11/22/2010

Colaboraciones de Fórum en Línea......


País sin sentido


Sergio Gómez Montero

gomeboka@yahoo.com.mx


Para Raúl Organista

Tijuana, Baja California.— No se trata de ser Scrooge (a la manera de Germán Dehesa), sino sólo de lamentar la tristeza que causa ver ya desde ahora a los supermercados de la ciudad inundados virtualmente con la oferta de productos alcohólicos de una manera insultante, como si hubiera algo que festejar en este país que huele a muerte y mierda, indistintamente.


Síntoma del desastre en que como país estamos convertidos, eso de los supermercados, aparente intrascendente, desde luego que no puede ocultar el costo de 30,000 muertos que hasta hoy ha costado un despliegue absurdo y obtuso de violencia, que hasta hoy no ha logrado cambiar para nada los estragos que desde tiempo atrás caracterizan el despliegue del crimen organizado en el país y que películas como Amar a muerte o El infierno describen con tanta crudeza. No se diga que tampoco para nada ha disminuido la cantidad de drogas, manejo ilegal de migrantes, menores y prostitutas; por el contrario es evidente que ello ha incrementado los volúmenes de drogas, migrantes, menores y prostitutas comerciados ilegalmente (aunque esto es redundante, pues nada de ello se puede comerciar de manera legal).

Suena a falsedad el actual despliegue de violencia, pues ya que sólo en términos de estrategia el más primerizo conocedor de despliegue de fuerza militar, sabe que una guerra relámpago debe ser eso: lo más corta y arrasadora que se pueda, ya que de otra manera el enemigo incrementará su capacidad de fuego para neutralizar esa guerra en contra suya. Ese fracaso de guerra relámpago en contra del crimen organizado, basada en la salida a las calles de las fuerzas militares, es hoy una guerra de largo alcance en donde las partes luchan cada vez más con una capacidad de fuego similar… Sólo con un pero: allí, entre el fuego cruzado, fallecemos los ciudadanos que nunca estamos armados.


Además es obvio que hay una protección a una parte de la delincuencia. Así, si se analiza el caso de los capi hasta hoy detenidos, ellos pertenecen todos a grupos ajenos a los de Sinaloa, en donde El mayo Zambada y El chapo Guzmán no son tocados ni con el pétalo de una rosa.


Carentes de gobierno desde hace 10 años, el país sin sentido en que vivimos, todos creemos –ciudadanos conscientes– debe ya de cambiar, y cambiar radicalmente.


Pero llegará algún día, como escribe el poeta ecuatoriano Euler Granda, en Erase un día, en que: “Entre latas doradas,/Mc Donals,/Soles de chicle,/Halloweens de plástico,/Entre telas de

araña/Del FBI, la CIA,/Capuchas Ku Kux Klanes,/En un país que diluviaba Coca Cola,/Erase que se era/Una bestia bermeja/Un engendro hocicudo,/Una hidra genocida/Que destripaba

flores,/Babeaba libertad y democracia/Y a punta de masacres/Se devoraba al mundo,/Hasta que un día vino un ángel/En forma de mosquito/Y le tumbó los cachos”.



Celebración


Raúl Moreno Wonchee

wonchee_r@yahoo.com.mx

En este año centenario el Día de Muertos alcanzó singulares proporciones. ¿Sería una presencia sin precedente de las defunciones masivas en los medios que cotidianamente nos dan cuenta del fin, del trágico fin que a muchos, cada vez más mexicanos les llega por la vía incomprensible de una guerra de origen y designios ajenos pero que cada día amenaza con abarcarlo todo? Porque los miles de muertos del sexenio son todos mexicanos: decenas de militares, centenares de miembros del extenso y disparejo abanico de fuerzas policiales, muchísimas personas que han sido víctimas no sólo del fuego cruzado sino del fuego amigo, uno que otro capo y miles de sicarios, ese oscuro término puesto de moda repentinamente para nombrar a aquellos jóvenes marginados que recién llegados a la edad ciudadana se encuentran con que para ellos el futuro no existe y que, expulsados de la sociedad y sin saber cómo, se ven atrapados en las redes del crimen organizado.


Me gustó el titular de un periódico capitalino de nuevo cuño el mero día 2: “¡Qué vivan los muertos!”, todo lo contrario de aquel grito ominoso que ante Miguel de Unamuno espetó el franquista Millán de Astray: “¡Viva la muerte!”.


Sí, que vivan los muertos, los entrañables de cada quien y los desconocidos que nos conciernen a todos. Y que la muerte no sea más canto de guerra de los fascistas de ayer y de los empecinados de hoy y vuelva a ser, nada más, ese momento natural y último de la vida aliviado, acaso, por alguien que tome la estafeta.


Condolencias


Lilia Cisneros Luján

prensa@cocuac.org.mx


No es fácil atender los llamados al optimismo, cuando la cifra de compatriotas muertos se incrementa a diario y, menos aún si con todo y los esfuerzos de manipulación, es inocultable el hecho de que entre los caídos, hay mujeres, niños, jóvenes y hombres de trabajo cuyo destino fue estar en el lugar y momento equivocados. ¿Quién querría pasar sus vacaciones en Acapulco si supiera que el destino es una fosa común? ¿Con qué confianza los padres de jóvenes universitarios esperan su regreso, si pueden ser víctimas de un fuego cruzado o una identificación equivocada? ¿Qué factor cambió la atención de la nota roja de los feminicidios hacia los juvenicidios? ¿Serán suficientes la banderas entregadas a esposas e hijos de soldados “muertos en cumplimiento del deber” para llenar la ausencia de un jefe de familia? Éstas y muchas más son las preguntas que se hace un pueblo atemorizado, triste y sin esperanza.


Por más boletines de prensa o costosos anuncios publicitarios que nos atosiguen, los responsables de ofrecernos una convivencia armónica, no pueden ocultar una realidad, en la cual los policías del Distrito Federal –imagine a los municipales– carecen de la mínima capacitación para merecer el cargo. No se requiere más que observarlos para darse cuenta que apenas son franeleros elevados de rango. Usted los ve en las esquinas: sin hacer nada, no son capaces de darle orientación acerca de una calle, una dependencia o un servicio, ¡ah! pero la prepotencia se les va a la cabeza, con la sola posibilidad de chiflar un pito, haciendo señas a una dama de edad, para apurarla u obligarla a detener su vehículo. Salvo en casos inminentes, se hacen “ojo de hormiga” cuando se les llama en una emergencia; y si acaso están ahí, seguramente no alcanzarán al perpetrador o serán heridos convirtiéndose en víctimas o en héroes momentáneos de noticiario.


Todo en México parece estar muriendo. Decenas de hombres y mujeres que hacían de la libertad de expresión su trabajo como periodistas, ya no están con nosotros. Muchos más, reciben un día y otro también toda suerte de amenazas, muchas de ellas de los propios gobernantes. Ciudadanos impotentes ven como el derecho es manipulado por la gente del poder en turno –Coyoacán y muchas delegaciones acumulan casos de prepotencia de autoridades locales y federales coludidas en contra de la gente–, así como el ping pong entre las procuradurías, incapaces de detener a rateros de casa habitación, violadores de mujeres y niños, y monstruos que matan a golpes y entierran gente con vida. “Lamentamos y condenamos la muerte de...” es el guión del pésame para familiares de presidentes municipales, candidatos que no alcanzaron a tomar posesión, y en general para una nación bañada en la sangre de un pueblo que no acierta a entender por qué los asesinan.


Pero no sólo se matan personas con balas –perdidas o dirigidas–, la gente también fallece de hambre, por falta de higiene, por el frío, por enfermedad –física o del alma– y mueren también muchas instituciones. El ISSSTE y el IMSS, son sólo dos ejemplos. ¿Sabía usted que entre 1977 y 1982, el IMSS construyó 3 mil 790 unidades, de las cuales 2 mil 717 eran rurales? Hoy sin más explicación –ojalá de verdad los legisladores logren que se les aclare algo– se nos dice que está al borde de la quiebra y en su memoria de recursos físicos y materiales reporta para el 2009, sólo 3 mil 619. En el comparativo al que me estoy refiriendo se habla de 3 mil 665 unidades médicas, en la actualidad reportan mil 796. ¿Dónde desaparecieron? ¿Ya las privatizaron? ¿Qué pasó con las clínicas rurales que había en 1981? ¿Qué hacen hoy las mil 12 unidades médicas rurales “de esquema modificado”?


En 1972, cuando la población nacional era de 48.2 millones de habitantes, los trabajadores asegurados eran poco más de 11.5 millones (23%), para el 2009 los datos del IMSS reportan 19 millones en una población de más de 105 millones de habitantes (17%). ¿Por qué en las cifras alegres no se habla del subempleo? ¿La “quiebra” es para vender barato como se ha hecho con otras instituciones hoy muertas? ¿A qué obedece la insistencia en mentir? ¿Quiénes serán los nuevos millonarios que al igual que con Mexicana de Aviación, quedarán impunes?


Habría que dar el pésame a cientos de empresas exitosas que antes exportaban granos, azúcar, acero, petroquímicos y muchos otros de la industria de transformación. Hoy importamos lo básico, el maíz que recibimos es el que en otras latitudes se da al ganado, comemos alimentos genéticamente modificados, nuestras mujeres se mueren de cáncer de seno, la población se enferma de nódulos malignos en todos sus órganos y las trasnacionales se enriquecen por vender paliativos para la diabetes, la hipertensión, los riñones, sin que nadie haga algo para relacionar esto con la contaminación del aire o del agua. ¿Cómo afecta el cloro o el mercurio a la salud? ¿Qué relación hay entre estas “enfermedades modernas” y las hormonas que comen pollos, pescados y reses? ¿Será este el mercado que visualizan los futuros compradores del IMSS y del ISSSTE?


Si el número de muertos ya rebasa los 30 mil –y aunque se trate de presuntos sicarios o narcos, sus familias también se duelen con el deceso– y las instituciones en ruina irreparable suman decenas, hay la fundada sospecha de que son insuficientes las más de 25 mil 800 referencias que Google recopila por condolencias atribuidas a nuestro presidente en México. Ahora que si usted quiere ver una oportunidad de negocio en este asunto de las condolencias, abra cualquiera de las 5 mil 300 referencias comerciales y encontrará: franquicias para tarjetas, postales o arreglos florales especializados en la muerte. Si esto le parece patético, entonces simplemente ordene por internet un libro o sugerencias para redactar mensajes o cartas de pésame. Así es el mundo del mercado, hasta el dolerse o sentir tristeza con otra persona por la pena que le aflige, puede representar un negocio.


Nuestras condolencias, por la pérdida del trato cortés, la mano amiga y los valores.



Monterrey, ¿futuro del DF?


Héctor Barragán Valencia

hector_barragan@hotmail.com


Por razones ideológicas y de cálculo político, la ciudad de México es fuertemente castigada a la hora de la asignación del presupuesto federal. Este castigo ocurre pese a que el Distrito Federal es la entidad de la república que más impuestos proporciona al gobierno federal, con aproximadamente 52% del total recaudado. También aquí se genera la mayor parte de la riqueza nacional; su aportación es de 19% del PIB. Además, se considera la ciudad donde los recursos públicos se manejan con mayor transparencia, la más productiva de la nación, la que recibe más inversión directa extranjera y una de las más pacíficas del país.


Todo esto viene a colación porque apenas en 1999 la ciudad de Monterrey era considerada por la revista Fortune como la urbe más atractiva de América Latina para invertir. En el año 2002 el diario The New York Times la consideraba como ciudad modelo. Y hace sólo cinco años, en 2005, la revista América Economía la calificó como la ciudad más segura de Latinoamérica. También aporta, sumando todo Nuevo León, 13% del producto interno bruto. ¿Qué ocurrió a esta ciudad, hoy una de las más violentas de México? Sin duda, la estrategia de combate al narcotráfico afectó severamente su viabilidad, pero la crisis financiera de 2008 y la ausencia de sólidas políticas de seguridad social jugaron un papel fundamental en el rápido deterioro de Monterrey.


La política de seguridad social y de ampliación de los derechos políticos es la gran diferencia entre Monterrey y la ciudad de México. Mientras el Distrito Federal dio énfasis a la ampliación de los derechos sociales y políticos de sus ciudadanos, Monterrey mantuvo la creencia que todo lo arreglaría el mercado. Hoy la crisis financiera y de la manufactura, que aumentaron el desempleo, más la fallida estrategia contra el narcotráfico destruyeron el tejido social de Monterrey: he aquí la explicación de la violencia que amenaza con arruinar a un bastión de la economía mexicana, y que golpeará severamente a todo México.


Hoy, el costo de levantar a Monterrey será muy alto. Y parece que políticos, diputados y senadores del PRI y del PAN quisieran que la ciudad de México siguiera el ruinoso derrotero de Monterrey. Por ello le escatiman los recursos fiscales que el propio Distrito Federal aporta a la Federación. Si esa mezquindad socava a la capital del país, México se convertirá en un Estado fallido. La viabilidad de la ciudad de México debe ser vista como un bien público nacional, y no como un botín político.


Centenario de la revolución inconclusa


Víctor Manuel Barceló R.

v_barcelo@hotmail.com

Villahermosa, Tabasco. Se conmemora el centenario de la Revolución mexicana, uno de los acontecimientos sociales más importantes de principios del siglo XX, en el planeta. En el trayecto gestante, injerencias externas e intereses de facciones que participaron en su porción de ruptura armada y aun después dan al traste con su sentido reivindicador de intereses sociales (Villa y Zapata). Al final se va reconstruyendo la hegemonía de poderosos grupos extranjeros, junto a la conformación de una burocracia criolla que aún ostenta el poder trátese del partido político que se trate. Pero dejemos para después tales elucubraciones y veamos hechos que impulsaron al movimiento social de 1910-1919.

La economía mexicana en el porfiriato se estructura acorde con los ejes centrales que dieron forma al imperialismo. Ernest Mandel, en su libro El capitalismo tardío, dice que "la directa intervención del capital occidental en el proceso de acumulación originaria del capital en los países subdesarrollados, estuvo determinada en grado significativo por la presión compulsiva del capital a organizar la producción capitalista de materias primas, en gran escala". Eso ocurre en el porfiriato, que convierte al territorio nacional en gigantesca plantación: haciendas henequeneras en Yucatán, extensos latifundios ganaderos en Chihuahua, plantaciones tabacaleras y cafetaleras en Valle Nacional y haciendas e ingenios azucareros en Morelos, Veracruz y Puebla.

También en el terreno minero –herencia de la explotación colonial, se mantiene el esquema con minas, originariamente de oro y plata, en el centro y norte del país. El trato a los trabajadores, tanto en minas como en el campo, no difiere en mucho a lo ocurrido en las encomiendas de siglos anteriores con peones acasillados –dependientes de la tienda de raya–, mineros sin derechos obreros, en un sistema preindustrial con relaciones sociales precapitalistas.

Tal estructura productiva es posible por los rangos de acumulación de la tierra en pocas manos y del capital en unas cuantas familias, vinculadas a consorcios internacionales que estaban en plena expansión, tanto en Europa (Inglaterra, España, Francia y Alemania) como en el imperio al norte, que no se hartaba de engullirse territorios y economías de países débiles. El nuestro era uno de ellos.

Para 1910 la población mexicana era de 15.2 millones de habitantes, bajo la égida de: 830 hacendados, 410.3 miles de agricultores y 3.1 millones de jornaleros. El 80% de la población dependía del salario rural (18 a 25 centavos por día) para mal comer: tortillas, chile, frijoles y pulque). Vivían en casas de adobe, sin elementales servicios de agua, luz, educación en 1910 el 85% de la población era analfabeta, salud –desnutrición de más del 60% de la población, caminos 70% del territorio sin comunicación, lengua –sólo 30% hablaba castellano.

La tienda de raya cubría sus salarios con mercancía y hacía préstamos que endeudaban a generaciones. Como se producía todo para el mercado nacional e internacional, el maíz y otros granos no eran redituables para los dueños del capital y la tierra. En 1910 se presentó una crisis agrícola aguda, precisamente por escasez de alimentos. Éste fue factor para el descontento popular contra el gobierno de Díaz. Empero, aún no se conformaba el reclamo por la tierra.

La demanda de materias primas en 33 años de porfiriato, nos muestra el crecimiento exponencial de cinco productos principales de la agricultura tropical (caucho, café, tabaco, henequén y azúcar), ejemplo de la sobrexplotación del territorio y su gente, para cubrir exigencias de la economía mundial, en especial estadunidense y europea, como puede apreciarse en Estadísticas económicas del porfiriato. Fuerza de trabajo y actividad económica por sectores. El Colegio de México. México 1961, que conviene analizar directamente.

En la minería, el modo de producción de materias primas en nuestros países, requirió introducción de maquinaria, dando inicio al capitalismo industrial. Los bajos precios de la mano de obra (como mercancía), las escalas desmedidas del ejército industrial de reserva y el despido relativo del proletariado en estas condiciones, incrementó considerablemente las tasas de ganancia de los dueños del capital minero, convirtiéndola en una actividad de alta rentabilidad financiera.

Tal complejidad del país, previa a la revolución, le caracteriza como un territorio en donde las clases gobernantes ejercen su mando de modo cruel e inhumano. Leamos el México bárbaro de John Kenneth Turner, o a Friedrich Katz, quien explica la servidumbre en el campo mexicano, en su admirable biografía de Pancho Villa, con calidad de factor para el surgimiento del villismo como vigoroso movimiento revolucionario.

La inversión extranjera en el país era importante en ferrocarriles, minería, hidrocarburos (en la primera década del siglo XX 60% era inglesa y 40% estadunidense). Los franceses entraron en otros rubros, como los alemanes y españoles. Para 1910 se cuenta con 146 fábricas (textiles, alimentos y otros, concentradas en Monterrey, Puebla, Guadalajara y Veracruz). Alrededor de 35 mil obreros trabajan en ellas, prácticamente sin derechos, a los que ya se había llegado en otros países. La inconformidad gesta descontento generalizado y acción de pensadores y activistas, como los hermanos Flores Magón; junto con actos heroicos como los ocurridos en 1906, en las huelgas minera en Cananea, Sonora, y textil, en Río Blanco, Veracruz, como veremos.

¿Cómo se logró ese manejo económico, siendo bien conocida la “tendencia” de Porfirio Díaz, hacia Europa, Francia en particular?

Sencillamente porque el gobierno –como componente fundamental del Estado– no tenía herramientas para oponer sus decisiones a una manera capitalista de producir materias primas en países hoy llamados subdesarrollados. Ello llevó a productos industriales, bajo condiciones socioeconómicas de producción muy precisas. Allí el factor decisivo era la enorme cantidad de mano de obra barata disponible. De ahí que se continuara –mediante cambios en la división del trabajo para mayor disciplina, organización y contabilidad más racionales–. en la forma de producción mediante plantaciones, que se configuró como capitalismo preindustrial, desde la colonia.

Junto a condiciones muy adversas en que se desarrollaban las acciones productivas en el porfiriato –tanto en actividades agropecuarias, como en mineras y de transformación que fueron encausando el descontento producido hacia movimientos de organización social, por todo el territorio se dieron otras, relacionadas con los intereses de las grandes potencias, en especial el imperio de al lado.

Así como se conformaron expresiones de malestar, organizadas por líderes obreros y representantes de comunidades campesinas –muchas de ellas acalladas a sangre y fuego por el ejército pretoriano de la dictadura porfiriana, hubo otros elementos clave para que los tiempos del porfiriato terminaran y existiera la ilusión de cambios en la ruta que anunciaba la utopía democrática, expresada el 18 de febrero de 1908, por el general Díaz a James Creelman, periodista del Parsons Magazine, al acercarse la sexta reelección del dictador: “Yo veré –afirmó con gusto un partido de oposición… si se forma lo veré como una bendición… para inaugurar con éxito completo un gobierno democrático en la República”. ¿Cuáles fueron esos factores de cambio?


Las armas gringas


Fernando Amerlinck


mexicovive@gmail.com

www.asuntoscapitales.com


"Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”, dijo el gran mexicano Porfirio Díaz. Pobre México, digo yo: tan lejos de Dios y tan cerca de una jerarquía eclesiástica indigna. Pobre México, tan lejos de la mística y valores que crearon a los Estados Unidos, y tan cerca de sus armas y de sus financieros.

Por 200 años EU armó a los caudillos de guerras civiles y revoluciones, golpes de estado, asonadas y cuartelazos del México “independiente”. Hoy arma a los criminales.


Todo comenzó con el comienzo. Desde 1807 mandaron dinero a Hidalgo desde Nueva Orleáns y apenas se independizó formalmente México en 1821, Estados Unidos empezó a tragarse a un imperio que abarcaba del sur de Oregón a Nicaragua (Nic Anáhuac, hasta aquí llega el Anáhuac; gracias por el dato, César Garizurieta). Debían impedir que se consolidara un país grande y próspero en su backyard y vaya si lo han logrado, sabedores de que los mexicanos se pintan solos para pelearse; enfrascados en golpes de estado y guerras civiles, los gringos vieron cómo eso era bueno.


A partir de 1810 se destruyó una Nueva España que en el siglo anterior fue mucho más desarrollada y culta que el país del norte, pero apenas a 15 años de independencia México perdió Texas; perdió una guerra contra EU, y en 1848, California y Nuevo México. En 1853 la Mesilla. Y vio Estados Unidos que todo eso era bueno.


En 1859 Juárez les ofreció Baja California; y partir el país en tres a cambio de reconocimiento político y armas, pues dinero no tenía. Se daba Juárez por bien servido: ese año, con 10 barcos de la US Navy, Juárez derrotó a Miramón en Veracruz.


Ese modelo de traición a la patria el Tratado McLane-Ocampo no se firmó porque se les atravesó una guerra civil pero luego siguieron dando armas a Juárez, con que venció la influencia europea en América y mató a Maximiliano. Los gringos colonizaron y cubrieron de ferrocarriles su recién ganado territorio y México seguía guerreando. Y vieron allá que eso era bueno.


Con Porfirio Díaz conoció México por primera vez la paz, y especialmente a partir de 1884, empezó a desarrollarse con orden e infraestructura, poca política y buena administración. Fue tan espectacular el cuarto de siglo de Díaz, que organizó grandes fiestas so pretexto del centenario pero en realidad para mostrar al mundo de qué era capaz un país bien gobernado y en paz. No podía Estados Unidos quedarse quieto ante un backyard próspero, con influencia europea y hasta uniformes militares tipo prusiano, y Taft apoyó con armas a Madero. Con la nueva guerra civil México metió reversa por décadas; a cambio de reconocimiento político firmó Álvaro Obregón con EU tratados que nos impidieron industrializarnos. Calles se enfrascó en una persecución religiosa. Cárdenas expropió el petróleo y ayudó a las petroleras gringas al dañar a las inglesas y holandesas.


Luego, México nuevamente progresó. Tras 30 años de desarrollo y estabilidad, con el huracán Luis los gringos usaron otra arma: la financiera. Me imagino un diálogo entre el Tesoro y Wall Street: “Hay que arruinar a los mexicanos a su estilo: corrompiéndolos. Les prestamos dólares. Se los roban y los invierten aquí. No podrán pagar. Cobramos las garantías y nos quedamos con su economía.” (Su segundo presidente, John Adams, había advertido de cómo la deuda es una forma de esclavismo para los países.) La deuda creció tanto como las catástrofes económicas sexenales. El procónsul Zedillo entregó a los mexicanos un Fobaproa y a los inversores foráneos los bancos, comercios e industrias. Y vieron allá que eso era muy, pero muy bueno.


La nueva destrucción del backyard llamado México está en algo que ellos consumen y pagan con bilimbiques verdes, las drogas. El mayor mercado del mundo es curioso: nadie lo surte porque no hay cárteles ni Chapos ni Mayos Zambada, la Barbie es una muñeca, y no hay guerra. El drogadicto obtiene los narcóticos que necesita y los paga; los criminales mexicanos las armas que necesitan y las pagan. Ellos aportan clientes, importan drogas, imprimen dólares, fabrican armas y las exportan. México pone muertos.


México también pone políticos. El presidente combate con las fuerzas armadas, pues policía casi mejor que no la hubiera. Los diputeatreros y los partidos, los politiqueros y los ardidos se dan vuelo en embates y diatribas contra un presidente que con sus fallas ha entrado con decisión a la pelea. Y aunque no presuman de ello, mandan al diablo a las instituciones tan bien como los diputados que se peleaban en la Cámara mientras los gringos de nuevo invadían Veracruz.


Además, prohíben al ciudadano las armas. Usar armas defensivas es casi garantía de cometer un delito por el que sí encarcelarán, no al delincuente (pues no lo agarran) sino al ciudadano, acusado además por derechos humanos. Quien respete la ley queda prensado por dos monopolios: el legal los gobiernos y los monopolistas ilegales, que obtienen y usan armamento cada vez más potente; gozan de impunidad porque las policías y el MP casi mejor que no existieran, y además el ciudadano no puede defenderse. Sus posibilidades de éxito por delitos del orden común son de 94%. Con razón ven ellos que tanta prohibición al ciudadano es muy buena.


Y con razón ven en Estados Unidos que es muy bueno tener el mayor narcomercado del mundo y fronteras anchurosas para importar drogas y exportar armas. Lo que no es bueno para ellos y no lo dejan pasar por la frontera es el atún mexicano porque ¡pobrecitos delfines!


Assunta Adelaide Luigia Modotti Mondini


Erika Cervantes / CIMAC

ecervantesp72@yahoo.com.mx


Al cerrar los ojos y recordar lo que significa el centenario de la Revolución mexicana, para algunas ciudadanas y ciudadanos, es Emiliano Zapata y Francisco Villa. Pocos pensamos que la Revolución la hicieron mujeres y hombres que con su trabajo y lucha nos heredaron una nación floreciente.


Entre las mujeres tenemos a Tina Modotti una fotógrafa revolucionaria que registró para la historia el gran contraste, de la gente que vivía en la pobreza y la que vivía en la opulencia, en los inicios posrevolucionarios.


Tina Modotti no es mexicana pero su lucha por los derechos de la clase desposeída hizo de México su patria. Comunista por ideología, su lente fotográfico fue una ventana a la denuncia de la nación que emergía tras la guerra, donde la igualdad y la libertad eran aún un sueño.


Adelantada a su época, Tina Modotti era una mujer que se mantenía a sí misma, no aceptaba las convenciones sociales y escandalizaba a la sociedad mexicana al vivir con un hombre al que no le unía ningún lazo legal o sanguíneo y con el que compartía su vivienda y vida.

f

Tina nació el 16 de agosto de 1896 en Undine, una pequeña ciudad de fábricas textiles en el norte de Italia, cercana a Trieste, el puerto del Mar Adriático; su padre, Giuseppe Modotti, era mecánico y su madre, Assunta Mondini, se dedicaba a las tareas del hogar, por lo que su nombre completo fue Assunta Adelaide Luigia Modotti Mondini.


Tina se educó en escuelas italianas y austriacas, pero debido a los bajos recursos económicos con los que contaba su familia, a los 12 años se vio precisada a trabajar en una de las fábricas textiles de su ciudad natal; no obstante, la situación no mejoró y la familia tuvo que emigrar a San Francisco, Estados Unidos, donde se empleó en una fábrica de seda (de 1913 a 1914) y después como modista (hasta 1917).


A los 21 años de edad, se casó con el poeta y pintor Roubaix de l'Abrie Richey, y al año siguiente incursionó en Hollywood, como actriz de películas mudas. En 1921 Tina conoció al fotógrafo Edward Weston como modelo y eso la interesó por la fotografía e inició a estudiarla.


En 1922, Roubaix murió en la ciudad de México. La relación de Tina y Weston se estrechó, fue una relación íntima de influencia mutua, tanto en el plano personal como profesional; lo mismo en San Francisco que en México, hasta 1930.


Conmovida por la explotación en la que vivía la clase trabajadora de la posrevolución mexicana, Tina se convierte en revolucionaria activista desde principios de los años veinte desarrollando fuertes lazos con miembros del grupo de la Unión Mexicana de Artistas, entre los que se encuentran Manuel Álvarez Bravo, Diego Rivera, Charlot, Orozco y Siqueiros.


En 1927 se afilió al Partido Comunista Mexicano, y desde ese año hasta 1940 trabajó como editora colaboradora y fotógrafa de la revista Folklor Mexicano.



En 1928 comienza un romance con el revolucionario cubano Julio Antonio Mella, pero éste muere asesinado en 1929 y a ella la acusan de ser cómplice del asesinato, no obstante, al no comprobarle ninguna relación se le declara inocente. Al año siguiente la acusan de complicidad en el intento de asesinato de Pascual Ortiz Rubio, presidente de México, por lo que fue deportada a Alemania.


Continuó su trabajo en el exilio en Berlín, donde se afilió a la Union GmbH de fotógrafos de prensa y publica sus imágenes en Der Arbeiter-Fotograf.


Abandona la fotografía por el activismo político mientras se encuentra en Moscú entre 1931 y 1934 trabajando para el Socorro Rojo Internacional.


En 1934 se traslada a Francia, trabaja en Madrid y Valencia desde 1935 hasta 1938 como reportera del diario republicano Ayuda al mismo tiempo que para movimientos revolucionarios y para el Socorro Rojo. Regresa a México asilada en 1939 donde continúa su actividad política mediante la Alianza Antifascista Giuseppe Garibaldi con un nombre falso; fotografió, trabajó y continuó su labor política hasta su muerte en 1942, al parecer por un ataque cardiaco.


En su lápida en el panteón Dolores de la ciudad de México, se lee un verso de Pablo Neruda: "Tina Modotti, hermana, no duermes, no, no duermes; /tal vez tu corazón oye crecer la rosa/ de ayer, la última rosa de ayer, la nueva rosa."


Y nos hereda su labor de denunciar la injusticia y luchar por un país más justo.

******************************************************************

Desaparecida la edición impresa de la revista Forum en octubre pasado, su página electrónica Forumenlinea, ahora quincenal, y la red social del mismo nombre, requieren de su apoyo económico y/o material para permanecer. Los depósitos pueden realizarse a Forum Ediciones SA de CV, en la cuenta de cheques de BBVA Bancomer 04 49 49 84 00. O bien por vía electrónica con la CLABE: 01 21 80 00 44 94 98 40 02. Gracias por su apoyo, que se mantendrá anónimo o público de acuerdo a sus indicaciones.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario