Cuando se construye protección y bienestar para las trabajadoras
Por Carmen R. Ponce Meléndez
México, DF 7 ene 10 (CIMAC).- Si advierten que viene un huracán y ni siquiera cierran las ventanas de su casa, obviamente habrá una gran destrucción, pero si además las pocas paredes que quedan en pie las agarra a hachazos, entonces sí forman parte activa de las fuerzas destructivas y las posibilidades de reconstruirse son muy limitadas.
Esta metáfora ejemplifica lo que está sucediendo en el país, frente a la fuerza destructora de la crisis económica internacional ni siquiera se puso “diurex” en las ventanas y se aplican políticas que dificultan la recuperación, no solo del mercado interno y del consumo popular, sino de la sociedad y de la economía en su conjunto.
El incremento del salario mínimo para 2010 ya lo anulo el crecimiento del 30 por ciento de la canasta básica, aún antes de que el aumento salarial entrara en vigor.
En 2008, de cada 10 personas 4.1 no tenían acceso a los servicios de salud y 6.5 no contaban con seguridad social (incluyendo a los que usan los servicios del seguro popular), según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Pobreza; para 2009 estas cifras crecieron considerablemente ya que 12.6 millones de personas tienen un empleo informal.
La salud y la educación son dos elementos fundamentales en la conservación y reproducción de la fuerza de trabajo, sin embargo más de la mitad de los recursos que se aplican en la atención a la salud provienen del bolsillo de los y las ciudadanas y sólo el 46 por ciento del gasto público. Para tener una dimensión de lo reducido de este recurso baste mencionar que el promedio del gasto público en salud en los países de la OCDE es del 72 por ciento.
Es en este contexto donde se tienen que evaluar y valorar los trabajos que durante casi 100 años realizó el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), a favor de la protección de la salud de los y las trabajadoras de Luz y Fuerza del Centro (LyF), una de las paredes de esta casa que quieren agarrar a hachazos.
Para febrero de 2009, 43 mil 728 trabajadores activos, 22 mil jubilados y 197 mil 184 familias de electricistas forman parte de los beneficios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), cuyas cuotas son cubiertas por la empresa, como en el caso de los petroleros.
Los servicios médicos están cubiertos en toda la Zona Centro donde se generaba el servicio de energía eléctrica y por supuesto cubren accidentes, riesgos de trabajo y enfermedades profesionales.
En el caso del Distrito Federal está la Clínica 26, de tercer nivel con servicios de geriatría. Ahí hay un área de salud en el trabajo, donde califican enfermedades profesionales y riesgo de trabajo, eso es potestad del IMSS de acuerdo con la Ley del Seguro Social y a la Ley Federal del Trabajo.
A partir de Mayo de 2009, se creó la sala de quemaduras por electricidad en la clínica 26 y el IMSS contrató servicios médicos especializados, en algunos casos los accidentados se trasladaban al Hospital de Magdalena de Salinas de esa institución.
Tanto en esa clínica como en las de los otros estados de la zona centro hay una comisión sindical donde el trabajador puede presentar su queja por un mal servicio o por una atención inadecuada. Estas quejas se canalizan a través de una trabajadora social, en las reuniones con los directores de las clínicas son evaluadas y resueltas adecuadamente, en satisfacción del paciente.
La comisión que recibe estas quejas está formada por: prosecretario del servicio médico (sindicalista); cuatro médicos del sindicato y dos sindicalistas para apoyo legal. También existían Delegados del Sindicato del IMSS, con dos representantes por tuno.
En el caso de Nexaca, Puebla hay un pro-secretario del servicio médico y una comisión sindical de salud. Hidalgo cuenta con un hospital de tercer nivel y en el Municipio de Cuando hay un consultorio médico de instalaciones del SME.
Pachuca, Hgo. tiene un hospital de tercer nivel para la atención de los y las trabajadoras electricistas; en Tlahuallilpan también hay una clínica.
En Tepetango los dueños de la clínica es el sindicato y está en comodato con el IMSS.
Para el Estado de México hay en comodato con el SME en: San Juan Teotihuacan, San Pedro Xixtepex y Lechería; Lomas de Atizapan también en, comodato con el IMSS; Toluca con el IMSS; División Alameda es del SME, Temascaltepec y San Ildelfonso son del IMSS.
En el estado de Morelos al igual que Pachuca, Hgo., el dueño del servicio médico es el Sindicato. Sí acaso no existía la especialidad médica en las clínicas foráneas, los pacientes eran canalizados a la clínica 26.
En julio de 1971, la clínica 26 del DF se puso en comodato entre la Comisión Federal del Electricidad y el IMSS, por el hecho de que Luz y Fuerza estaba en liquidación, a la fecha se mantiene esta situación.
La atención de jubilados es especial y cuenta con una Comisión de Jubilados que está formada por representantes de jubilados.
Los accidentes de trabajo más frecuentes son: los operativos; distribución foránea (líneas áreas); cables subterráneos; red área y en última instancia las áreas administrativas.
Existe la incapacidad permanente, o parcial por limitante física, con la opción de un reacomodo laboral, cobrando un porcentaje de invalidez y manteniendo su trabajo.
La Jubilación por riesgo de trabajo es con un 100 por ciento del salario, con atención médica vitalicia por riesgo de trabajo. De acuerdo con la cláusula 41, los pagos de días de ausencia por riesgos de trabajo hasta que sea dado de alta la trabajadora o sea declarada su incapacidad.
En el caso de los trabajadores de cables subterráneos, líneas foráneas, inspección, conexiones, subestaciones, línea viva o energizada, la jubilación es a los 28 años de servicio sin límite de edad, por ser áreas de alto riesgo de trabajo.
Conforme a la cláusula 71, del Contrato Colectivo de Trabajo, los hijos de trabajadores que tengan un problema de síndrome neurológico; problemas de lento aprendizaje, invidentes o discapacitados, recibirán una ayuda de hasta mil 800 pesos, pero solamente se considerarán 20 casos.
Los trabajadores que hayan quedado total y permanentemente incapacitados por enfermedad de trabajo o por haber sufrido algún accidente de carácter de trabajo, tendrán derecho a obtener su jubilación con el 100 por ciento del salario del puesto que ocupen en el momento de jubilarse, independientemente de su edad, y de su antigüedad (Cláusula 64).
Exámenes periódicos.
LyF se obliga a gestionar ante el IMSS o Instituciones de Salud, se realicen exámenes médicos especializados a los trabajadores, por lo menos dos veces al año, como medida preventiva de enfermedades de trabajo.
Los accidentes de trabajo más frecuentes eran: Quemaduras por corriente eléctrica; levantamiento de cargas pesadas; hernias discales y problemas de columna vertebral, así como fracturas de mano, brazo o pierna.
Afortunadamente se redujeron los accidentes por quemaduras, incrementando la seguridad y modificando la normatividad para la operación de los equipos sin potencial (libres) y con reglamentos de operaciones.
El Sindicato aportaba material médico, fundamentalmente equipo y cuando no había los medicamentos en la clínica, el trabajador los compraba y presentando la factura se le pagaba en el Sindicato, posteriormente el IMSS costeaba estas facturas al Sindicato.
De acuerdo al Contrato Colectivo de Trabajo, las mujeres electricistas cuentan con una Comisión Mixta Auxiliar de la Mujer, para el análisis, estudio y acciones relacionadas con la salud integral de las trabajadoras en su ambiente laboral.
Todo esto que se ha construido durante largos años, con el esfuerzo de los y las trabajadoras electricistas del SME y puede terminar el 7 de diciembre del 2010.
Está por definirse que la Comisión Federal de Electricidad funja como patrón sustituto y se reintegren a su trabajo más de 20 mil trabajadores.
El saldo del Decreto del domingo 11 de octubre de 2009 no ha arrojado ningún beneficio: el servicio de energía eléctrica es más malo y más caro; no se ha hecho ninguna inversión en la Zona Centro; los estados de esa zona geográfica del país tienen un problema económico, sindical y político que no tenían; hay más desempleo y toda una riqueza de infraestructura en salud general y salud ocupacional está en peligro.
Los actuales trabajadores que operan algunas áreas del servicio eléctrico de la zona centro no forman parte de la planta de la CFE y por tanto no cuentan con ninguna protección laboral y mucho menos de salud, de riesgos de trabajo o de enfermedades profesionales; se suman a los miles de trabajadoras y trabajadores de este país que sobreviven en condiciones precarias, a riesgo de sus vidas, sin futuro.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, al cual está suscrito México, establece que: Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al goce de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias que le aseguren en especial:
II) Condiciones de existencia dignas para ellos y para sus familias conforme a las disposiciones del presente Pacto; b) La seguridad y la higiene en el trabajo.
El derecho a la educación, salud, vivienda, alimentación, agua, trabajo, seguridad social, nivel adecuado y un medio ambiente saludable.
1. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar:
a) El derecho de toda persona a fundar sindicatos y a afiliarse al de su elección, con sujeción únicamente a los estatutos de la organización correspondiente, para promover y proteger sus intereses económicos y sociales.
No podrán imponerse otras restricciones al ejercicio de este derecho que las que prescriba la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática en interés de la seguridad nacional o del orden público, o para la protección de los derechos y libertades ajenos; (Artículo 8).
El derecho a la salud es un derecho universal y es un derecho irrenunciable, que conlleva la preservación de la calidad de vida.
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