Recomienda experta integrarla a salud materna e infantil
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México, DF. 23 nov. 10 (CIMAC).- La falta de acciones preventivas contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en los programas de salud sexual y reproductiva de las mujeres, impide frenar la epidemia, que afecta a 25 mujeres por cada 75 hombres en el país, afirmó la especialista Tamil Kendall. La antropóloga canadiense dijo a Cimacnoticias que la escasa implementación de acciones preventivas, es reflejo de “la poca integración entre la salud reproductiva y el VIH, en particular respecto a la salud materna e infantil”. En general, “los programas de VIH de los estados son muy chicos, mientras que los de salud materna e infantil son mucho más grandes, y representan una parte importante de los servicios de salud”, señaló la experta que investiga desde hace una década la problemática de las mujeres y el VIH en México y Latinoamérica.
Explicó que mientras los programas de VIH no tienen ni el presupuesto, ni personal para abarcar a la salud materna e infantil, ésta última cuenta con capacidad para integrar los programas de VIH en los servicios de salud. Esta responsabilidad recae en los estados, quienes son los responsables de brindar servicios de salud y de asignar los recursos suficientes. Mientras que el Centro Nacional para la prevención y el control del VIH/Sida (Censida), establece la normatividad y los convenios que los estados deben ejercer. Un ejemplo de éxito de las acciones coordinadas es que en 2007, el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, compró pruebas de detección de VIH para mujeres embarazadas y los repartió a los centros de salud para comenzar a ofertar la prueba. A partir de esta acción, el Estado de México integró en su presupuesto, como parte del programa en salud reproductiva, la compra de pruebas de detección del virus, mencionó Kendall.
ELLAS NO SE ASUMEN EN RIESGO
Además de las fallas en la oferta de la prueba por parte de las autoridades, otra barrera por la que las mujeres con VIH no tienen un diagnóstico temprano, es porque no se asumen como una población en riesgo, ya que las campañas están orientadas a ciertos grupos, como los de hombres que tienen sexo con hombres. También, hay barreras logísticas, por ejemplo, es posible que en algunas de las instituciones no haya abasto para poder realizar la prueba o que no esté presente la persona capacitada para dar la consejería. A ello se suma, que “la percepción del servidor público es de que esa persona no tiene riesgo o no suficiente riesgo”.
ESTIGMA Y DISCRIMINACIÓN
La visión del personal de salud está relacionada con el estigma y discriminación que prevalece en la sociedad contra las personas con VIH, así como con la falta de capacitación acerca del virus, que reciben durante su formación, ya que sólo cursan una hora de clase acerca de la epidemia. Al respecto, Censida ha trabajado en los Centros Ambulatorios para la Prevención y Atención del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits) el tema de estigma y discriminación, en particular de la homofobia, más que estigma y discriminación por género. La discriminación de género y las dificultades estructurales que enfrentan las mujeres con VIH, son “una parte dentro de los servicios y del movimiento de VIH, que todavía nos falta”.
México, DF. 23 nov. 10 (CIMAC).- La falta de acciones preventivas contra el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en los programas de salud sexual y reproductiva de las mujeres, impide frenar la epidemia, que afecta a 25 mujeres por cada 75 hombres en el país, afirmó la especialista Tamil Kendall. La antropóloga canadiense dijo a Cimacnoticias que la escasa implementación de acciones preventivas, es reflejo de “la poca integración entre la salud reproductiva y el VIH, en particular respecto a la salud materna e infantil”. En general, “los programas de VIH de los estados son muy chicos, mientras que los de salud materna e infantil son mucho más grandes, y representan una parte importante de los servicios de salud”, señaló la experta que investiga desde hace una década la problemática de las mujeres y el VIH en México y Latinoamérica.
Explicó que mientras los programas de VIH no tienen ni el presupuesto, ni personal para abarcar a la salud materna e infantil, ésta última cuenta con capacidad para integrar los programas de VIH en los servicios de salud. Esta responsabilidad recae en los estados, quienes son los responsables de brindar servicios de salud y de asignar los recursos suficientes. Mientras que el Centro Nacional para la prevención y el control del VIH/Sida (Censida), establece la normatividad y los convenios que los estados deben ejercer. Un ejemplo de éxito de las acciones coordinadas es que en 2007, el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, compró pruebas de detección de VIH para mujeres embarazadas y los repartió a los centros de salud para comenzar a ofertar la prueba. A partir de esta acción, el Estado de México integró en su presupuesto, como parte del programa en salud reproductiva, la compra de pruebas de detección del virus, mencionó Kendall.
ELLAS NO SE ASUMEN EN RIESGO
Además de las fallas en la oferta de la prueba por parte de las autoridades, otra barrera por la que las mujeres con VIH no tienen un diagnóstico temprano, es porque no se asumen como una población en riesgo, ya que las campañas están orientadas a ciertos grupos, como los de hombres que tienen sexo con hombres. También, hay barreras logísticas, por ejemplo, es posible que en algunas de las instituciones no haya abasto para poder realizar la prueba o que no esté presente la persona capacitada para dar la consejería. A ello se suma, que “la percepción del servidor público es de que esa persona no tiene riesgo o no suficiente riesgo”.
ESTIGMA Y DISCRIMINACIÓN
La visión del personal de salud está relacionada con el estigma y discriminación que prevalece en la sociedad contra las personas con VIH, así como con la falta de capacitación acerca del virus, que reciben durante su formación, ya que sólo cursan una hora de clase acerca de la epidemia. Al respecto, Censida ha trabajado en los Centros Ambulatorios para la Prevención y Atención del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (Capasits) el tema de estigma y discriminación, en particular de la homofobia, más que estigma y discriminación por género. La discriminación de género y las dificultades estructurales que enfrentan las mujeres con VIH, son “una parte dentro de los servicios y del movimiento de VIH, que todavía nos falta”.
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