Foto: Félix Reyes
OAXACA, Oax. (apro).- Unos 150 mil infantes de la entidad, de los que 80% son indígenas, se encuentran en extrema pobreza y, en algunos casos, en condiciones de hacinamiento similares o peores a África o la India, reconoció el coordinador general de Financiamiento y Vinculación Internacional, Jaime Bolaños Cacho Guzmán.
Esto significa que 10% de toda la niñez oaxaqueña, de la que 120 mil son indígenas, reflejan los Índices de Desarrollo Humano (IDH) más bajos del país.
El funcionario estatal precisó que esos 150 mil niños se encuentran distribuidos en los 59 municipios más pobres del estado, mismos que forman parte de los 125 más pobres de todo el país, según el censo de 2010.
Hizo hincapié en que “a la niñez de Oaxaca prácticamente no se les ha garantizado, en los últimos 80 años su acceso a la educación, a la salud, a su desarrollo, y usualmente han sido vejados en sus derechos”.
Bolaños resaltó que la mayor parte de la niñez pobre se concentra en todo el estado, aunque particularmente en la región mixteca, mazateca y en alguna parte del Istmo y en los Valles Centrales.
Se le insistió en que si hay municipios en condiciones similares a África, a lo que respondió:
“Sí, en estos 59 municipios prácticamente son condiciones similares y, en algunos casos, dada la marginación del estado, son hasta más drásticas las situaciones de marginalidad a las situaciones de pobreza que vive África”.
En esos municipios, dijo, se siguen registrando muertes por la pobreza, aunque se les da otro nombre como males gastrointestinales y, desgraciadamente, se siguen presentando en el estado de Oaxaca, particularmente en las zonas con mayor desnutrición materno-infantil.
Y es que “desafortunadamente vemos que Oaxaca, en los últimos diez años, ha decrecido en su desarrollo y se ha colocado prácticamente como el 32 estado más pobre de la República Mexicana”.
Argumentó que “el índice que se marca a nivel estándar y el que se utiliza es el ingreso menor a un dólar, lo que quiere decir que prácticamente en estas comunidades no reciben un solo centavo, no tienen acceso a dinero, no hay circulante en estos 59 municipios y, si lo hay, es muy mínimo y, si hay un circulante de dinero, éste es menor a un dólar”.
Es decir, abundó, “hablaríamos prácticamente de una cantidad menor a la paridad del dólar por familia”.
Resaltó que “ese tipo de comunidades sobreviven básicamente del autoconsumo, es decir, de lo que siembran en el traspatio, pues muchos de ellos siguen haciendo cosechas y cultivos dentro de las propias comunidades, recolección de frutos, permuta e intercambio de bienes entre ellos mismos, lo que significa que el trueque ha sido una tradición en nuestras propias comunidades y realmente gracias a eso han sobrevivido en los últimos 59 años”.
A ello, dijo, hay que agregarle la afectación de todo lo que se refiere al cambio climático y al calentamiento global, que han afectado al país, y obviamente ello se agrava en zonas marginadas, pues se dificultad el acceso a alimentos por su aislamiento geográfico, la falta de servicios y los temporales de sequía o inundaciones.
Destacó que “el gobierno por sí solo no puede dar la batalla porque ese ha sido un error histórico de los gobiernos anteriores, el tratar de dar una batalla al combate de la pobreza solos, y ahora la estrategia es que vayamos todos juntos, sociedad civil, organizaciones sociales, sector empresarial, organismos multilaterales y laterales y que vayamos en conjunto, esa es la primera estrategia”.
Lo segundo, añadió, es trabajar desde la propia identidad, de la propia cultura de los pueblos indígenas, que el gobierno se asuma como facilitador de estos procesos para no vulnerar su cultura y cosmovisión indígena en el estado.
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