Fueron inventadas y probadas por el partido que más años ha ejercido el
poder político en México, sin embargo, su uso no es privativo del
tricolor.
La doctora Ivonne Acuña Murillo, de la Universidad Iberoamericana, detalló diez estrategias que se usan en las elecciones para acarrear votos:
- El acarreo, que ‘facilita’ la movilización de votantes proporcionándoles transporte, camisetas, abanicos, gorras, alimentos, refrescos, etc., para asegurar que lleguen a las casillas el día de las elecciones.
- El mapache, operador encargado de toda la logística para que toda operación electoral funcione. A su vez, éste se coordina con otros ‘mapache’ situados en la mesa de votación.
- La mesa que más aplauda, se trata de comprar a los funcionarios de la mesa directiva de casilla para que faciliten el trabajo del mapache y pueda operar libremente.
- El carrusel, estrategia para votar varias veces por el mismo candidato utilizando para ello a un grupo de personas que recorren distintas casillas con varias credenciales falsas, para lo cual, se hace necesario que algún funcionario de casilla (un “mapache”) les permita votar de cualquier manera.
- La urna embarazada, consistente en llenar de votos del candidato favorecido las urnas de votación. Puede sustituirse la urna por completo o rellenar con votos previamente robados en otras casillas electorales.
- La catafixia, en esta los ‘mapaches’ de un partido dan a un elector una boleta marcada por su candidato, para que la introduzca en la urna y al salir entregue al ‘mapache’ la boleta en blanco que le proporcionaron los funcionarios de casilla, el proceso se repite una y otra vez.
- El ratón loco, el votante (ratón) será confundido para que no pueda votar. Se intentará ‘enloquecer’ al votante alterando la lista donde debería estar su nombre, enviándolo de casilla en casilla, donde se repetirá la estrategia hasta hacerlo desistir o cierre el colegio electoral.
- La uña negra, consiste en neutralizar a escondidas el mayor número de votos adversos rayando todas las boletas posibles para que sean anuladas a la hora del conteo. Por supuesto, esto sólo puede hacerlo uno de los funcionarios de casilla (‘mapache’) previamente ‘apalabrado’.
- Uso de celulares. Se pide al votante que una vez cruzado el nombre del candidato requerido en la boleta electoral, le tome una foto. Al salir, la muestra al ‘mapache’ como prueba para recibir aquello que previamente se le haya ofrecido.
- Una más, tradicional en su forma (pedir copia de la credencial de elector), y nueva en cuanto a lo que se ofrece (tarjetas o monederos electrónicos), es que a cambio de dicho documento, se hace la promesa de que al ganar el partido que las entrega, se les depositarán las cantidades negociadas. La famosa tarjeta del ‘salario rosa’ es también una nueva modalidad.
En un análisis difundido por dicha universidad, Acuña Murillo
señaló que a unos días de efectuarse las elecciones para gobernador en
tres estados -Estado de México, Coahuila y Nayarit- en el primero se
prefigura una ‘elección de Estado’, cuyos votantes a capturar son los
más pobres.
“El punto aquí es que pareciera que el PRI quiere
ganar la elección del Estado de México a como dé lugar, o al menos así
se pueden interpretar las denuncias públicas hechas por el PAN, Morena y
PRD, en torno a la cantidad de recursos utilizados y que ya rebasan con
mucho los topes de campaña, poco más de 285.5 millones de pesos, a
pesar de que los representantes de estos partidos, incluyendo al mismo
PRI, acordaron, a petición de Morena, reducir 50% el tope aprobado por
el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM). Se entiende
semejante despliegue, cuando se piensa que éste es el último y más
importante bastión del PRI, en recursos, historia, símbolos y votos, y
que de perderlo estaría prácticamente perdiendo también la elección
presidencial de 2018”, detalló.
Respecto a las técnicas
electorales anteriormente detalladas, refirió que fueron inventadas y
probadas por el partido que más años ha ejercido el poder político en
México, sin embargo, su uso no es privativo de ese instituto político,
“pues aquellos que ya han tenido la oportunidad de gobernar (PAN, PRD,
PVEM) han seguido los pasos del maestro”.
“Todas estas estrategias
y muchas más se aplican sobre grupos humanos cuya necesidad les hace
obviar sus convicciones, preferencia electoral y tradición familiar”,
apuntó.
“El PRI apuesta a ganar estas elecciones comprando por
enésima vez a su ‘voto duro’, cuyo perfil se vincula muy bien con las
cifras antes referidas. El voto duro priista se compone en su mayoría de
hombres mayores de 46 años, pobres y con escasa educación formal. Es
así que, para no variar, el PRI le apuesta a la necesidad económica, a
la ignorancia y a la impuesta tradición de aquellas personas cuyas
características las hacen las víctimas idóneas de un partido que
acostumbra quebrar voluntades entregando migajas. De esta manera, se
anticipan en el Estado de México, las ‘elecciones del hambre’, si el
electorado más joven, con mayor educación y mejores ingresos no sale a
votar. Si la mayoría de los ocho de cada 10 mexiquenses que dicen querer
un cambio se queda en casa soñando que algún día las cosas cambiarán
por la acción de otros”, concluyó.
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