Nombre del acto: Encuentro Internacional de
Organizaciones Sociales de Canadá, Estados Unidos y México. Fecha: del
25 al 27 de mayo de 2017. Lugar: Palacio de Medicina en el Centro
Histórico de la Ciudad de México. Asistentes: legisladores,
organizadores, académicos y representantes de organizaciones sociales,
civiles y sindicales de Canadá, Estados Unidos y México. Objeto de la
reunión: construir una estrategia común frente a la renegociación del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), a partir de un
modelo de integración y cooperación favorable a los pueblos de los tres
países.
La renegociación del TLCAN se ha anunciado por los gobiernos sin
admitir hasta ahora análisis ni discusión alguna de los sectores de la
sociedad; sólo los empresarios han sido invitados para formar parte de
los equipos de negociación. Por ello, un primer acuerdo del Foro
Trinacional es que el proceso de esta eventual negociación sea
transparente y de cara a la sociedad, que no se comprometa una vez más
la suerte de los pueblos sin que éstos sean consultados.
Los análisis de los asistentes coincidieron en que las promesas que
se plantearon hace 22 años sobre el TLCAN no se cumplieron. Hubo más
perdedores que ganadores. En México la pobreza se ha mantenido intacta
en porcentaje y aumentado en números absolutos, la brecha salarial entre
México y Estados Unidos también se ha incrementado y el ostentoso
anuncio de que crecerían los empleos dignos no se vio confirmado por la
realidad. Por el contrario, en este periodo la tasa de desempleo se
duplicó y en cuanto a las ramas de industria que resultaron
beneficiadas, buena parte de ellas tienen componentes nacionales bajos y
otras, como la automotriz, su exportación está concentrada en un
pequeño número de empresas, básicamente extranjeras, desconectadas de
las cadenas productivas. La causa la señaló Alberto Arroyo Picard:
El TLCAN es un acuerdo basado en el principio de que todo se debe dejar a la mano invisible del mercado, pero el mercado es un espacio de competencia y gana el más fuerte. Debemos negociar nuestra integración en el mundo bajo otros principios y por ello es mejor transitar hacia un acuerdo distinto y no intentar ajustar el existente.
En la hipótesis de que la renegociación sea inminente, los asistentes
plantearon propuestas a partir de la realidad de sus propios países.
Por Estados Unidos participaron, entre otros, Bryan Funnigan, de la
AFL-CIO, y Ben Davis, del Steelworkers. Estuvo presente también, junto
con otros dirigentes sindicales, Peter Knowlton, presidente de la United
Electrical Workers (UE). Por Canadá, Natalie Guay, de la Central de
Sindicatos Nacionales de Quebec (CSN); Angela Mac Ewen, del Congreso
Laboral Canadiense (CLC); Denise Gagnón, de la Federación de
Trabajadores de Quebec (FTQ); Luisa Caselman, de la Alianza de
Trabajadores Públicos de Canadá; Amir Khadir, congresista de Quebec, y
Mohamad Alsadi, de UNIFOR. La delegación mexicana fue nutrida y
representativa de organizaciones en varias ramas de la industria y de
los servicios, incluyendo a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y la
Nueva Central de Trabajadores (NCT).
Se informó en la reunión que los gobiernos tienen la intención
de concluir las negociaciones en cuatro meses. Ello obligaría a fijar
una posición sobre el capítulo laboral, por lo que se señaló que además
de exigir por todos los medios disponibles la discusión pública de las
propuestas, debe considerarse que este capítulo debe ser vinculante para
los tres países y tener como base los convenios internacionales de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), incluyendo sus normas
técnicas. Un elemento esencial es incluir mecanismos eficaces de
cumplimiento; sin embargo, bien lo advirtió Ben Davis refiriéndose a la
actitud histórica de los gobiernos que parecen seguir la máxima
siguiente:
Firmamos todo, siempre y cuando no tengamos que cumplir nada.
Hubo coincidencias entre los asistentes de que el capítulo laboral
debe incluir también la agenda migratoria, el tema de las asimetrías
entre los tres países y un programa de recuperación salarial. José La
Luz, sindicalista de muchas batallas, de origen puertorriqueño, lo dijo
claro:
Ha llegado el momento de expandir la colaboración y la solidaridad entre los trabajadores, destinatarios del TLCAN y reclamar unidos que aumenten los salarios y no los muros.
En los días siguientes a la reunión sindical se analizarían la
dimensión económica, ambiental, social y democrática de la renegociación
del TLCAN. Hoy se tendrán las conclusiones del evento.
Veintidós años después de aquellas históricas acciones de las redes
frente al libre comercio, se reafirmó el compromiso de actuar
conjuntamente para defender el futuro de nuestros pueblos y el de
nuestras hijas e hijos, y se reafirmó la tesis de que el Tratado de
Libre Comercio es mucho más de lo que su nombre indica, incluye temas
controversiales que han comprometido la soberanía de nuestros pueblos,
como la solución de controversias en manos de instancias extranjeras, el
control de la propiedad intelectual, la degradación del medio ambiente,
las reglas de origen regionales, la seguridad, la apropiación de los
recursos naturales y la propia jerarquía del tratado, considerado en
México como una norma de nivel superior, sin que sea sujeto de algún
proceso de aprobación por parte de la población, cuyo destino se pone en
juego.
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