6/02/2017

Los periodistas pal cáfé. . . .



Tal vez nunca se haya vivido un proceso de imposición de resultados electorales como sucede en estos días en el estado de México. Son los métodos tradicionales, en los cuales son reputados expertos los cuadros priístas de esa entidad (con calidad de frecuente exportación a otros estados). Pero, sobre todo, es la envenenada voluntad ejecutiva (es decir, del Ejecutivo) de impedir al costo que sea el triunfo de Morena, cuya opción se considera en esas alturas coníferas como una intrusión inaceptable, un reto de obligado aplastamiento, un ejemplo de osadía estatal que, de ser permitido, contaminaría el 2018.

Peña Nieto se juega todo en el estado de México. Sólo manteniendo el poder en el terruño, haiga de ser como haiga de ser, podría conducir sin asonadas internas el curso de la designación del candidato priísta a la sucesión, y sólo habiendo mostrado rudeza implacable en el estado natal podría intentar otro golpe de fuerza, en el momento crucial del año venidero.

De esa voluntad enconada proviene el despliegue de preocupantes elementos de distorsión del proceso mexiquense. En particular, en el lapso de estos días, la acumulación de factores que se preparan ante la eventual necesidad de promover la violencia como mecanismo de disuasión de los ánimos votantes en favor de la subrogada profesora Delfina.

No sólo los grupos tradicionales de choque o los mapaches desesperados: el propio candidato diluido, Del Mazo, y su coordinador de campaña, Nemer, han hecho muy indicativo uso de expresiones soeces que pretenden inflamar el ánimo bélico de sus huestes. Organizaciones como Antorcha Campesina se han comprometido a frenar a Delfina. Y ha habido muertos en un delator ataque a un comité de gestión social cargado de dinero en efectivo para apoyo a promotores y compradores de votos.

Contra esa maquinaria multifactorial (entre esos factores, incluso la utilización de bandas del crimen organizado) sólo podría alzarse victoriosa una oposición unida (lo cual fue cuidadosamente impedido por Los Pinos, con Juan y Josefina como opciones infladas, pero también por la autolesiva personalidad política del jefe máximo de Morena) o una participación tan masiva y apabullante que el proyecto de fraude electoral fuera inaplicable.

Sólo por nocaut podría ganar Delfina (es decir, Andrés Manuel), y justamente los drásticos operadores priístas pretenden disolver las posibilidades masivas de voto. A mayor abstención, más viable será el triunfo priísta programado. Entre menos votos en general, más en particular para el PRIMazo. Muchos votos podrían volver inmanejables los esquemas del fraude previsto.

En Coahuila, el ánimo social de cambio no tuvo cauces opositores que fueran confiables y alentadores. Las batallas internas por la postulación presidencial de 2018 (Calderón-Zavala contra Ricardo Anaya) impidieron al PAN presentar una carta que aglutinara sin reservas el deseo de botar a la camarilla de los Moreira, ahora representada por Miguel Ángel Riquelme. Guillermo Anaya, compadre de los Calderón, significaría un cambio de siglas y apellidos, pero su corriente política está cargada de elementos negativos que, como en el caso de Veracruz, con Yunes en lugar de Duarte, no cambiarían, en caso de ganar, nada a fondo. Morena, como en otras elecciones, optó por una candidatura sin viabilidad, mera forma de recolectar votos para 2018, desperdiciando la oportunidad de haber nucleado el hartazgo coahuilense contra los políticos de siempre en la entidad, priístas y panistas.
Habrá de verse en Veracruz el tamaño de la ambición del clan Yunes. Con un PRI refugiado en demarcaciones rurales, cívicamente proscrito cuando menos en tanto pasa el efecto Duarte de Ochoa, la oposición real al panismo en el poder está en Morena, que en la pasada elección de gobernador tuvo una notable votación en favor. Vocación por la marrullería extrema es distintivo de ese gobernador panista, que buscará hacerse de las principales presidencias municipales, como demostración de poder con claras pretensiones futuristas.

Ha dejado de transmitirse el programa Entrelíneas, dedicado a la información económica, empresarial, financiera y política, que se difundía en Radio Red, de lunes a viernes, durante una hora. Era, según la página de la propia empresa radiofónica, un espacio de análisis y opinión donde se revisa la información desde una óptica seria, profesional, imparcial y con rigor. Su conductor, el respetado columnista Alberto Barranco Chavarría, informó por medio de Twitter de la cancelación de ese programa nocturno. Tuiteros aseguraron que el tiempo que ocupaba Entrelíneas ahora será parte de El Panda Show, que conduce El Panda Zambrano, quien se especializa en las bromas más chidukis de la radio.

En Hermosillo fue retirado de la radio local el programa Proyecto Puente, conducido por Luis Alberto Medina. Notable por la cobertura profesional y equilibrada de la información política regional, con un sentido crítico no tan frecuente en esas latitudes, Proyecto Puente (en cuyo espacio se dio a conocer, como primicia, la relatoría de la periodista Dolia Estévez sobre comentarios infamantes hechos en llamada telefónica por Donald Trump a Enrique Peña Nieto) sufrió la presión de empresarios relacionados con el PRI y con el beltronismo, que allá mantiene el control estatal. A Proyecto Puente se le pretendía empujar a que fuera especialmente crítico de Morena y de Andrés Manuel López Obrador.
Astillas
El nombramiento de José Murat como presidente de la Fundación Colosio pareció un mensaje (más) de regresión enviado con ese propósito en días previos a las competidas elecciones en cuatro estados. Dicha fundación ha pretendido ser, desde su nacimiento, el ala intelectual, el punto de contacto flexible entre ese partido y la sociedad civil. Y, mientras Nayarit queda para el PAN, como quedó establecido desde la detención del fiscal Veytia, ¡hasta el próximo lunes, poselectoral!
Twitter: @julioastillero Facebook: Julio Astillero Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



Foto
#SinVotoNoHayDinero, la iniciativa promovida por el diputado local independiente Pedro Kumamoto para que los partidos políticos de Jalisco reciban un financiamiento de acuerdo con el número de votos que obtienen en las elecciones, y no según la cantidad de personas registradas en el (casi siempre inflado) padrón electoral, fue aprobada por el Congreso local. Además, en los años no electorales recibirán menos dinero; 2018 será el primer año en que será aplicada la nueva legislación. Se asignarán 47 pesos por cada voto válido emitido en la elección previa; esta fórmula representa un tijeretazo de hasta 60 por ciento del presupuesto a partidos. La aprobación contó con 31 votos en favor, cinco en contra y dos abstenciones. Quienes votaron en contra fueron los diputados del Partido Verde Enrique de Castro Palomino, Omar Hernández y Lizbeth Ramírez, así como los perredistas Mónica López Almeida y Saúl Galindo. Ellos saben por qué.
Yarrington
El ex gobernador priísta de Tamaulipas Tomás Yarrington, acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, permanece detenido desde el 10 de abril en la prisión de Sollicciano, en Florencia. La agencia Apro informa que ‘‘en una maniobra inesperada, el gobierno mexicano formalizó el miércoles ante Italia su petición para la extradición a México’’. La decisión mexicana, ya comunicada al Tribunal de Apelación de Florencia y a la Fiscalía General de la misma ciudad, se produce nueve días después de que Washington se adelantó a México y formalizó su propia petición de extradición del ex mandatario. La corte del distrito sur de Texas lo reclama con base en una orden de detención emitida el 23 de mayo de 2013, en la que se le imputan los delitos de asociación para delinquir, tráfico de sustancias estupefacientes, lavado de dinero, fraude bancario y otros cometidos entre 1999 y 2004.
Los verdaderos héroes
Las remesas a México, la principal fuente de divisas del país ahora que perdimos el petróleo, aumentaron 6.2 por ciento interanual en abril para alcanzar 2 mil 306 millones de dólares, de acuerdo con cifras divulgadas por el Banco de México. Son los envíos de dinero de nuestros paisanos a sus familias. Con 200 o 300 dólares al mes los sacan a flote. Es uno de los pocos beneficios que ha dejado la devaluación: a 19 pesos el dólar les rinden más. De enero a abril suman 8 mil 945 millones de dólares, 6.8 por ciento más que los 8 mil 374 millones recibidos el mismo periodo de 2016. El año pasado alcanzaron 26 mil 972 millones de dólares. Es una cifra mayor a la inversión extranjera directa.
Planeta, tenemos un problema
Aunque líderes políticos –Angela Merkel, de Alemania; Emmanuel Macron, de Francia; Paolo Gentiloni, de Italia, y Justin Trudeau, de Canadá– lamentaron la decisión de Donald Trump de sacar a Estados Unidos del Pacto de París sobre medio ambiente, subió a niveles récord el valor de las acciones de numerosas empresas, porque podrán actuar con menos limitaciones. Trump dijo: ‘‘No queremos que otros líderes y otros países se rían más de nosotros y no lo harán’’. América Primero. Los terrícolas tenemos un problema con Mr. Trump.



En agosto de 2016 empezó a circular Peasant Poverty and Persistence in the 21st Century. Theories, Debates, Realities and Policies (Pobreza y persistencia campesinas –PPC– en el siglo XXI. Teorías, debates, realidades y políticas), libro colectivo editado por Julio Boltvinik y Susan Archer Mann (Zed Books, Londres, 456 pp.); PPC es parte de la colección CROP International Studies In Poverty Research que publican CROP y Zed Books asociado). La versión en español está en preparación. PPC fue presentado en octubre de 2016 en El Colegio de México, en noviembre de 2016 en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados en Antropología Social (CIESAS) de Occidente (Guadalajara), y en la School of Oriental and African Studies (SOAS) de la Universidad de Londres, y en marzo de este año en la sede de la Cepal en México. La semana próxima será presentado en la sede del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), en Roma. En abril de 2016, cuando el libro ya estaba en corrección final de estilo por parte de Zed Books, falleció mi coeditora, Susan Archer Mann, después de haber terminado el excelente y arduo trabajo que elevó mucho la calidad del libro. Ella es coautora, conmigo, de la introducción y del capítulo 3 con Welty, Dickinson y Blumenfeld. La mayor parte de PPC se basa en la ponencia básica (PB) que redacté antes de, y en las ponencias presentadas en, el Seminario Internacional (SI) sobre Persistencia y Pobreza realizado en El Colegio de México en marzo de 2012, mismo que fue concebido originalmente en 2009 en una reunión del Comité Científico de CROP (Comparative Research on Poverty), que es un ‘programa’ del Consejo Internacional de las Ciencias Sociales con sede en la Universidad de Bergen, Noruega. El lema de CROP (Movilizar Investigación Crítica para Prevenir y Erradicar la Pobreza) refleja la motivación de sus fundadores: actuar de antítesis ante la postura apologética y el enfoque ‘curativo’ (no preventivo) del Banco Mundial. En dicha reunión hice notar que, aunque los campesinos constituyen la mayor parte de los pobres del mundo, entre los numerosos seminarios internacionales convocados por CROP, desde su creación en 1992, ninguno se había referido a la pobreza campesina. Ahí me comprometí a escribir una ponencia básica (PB) que, en el libro, es el capítulo 1. La PB circuló como parte de la convocatoria en la cual se pedía a los interesados que, en sus resúmenes (abstracts) y en sus ponencias después, reaccionaran a los contenidos y preguntas de la PB. CROP, El Colegio de México y la UAM-X co-financiaron el SI. El apoyo de Armando Bartra fue central en la organización del mismo. Además de la PB y las ponencias (seleccionadas) del SI, el libro contiene tres textos escritos después del SI: la introdución (Boltvinik y Mann); el prólogo (Meghnad Desai), y el capítulo 12, a modo de epílogo (Boltvinik). Entre 2010 y 2015 escribí numerosas entregas de Economía Moral sobre, primero, el SI y luego sobre el libro en preparación. En la serie que inicio hoy (postergando la conclusión de la serie sobre estudios recientes sobre el bienestar) abordo aspectos de PPC antes no analizados.



En la kermés de las buenas noticias los milagros son cosa de todos los días, y más los resultados positivos, precisamente en tiempos electorales. Juan Diego estaría verde de envidia si conociera cómo, de la noche a la mañana, ha sido rebasado porque en esta república de discursos todo funciona razonablemente bien (Meade dixit), sobre todo en el ámbito económico.
Primero la Secretaría de Hacienda, después los organismos de la cúpula empresarial y financiera, más adelante el Banco de México y ayer el grupo de especialistas en economía permanentemente consultados por el banco central unieron sus manos y gritaron ¡Aleluya!, porque en 2017 la poderosa economía mexicana crecería, dicen, más de lo previsto.
Bien, pero ¿cuánto? ¿De a cómo el espectáculo? Serenos, no sean golosos: el crecimiento adicional estimado para el presente año sería entre dos y tres décimas de punto porcentual, para finalizar el año en un rango de entre 1.5 y 2.5 por ciento (Hacienda y Banco de México) o de 1.97 por ciento (y 2.18 para 2018, según los citados especialistas). ¡Qué tal! ¡Progreso ya, migajas para todos!
Con estas buenas proyecciones y un jarrito de atole, el gobierno de Enrique Peña Nieto sólo engrosaría el de por sí abultado inventario de sexenios perdidos, pero eso sí con una sonrisa inconmensurable, porque durante estadía en Los Pinos a la familia y a los amigos les fue requetebién.
En la entrega de ayer comentamos que con las buenas noticias de Hacienda y el Banco de México el sexenio peñanietista reportaría una tasa anual promedio de crecimiento de entre 1.86 y 2.2 por ciento, que en los hechos sería el mínimo registrado –junto con el de Felipe Calderón– desde tiempos de Miguel de la Madrid. Si se considera la revisión al alza de los especialistas en economía, entonces tal previsión rondaría 2.02 por ciento. ¿Así, o más buenos resultados?
Pero al final de cuentas, en materia de crecimiento y bienestar ¿para qué son útiles dos o tres décimas de punto porcentual? ¿Para qué alcanza? De entrada es sano recordar lo que en días pasados advirtió la Cepal: “para los mexicanos de a pie la economía ‘creció’ (también de forma inequitativa) a un promedio anual de 2.6 por ciento, con enormes diferencias en cuanto a estratos y beneficios. Por el contrario, la riqueza registró un crecimiento real promedio anual de 7.9 por ciento en el mismo periodo, lo que significa que en México tal indicador se duplicó entre 2004 y 2014, pero sólo para los más acaudalados”.
Lo anterior quiere decir que, de entrada, los beneficios económicos para la prole (Paulina Peña dixit) resultan tres veces inferiores –si la distribución fuera equitativa, que desde luego no lo es– a los de la cúpula que ahora divulgan las buenas noticias y siempre obtienen muchísimo más.
Pero bueno, con base en lo anterior, se puede hacer un ejercicio comparativo con el crecimiento durante el sexenio calderonista, es decir, con el mismo que a los mexicanos prometió vivir mejor, aunque en los hechos generó 15 millones adicionales de pobres, siempre festinando que la economía y su avance se asemejaban a un poderoso navío de gran calado.
En el primer bienio del calderonato la economía mexicana creció a un ritmo anual promedio de 2.25 por ciento, algo que presumió como una maravilla hasta el hartazgo. Sin embargo, aunque parezca mentira, esa proporción resultó mayor a la que Enrique Peña Nieto registró en su primer bienio de estadía en Los Pinos (promedio de 1.6 por ciento).
Así, entre 2007 y 2008 –antes de la crisis del catarrito que a México le hacía lo que el viento a Juárez, según Agustín Carstens y el propio Felipe Calderón–, y con el navío de gran calado surcando los mares de la ignominia a toda velocidad, el número de mexicanos en pobreza se incrementó en casi 7 millones (las cifras son del Coneval).
En el primer bienio de Peña Nieto la economía creció 1.6 por ciento como promedio anual, y el número de mexicanos en pobreza se incrementó en alrededor de 2 millones, para totalizar 55.3 millones, aunque si se considera la medición de la pobreza patrimonial –la más contundente de todas– tal cifra rebasa 63 millones. En ese lapso el número se incrementó dos puntos porcentuales, es decir, a un ritmo mayor que el de la economía. Y también en ese periodo (2013-2014) se presumieron “sorprendentes avances sociales.



El conflicto surgido en la policía estatal en demanda de mejores condiciones laborales merece atención inmediata; así sus peticiones pudieran rayar en lo absurdo, los uniformados deben ser escuchados.
Si no tienen la razón, habrá que explicarles por qué no proceden sus exigencias; si la tienen, la autoridad deberá buscar la forma de mejorar su situación en la medida de lo posible.
Elementos policiacos, de Protección Civil, bomberos y algunos otros relacionados con la protección y la seguridad ciudadanas, deberían ser los servidores públicos con los mejores salarios y prestaciones por lo importante y riesgoso de su ocupación. Sin embargo, ocurre lo contrario: los gobiernos los tienen prácticamente en el abandono.
No es extraño que, por ejemplo los bomberos, se quejen de falta de uniformes y equipos, incluso mangueras y cascos, mientras funcionarios del nivel que sea reciben elevados salarios y se dan vida de reyes.



Cada año el Museo Judío de Nueva York ofrece a sus visitantes exposiciones de gran interés. Este 2017 se engalana con una retrospectiva de la pintora y poeta estadunidense Florine Stettheimer (1871-1944), cuyo trabajo fue elogiado, entre otros, por Marcel Duchamp. Se agrega una instalación con cientos de ositos Teddy y otros juguetes de peluche del artista Carlo Magne Palestine, que parodia la iniciación de los jóvenes judíos a la pubertad.
Además, con The Arcades: Contemprary Art and Walter Benjamin rinde homenaje al filósofo y escritor alemán (1892-1940), agudo crítico de la modernidad europea. Se centra en el proyecto que comenzó en 1927 como una obra breve sobre los pasajes comerciales del París del siglo XIX, novedosos espacios de tránsito entre dos calles construidos en forma de bóvedas hechas especialmente de hierro y vidrio y que el filósofo pudo visitarlos ya decadentes. Muchos sirvieron para concentrar el comercio callejero de un París socialmente efervescente, antes de la modernización que impuso el barón Haussmann.



Con un conjunto de canciones acumuladas, y tras haber decidido no volver a presentarse nunca más en vivo, después de su último concierto el 29 de agosto de 1966 en San Francisco, los Beatles se tomaron tres meses de descanso, pues sabían que volverían al estudio el 6 de diciembre siguiente. Fue en el vuelo de Kenia a Londres, en noviembre, al volver de sus vacaciones, que Paul McCartney, todavía con el mal sabor de lo que había resultado para él y sus compañeros como creadores la Beatlemanía, tuvo la claridad de que el siguiente sería un disco en el cual fingirían no ser ellos, sino una banda alter-ego, a la postre llamada Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (en la tapa, un pegote extra aclaraba que eran los Beatles). Jugar a ser otros sería liberador: podrían hacer lo que quisieran, porque ya no serían lo que se esperaba de esos personajes-objeto en que los habían convertido público e industria: unos monigotes de cera con traje y peinado mod. 




Sin inmutarse por los múltiples problemas internos que enfrenta su presidencia, acaso como una manera perversa de remontarlos, Donald Trump cumplió ayer con una de las más graves amenazas que formuló como candidato: retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático. La decisión puede explicarse como una puesta al servicio de los intereses corporativos más devastadores en términos ambientales –especialmente, los de extracción de combustibles fósiles– pero también como un intento de manipulación extrema del chovinismo que permea en ciertos sectores de la sociedad estadunidense, que fueron determinantes para el triunfo electoral del propio Trump en noviembre pasado, y ante los cuales el mandatario republicano describe a su país como supeditado a acuerdos internacionales injustos y perniciosos para su economía.

Piden salida de grupos de vigilancia ineficaces en CU
En torno a la violencia que se ha generado desde hace décadas en Ciudad Universitaria, quiero denunciar la falta de vigilancia eficaz y honesta dentro del campus. En la zona cultural se carece de estacionamientos aledaños a la Biblioteca Nacional, las diversas salas y el museo; de igual forma se necesita de un paso continuo y programado de los Pumabús pasadas las 18 horas. Es alarmante, inconcebible, que anexos de las distintas facultades no cuenten con un transporte eficaz y comprometido con la seguridad de sus alumnos, pues las clases y horarios de los institutos hacen indispensable una red de transporte eficiente. El número de casetas de vigilancia y de patrullas es bastante numeroso para que estos personajes que dicen ser protectores de nuestra seguridad hagan lo que les corresponde, pero pare-cen ser grupos aliados al crimen y al ocio. Ya basta de violencia, acoso y muerte, de impunidad y permanencia de trabajadores que no cumplen con su deber. Mientras se compran patrullas nuevas el crimen en Ciudad Universitaria crece descaradamente, como en el auditorio Justo Sierra y las zonas alejadas de rectoría. ¿Para qué más cámaras de seguridad si en realidad no se hace nada por combatir feminicidios, acoso o venta de drogas? Rector y directivos, realicen su deber.

A cuatro años de haberse aplicado la reforma educativa, se han levantado las voces para reclamar inconformidad, a grado tal de transformar el impulso inicial de evaluar a los docentes. En efecto, el papel de los profesores es de gran trascendencia, tanto para la vida de los alumnos como para la de las escuelas. Sin embargo, el remedio ha salido más caro que el problema. En este juego de fuerzas ha emergido una serie de acontecimientos que contradice todo discurso educativo. A continuación haremos un listado breve para ubicar en qué lugar nos encontramos.

El Fondo de Cultura Económica (FCE), fundado en 1934 por el historiador, economista, sociólogo y politólogo mexicano Daniel Cossío Villegas (1898-1976), no sólo edita, produce, comercializa y promueve obras de la cultura nacional, iberoamericana y universal, sino también se preocupa y se compromete con las regiones de nuestro país que sufren de violencia interpersonal, social o criminal. En México, como en otros países, la institución editorial se encarga de mejorar la infraestructura de sus librerías o de rescatar espacios públicos para llevar a cabo programas culturales que buscan reconstruir el tejido social.

En el cajón de las frustraciones del Presidente se amontonan sus sueños fracasados. No hay papel suficiente que permita detallarlos, pero sí se enuncian en una frase: No entendió que no entendía*. No entendió al país, lo percibió equívocamente con la mentalidad triunfalista de quien nunca topó con la adversidad.

El pasado 25 de mayo se cumplieron 10 años de la detención y desaparición forzada, en la ciudad de Oaxaca, de Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya, militantes del Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario (PDPR-EPR). Una década en que familiares, la sociedad civil y organizaciones sociales y políticas, y claro, el propio grupo armado, han exigido su presentación con vida, así como juicio y castigo a los responsables de este execrable crimen de Estado y lesa humanidad, cometido en el contexto de ese extraordinario levantamiento cívico-ciudadano dirigido por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).

Enlazo las decisiones del próximo domingo en el estado de México a la fábula cervantina del encuentro de don Quijote con el maese Pedro y su retablo. Asisten entonces lector y protagonista a una escenificación dramática. Los títeres movidos por hilos y la voz del maese Pedro, que va explicando de manera prolija y torpe lo que acontece ante los ojos del espectador: pretende recrear la leyenda de Melisendra, cautiva de los moros, y su marido Gaiferos, quien finalmente acude a salvarla y pretende sacarla de su cautiverio en aparentemente arriesgada y peligrosa aventura. La acción dramática se ve interrumpida una y otra vez en un complejo movimiento de vaivén, en una lanzadera de acciones y discursos en los que interviene, de manera cada vez más violenta, don Quijote –el pueblo–, quien reclama, en forma airada, la falta de veracidad en la narración y en los efectos sonoros. Presa del enojo ante el engaño, arremete contra el retablo. Parece indignarle que pretendan nublar su razón con un grosero espejismo representado por títeres movidos por hilos misteriosos, manipulados por individuos de dudosa reputación (pícaros, cínicos, criminales) que ocultándose tras bambalinas sólo se sabe de ellos por los matices ominosos que le imprimen a las marionetas.

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