecidos informes verbales del presidente. Respondió el tercero de López Portillo en 1979, y el primero y segundo de Vicente Fox, en 2001 y 2002. Ha tenido pues, Beatriz Paredes, tiempo y espacio para proponer en el Congreso una reforma que impida que el Ejecutivo fije a su libre arbitrio el precio del petróleo, el diesel, la electricidad y el gas. La fórmula es sencilla: imponerle la obligación de obtener previamente la autorización de la Cámara de Diputados, y si estuviera en receso, de la Comisión Permanente. Hay un argumento en contra muy engañoso: los cambios de las tarifas en el mercado internacional suceden con rapidez y se tienen que ajustar los precios internos de la misma manera. Es falso. Quizá el argumento pudo ser válido antes de que se inventaran los mercados a futuro de los energéticos, las coberturas de precios y el Internet. ¿Por qué la señora Paredes, las numerosas veces que ha sido diputada, y hasta senadora, no propuso una reforma legal en ese sentido? No lo hizo ni lo hará, porque no le conviene al Partido Revolucionario Institucional. Los priístas preparan su mudanza para instalarse de nuevo en Los Pinos, y les conviene que su correligionario que recupere la Presidencia de la República tenga las mismas facultades de Felipe Calderón. El petróleo es la fuente de riqueza de la clase política.
Google en telefonía
Larry Page y Sergey Brin –los fundadores de Google– dieron al comenzar el nuevo año dos pasos gigantescos en dirección a quitarle parte del mercado a iPhone y BlackBerry y, de pilón, consolidarse en la lista de los más ricos del mundo. Primero, el gigante de los buscadores de Internet lanzó al mercado un bello teléfono celular, el Nexos One, funciona con el sistema operativo Android. Y segundo, lo ofrecerá a sus clientes directamente, vía Internet, para que los usuarios escojan a la compañía telefónica con la que quieren el servicio. Es un golpe muy fuerte para los carriers americanos. Falta ver si Telmex les permite que lo vendan en México sin contrato.
@Vox Populi
Google en telefonía
Larry Page y Sergey Brin –los fundadores de Google– dieron al comenzar el nuevo año dos pasos gigantescos en dirección a quitarle parte del mercado a iPhone y BlackBerry y, de pilón, consolidarse en la lista de los más ricos del mundo. Primero, el gigante de los buscadores de Internet lanzó al mercado un bello teléfono celular, el Nexos One, funciona con el sistema operativo Android. Y segundo, lo ofrecerá a sus clientes directamente, vía Internet, para que los usuarios escojan a la compañía telefónica con la que quieren el servicio. Es un golpe muy fuerte para los carriers americanos. Falta ver si Telmex les permite que lo vendan en México sin contrato.
@Vox Populi
Alfredo Jalife-Rahme: Bajo la Lupa
Será el sereno, pero el precio del barril de petróleo empezó 2010 en 81 dólares.
The Financial Times (4/1/10), portavoz del neoliberalismo global, consagró un infograma especial a los paraísos de Al-Qaeda desde el Cuerno de África, pasando por el nuevo frente de la Península Arábiga (que incluye atractivamente a Arabia Saudita, principal potencia petrolera del planeta) hasta Afganistán y Pakistán (el binomio bautizado Af-Pak), que tienen respectivamente 76 y 523 kilómetros de frontera con China. Cabe recordar que la desestabilización de la provincia autónoma de Xinjiang en China (ver Bajo la Lupa; 19/7/09) fue teledirigida por grupos jihadistas islámicos de Asia central, donde opera desparpajadamente Al Qaeda.
Lo que hemos denominado Qaedastán, es decir, la tierra de Al Qaeda, incluye tenuemente en el infograma de The Financial Times a Malí y Níger, dos países saharianos que se ubican en la retaguardia de Argelia, potencia gasera árabe que ha prosperado sin mucho ruido gracias al maná de los hidrocarburos.
El rotativo neoliberal británico vincula al grupo Shabab (que significa juventud en árabe), los piratas de Somalia, con Al Qaeda, y pasa por alto los íntimos lazos de Gran Bretaña con los corsarios sunnitas árabes que asolan el Estrecho de Bab Al-Mandab (Londres detrás de los piratas somalíes. Ver Bajo la Lupa, 20/5/09).
Lo más relevante radica en la simbiosis de Al Qaeda en Yemen y Arabia Saudita bajo la denominación AQAP (por sus siglas en inglés: Al Qaeda de la Península Arábiga), para deleite de los bélicos lingüistas anglosajones tan proclives a los acrónimos.
Como temimos, ¿molestó a tal grado el inminente lanzamiento del gulfo, la divisa común del Consejo de Cooperación de los Países Árabes del Golfo, que tiene como objetivo desplazar al dólar (ver Bajo la Lupa, 21/12/09)?
Llama la atención que el infograma británico excluya de las llamas del Qaedastán a las otras cinco petromonarquías árabes del Consejo de Cooperación del Golfo.
Pasaremos por alto la grave acusación de Debka (presunto portal del Mossad: el espionaje israelí) de que la trasnacional terrorista islámica blanquea(ba) su dinero en la banca de Dubai, de mayoría británica (ver Bajo la Lupa, 2 y 6/12/09).
Lo preponderante radica en la atracción fatal que tanto seduce al complejo-militar-industrial de la dupla anglosajona de Estados Unidos y Gran Bretaña por el Qaedastán. Pasaremos por alto los orígenes primigenios de los mujaidines (hoy les dicen jihadistas salafistas) de Al Qaeda: un invento de la CIA durante la guerra fría para combatir a la URSS en Afganistán.
Con su nueva guerra en Yemen (ver Bajo la Lupa, 3/1/10), a la dupla anglosajona le parece resultar más sencillo colocar su espada de Damocles al superestratégico estrecho de Bab Al-Mandab –a los dos lados del golfo de Adén, donde se ubican Somalia y Yemen– que el más peligroso estrecho de Ormuz en el golfo Pérsico.
A propósito, la Administración de Información de Energía de EU (EAI, por sus siglas en inglés) ilustra sobre los puntos de estrangulamiento (sic) (chokepoints) del transito petrolero mundial, entre los cuales se encuentra el estrecho de Bab Al-Mandab, a los dos lados de la Península Arábiga y el Cuerno de África: precisamente donde EU y Gran Bretaña libran su cuarta guerra global, al unísono de Irak y el binomio Af-Pak.
EAI destaca que los puntos de estrangulamiento de tránsito son una parte crítica de la seguridad energética global debido al elevado volumen de petróleo comercializado en sus apretados (sic) estrechos, cuando la mitad de la producción petrolera mundial se transporta por mar.
LFC: conflicto y afectaciones persistentes
A casi tres meses de la extinción, por decreto presidencial, del organismo público descentralizado Luz y Fuerza del Centro (LFC), distintos puntos de la capital del país y de los estados de México, Puebla, Hidalgo y Morelos, han padecido la proliferación de apagones y fallas de diversa amplitud y duración en el suministro eléctrico. Ayer, la explosión de un transformador de la subestación Kilómetro Cero de LFC, en la delegación Cuauhtémoc, dejó sin electricidad a por lo menos nueve colonias en la zona centro de esta capital, lo que afectó a unos 400 mil usuarios y provocó fallas en el servicio del tren suburbano.
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A casi tres meses de la extinción, por decreto presidencial, del organismo público descentralizado Luz y Fuerza del Centro (LFC), distintos puntos de la capital del país y de los estados de México, Puebla, Hidalgo y Morelos, han padecido la proliferación de apagones y fallas de diversa amplitud y duración en el suministro eléctrico. Ayer, la explosión de un transformador de la subestación Kilómetro Cero de LFC, en la delegación Cuauhtémoc, dejó sin electricidad a por lo menos nueve colonias en la zona centro de esta capital, lo que afectó a unos 400 mil usuarios y provocó fallas en el servicio del tren suburbano.
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El Correo Ilustrado
Temen ola de represión contra luchadores sociales
El asesinato de la compañera luchadora social Josefina Reyes, cometido en Ciudad Juárez, Chihuahua, el pasado 4 de enero, resulta altamente preocupante, triste e indignante. Una vez más se manifiesta la posición del gobierno hacia quienes deciden ejercer su derecho a buscar la justicia, así como el nivel de impunidad con que suelen darse estos crímenes.
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A unos días de que finalizara 2009, la justicia argentina condenó al ex arzobispo de Santa Fe, monseñor Edgardo Gabriel Storni, a ocho años de prisión por abuso sexual agravado por su condición de sacerdote contra un joven seminarista en los años 90. La sentencia fue emitida por la juez María Amalia Mascheroni; el caso Storni comenzó desde 1994 cuando, por orden del Vaticano, monseñor José María Arancibia investigó denuncias de jóvenes seminaristas sobre supuestos abusos sexuales del entonces obispo de Santa Fe.
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Definir una deseable imagen futura de país ayuda a precisar las incapacidades que, por ahora al menos, padecen no sólo el modelo vigente, sino el completo sistema de convivencia. Lo primero que se antoja como un punto de atracción para México sería, desde la izquierda y a futuro, alcanzar un grado aceptable de equidad en el reparto de la riqueza y las oportunidades. Este cometido implica, claro está, un sostenido y sostenible crecimiento económico que, al mismo tiempo que crea los bienes y servicios, ponga límites estrictos a la avaricia y vaya corrigiendo las enormes desigualdades que ensombrecen cualquier preámbulo de armonía social.
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Las hojas de los calendarios son despiadadas. Cada año caen más rápido. El tiempo se escurre con inusitada velocidad. Otro diciembre. Y otro enero. Y otro año: ¿otro año más u otro año menos? En diciembre se regresa, se recuerda. En enero se siembra. Es parte de la rutina y de la vida. El último diciembre me regresó a otros diciembres: trabajé en un pequeño libro sobre recuerdos. La memoria siempre me ha parecido tema fundamental. Comparto unas líneas.
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José Steinsleger: ¿Cuándo caerá el muro?
Conforme Israel termina de construir el gran muro para vigilar a los palestinos de Cisjordania, los judíos lúcidos se preguntan: ¿quiénes serán los auténticos prisioneros: ellos o nosotros? Al sur el desierto del Negev, al norte el Líbano belicoso, al oeste el incierto Mediterráneo y, al este, un muro inexpugnable de 700 kilómetros de extensión.
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Alejandro Nadal: Corte de caja en el banco central
En la historia de los bancos centrales, la crisis actual es un parteaguas. Por eso el proceso de confirmación senatorial de Ben Bernanke como titular de la Reserva Federal está siendo tan doloroso. Para finales de enero, el Senado deberá confirmar su nombramiento o regresarlo a su casa. El Comité de Bancos del Senado ya aprobó enviar su confirmación al pleno, pero hubo 30 por ciento de votos en contra. Lo más probable es que el designado de Obama sea reconfirmado, pero el debate promete ser muy intenso y no se descartan sorpresas. Bernanke podría acumular el mayor número de senadores en su contra en la historia de los presidentes de la Fed.
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Marcos Roitman Rosenmann: Luis Yáñez-Barnuevo: turista accidental
Da lo mismo que da igual. Luis Yáñez-Barnuevo, solo o en compañía, sea diputado, eurodiputado, senador, militante de base o apolítico, el problema que se resalta es la negativa de las autoridades cubanas para ingresar en el país. Sin embargo, creo que el problema es otro. Cuba es un país soberano, al igual que España. Como estados tienen y aplican políticas propias a la hora de permitir quién entra y sale de sus fronteras. Desde esta perspectiva, en Cuba y también en España, hay turistas, estudiantes, profesionales, refugiados políticos y exiliados extranjeros. Diariamente, en todos los países del mundo hay cientos de expulsados y nadie pone el grito en el cielo. No pienso que el quid de la cuestión sea la declarada condición anticastrista de Luis Yáñez Barnuevo. Son muchos quienes profesan tal condición y entran sin mayores problemas. Tampoco pueden aducirse sus relaciones con organizaciones que buscan desestabilizar Cuba. Indagar en su historial político es innecesario. Repito, da igual que da lo mismo. No aportaría demasiado.
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El simbolismo del vampiro es la gana de vivir y, mejor aún, del ansia de vivir para siempre. No lo logra del todo, pues vive a medias. En sentido estricto un vampiro no es un muerto, pero tampoco un vivo. Sus días, o mejor, sus noches, transcurren en esa zona intermedia entre la luz y la sombra para cometer sus fechorías. No es extraño que algunos lo describan con exactitud inverosímil como un no muerto. Además, a diferencia de los hombres comunes, está condenado a existir en la penumbra, pues la luz del día literalmente lo atormenta y consume.
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Horizonte político
José Antonio Crespo
Sufragio efectivo; sí reelección
Por lo visto, fue muy eficaz la socialización política que desplegó el PRI en las últimas décadas sobre el conjunto de la sociedad. Convenció a una generación tras otra de que la re-elegibilidad de los cargos de representación política es sinónimo de autoritarismo, caciquismo o dictadura. Claro, la experiencia porfirista como causa de la Revolución así lo deja entrever, pero dicho anatema histórico vale sólo para el Ejecutivo, y el PRI lo hizo extensivo a quien no lo tenía: los legisladores. En 1933 se aprovechó lo ocurrido con Álvaro Obregón años antes para eliminar también la reelección legislativa, con fines de subordinar a los legisladores al Poder Ejecutivo, mediante el partido oficial. De esa forma, se transfería al jefe nato del partido oficial— el presidente—, la decisión fundamental sobre la carrera política de los legisladores. La no reelección legislativa no sólo es una anomalía democrática, sino un engranaje del presidencialismo monárquico que caracterizó al régimen priista. Sufragio efectivo y sí reelección constituyen un binomio fundamental de la democracia representativa. Que por razones históricas no podamos —ni queramos— restaurar la reelección en el Ejecutivo no justifica que mantengamos esa extravagancia también en el Legislativo.
La no reelección legislativa cortó uno de los dos vínculos democráticos esenciales entre representantes y representados. Al haberse reestablecido el sufragio efectivo (con sus altibajos, desde luego), se recuperó uno de los pilares de la democracia representativa, en tanto que el otro, la reelección, sigue pendiente. Pero al plantearse esa restitución democrática, he aquí que aflora en tirios y troyanos, de todos signos y filiaciones, la animadversión que cultivó el PRI contra la reelegibilidad inmediata de estos cargos de representación. El argumento lo vendió muy bien el tricolor durante sus años dorados: la reelección enquista en el poder a una élite política, que además responde a intereses fácticos o formales más que a sus representantes. Como si no fuera esa la práctica que prevalece hoy día, sin reelección legislativa. Por el contrario, la reelección pretende incorporar en las consideraciones de los legisladores un elemento de equilibrio ciudadano con otros poderes influyentes (formales y fácticos).
Se dice también que ese mecanismo será contraproducente en tanto los comicios no sean plenamente libres y equitativos. Bueno, pues para quien piense que aún no tenemos esencialmente sufragio efectivo ni siquiera tiene caso participar en los comicios, con o sin reelección. Pero resulta patético oír a muchos legisladores (de todos los partidos) argumentar la falta de sufragio efectivo. ¿Entonces, cómo llegaron ellos mismos al Congreso? ¿Con fraude o comprando votos? Hay también consejeros electorales que recelan de la reelección con ese mismo argumento. ¿Acaso los consejeros no pueden garantizar el sufragio efectivo? Para quienes aceptan el avance en materia electoral —pese a sus bemoles y altibajos— no tendría por qué haber dicha reserva. Si hay sufragio esencialmente libre, entonces la permanencia o no de los legisladores dependerá de los ciudadanos, más que de otros poderes (los gobernadores, las cúpulas partidarias, los líderes corporativos), a los cuales la alternancia del año 2000 transfirió la decisiva influencia sobre los legisladores que antes tenía directamente el Presidente de la República. Sin la posibilidad de reelección (y sin revocación de mandato legislativo), votar es dar un espaldarazo ciego a los legisladores, firmar un cheque en blanco sin posibilidades de pedir cuentas ni propinar ninguna sanción política. ¿Dónde está lo democrático en semejante relación?
Por otro lado, muchos piden la desaparición de los diputados de representación proporcional, para que queden sólo los de mayoría relativa, pero al mismo tiempo se oponen a la reelección, cuando justamente la racionalidad de tener diputados en distritos de mayoría es estrechar el vínculo con sus electores (lazos que en circunscripciones mayores, y con listas cerradas, se pierden por completo). En esa contradicción vivimos desde 1933: una pista predominante de diputados de mayoría sin el vínculo directo que justifica ese formato de representación democrática. En todo caso, la no reelección legislativa implica una representación política a la mitad.
Es como tener un auto sólo con las llantas delanteras, pero sin las traseras. El amplio rechazo a la reelección legislativa es uno más de los múltiples triunfos culturales del PRI.
El argumento lo vendió muy bien el tricolor durante sus años dorados: reelegirse enquista en el poder a una élite política.
José Antonio Crespo
Sufragio efectivo; sí reelección
Por lo visto, fue muy eficaz la socialización política que desplegó el PRI en las últimas décadas sobre el conjunto de la sociedad. Convenció a una generación tras otra de que la re-elegibilidad de los cargos de representación política es sinónimo de autoritarismo, caciquismo o dictadura. Claro, la experiencia porfirista como causa de la Revolución así lo deja entrever, pero dicho anatema histórico vale sólo para el Ejecutivo, y el PRI lo hizo extensivo a quien no lo tenía: los legisladores. En 1933 se aprovechó lo ocurrido con Álvaro Obregón años antes para eliminar también la reelección legislativa, con fines de subordinar a los legisladores al Poder Ejecutivo, mediante el partido oficial. De esa forma, se transfería al jefe nato del partido oficial— el presidente—, la decisión fundamental sobre la carrera política de los legisladores. La no reelección legislativa no sólo es una anomalía democrática, sino un engranaje del presidencialismo monárquico que caracterizó al régimen priista. Sufragio efectivo y sí reelección constituyen un binomio fundamental de la democracia representativa. Que por razones históricas no podamos —ni queramos— restaurar la reelección en el Ejecutivo no justifica que mantengamos esa extravagancia también en el Legislativo.
La no reelección legislativa cortó uno de los dos vínculos democráticos esenciales entre representantes y representados. Al haberse reestablecido el sufragio efectivo (con sus altibajos, desde luego), se recuperó uno de los pilares de la democracia representativa, en tanto que el otro, la reelección, sigue pendiente. Pero al plantearse esa restitución democrática, he aquí que aflora en tirios y troyanos, de todos signos y filiaciones, la animadversión que cultivó el PRI contra la reelegibilidad inmediata de estos cargos de representación. El argumento lo vendió muy bien el tricolor durante sus años dorados: la reelección enquista en el poder a una élite política, que además responde a intereses fácticos o formales más que a sus representantes. Como si no fuera esa la práctica que prevalece hoy día, sin reelección legislativa. Por el contrario, la reelección pretende incorporar en las consideraciones de los legisladores un elemento de equilibrio ciudadano con otros poderes influyentes (formales y fácticos).
Se dice también que ese mecanismo será contraproducente en tanto los comicios no sean plenamente libres y equitativos. Bueno, pues para quien piense que aún no tenemos esencialmente sufragio efectivo ni siquiera tiene caso participar en los comicios, con o sin reelección. Pero resulta patético oír a muchos legisladores (de todos los partidos) argumentar la falta de sufragio efectivo. ¿Entonces, cómo llegaron ellos mismos al Congreso? ¿Con fraude o comprando votos? Hay también consejeros electorales que recelan de la reelección con ese mismo argumento. ¿Acaso los consejeros no pueden garantizar el sufragio efectivo? Para quienes aceptan el avance en materia electoral —pese a sus bemoles y altibajos— no tendría por qué haber dicha reserva. Si hay sufragio esencialmente libre, entonces la permanencia o no de los legisladores dependerá de los ciudadanos, más que de otros poderes (los gobernadores, las cúpulas partidarias, los líderes corporativos), a los cuales la alternancia del año 2000 transfirió la decisiva influencia sobre los legisladores que antes tenía directamente el Presidente de la República. Sin la posibilidad de reelección (y sin revocación de mandato legislativo), votar es dar un espaldarazo ciego a los legisladores, firmar un cheque en blanco sin posibilidades de pedir cuentas ni propinar ninguna sanción política. ¿Dónde está lo democrático en semejante relación?
Por otro lado, muchos piden la desaparición de los diputados de representación proporcional, para que queden sólo los de mayoría relativa, pero al mismo tiempo se oponen a la reelección, cuando justamente la racionalidad de tener diputados en distritos de mayoría es estrechar el vínculo con sus electores (lazos que en circunscripciones mayores, y con listas cerradas, se pierden por completo). En esa contradicción vivimos desde 1933: una pista predominante de diputados de mayoría sin el vínculo directo que justifica ese formato de representación democrática. En todo caso, la no reelección legislativa implica una representación política a la mitad.
Es como tener un auto sólo con las llantas delanteras, pero sin las traseras. El amplio rechazo a la reelección legislativa es uno más de los múltiples triunfos culturales del PRI.
El argumento lo vendió muy bien el tricolor durante sus años dorados: reelegirse enquista en el poder a una élite política.
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