Palabra de Antígona
Las viudas apoyadas únicamente por la organización llamada Familia Pasta de Conchos y el Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL), así como la pastoral del obispado de Saltillo, han puesto cuerpo y alma para documentar cómo en la zona minera se viola la ley
México
D.F., 13 feb. 13. AmecoPress.- Cada vez que lo recuerdo es como si algo
se me atorara en el alma. Es por desasosiego y tristeza, y
principalmente por indignación coagulada, tanto que no tiene salida.
Tras cada víctima asesinada de distintas maneras, a causa de la
desigualdad y la injusticia, siempre hay una madre o una esposa, que
como las Mujeres del Alba de Carlos Montemayor se las prefigura
“entregadas” y “sufrientes”, sin capacidad para levantarse y protestar,
sin la entereza de La Madre de Máximo Gorki que decidió luchar contra
el sistema tras el asesinato de su hijo.
En
Coahuila, en la región carbonífera la tragedia es cotidiana. Otra
historia seria si hubiera medidas de seguridad y decencia, pero no las
hay, el resultado es que cada tercer casa hay una viuda, en los últimos
seis años han muerto 213 mineros. Esas viudas un día dijeron !basta¡ y
sus voces se esparcieron por el país, por el mundo.
Todo comenzó
el 19 de febrero de 2006, cuando explotó la mina 8 Pasta de Conchos,
propiedad de las trasnacional Industrial Minera México (IMM), donde
murieron 65 trabajadores. Ese año, según el diario Zócalo de Coahuila,
fue un año atroz, murieron 112 mineros. Antes en 1969 en la tragedia de
Barroterán, más de 150 mineros perdieron la vida y cada año desde 1889
es lo mismo, como si se tratara de un destino, como cuando se afirma
que la desigualdad entre los hombres y las mujeres es algo “natural” y
que a las mujeres no les toca sino “llorar”.
Pues no. Esta
vez había que dejar en claro que las muertes de mineros, algunos
menores de edad, que trabajan como en el siglo XIX, entre explotaciones
salvajes que se llaman pocitos, donde para nada existe una mina como
tal y que los gobiernos panistas federales, priistas locales, han
dejado pasar, han convalidado, han aplaudido y sostenido, pocitos, dice
el periodista Arturo Rodríguez que llegan a 72 en la región y que
trabajan ilegalmente con la complacencia de las autoridades.
Y esas
mujeres, esas familias de Pasta de Conchos documentaron la realidad.
Pero todavía no consiguieron ni el rescate de los cuerpos de los
mineros, ni el cambio legislativo para ordenar la explotación, ni la
movilización necesaria de las conciencias y de la gente que todo lo
olvida y siete años después con motivo de un nuevo aniversario vuelven
a aparecer las demandas y se reformulan las denuncias, las peticiones.
La realidad es
que las cosas no han cambiado. A siete años, lo que se considera un
“avance” fue la publicación de la Norma Oficial Mexicana 032-2009-STPS,
que establece el equipo y las condiciones para trabajar en las minas.
Norma violada sistemáticamente. Papel mojado. Lo otro es una iniciativa
de ley para establecer una Comisión Nacional Reguladora de la Industria
del Carbón que duerme el sueño de los justos en el Senado de la
República.
Las viudas,
las familias apoyadas únicamente por la organización llamada Familia
Pasta de Conchos y el Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL),
así como la pastoral del obispado de Saltillo, han puesto cuerpo y alma
para documentar cómo en la zona se viola la ley, se hace caso omiso de
inspecciones (85 mandatadas de las que no se hizo ni la mitad) y han
aguantado la embestida de las empresas y los gobiernos Federal y
Estatal. Incluso algunos de quienes ostentan su representación han sido
amenazados y perseguidos.
Y la respuesta
del gobierno actual ha sido enviar como delegado de la Secretaría del
Trabajo en Coahuila a José Francisco Fuentes Reyna, ex apoderado
jurídico de la empresa Industria Minera México, quien se apresuró a
señalar que el caso de Pasta de Conchos estaba cerrado y dijo
alegremente que las viudas y las familias habían recibido todo el apoyo
económico necesario. El hombre fue destituido casi inmediatamente.
Alguien, ya saben, dirá o escribirá “¡qué sensibilidad¡”. Y discurrirán
sobre las bondades de la vuelta del viejo partido de Estado a la
presidencia de la República.
Lo cierto es
que se puede dudar. Qué es lo que hará realmente el gobierno de Peña
Nieto, el Senado y la Ley Pendiente, la Secretaría del Trabajo y
Previsión Social que tiene todo el expediente, la Comisión Nacional de
los Derechos Humanos, la Cámara de Diputados que también tiene un
expediente completo, los organismos internacionales que tienen la
denuncia hace al menos cinco años, etcétera.
Y pienso, no
es difícil adivinarlo. Nada o una docena de discursos y un nuevo
proceso de simulación. Mesas de negociación para entretener a quienes
protestan, promesas y anuncios de nuevas leyes o documentos.
Es obvia la
equivocación, el desconocimiento o la complicidad. La primera entrada
al conflicto del nuevo gobierno fue reveladora ¿cómo enviar al enemigo
a enfrentar el problema? A ese señor ex apoderado jurídico de la
empresa responsable.
Ahora la
organización Familia Pasta de Conchos citó al presidente de la
República a que se presente este 19 de febrero en el memorial que cada
año se hace en las afueras de la empresa IMM en el Distrito Federal; lo
citaron para que le diga a las familias de los mineros fallecidos y nos
diga a la sociedad ¿cómo es posible que en México se explote el carbón
como en el siglo XIX? Y cómo a pesar de todo se siguen dando
concesiones y canonjías a empresarios grandes y pequeños y que este
gobierno se entere que no se han rescatado los cuerpos y que siguen
muriendo cada año muchos mineros por las mismas razones: inseguridad
laboral, voracidad empresarial.
De lo que
recuerdo de la región Carbonífera, de esa región gris llena de hollín,
donde las mujeres vieron durante años pasar el tiempo azoradas y sin
destino, es que hay hoy muchas mujeres y muchos hombres que no se
arredran, viudas que no aceptan la injusticia, familias decididas a
continuar sus demandas y apostar lo que esté a su alcance para que las
cosas sean de otra manera, a pesar de todos los obstáculos.
Hay, como en
Ciudad Juárez o Atenco, suficientes libros, documentos, cronologías,
documentales y testimoniales de la desgracia. Es tiempo de que haya
resultados. Peña Nieto y su equipo tienen la palabra. Veremos.
P.D. Durante
la Feria del Libro de Minería (UNAM), este mes, se exhibirá el
documental Viudas del Carbón, mujeres sin nombre, dirigido por Rosario
Novoa. Esperen el programa, se trata de las voces de 4 generaciones de
viudas.
Foto: Archivo AmecoPress. Documental "Las viudas del Carbón".
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