La escolta que la resguarda ni siquiera se dio cuenta
Por Patricia Chandomí, corresponsal
Tuxtla Gtz. Chis. 25 nov. 10 (CIMAC).- Amenazada de muerte desde 2009, Margarita Guadalupe Martínez Martínez, defensora de Derechos Humanos (DH) de “Enlace, comunicación y capacitación”, recibió aquí nuevas amenazas, sin que la escolta que tiene asignada “se diera cuenta”. La activista declaró que después de haber sostenido una entrevista con un funcionario de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, se dirigió a un café ubicado en la zona centro de San Cristóbal de las Casas.
“Al salir del café, busqué a la persona que tengo asignada de custodia (Margarita cuenta con medidas precautorias recomendadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH), pero no lo encontré, caminé una cuadra y fue ahí donde dos personas me interceptaron. Un sujeto a bordo de una camioneta Ranger blanca sin placas de circulación, y el otro a pie, “éste último, me indicó que caminara dos cuadras porque ahí encontraría a una persona que me daría indicaciones”. Al llegar ahí, una persona me entregó un papel con letras recortadas de papel periódico con amenazas para los integrantes del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.
Después de exigirle que llevara el mensaje, le indicaron caminar un par de cuadras, tomar un taxi, dirigirse al panteón municipal “para que puedas platicar con tus muertitos porque ya pronto te vas a encontrar con ellos, sin hacer pendejadas porque eres persona muerta”, le indicaron los sujetos que la amenazaron. Fue vigilada desde la camioneta blanca para que cumpliera el recorrido que le habían indicado. Al llegar al centro de la ciudad y por el tráfico vehicular, la activista logró perder de vista a sus agresores, se dirigió a las instalaciones del Centro de Derechos Humanos. El policía responsable de su seguridad, declaró que en ningún momento se alejó del café en donde se encontraba Margarita, sostuvo que estuvo vigilando las puertas del local y que en ningún momento la vio salir.
Esta historia comenzó la madrugada del 8 de noviembre de 2009, cuando un grupo de 20 personas “presuntos” elementos de la Policía Ministerial (PM) se presentaron, sin orden de cateo a su domicilio anterior en Comitán, Chiapas. Entraron con un “uso desproporcionado e indebido de la fuerza pública” amenazaron y encañonaron a Margarita, le ordenaron abrir los cuartos, para que pudieran entrar a revisarlos, introduciéndose también, en los ocupados por sus hijos y esposo, Adolfo Guzmán Ordaz, integrante de la organización Enlace, Comunicación y Capacitación, con sede en Comitán.
El 23 de noviembre de 2009, Margarita interpuso una denuncia en contra de autoridades policíacas por los delitos de abuso de autoridad, allanamiento, tortura psicológica y amenazas con la agravante de muerte. El argumento de la Policía es que entró a buscar a supuestos líderes de organizaciones que bloqueaban carreteras; este atropello llevó a Margarita a interponer una averiguación previa, integrada por la Fiscalía Especializada en Protección a Organismos No Gubernamentales de Derechos Humanos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Chiapas.
El 25 de noviembre de 2009, Margarita y Adolfo recibieron en su casa una hoja en la que les advertían que “se cuiden” porque la noche anterior “había 5 individuos que vigilaban su casa”, el 14 de diciembre de 2009, tuvieron otra advertencia hecha con recortes de papel que decía: “no sigan se van a morir”.
El 25 de diciembre, en las primeras horas de la madrugada después de pasar fuera de su casa los festejos de nochebuena, Adolfo y Margarita recibieron una llamada al teléfono fijo y, al contestar, Margarita escuchó una voz que decía: “feliz navidad, porque esta va a ser tu última navidad”.
El 6 de enero al llegar a su casa, en la puerta encontraron una nota escrita con tinta roja que decía “muerte, muerte, muerte”. Adolfo Guzmán Ordaz, esposo de Margarita realiza actividades de promoción de un tianguis regional campesino desde hace aproximadamente dos años en Comitán.
Las amenazas hacia el activista fueron frecuentes y siempre se elevó el tono hasta aquella noche en que Margarita fue secuestrada y golpeada, al terminar la agresión los agentes le dijeron que toda esa acción “era un regalito del presidente municipal de Comitán, Eduardo Ramírez”.
Tuxtla Gtz. Chis. 25 nov. 10 (CIMAC).- Amenazada de muerte desde 2009, Margarita Guadalupe Martínez Martínez, defensora de Derechos Humanos (DH) de “Enlace, comunicación y capacitación”, recibió aquí nuevas amenazas, sin que la escolta que tiene asignada “se diera cuenta”. La activista declaró que después de haber sostenido una entrevista con un funcionario de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, se dirigió a un café ubicado en la zona centro de San Cristóbal de las Casas.
“Al salir del café, busqué a la persona que tengo asignada de custodia (Margarita cuenta con medidas precautorias recomendadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH), pero no lo encontré, caminé una cuadra y fue ahí donde dos personas me interceptaron. Un sujeto a bordo de una camioneta Ranger blanca sin placas de circulación, y el otro a pie, “éste último, me indicó que caminara dos cuadras porque ahí encontraría a una persona que me daría indicaciones”. Al llegar ahí, una persona me entregó un papel con letras recortadas de papel periódico con amenazas para los integrantes del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.
Después de exigirle que llevara el mensaje, le indicaron caminar un par de cuadras, tomar un taxi, dirigirse al panteón municipal “para que puedas platicar con tus muertitos porque ya pronto te vas a encontrar con ellos, sin hacer pendejadas porque eres persona muerta”, le indicaron los sujetos que la amenazaron. Fue vigilada desde la camioneta blanca para que cumpliera el recorrido que le habían indicado. Al llegar al centro de la ciudad y por el tráfico vehicular, la activista logró perder de vista a sus agresores, se dirigió a las instalaciones del Centro de Derechos Humanos. El policía responsable de su seguridad, declaró que en ningún momento se alejó del café en donde se encontraba Margarita, sostuvo que estuvo vigilando las puertas del local y que en ningún momento la vio salir.
ANTECEDENTES
Esta historia comenzó la madrugada del 8 de noviembre de 2009, cuando un grupo de 20 personas “presuntos” elementos de la Policía Ministerial (PM) se presentaron, sin orden de cateo a su domicilio anterior en Comitán, Chiapas. Entraron con un “uso desproporcionado e indebido de la fuerza pública” amenazaron y encañonaron a Margarita, le ordenaron abrir los cuartos, para que pudieran entrar a revisarlos, introduciéndose también, en los ocupados por sus hijos y esposo, Adolfo Guzmán Ordaz, integrante de la organización Enlace, Comunicación y Capacitación, con sede en Comitán.
El 23 de noviembre de 2009, Margarita interpuso una denuncia en contra de autoridades policíacas por los delitos de abuso de autoridad, allanamiento, tortura psicológica y amenazas con la agravante de muerte. El argumento de la Policía es que entró a buscar a supuestos líderes de organizaciones que bloqueaban carreteras; este atropello llevó a Margarita a interponer una averiguación previa, integrada por la Fiscalía Especializada en Protección a Organismos No Gubernamentales de Derechos Humanos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Chiapas.
El 25 de noviembre de 2009, Margarita y Adolfo recibieron en su casa una hoja en la que les advertían que “se cuiden” porque la noche anterior “había 5 individuos que vigilaban su casa”, el 14 de diciembre de 2009, tuvieron otra advertencia hecha con recortes de papel que decía: “no sigan se van a morir”.
El 25 de diciembre, en las primeras horas de la madrugada después de pasar fuera de su casa los festejos de nochebuena, Adolfo y Margarita recibieron una llamada al teléfono fijo y, al contestar, Margarita escuchó una voz que decía: “feliz navidad, porque esta va a ser tu última navidad”.
El 6 de enero al llegar a su casa, en la puerta encontraron una nota escrita con tinta roja que decía “muerte, muerte, muerte”. Adolfo Guzmán Ordaz, esposo de Margarita realiza actividades de promoción de un tianguis regional campesino desde hace aproximadamente dos años en Comitán.
Las amenazas hacia el activista fueron frecuentes y siempre se elevó el tono hasta aquella noche en que Margarita fue secuestrada y golpeada, al terminar la agresión los agentes le dijeron que toda esa acción “era un regalito del presidente municipal de Comitán, Eduardo Ramírez”.
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