Según un estudio publicado en el último número de la revista Nature, la historia de la humanidad describe una evolución en la que las personas son cada vez más inteligentes y, gracias a ello, menos violentas.
Según un estudio publicado en el último número de la revista Nature, la historia de la humanidad describe una evolución en la que las personas son cada vez más inteligentes y, gracias a ello, menos violentas.
Para el psicólogo canadiense Steven Pinker, el aumento de la inteligencia, que se refleja en puntuaciones medias cada vez más altas en los test de razonamiento abstracto, así como el desarrollo de la empatía entre los seres humanos, han propiciado un declive de la barbarie en los últimos siglos.
La alfabetización y el cosmopolitismo han favorecido un intercambio de ideas a nivel global que “posibilita la comprensión del mundo y facilita los acuerdos” entre distintas sociedades.
La barbarie ha disminuido respecto a épocas anteriores no sólo en cuanto a conflictos armados, sino también respecto a comportamientos sociales, recalca el investigador.
La arqueología forense y la demografía sugieren que alrededor del 15 por ciento de los individuos en las sociedades “preestatales” morían de manera violenta, una proporción cinco veces mayor a la registrada en el siglo XX, a pesar de sus guerras, genocidios y hambrunas.
“En los últimos siglos, además, la humanidad ha abandonado progresivamente prácticas como los sacrificios humanos, la persecución de herejes y métodos crueles de ejecución como la hoguera, la crucifixión y el empalamiento”, recuerda el psicólogo.
El estudio recalca que, con el tiempo, el ser humano ha ido matizando su tendencia al comportamiento agresivo, presente desde los primeros homo sapiens.
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