Todos
los premios de la industria del cine y la televisión dividen a actores
y actrices en dos categorías, algo que, para muchas personas, huele a
un mohoso anacronismo
Las actrices, “enfrentan dificultades específicas sobreviviendo en este negocio; dificultades que los actores, Dios los bendiga, no enfrentan”, dice Sally Field
Madrid,
10 feb. 13. AmecoPress.- ¿Realmente necesitan Meryl Streep, Anne
Hathaway y Helen Mirren una categoría sólo para mujeres para ganar un
Oscar, un Emmy o un premio SAG?
En
un mundo que parece inclinarse cada vez más hacia la igualdad de
género, dividir a los actores y actrices en dos categorías diferentes
parece alejarse de la actitud políticamente correcta que hoy se acepta
como parámetro universal.
Es
cierto que la Asociación para Mujeres en la Ciencia otorga premios para
promover el éxito de las féminas en un campo dominado casi
exclusivamente por hombres. Pero para conmemorar logros perdurables,
¿desearían sus miembros un premio Nobel de Física sólo para mujeres?
En
competencias intelectuales o artísticas, ¿debería el género importar
del todo? “Ni que se necesitara fuerza física”, dijo Gloria Steinem
secamente sobre los requisitos para la actuación.
Juntos a la par
Etiquetar por
separado a actores y actrices es una tradición que está perdiendo
partidarios en la industria. Las actrices a menudo responden a la
distinción llamándose a sí mismas “actores”, poniéndose a la par de sus
contrapartes masculinos.
Después de
todo, las acomodadoras hace mucho tiempo que no se ven en las salas de
cine y funcionarios del Ministerio de Defensa de los Estados Unidos ya
han dicho que el Pentágono levantará la prohibición de poner mujeres en
combate que ha regido hasta ahora.
El Sindicato
de Actores de la Pantalla (SAG, por sus siglas en ingles), que hace
algunas semanas entregó sus premios, se acerca a la neutralidad con un
trofeo apodado el Mejor elenco, aunque reparte premios por separado a
hombres y mujeres.
Eso entreabre
la puerta pero sólo un poquito. Terminen de abrirla y la majestuosa
actuación de Daniel Day-Lewis en “Lincoln” competirá con el también
agudo trabajo de Jessica Chastain en “La noche más oscura”.
“Ésa es una
gran idea”, dijo Mark Andrews, escritor y director de la cinta animada
“Valiente”. “Al fin de cuentas todos somos cuentistas y no creo que el
género sea un factor decisivo mayor cuando definimos un personaje”.
En todos los
demás campos premiados del cine, como dirección, guión y
cinematografía, hombres y mujeres compiten por un mismo reconocimiento,
dijo Andrews.
Viva la diferencia
“La igualdad
de género puede ser un progreso en teoría pero no en la práctica, dice
Sally Field, nominada al Oscar como mejor actriz de reparto por su
trabajo en “Lincoln” y ganadora de dos Premios de la Academia como
mejor actriz por “En un lugar del corazón” (1984) y “Norma Rae” (1979).
“Si lo hacen
no verán a ninguna actriz allá arriba (en el escenario) del todo”,
advirtió. “¡El porcentaje de papeles favorece tanto a los actores! Así
ha sido siempre”.
Exactamente coincidió Naomi Watts, nominada al Oscar como mejor actriz por “Lo imposible”.
“Existe tanta
competencia en la vida real y sí creo que somos diferentes”, dijo.
“Debemos ser capaces de tener las mismas cosas tanto como sea
posible... (pero) la vida ya es una batalla y hay tantos papeles
maravillosos escritos para hombres. Las mujeres están definitivamente
en desventaja cuando se trata de volumen”.
La rapera
Nicki Minaj, quien está considerando incursionar en el mundo de la
actuación, tiene una opinión pragmática al respecto.
“Uno ve a todas esas divas tan hermosas entre el público y todas quieren ser las ganadoras”, dijo.
“Es
entretenimiento”. Anne Hathaway, que apunta a un Oscar como mejor
actriz de reparto “Los miserables”, considera que el tema de la
división de género es “una pregunta genial merecedora de un debate
genial”.
“¿Puedo
concebir un mundo en el que la actuación se convierta en un concepto
sin género? Sí, absolutamente. ¿Pero creo que es algo que puede ocurrir
pronto? No”, expresó.
En números
Tal como
apuntó Field, el reto fundamental es que las mujeres obtienen papeles
con menos sustancia que los hombres. Irónicamente, esto se tapa con una
paridad artificial cada año en las ceremonias de premios. Cinco mujeres
compiten, cinco hombres compiten, dos ganadores son coronados.
Entonces,
¿cuál es el problema? Una rápida revisión de números aclara el
panorama: las mujeres representaron cerca de un tercio de los
personajes de las 100 películas más lucrativas de 2011, según el Centro
para el Estudio de las Mujeres en la Televisión y el Cine de la
Universidad Estatal de San Diego.
Esto, pese al
hecho de que las mujeres conforman poco más de la mitad de la población
estadounidense y, de acuerdo con investigaciones previas del centro, el
hallazgo no es anormal.
En este
contexto, la líder feminista Steinem ve una razón legítima para
mantener categorías de premios separadas. Cuando dos grupos desiguales
se combinan, es el menos poderoso el que sale perdiendo, indicó, y citó
como ejemplo cuando la desegregación escolar del siglo XX llevó a
despidos masivos de directores y administradores negros en los Estados
Unidos.
Tom O’Neil,
editor del cibersitio de predicción de premios Gold Derby, dijo que
fuerzas mayores se opondrían a cualquier intento de hacer un cambio
como ése en Hollywood.
Las ceremonias
de premios rutinariamente intentan agregar categorías que atraigan más
celebridades, no menos, para incrementar el atractivo del espectáculo y
disfrazar así el trato desigual de las mujeres en la industria. “Es
criminal”, dijo sin titubeos.
En síntesis
En las
categorías de cine y televisión para quienes trabajan detrás de
cámaras, y que combinan en una misma categoría a hombres y mujeres,
rara vez se ve a una mujer subir al escenario a aceptar un galardón.
Los Oscar se entregan desde 1929, pero sólo en 2010 se premió a la
primera directora: Kathryn Bigelow por “Vivir al límite”.
Las
estadísticas nuevamente proporcionan claridad: las películas dirigidas
por mujeres representaron apenas el 9% de las más taquilleras de 2012,
según un nuevo estudio de la Universidad Estatal de San Diego.
Démosle a Field, ganadora de dos Oscar, la última palabra en este debate.
Las actrices
“deben tener su propia categoría porque ellas SON una categoría
aparte”, dijo. “Enfrentan dificultades específicas sobreviviendo en
este negocio; dificultades que los actores, Dios los bendiga, no
enfrentan”.
Foto: Archivo AmecoPress.
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