Por Emilio Godoy
Hato de vacas en México. Crédito: Cortesía Central Campesina Cardenista | |
El clembuterol es un fármaco descongestionante y broncodilatador que se prescribe para enfermedades respiratorias, pero tiene además la facultad de aumentar el tejido muscular, por lo que es empleado también en el engorde de aves de corral y ganado bovino y porcino.
Estados Unidos y Gran Bretaña lo prohibieron para uso humano por sus efectos sobre el corazón y los pulmones.
En México "se ha generado una cultura del uso de sustancias. Los engordadores quieren rendimientos rápidos y sólo con el uso de forraje no alcanzan rendimientos óptimos. Y los carniceros no compran a los engordadores si (la carne) no contiene clembuterol", dijo a Tierramérica el criador de vacunos Cosme Amaro, en el sudoriental estado de Veracruz.
El fármaco se aplica durante tres o cuatro meses desde que el novillo cumple siete meses de edad. Se acumula en los tejidos, sobre todo en el hígado de reses, cerdos y pollos.
La ingesta de carne con clembuterol puede rebasar las dosis médicas habituales para humanos, estimada entre 40 y 60 microgramos diarios, pero sin superar los 150, según el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Organización Mundial de la Salud. Y, por ser un anabolizante, es una sustancia prohibida para los deportistas.
En la actual Copa de Oro 2011 de la Concacaf (siglas inglesas de Confederación de Asociaciones de Fútbol de América del Norte, América Central y el Caribe), el primer control antidopaje de cinco jugadores mexicanos indicó presencia del anabolizante, supuestamente por ingestión de carne contaminada en este país.
"Las sustancias conocidas como beta agonistas adrenérgicos, entre ellas el clembuterol, se siguen usando de forma clandestina, irresponsable y sin ética, en la alimentación de animales pecuarios, principalmente bovinos productores de carne, pero no se sabe con exactitud la magnitud de su uso", dijo a Tierramérica el director de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma del Estado de México, Ignacio Domínguez.
Si bien mejora el rendimiento y calidad de los animales, el clembuterol tiene potencial tóxico, concluyeron Domínguez y otros cinco investigadores en el estudio "Los β-agonistas adrenérgicos como modificadores metabólicos y su efecto en la producción, calidad e inocuidad de la carne de bovinos y ovinos: una revisión", publicado en el número de noviembre 2009- febrero 2010 de la revista CIENCIA ergo sum.
En México están vedadas la fabricación, venta y utilización en la alimentación de animales de 15 sustancias, entre ellas el clembuterol.
La Secretaría (ministerio) de Agricultura autoriza la aplicación del clorhidrato de zilpaterol en bovinos, porcinos y ovinos, pues es menos potente y tiene menor riesgo de acumularse en los tejidos.
El clembuterol cobró notoriedad en 2002 en el occidental estado de Jalisco, cuando aparecieron más de 100 personas enfermas por comer hígado de res. Desde entonces y hasta 2010 se contabilizaron 807 casos.
A raíz del brote, la Secretaría de Salud estadual dispuso una alerta sanitaria. Pero la levantó el 31 de mayo de este año, aparentemente por la cercanía de los Juegos Panamericanos que se celebrarán en octubre en Guadalajara, la capital del estado, pues no hubo una desaparición efectiva de casos.
El gobierno y la industria aseguran que la carne es sana, pero la evidencia científica y las intervenciones sanitarias los desmienten. Desde 2004 se han presentado decenas de intoxicaciones en varios estados del país.
La operación de la industria avícola es similar.
"El arsénico encontrado en la gallinaza (estiércol de gallinas ponedoras) provino del uso de sales arsenicales en el alimento para pollo para el control de la coccidiosis", enfermedad parasitaria que causa retraso en el crecimiento y mortalidad de las aves, sostiene la investigación "Origen y destino del arsénico en una explotación de ganado de carne".
La producción avícola genera abundantes desechos que luego se usan como fertilizantes o como alimento del ganado. Éstos pueden contaminar el subsuelo y eventualmente el agua. El arsénico, que también tiene origen en fuentes minerales, es muy tóxico, cancerígeno y puede provocar dermatitis y bronquitis.
"La presencia de arsénico en la sangre de los bovinos (…) es indicativa de la exposición en nuestro caso por fuentes como la pollinaza (excreta de gallina con que se alimenta al ganado), las sales minerales y el agua", concluyó el estudio que examinó muestras de un hato y fue presentado por René Rosiles, académico de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México en el XXVIII Congreso de la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Bovinos de 2004.
El 8 de junio, la corporación farmacéutica estadounidense Pfizer anunció que retiraría del mercado estadounidense el medicamento 3-Nitro, también conocido como roxarsone, arsénico orgánico administrado a los pollos para combatir la coccidiosis.
La decisión obedeció a que la agencia estadounidense de control de alimentos y medicamentos (FDA) halló este año trazas de arsénico en piezas de pollo a la venta en algunas tiendas. Pero está permitido en otros 14 países, entre ellos México y otros cinco latinoamericanos. La Unión Europea había prohibido este compuesto en 1999.
"El uso ocurre en rastros legítimos y clandestinos", señaló Amaro, dueño de un hato de 80 cabezas.
El estudio de Rosiles concluye que "la contribución de arsénico en cantidades relativamente pequeñas (…) al unirse con el resto de las fuentes, (lleva a que) finalmente la exposición del ganado resulta grave".
Para Domínguez, se falla en "no contar y aplicar un programa de trazabilidad desde la unidad de producción hasta el consumidor final, en la cadena de producción, transformación y comercialización, para que tengamos una inocuidad alimentaria de la carne".
* Este artículo fue publicado originalmente el 18 de junio por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.
La ingesta de carne con clembuterol puede rebasar las dosis médicas habituales para humanos, estimada entre 40 y 60 microgramos diarios, pero sin superar los 150, según el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Organización Mundial de la Salud. Y, por ser un anabolizante, es una sustancia prohibida para los deportistas.
En la actual Copa de Oro 2011 de la Concacaf (siglas inglesas de Confederación de Asociaciones de Fútbol de América del Norte, América Central y el Caribe), el primer control antidopaje de cinco jugadores mexicanos indicó presencia del anabolizante, supuestamente por ingestión de carne contaminada en este país.
"Las sustancias conocidas como beta agonistas adrenérgicos, entre ellas el clembuterol, se siguen usando de forma clandestina, irresponsable y sin ética, en la alimentación de animales pecuarios, principalmente bovinos productores de carne, pero no se sabe con exactitud la magnitud de su uso", dijo a Tierramérica el director de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma del Estado de México, Ignacio Domínguez.
Si bien mejora el rendimiento y calidad de los animales, el clembuterol tiene potencial tóxico, concluyeron Domínguez y otros cinco investigadores en el estudio "Los β-agonistas adrenérgicos como modificadores metabólicos y su efecto en la producción, calidad e inocuidad de la carne de bovinos y ovinos: una revisión", publicado en el número de noviembre 2009- febrero 2010 de la revista CIENCIA ergo sum.
En México están vedadas la fabricación, venta y utilización en la alimentación de animales de 15 sustancias, entre ellas el clembuterol.
La Secretaría (ministerio) de Agricultura autoriza la aplicación del clorhidrato de zilpaterol en bovinos, porcinos y ovinos, pues es menos potente y tiene menor riesgo de acumularse en los tejidos.
El clembuterol cobró notoriedad en 2002 en el occidental estado de Jalisco, cuando aparecieron más de 100 personas enfermas por comer hígado de res. Desde entonces y hasta 2010 se contabilizaron 807 casos.
A raíz del brote, la Secretaría de Salud estadual dispuso una alerta sanitaria. Pero la levantó el 31 de mayo de este año, aparentemente por la cercanía de los Juegos Panamericanos que se celebrarán en octubre en Guadalajara, la capital del estado, pues no hubo una desaparición efectiva de casos.
El gobierno y la industria aseguran que la carne es sana, pero la evidencia científica y las intervenciones sanitarias los desmienten. Desde 2004 se han presentado decenas de intoxicaciones en varios estados del país.
La operación de la industria avícola es similar.
"El arsénico encontrado en la gallinaza (estiércol de gallinas ponedoras) provino del uso de sales arsenicales en el alimento para pollo para el control de la coccidiosis", enfermedad parasitaria que causa retraso en el crecimiento y mortalidad de las aves, sostiene la investigación "Origen y destino del arsénico en una explotación de ganado de carne".
La producción avícola genera abundantes desechos que luego se usan como fertilizantes o como alimento del ganado. Éstos pueden contaminar el subsuelo y eventualmente el agua. El arsénico, que también tiene origen en fuentes minerales, es muy tóxico, cancerígeno y puede provocar dermatitis y bronquitis.
"La presencia de arsénico en la sangre de los bovinos (…) es indicativa de la exposición en nuestro caso por fuentes como la pollinaza (excreta de gallina con que se alimenta al ganado), las sales minerales y el agua", concluyó el estudio que examinó muestras de un hato y fue presentado por René Rosiles, académico de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México en el XXVIII Congreso de la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Bovinos de 2004.
El 8 de junio, la corporación farmacéutica estadounidense Pfizer anunció que retiraría del mercado estadounidense el medicamento 3-Nitro, también conocido como roxarsone, arsénico orgánico administrado a los pollos para combatir la coccidiosis.
La decisión obedeció a que la agencia estadounidense de control de alimentos y medicamentos (FDA) halló este año trazas de arsénico en piezas de pollo a la venta en algunas tiendas. Pero está permitido en otros 14 países, entre ellos México y otros cinco latinoamericanos. La Unión Europea había prohibido este compuesto en 1999.
"El uso ocurre en rastros legítimos y clandestinos", señaló Amaro, dueño de un hato de 80 cabezas.
El estudio de Rosiles concluye que "la contribución de arsénico en cantidades relativamente pequeñas (…) al unirse con el resto de las fuentes, (lleva a que) finalmente la exposición del ganado resulta grave".
Para Domínguez, se falla en "no contar y aplicar un programa de trazabilidad desde la unidad de producción hasta el consumidor final, en la cadena de producción, transformación y comercialización, para que tengamos una inocuidad alimentaria de la carne".
* Este artículo fue publicado originalmente el 18 de junio por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.
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