Apaxco
de Ocampo, Estado de México. Bordeada de cementeras, esta comunidad se
inunda de gases tóxicos y enferma a la población que ahí vive. Se trata
de la llamada “cuenca cementera Atotonilco-Apaxco”, que ha atraído
capitales extranjeros y nacionales para la explotación de piedra caliza y
barro que hay en el territorio mexiquense.
Al lugar se suma una
incineradora de residuos tóxicos, lo que inconforma aún más a los
pobladores: Geocycle México (antes Ecoltec), filial de Holcim México).
Antes
de llegar a la zona, las dificultades para respirar comienzan a
padecerse. El ambiente se mira gris, un olor azufrado violenta el
olfato; el polvo, incluso, produce picor en la piel. Así se arriba a uno
de los municipios que forman parte de una “región de sacrificio”
(territorio devastado ambientalmente por el desarrollo industrial), que
comprende el eje Tula-Tepeji-Apaxco, y en el que hay más de 115 fuentes
contaminantes. El aire asfixia.
En un recorrido por las afueras de
Geocycle México se pueden observar decenas de llantas apiladas en
espera de la incineración. También, una alberca de líquidos expuesta al
sol, donde se anegan aceites de colores oscuros. Combustibles desechados
se concentran en lagunas espesas.
La garganta se irrita, la
saliva se espesa. En el recorrido, pobladores de la zona van explicando
uno a uno los motivos por los que esta planta no debería existir en el
lugar. Aquí, también se prende la alerta entre los vecinos por temor a
ocurra un accidente ambiental.
Toxinas en el aire
Jorge
Tadeo Vargas, biólogo marino y coordinador del Laboratorio de
Investigación en Desarrollo Comunitario y Sustentabilidad, dice que
todos los síntomas que cualquier visitante experimenta al llegar a
Apaxco están relacionados con el tipo de material que están incinerando;
así como con las mezclas que se hacen, no sólo por la incineración sino
por el proceso mismo de la producción de la industria cementera y
energética, llamada a nivel mundial combustible derivado de residuos.
Explica
que “el combustible derivado de residuos es una mezcla de distintas
sustancias provenientes de la industria y de residuos sólidos urbanos;
incluso, biológico infecciosos. Ésta pasa por una molienda; luego por
una mezcladora. Comienza a generar una serie de partículas que se van a
la atmósfera; y después, por la misma gravedad, bajan hacia la tierra.
Nosotros la respiramos”.
La industria cementera insiste en que no
están generando gases porque no realizan una combustión completa. Sin
embargo, el científico señala que sí se están generando gases tóxicos.
Se trata de “óxidos de azufre, sulfatos, sulfitos, algunos óxidos de
nitrógeno, también micropartículas, que son unas sustancias químicas tan
pequeñas que son difíciles de definir”, expone el integrante de la
Alianza Global para Alternativas a la Incineración de Residuos Urbanos
Sólidos (GAIA, por sus siglas en inglés).
Además, expone el
investigador, se generan metales pesados, dioxcinas y furanos, estos
últimos son sustancias altamente tóxicas, ciento por ciento
cancerígenas, que solamente se generan por la actividad industrial,
principalmente en el proceso de incineración de residuos.
El estudio Incineración de residuos: malos humos para el clima,
elaborado por la organización ambientalista Greenpeace indica que, en
la actualidad, las incineradoras son clasificadas como plantas de
valorización energética de residuos. “Pero es imposible esconder la
realidad de estas instalaciones como fábricas de cambio climático y
destructoras de recursos”.
Jorge Tadeo Vargas reprueba el uso de
eufemismos para intentar esconder el daño ambiental, en muchos casos,
irreversible, que se está infringiendo a la zona. “Se intenta disfrazar
bajo otras denominaciones: termólisis, gasificación, pirólisis, arco de
plasma, etcétera. Todas ellas, además, contaminan gravemente aire, suelo
y agua con decenas de sustancias tóxicas y peligrosas. Algunos de estos
compuestos no tiene límites tolerables o recomendables, como en el caso
de las dioxinas y furanos, incluidas en el Convenio de Estocolmo como
una de las 12 sustancias prioritarias a eliminar”.
Actualmente se
establecen 0.0001 kilogramos por año como umbral de emisión a la
atmósfera para estos compuestos; sin embargo, las dioxinas se han
caracterizado como uno de los tóxicos químicos “artificiales y más
potentes jamás estudiados”, expone.
La “región de sacrificio”
Ésta
es una “vasta región de sacrificio”, dice contundente el biólogo
ambientalista Raúl Montenegro, galardonado con el Premio Nobel
Alternativo.
En 2016, en el marco de la Reunión Internacional:
Impactos Territoriales y Socio Ambientales de los Megaproyectos;
Perspectivas y Reivindicaciones Sociales, celebrado en la Facultad de
Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México. Tras el
recorrido, el científico identificó que en el eje Tula-Tepeji-Apaxco hay
una “insostenible situación sanitaria y ambiental creada por más de 115
fuentes de contaminación… Ésta no es solamente una de las regiones más
contaminadas de México, sino del mundo”.
Las características
naturales del territorio en Apaxco han sido atractivas para las
cementeras que se han instalado a pocos kilómetros unas de otras,
también caleras. En el mismo radio se encuentran Holcim-Apasco, Cemex,
Lafarge, Cruz Azul y Caleras Bertrán.
Lafarge, de capital francés y
líder en el mundo, se fusionó con Holcim en 2015; esta última de
capital suizo, que también se venía ostentando como la segunda de
importancia a nivel mundial; y Cemex, la más poderosa en México, con
fábricas en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.
“En esta zona
geográfica hay industrias de la cal que se acoplan a las del cemento y
que contribuyen a la contaminación. Una industria contaminante de
importancia capital en la zona se encuentra a tan solo a 6.5 kilómetros y
es la refinería y la petroquímica de Pemex [Petróleos Mexicanos] en
Tula, Hidalgo. A un lado de esta ésta la gigantesca Termoeléctrica de la
zona”, expone el análisis Afecciones en la salud de la población de
ApaxcoAtotonilco expuesta a COP’s por industrias que incineran de
residuos peligrosos y el caso de la fábrica Ecoltec, coordinado por
Jorge Arturo de León Rodríguez, del Consejo Directivo del Centro de
Diagnóstico y Alternativas para Afectados por Tóxicos.
Cáncer en puerta
“En
la familia amanecemos constipados, a veces no se puede dormir en las
noches de cómo huele…, una de mis hermanas tiene carcomida la piel del
pómulo, el especialista le dice que esa enfermedad sólo es por
incineración o por estar cerca de la leña o quemar papeles”, dice don
José Alberto Sánchez, habitante de la colonia La Estación, en este
municipio.
“Desde
que ellos [Geocycle México] iniciaron con el procesamiento de residuos,
por las noches se perciben más los olores, a veces son polvos. Esto
está pésimo, huele a lo que ellos le llaman acrilatos, pero nosotros lo
percibimos como si fuera Kola Loca [pegamento]. A veces, también, huele
a cloros”, dice el vecino de Apaxco.
Refugio Choreño Gómez,
médico cirujano por la Universidad Nacional Autónoma de México e
integrante de la Fundación para el Desarrollo Integral Apaxtle, AC, dice
que desde que está en operación la plata Geocycle México, las
manifestaciones agudas que más se refieren por el daño de estas
sustancias son: tos, dificultad para respirar cuando hay alta
concentración de estos gases, dolor abdominal.
Expone que “las
concentraciones elevadas de estas sustancias pueden causar la muerte,
por lo que nos preocupan demasiado las manifestaciones crónicas. La
contaminación que genera va a ser responsable de una gran variedad de
cánceres a todos los órganos, no hay uno que se escape, principalmente
cánceres a nivel respiratorio y hematológico. La población más
susceptible son los niños, mujeres embarazadas y ancianos. Anticipa que
en ellos se va a ver más todavía ese efecto”.
La información que
el grupo al que pertenece ha ido recabando (con cifras de la Secretaría
de Salud) indica que de 2004 a 2012 se presentaron 139 muertes por
cáncer, que pueden estar relacionadas con la incineración de residuos.
También, de 2004 a 2012, ocurrieron 94 casos de morbilidad relacionados
con esta misma actividad. El promedio de casos atendidos en Apaxco es de
15 por año y va en aumento.
El médico acusa que las autoridades
en materia de salud y del medio ambiente han sido negligentes con la
población. En 2011 las Cámaras de Diputados y de Senadores solicitaban a
la Secretaría de Salud que “se involucrara, pero nunca se hizo nada y
no se hará porque nuestras autoridades están coludidos con ellos, con
los empresarios”.
Geocycle México (Ecoltec), pide un árbitro
Miguel
Ladrón de Guevara, director general de Geocycle México (antes Ecoltec y
filial de Holcim México), asegura que la empresa –contrario a lo que
dicen los especialistas y habitantes del lugar –, contribuye en la
disminución de agentes contaminantes.
Indica que la planta procesa
entre 2 mil y 3 mil toneladas al mes, y se encarga de reutilizar los
residuos que podrían estar en el confinamiento municipal y “eso sería
peor”.
“Nosotros somos una empresa que se dedica a la
identificación, clasificación y análisis de diferentes residuos que
tienen la vocación de ser utilizados como combustible alterno; en
síntesis, productos derivados del petróleo y algo se obtiene de forma
natural que es el mineral de hierro. Hacemos esto desde hace 30 años.
Estamos buscando materiales que no queremos se vayan a los rellenos
municipales o sanitarios o confinamientos. El coprocesamiento tiene más
de 40 años en Europa y 25 en México”, dice.
—¿Cuál es el impacto al medio ambiente que tiene este coprocesamiento?
—El
impacto es positivo, cada vez que nosotros lo hacemos reducimos las
emisiones de CO2 [dióxido de carbono] que tenemos por el balance que se
establece, dado que si se dejan esos residuos en el relleno municipal su
impacto es mucho más alto. Todos los impactos que podemos provocar los
tenemos controlados.
Apaxco
está erosionada por la explotación minera que es muy alta, porque hay
calero, la planta de cemento, los graveros, hay una serie de impactos
que todos deben de sumar y cada uno debe de tener en la medida de sus
posibilidades sus mejores prácticas para atenuar, mitigar, o reducir sus
impactos.
—¿A qué responde la oposición de la gente ante la presencia de la empresa en Apaxco?
—Nosotros
somos respetuosos de lo que piensan las personas, sugiero que nos
sentemos en una mesa con árbitro. Somos una sociedad diversa y cada
quien tenemos nuestras propias ideologías.
“Todos los procesos de
combustión tienen un impacto. La planta está produciendo todo el tiempo y
no tiene emisiones visibles. Los elementos que alen en ese proceso de
combustión son declarados a la autoridad”, argumenta.
La misión de
Ecoltec, indica en su portal de internet, es ser una empresa que
“ofrece soluciones ambientales en el manejo integral de residuos al
proveer un servicio especializado, profesional y ambientalmente seguro
para el manejo, tratamiento y co-procesamiento de una variedad muy
amplia de residuos.
A nivel nacional tiene seis plantas ubicadas
en Acapulco, Guerrero; Apaxco, Estado de México; Macuspana, Tabasco;
Orizaba, Veracruz; Ramos Arizpe, Coahuila y Tecomán, Colima. También
cuenta con cuatro centros de transferencia ubicados en Guadalajara,
Jalisco; Puebla, Puebla; Salamanca, Guanajuato, y Mexicali, Baja
California.
La antropología de Apaxco
Lo
colorido de este municipio recae en un letrero metálico que conforma la
palabra Apaxco, justo en frente del antiguo Palacio Municipal. En cada
una de ellas se advierte (en tono más tenue) un logo que simboliza
alguna de las actividades que caracterizan al lugar. La industria
cementera se identifica en una de ellas.
Aideé Mares, antropóloga
social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), indica
que Apaxco es una población de origen prehispánico, y su importancia
radica dentro de la peregrinación Azteca, en el Códice Boturini.
“Aquí
se incendió uno de los fuegos nuevos, durante la Colonia fue un punto
estratégico para la evangelización de los otomíes del Valle del
Mezquital. Y en una de sus zonas, llamada Santa María, se pueden
encontrar vestigios arqueológicos, aunque nunca se ha hecho una
investigación profunda o intentado rescatarlos. La información que se
encuentra en el Museo Arqueológico es muy básica”, expone.
A pesar
de que esta es una población con un alto pasado histórico, dice la
antropóloga de la ENAH, actualmente se ha perdido parte del tejido
social heredado de su pasado prehispánico. Hoy la población está
sometida a las dinámicas industrial que se le impusieron.
Indica
que el simbolismo de las compañía es importante para los pobladores, “es
algo que se ha ido construyendo a lo largo de la historia, ya que la
fábrica tiene muchos años implantada y ha habido problemas históricos
que han tenido que ver con las empresas. Actualmente, más que darnos
beneficios, nos está perjudicando porque está generando contaminantes”.
Dentro
del paisaje de Apaxco se aprecia uno de los cerros más productivos para
la industria, llamado “El cerro blanco”, ahora totalmente carcomido.
Érika Ramírez/Enviada
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