11/23/2010

Cotidiana, personal y colectiva, la lucha de las mujeres


Relatan 13 líderes de Guerrero su esfuerzo por la equidad

Por Guadalupe Cruz Jaimes

México DF, 22 nov 10 (CIMAC).-
“Nunca pensé que iba a volar”, “Mi primer logro: saberme defender” y “Liberarse del miedo”, son expresiones de mujeres indígenas de Guerrero que describen su experiencia en la lucha por el respeto a sus derechos, escritas en el texto La Coordinadora Guerrerense de Mujeres Indígenas. Construyendo la equidad y la ciudadanía. La obra, financiada por el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), relata los primeros seis años de historia de la Coordinadora Guerrerense de Mujeres Indígenas (CGMI), en voz de 13 mujeres líderes que lograron vencer el miedo de salir de sus casas y sus comunidades.

Durante la presentación del libro en la Casa Rafael Galván, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), una de las tres coordinadoras del texto, Martha Sánchez Néstor, lideresa de la CGMI, señaló que el andar de las indígenas guerrerenses, avanza “con la esperanza de transformación, acompañada de la lucha” cotidiana personal y colectiva.
Esta construcción de ciudadanía y de equidad de las mujeres indígenas, principia “en el derecho a la palabra que en la práctica se nos niega, hacer uso de éste, nos permite estar, participar, decidir sobre nuestra vida personal y colectiva, transmitir nuestros conocimientos y usar nuestros trajes”.

Para la también promotora de la organización y la lucha de las mujeres indígenas, como la Red Feminista Mesoamericana Petateras, la ciudadanía “se trata del derecho a existir para la sociedad y para el Estado, antes de nosotras, muchas nacieron sin ser contadas, y sin ser sujetas a políticas de desarrollo”. “Por eso, hoy, desde el reconocimiento del trabajo de todas las mujeres que integran la CGMI, quisimos que la labor quede escrita, para que otras se sientan acompañadas en este camino, que no es sencillo”, señaló Sánchez Néstor.

Además de los 13 testimonios de las lideresas de la CGMI, el libro integra el análisis de la académica Gisela Espinosa Damián, académica e investigadora de la UAM y una de las tres coordinadoras del libro, quien explicó que esta lucha por un mundo de derechos y libertades de las mujeres indígenas surge del reconocimiento de la injusticia.
Añadió que el cuestionamiento de la desigualdad y la injusticia, desnaturaliza esa circunstancia y permite dar la lucha para modificarse. A mediados de los años 90, con el proceso de difusión de los derechos, el movimiento indígena asumió esta tarea transformadora, muchas de las integrantes de la Coordinadora tuvieron participación en este movimiento.

El camino hacia la equidad de género, está vinculado a la relación de las mujeres indígenas con el movimiento feminista y con las integrantes del movimiento amplio de mujeres, ello, les permitió tener acceso a otras perspectivas, que reconstruyeron y resignificaron desde su realidad.
Entre los principales obstáculos está la dificultad para salir de sus casas y comunidades, es parte de su lucha vencer el miedo y generar condiciones familiares y comunitarias para poder hacerlo. La falta de recursos económicos que les permitan reunirse y capacitarse, es otra barrera, a la que se suma la oposición e incomprensión por parte de sus compañeros, esposos, y de los dirigentes de sus organizaciones mixtas.

Y el rechazo de los funcionarios.
A seis años de la conformación de la CGMI, “hay cambios en la vida cotidiana de sus integrantes: en sus relaciones de pareja, su posición en la familia y en la comunidad, en los movimientos sociales y su posición en el espacio público, como el reconocimiento ante las instituciones públicas”. Martha Néstor y Libni Iracema Dircio Chautla, también lideresa indígena e integrante de la Coordinadora, realizan un balance acerca de los logros y los desafíos que aún deben hacer frente, “sentimos que hemos caminado mucho, que hay muchas ganancias, pero… queda mucho camino por recorrer…”. “Apenas empezamos a tener voz, a defendernos y a imaginar que la vida puede ser de otra manera para todas nosotras y para nuestros pueblos”, mencionan.

Para lograrlo, uno de los retos es la formación de nuevos liderazgos, hacer crecer el equipo local de dirección estatal, así como continuar con su participación en distintos espacios como la Alianza de Mujeres Indígenas de Centroamérica y México, así como el Foro Internacional de Mujeres Indígenas.

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