1/09/2010


2010

Nino Gallegos

Uno

Cuando los años recientes del pasado inmediato se resienten en el presente mediato, la mediación de los poderes fácticos y mediáticos tienden a dispararse con toda la intencionalidad para obtener una respuesta: la mediatización. No siendo suficiente la mediatización de la comunicación y la información, se redispara la virtualización por sobre la línea en que fue disparada la mediatización: la intencionalidad desde el emisor y la respuesta para el receptor, quedando de por medio el medio y el mensaje: Televisa y TVAzteca hacen del rancho grande de México la aldea global de nuestras extralimitaciones comunicativas e informativas, Telmex hace que nos extendamos y entendamos, Radio y Tele Fórmula es la rancherización de los radio escuchas y televidentes y Milenio televisión nos pone en la Historia. Y lo que nos haga falta nos lo ponen los Diputados y los Senadores desde el Canal del Congreso, a reserva de que los Gobernadores de la Conago también cuentan con sus canales de televisión y radiodifusoras estatales. A los periodistas de escritorio, los comunicadores a cuadro y micrófono y los analistas políticos de cubículo académico, les sobran los espacios impresos y electrónicos. En México, no hay casi nadie que exprese libremente sus opiniones, porque vivimos en un constante Que-México-Se-Entere, a excepción de los excluidos, los marginados, los empobrecidos y los jodidos, y cuando una Radio Comunitaria analiza y denuncia la parte más recóndita de un problema, les censuran el programa o les quitan la concesión o les matan pero no les callan las voces. Uno diría que es la Democracia de todos los ciudadanos, de nuestros rostros y de nuestras voces. Mientras hubo periodistas que les tocó más plomo que plata de los narcotraficantes, hay otros periodistas que conbeben con los políticos y los empresarios, a los que sirven. Si miramos radiográfica, fáctica y mediáticamente bajo la piel del sistema político en que vivimos, podemos vernos tal como la virtualización quiere que nos contemplemos: tocados por la corrupción y por la impunidad.

Dos

Jesús Olguín, nos contempla en Vaticinios para el 2010: ”1º de enero de 2010, un nuevo ciclo que emerge a la luz opacada por los nubarrones que dejó el 2009 y por qué no, sus antecesores; mezcla de tonalidades grisáceas que “pronostican” tiempos difíciles producto de malas decisiones políticas nacionales e incluso mundiales, secuela de cálculos y planeaciones económicas mal sustentadas, llenas de egocentrismo y prepotencia, de nepotismo envuelto de protagonismos excéntricos que muestran la gran incapacidad para gobernarnos equilibradamente, saturado de descontento social, de consensos desalineados y maltrechos que intentan satisfacer las expectativas individuales y colectivas sin una dirección concreta que allane el camino. Lleno de insalubridad, de inseguridad, de desempleo, de frustraciones capaces de detonar al menor pretexto en violencia; advertencias naturales invalidadas por la negligencia que nos conducen a un caos ecológico irreparable y progresivo; ciclo lleno de augurios poco claros que no sabemos a dónde nos conducen y que para colmo, casi son realidad”. El casi son realidad pueda que esté en la virtualización de la vida real con un país del miedo y un país de y en sombras para lo que los años de Independencia 1810 y de Revolución 1910 resignifiquen o nos quieran resignificar como dos marcas históricas de una ideología política que no ha sido independiente ni revolucionaria, sino, conservadora, autoritaria, paternalista y presidencialista. Todo lo que pueda venir a partir de la cuesta de enero en una cascada de precios por pagar a nombre de la canasta básica en el sustento diario con la economía mexicana, es y será denigrar la dignidad del ser ciudadano reducido al hacer de la subsistencia un darle vuelta a las tortillas para que rindan y le mueva a los frijoles para que alcancen en esa pobredumbre social donde el pobre nunca ha sido un ciudadano digno por su propia pobreza y por nuestra propia indolencia e indiferencia. Aceptémoslo o no, nuestra propia indolencia e indiferencia ha venido siendo la doble articulación de la mediatización y de la virtualización para que nada de lo ajeno nos perturbe y todo lo propio nos proteja. No nos preocupa el bien común de los otros, porque hacemos del bien común-el bien privado conservador de nosotros, y cuando una gigante Rosca de Reyes es el portento de la demasía y la obesidad que nos une en la solidaridad de lo más grande que aún puede ser México, el pastel de las reformas y las elecciones se lo abran de repartir los di(s)putados, los s(c)enadores, los partidos políticos, los consejos estatales electorales y los conagobernadores.

Tres

Si Calderón augura-vaticina un buen año para México y reconsigna el seguir combatiendo el narcotráfico, a nadie de los colaboradores y opositores políticos le conviene pararlo hasta la elección presidencial del 2012, cuando el futuro lo alcance en los presentes días de sus sangrientas noches presidenciales en Los Pinos que, a complacencia de mandar con la visceralidad de su investidura, da palos de arrogancia, inseguridad e inestabilidad entre los tragos amargos y dulzones del poder con toda la catadura de quien se ha forjado en la juventud obediente y la adultez desobediente: ser como ningún otro presidente en la historia de México, aunque lo Díaz Ordaz no le quita lo Calderón-Foxiano: si los PRIistas enloquecieron con el poder, los PANistas llegaron locos por el poder. Si Calderón pretende hacerle al brujo como El Brujo, nadie puede dejar de ponerle los peroles necesarios para que se laven en agua hirviendo los torsos troncos, las extremidades y las cabezas de los delincuentes, narcotraficantes, criminales, para luego exhibirlos en los pasillos, los rastros y los mataderos del país. Sí, es cierto: la Independencia de 1810 y la Revolución de 1910, no se parecen a la guerra del Presidente Felipe Calderón Hinojosa en el 2010, porque la heroicidad de un solo hombre no es ética ni moralmente una independencia y una revolución por la libertad, sino la estúpida arrogancia con que un gobernante se ha arrogado “la responsabilidad histórica presidencial” de confrontar la dignidad de un pueblo con la corrupción y la impunidad de los políticos, los militares, los empresarios y los narcotraficantes.

Cuatro

Desde luego que la mediatización y la virtualización no se pueden comparar con la violentización y la victimización que día a noche suceden en tiempo real en la vida real, no pudiéndose evitar que los medios de información editen la nota informativa con una carga impactante e impresionante de imágenes que unas tras otras audio grafican el México Rojo desde la mañana-al mediodía-la tarde, mientras que el descenso de la temperatura en gran parte del país es también pero en la temporada de lluvias, el ascenso de las aguas con sus inundaciones, lo cual es caótico y calamitoso, algo que no tienen plan ni freno ni prevención, acaso la impura intuición astuta e instintiva en que la corrupción y la impunidad son obra de sexenios tras sexenios en que todo pareciera que no sucede nada, excepto que la epidemia AH1N1 es la portadora humana de nuestra puerca política económica, recurrente adicta en vacunas endeudadoras para paliar la enferma crisis económica.

Cinco

En el análisis que hace Alejandro Manrique Soto, El pésimo balance de los tres primeros años de Calderón, cito el último párrafo para optimizar el 2010: “A tres años de su gobierno, Calderón se ve derrotado y sin ánimo de dar batalla. Da la impresión de que el PRI ya tomó el control de la vida nacional y que las negociaciones para la sucesión presidencial de 2012 es lo que está en primer lugar en la mesa de negociaciones. Al gobierno federal no le queda más que allanar el camino para el ascenso a la presidencia de Enrique Peña Nieto, actual gobernador priísta del Estado de México, y para ello tendrán que hacer el trabajo sucio en lo que resta del sexenio, tal y como ya vimos con el caso de la extinción de LFC y el golpe que intenta desmantelar al SME, uno de los sindicatos más combativos y solidarios con las diversas luchas populares en la historia del país. En lo referente a su relación con los movimientos populares y las diferentes demandas que se plantean, su respuesta ha sido la prepotencia, la negativa y la represión. Esta actitud ha llevado a grandes sectores de la sociedad mexicana y a la mayoría de los movimientos sociales a desconfiar cada vez más del gobierno federal y a no creer ya en los discursos grises y ramplones que día con día nos recetan los medios aliados y cómplices de la clase en el poder, que a tres años de gobernar han demostrado su ineficiencia, ineptitud e incapacidad”.

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