Publicado el 25 de noviembre de 2010
Por Amy Goodman
Michael Moore, ganador del premio Oscar al mejor realizador de documentales, hace excelentes películas, pero en general no se las considera películas de suspenso o que generen la sensación de estar “al borde del acantilado”. Todo esto podría cambiar a partir de que una denuncia realizada por un informante al noticiero de “Democracy Now!” revelara que ejecutivos de compañías de seguros de salud pensaron que tal vez sería necesario poner en marcha un plan para “tirar a Moore por el acantilado.”
El informante era Wendell Potter, ex portavoz principal del gigante de seguros de salud Cigna. Potter mencionó una reunión de estrategia industrial en la que se trató el tema de cómo responder al documental “Sicko” de Moore del año 2007, película que critica la industria de seguros de salud de Estados Unidos. Potter me dijo que no estaba seguro de la gravedad de la amenaza pero agregó en tono inquietante: “Aunque no pensaran hacerlo literalmente, para ser honesto, cuando empecé a hacer lo que estoy haciendo, temí por mi propia salud y bienestar, quizás fue sólo paranoia, pero estas compañías juegan a ganar.”
Moore ganó un Oscar en el año 2002 por su película sobre la violencia armada titulada “Bowling for Columbine: Un país en armas.” Luego hizo “Fahrenheit 9/11,” un documental sobre la presidencia de George W. Bush que se transformó en el documental con mayor recaudación en la historia de Estados Unidos. Por lo tanto, cuando Moore le dijo a un periodista que su próxima película sería sobre el sistema de salud estadounidense, la industria de seguros de salud tomó nota.
La asociación comercial Planes de Seguro de Salud de Estados Unidos (AHIP por sus siglas en inglés), principal grupo de presión de las compañías de seguro de salud con fines de lucro, tuvo un enviado secreto en el estreno mundial de “Sicko” en el Festival de Cannes, en Francia. El agente salió rápidamente del estreno y fue a una llamada en teleconferencia con ejecutivos de la industria, entre ellos Potter.
“Teníamos mucho miedo” dijo Potter, “y nos dimos cuenta de que íbamos a tener que desarrollar una campaña muy sofisticada y costosa para que la gente rechazara la idea de la cobertura de salud universal. Temíamos que esto realmente despertara a la opinión pública. Nuestras encuestadoras nos decían que la mayoría de las personas estaba a favor de una intervención del gobierno en el sistema de salud mucho mayor”.
AHIP contrató una compañía de relaciones públicas, APCO Worldwide, fundada por el poderoso estudio de abogados Arnold & Porter, para que coordinara la respuesta. APCO formó el falso movimiento de base de consumidores “Health Care America” para contrarrestar la popularidad que se esperaba iba a tener “Sicko”, la película de Moore, y para generar el miedo al llamado “sistema de salud dirigido por el gobierno.”
En su reciente libro "Deadly Spin: An Insurance Company Insider Speaks Out on How Corporate PR is Killing Health Care and Deceiving Americans” (Giro mortal: un informante explica cómo las relaciones públicas de las empresas de seguros están acabando con el sistema de salud y engañando a los estadounidenses) Potter escribe que se encontró “con una película muy conmovedora y muy eficaz a la hora de condenar las prácticas de las compañías privadas de seguros de salud. Varias veces tuve que hacer un esfuerzo para contener las lágrimas. Moore lo había entendido bien. ”
La industria de seguros anunció que su campaña contra “Sicko” había sido un rotundo éxito. Potter escribió: “AHIP y APCO Worldwide lograron introducir sus argumentos en la mayoría de los artículos sobre la película cuando ningún periodista había investigado lo suficiente como para descubrir que las aseguradoras habían aportado la mayor cantidad de fondos para la creación de Health Care America. De hecho, todos, desde la cadena de noticias CNN hasta el periódico USA Today, se refirieron a Health Care America como si se tratara de un grupo legítimo.
El periódico New York Times publicó un artículo, una especie de reseña de “Sicko”, en la que se citaba al portavoz de Health Care America diciendo que esto representaba un paso hacia el socialismo. Ni ese periodista, ni ningún otro que haya visto, intentaron hacer público que, de hecho, ese movimiento era financiado en gran medida por la industria de seguros.
Moore dijo que Potter era el “Daniel Ellsberg del Estados Unidos corporativo”, en referencia al famoso informante del Pentágono cuyas revelaciones ayudaron a poner fin a la guerra de Vietnam. La valiente postura adoptada por Potter generó un impacto en el debate, pero la industria de seguros, los hospitales y la Asociación Médica Estadounidense continúan debilitando los elementos del plan que amenaza sus ganancias.
Un estudio reciente de la Facultad de Medicina de Harvard establece que casi cuarenta y cinco mil estadounidenses mueren por año (lo que representa uno cada doce minutos) principalmente porque no tienen seguro de salud. Pero para el grupo de presión de las aseguradoras, la única tragedia sería la posibilidad de una verdadera reforma del sistema de salud. En el año 2009, las compañías de seguros de salud más grandes del país destinaron más de ochenta y seis millones de dólares a la Cámara de Comercio de Estados Unidos para que ésta se opusiera a la reforma del sistema de salud. Este año, las cinco aseguradoras más grandes del país aportaron una suma de dinero tres veces mayor tanto a candidatos republicanos como a demócratas con la intención de hacer retroceder aún más la reforma de la industria de seguros. El representante demócrata por Nueva York Anthony Weiner, defensor del sistema de salud de pagador único, declaró en el Congreso que “el Partido Republicano es una subsidiaria que pertenece por completo a la industria de seguros.”
“Probablemente estarán a favor de la retórica de las compañías de seguros cuando afirman que necesitamos tener más ‘soluciones basadas en el mercado’ (como ellos las llaman) y menos regulaciones, que sin duda son el tipo de cosas que los republicanos van a tratar de conseguir, porque regulaciones es lo que no quieren las compañías de seguros”, dijo Potter.
La industria de seguros de salud no está desperdiciando su dinero. Moore dijo: “En este informe de estrategia compilado por las compañías de seguro acerca del daño que ‘Sicko’ podría ocasionar, hay una línea que básicamente dice que en el peor de los casos ‘Sicko’ podría desatar un levantamiento populista contra las compañías de seguros. Las compañías en 2006 y 2007 ya sabían que los estadounidenses estaban hartos de las compañías de seguros con fines de lucro y que un día, el pueblo podría levantarse y decir ‘Esto se terminó. ¡Este es un sistema enfermo: permitimos que las empresas lucren a nuestra costa cuando nos enfermamos!’”
Eso es estar enfermo de verdad.
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Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.© 2010 Amy Goodmanexto en inglés traducido por Fernanda Gerpe y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.orgAmy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 250 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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