Donde dice
la obra del sexeniodebe leerse
el negocio de su vida. Les tomó más de 15 años salirse con la suya pero ya mero, ya merito. Y con inverosímil mérito: ¿no acaban de otorgarles en Londres el premio al Emisor de Bono Verde más grande del mundo? Hasta de la
preocupación por el cambio climáticosaca raja la devastación bárbara y abusiva de estos Atilas del neoliberalismo terminal, para edificar a como dé lugar el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM) en los valles de Texcoco, aunque había mejores alternativas reales.
Una roca en las tierras de San Salvador Atenco, que llaman
el trono de Nezahualcóyotl, posee la forma de un gran sillón. Dice la leyenda que en él se sentaba el poeta gobernante a contemplar la belleza del mundo. En sus tiempos aquí hubo una extensión lacustre única en el mundo, como la describirían asombrados los primeros conquistadores españoles. Al desaparecer los lagos en los valles de México, Chalco y Texcoco, una parte de sus lechos se salvó de la urbanización caníbal y se conservó como humedal o rica tierra labrantía. La que hasta hace poco podía admirarse al pie del
tronoera una de las más fértiles y encantadoras extensiones agrícolas del país.
Al mudar el siglo los foxistas, novatos pero ambiciosos, se
coludieron con los atlacomulcos, liderados a la sazón por el tío
Montiel, para quitar de allí a la gente, pero los pobladores de San
Salvador Atenco y otras comunidades detuvieron el embate. Cinco años más
tarde, con Peña Nieto al relevo atlacomulco y Calderón a semanas de
robarse las elecciones de 2006, la represión cobró revancha contra los
atenquenses y sus simpatizantes. La campaña de compra y corrupción de
los ejidatarios de la región se aceleró a través de la Conagua
calderonista, más invasión policiaca,
programasde cartera gorda, clima de temor y confrontaciones inducidas entre la población. Un plan contrainsurgente clásico.
Hoy estamos ante la devastación dorada. Una derrama de miles y miles
de millones de dólares puso a bailar constructoras, proveedoras mamut y
una miríada de empresas a su servicio. Trajeron al arquitecto más caro
del universo, Norman Foster, en mancuerna con Fernando Romero, yerno del
más rico de todos los hombres. ¿Alguna duda? No permitirán que les
estorben ya el proyecto. La mera promesa de detenerlo es quizá la
principal razón por la que le pretenden cerrar el paso electoral al
partido Morena, con sangre, si es preciso.
Investigadores de la texcocana Universidad Autónoma Chapingo
(UACh) calculan que desaparecerán 168 especies de fauna y flora, así
como 278 sitios arqueológicos, además de daño económico e inestabilidad
social (La Jornada, 16/10/17). La UACh y los pueblos y barrios de la zona
están en su derecho de ampararse para evitar una catástrofe ambiental en Texcoco en agravio de casi 500 mil personas, declaró Miguel Ángel Sámano. Vicente Hidalgo, presidente del Consejo Municipal de Desarrollo Rural Sustentable de Texcoco, apunta que la obra dañará 21 núcleos agrarios, 31 bienes comunales e instituciones académicas, 248 mil 808 habitantes directos y 418 kilómetros cuadrados, de los cuales 70 por ciento son agrícolas.
Nunca cesaron las denuncias, los testimonios, las resistencias, las
demostraciones técnicas de lo devastador que resulta el megalómano
proyecto multimillonario de los mismos ladrones de leyes y tierras que
nos tienen contra la pared, y balaceados si no nos callamos. Rafael
Huízar Álvarez, del Instituto de Geología de la UNAM, sostiene que el
proyecto
más que una necesidad, es un capricho de las autoridades; destruye cerros y sitios sagrados, altera las condiciones climáticas de un área fundamental para la recarga y filtración del agua del centro del país. El programa de entubamiento y canalización de la cuenca
es ilógico, pues no evitará las inundaciones. Aún si colocan miles de pilotes habrá hundimiento de las pistas
debido al peso de los enormes aviones que aterrizarán. El incansable Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y pobladores de 15 comunidades solicitaron el año pasado medidas precautorias, aduciéndose víctimas de agresiones
dentro de sus propias tierras ejidalespor parte de elementos de la Policía Federal, Ejército, la Armada, y las policías estatal y municipales de Atenco y Texcoco, que
realizan incursiones con armas de fuego para realizar desalojos violentos en las parcelas de quienes se oponen al proyecto aeroportuario(La Jornada, 19/7/16). ¿A poco creen que les hicieron caso? Nada detiene el megaproyecto. A eso en México le llaman
gobernar.
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