Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Instalada la mesa de diálogo con los representantes de las corrientes inconformes con la jornada dominical para elegir consejeros y delegados del Partido de la Revolución Democrática en el Distrito Federal, Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Zacatecas, el desencuentro más ruidoso por la altisonancia mediática que sustancioso, pareciera encaminarse a una solución que satisfaga a las partes que se disputan los espacios como si en ello les fuera la vida misma.
Está en manos de los representantes de 10 corrientes superar una desavenencia estimulada, además, por los perentorios tiempos que impuso el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que el partido del sol azteca renovara el Consejo Nacional y otros órganos en 45 días. Los nombres de aquellas parecen ajenos a lo que enuncian: Foro Nuevo Sol, Izquierda Renovadora en Movimiento, Nueva Izquierda, Izquierda Democrática Nacional, Alternativa Democrática Nacional, Unidad Democrática Nacional, Unidad Nacional de las Izquierdas, Izquierda Social, Democracia Social y Unidad y Renovación.
Los decibeles mediáticos del cochinero –como insisten en denominarlo–, por el reparto del pastel orgánico del perredismo, fueron tan altos que no faltó el precandidato que a pesar de que no logra repuntar ni entre los suyos, con todo y el apoyo de Felipe Calderón, lanzó la invitación a “que si Marcelo Ebrard, en algún momento, consideraría como una alternativa y una opción apoyarnos con este proyecto rumbo a la Presidencia de la República, pues sería bienvenido”.
Como era de esperarse, el jefe de Gobierno capitalino respondió a renglón seguido a Ernesto Cordero y también a los que exigen su expulsión del partido: “Ninguna intención tengo de dejar al PRD ni cambiar mi ideología". Y negó cualquier intervención en el proceso dominical porque “me encontraba en Kuwait”, prometió investigar a una funcionaria y negó que el diferendo influya en la encuesta para definir al candidato presidencial.
El presidente del “partido del 6 de julio” no comparte las lecturas que apuntan a que “detrás del conflicto electoral están los aspirantes a la candidatura presidencial del PRD”. Puso el ejemplo de la planilla 10, del DF, en la que están los que apoyan a López Obrador y a Ebrard Casaubon, hecho que se repite en otras.
Mientras Jesús Zambrano hacía la anterior lectura, su antecesor, tocayo y compañero de corriente Ortega Martínez, le echó más gasolina al fuego al atribuir a IDN “crear la impresión de un PRD debilitado, con problemas de organización y desunido para así allanar el camino a su candidato" presidencial, y el propósito de "erosionar en lo más posible al Partido de la Revolución Democrática a fin de fortalecer al Movimiento Regeneración Nacional". Al hablar de “chuchinero”, Dolores Padierna polarizó más aún, como si las prácticas fraudulentas fueran privativas de NI.
Con esta estrechez dictada por los intereses coyunturales, los beligerantes Ortega y Padierna no sólo desoyen a Zambrano, sino ignoran la pertinente advertencia de que el nuevo desencuentro “no sólo afecta la democracia del PRD, sino que puede influir negativamente en las elecciones de 2012”, hecha por Cuauhtémoc Cárdenas, bajo cuya presidencia se formaron las primeras corrientes internas para hacer contrapeso a su entonces apabullante liderazgo.
Con todo, la propuesta del senador Arturo Núñez para que el Instituto Federal Electoral organice los procesos eleccionarios internos, podría ser una vía de solución institucional y permanente para el único partido que involucra a todos sus integrantes en la elección de sus dirigentes y candidatos a cargos de elección popular.
Acuse de recibo
Purificación Carpinteyro remitió a Utopía la carta que envió a Reporte Índigo y que en su parte medular sostiene: “Como cualquiera puede comprobar, lo único que prueba el citado cable, es que cinco meses después de las elecciones el ingeniero Cárdenas estaba preocupado –y con razón–, por las consecuencias del conflicto poselectoral para su partido; que consideraba necesario el trabajo coordinado entre el gobierno del DF y el gobierno federal; y que daba un voto de confianza a quien había sido ungido como Presidente por los siguientes seis años, como cualquier patriota hubiera hecho frente al representante de un gobierno extranjero’”... Por el contrario, Julio Pomar comenta también sobre Cárdenas y el 2 de julio de 2006 (24-X-11): “Sin jactancias cretinas, ya lo decía yo del ingeniero y de Lazarito (el segundo por su conducta en la agresión contra los mineros en abril de 2006). Sufren del mismo arrugamiento ante crisis graves o padecen de complicidad con el sistema, y tal parece que no heredaron los tompiates del General con mayúsculas, sino sólo el apellido que los identifica en el acta de nacimiento. Es algo en verdad escandaloso, como señalas (…)”. Y Fernando Carmona Bolaños lamenta que “las figuras más alumbradas del PRD, se liguen constantemente a traiciones y corruptelas, cosa que abarca a todos los niveles directivos de ese partido”.
forum@forumenlinea.com
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Eduardo Ibarra Aguirre
Instalada la mesa de diálogo con los representantes de las corrientes inconformes con la jornada dominical para elegir consejeros y delegados del Partido de la Revolución Democrática en el Distrito Federal, Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Zacatecas, el desencuentro más ruidoso por la altisonancia mediática que sustancioso, pareciera encaminarse a una solución que satisfaga a las partes que se disputan los espacios como si en ello les fuera la vida misma.
Está en manos de los representantes de 10 corrientes superar una desavenencia estimulada, además, por los perentorios tiempos que impuso el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para que el partido del sol azteca renovara el Consejo Nacional y otros órganos en 45 días. Los nombres de aquellas parecen ajenos a lo que enuncian: Foro Nuevo Sol, Izquierda Renovadora en Movimiento, Nueva Izquierda, Izquierda Democrática Nacional, Alternativa Democrática Nacional, Unidad Democrática Nacional, Unidad Nacional de las Izquierdas, Izquierda Social, Democracia Social y Unidad y Renovación.
Los decibeles mediáticos del cochinero –como insisten en denominarlo–, por el reparto del pastel orgánico del perredismo, fueron tan altos que no faltó el precandidato que a pesar de que no logra repuntar ni entre los suyos, con todo y el apoyo de Felipe Calderón, lanzó la invitación a “que si Marcelo Ebrard, en algún momento, consideraría como una alternativa y una opción apoyarnos con este proyecto rumbo a la Presidencia de la República, pues sería bienvenido”.
Como era de esperarse, el jefe de Gobierno capitalino respondió a renglón seguido a Ernesto Cordero y también a los que exigen su expulsión del partido: “Ninguna intención tengo de dejar al PRD ni cambiar mi ideología". Y negó cualquier intervención en el proceso dominical porque “me encontraba en Kuwait”, prometió investigar a una funcionaria y negó que el diferendo influya en la encuesta para definir al candidato presidencial.
El presidente del “partido del 6 de julio” no comparte las lecturas que apuntan a que “detrás del conflicto electoral están los aspirantes a la candidatura presidencial del PRD”. Puso el ejemplo de la planilla 10, del DF, en la que están los que apoyan a López Obrador y a Ebrard Casaubon, hecho que se repite en otras.
Mientras Jesús Zambrano hacía la anterior lectura, su antecesor, tocayo y compañero de corriente Ortega Martínez, le echó más gasolina al fuego al atribuir a IDN “crear la impresión de un PRD debilitado, con problemas de organización y desunido para así allanar el camino a su candidato" presidencial, y el propósito de "erosionar en lo más posible al Partido de la Revolución Democrática a fin de fortalecer al Movimiento Regeneración Nacional". Al hablar de “chuchinero”, Dolores Padierna polarizó más aún, como si las prácticas fraudulentas fueran privativas de NI.
Con esta estrechez dictada por los intereses coyunturales, los beligerantes Ortega y Padierna no sólo desoyen a Zambrano, sino ignoran la pertinente advertencia de que el nuevo desencuentro “no sólo afecta la democracia del PRD, sino que puede influir negativamente en las elecciones de 2012”, hecha por Cuauhtémoc Cárdenas, bajo cuya presidencia se formaron las primeras corrientes internas para hacer contrapeso a su entonces apabullante liderazgo.
Con todo, la propuesta del senador Arturo Núñez para que el Instituto Federal Electoral organice los procesos eleccionarios internos, podría ser una vía de solución institucional y permanente para el único partido que involucra a todos sus integrantes en la elección de sus dirigentes y candidatos a cargos de elección popular.
Acuse de recibo
Purificación Carpinteyro remitió a Utopía la carta que envió a Reporte Índigo y que en su parte medular sostiene: “Como cualquiera puede comprobar, lo único que prueba el citado cable, es que cinco meses después de las elecciones el ingeniero Cárdenas estaba preocupado –y con razón–, por las consecuencias del conflicto poselectoral para su partido; que consideraba necesario el trabajo coordinado entre el gobierno del DF y el gobierno federal; y que daba un voto de confianza a quien había sido ungido como Presidente por los siguientes seis años, como cualquier patriota hubiera hecho frente al representante de un gobierno extranjero’”... Por el contrario, Julio Pomar comenta también sobre Cárdenas y el 2 de julio de 2006 (24-X-11): “Sin jactancias cretinas, ya lo decía yo del ingeniero y de Lazarito (el segundo por su conducta en la agresión contra los mineros en abril de 2006). Sufren del mismo arrugamiento ante crisis graves o padecen de complicidad con el sistema, y tal parece que no heredaron los tompiates del General con mayúsculas, sino sólo el apellido que los identifica en el acta de nacimiento. Es algo en verdad escandaloso, como señalas (…)”. Y Fernando Carmona Bolaños lamenta que “las figuras más alumbradas del PRD, se liguen constantemente a traiciones y corruptelas, cosa que abarca a todos los niveles directivos de ese partido”.
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