2/15/2013

Bellas y airosas: ni una más

OPINIÓN
VIOLENCIA
   OPINIÓN

CIMACFoto | César Martínez López
Por: Elvira Hernández Carballido*
Cimacnoticias | México, DF.- 

“Mi hija secuestrada, torturada/Mordida, golpeada, pateada/Quemada, manos esposadas, violada, estrangulada/Sin piel/Sin corazón/Sin alma/Por corazón-roca/Por alma-hueca/Por mano diabólica/Mi hija/Botada como cosa desechable/Tratada como desecho/Mi hija desdeñada/Difamada, desgraciada, calumniada en su virtud/Vilmente/Falsamente/Cobardemente/Aquellos en el poder/Sin corazón/Sin oídos para oír/Sin ojos para ver/Sin alma para buscar justicia. Para mi hija”. Eugenia Muñoz, abril 7 de 2004.

¿Acaso solamente la muerte, la tragedia en su máxima expresión, el gran dolor humano puede sensibilizarnos en torno a la violencia que sufren las mujeres en México, aquí, allá y en todas partes? Es necesario unirse a la indignación, pero también es urgente unir nuestra fuerza y coraje.

Esa frase de “ni una más” ahora la digo con rabia y con dolor. No queremos que en ninguna parte de nuestro país las mujeres sean asesinadas, pero hoy más que nunca no queremos jamás que en nuestro estado maten a las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. “Ni una más”, murmuramos como un rezo. “Ni una más”, gritamos como una consigna. “Ni una más”, exigimos a las autoridades que deben protegernos.

¿Cómo sensibilizar a la sociedad de que no somos personajes anónimos, fáciles de olvidar, víctimas sin nombre, torturadas sin alma, estúpidas necias, provocadoras ignorantes cuando padecemos un acto violento en cualquier escenario de la vida cotidiana?

Tal vez cuando descubran que los seres humanos que han sufrido violencia no son cifras, ni la vecina que no conocía, no son los débiles ni los inermes, los objetos, las insignificantes, las indefensas por que sí, son simple y sencillamente personas, seres vivientes, corazones que laten, almas que aman, sueños que no merecen un despertar abrupto.

Es necesario buscar infinidad de expresiones que denuncien con sensibilidad e indignación la violencia hacia las mujeres y difundir la urgencia de parar este feminicidio.

Levantemos la voz en nuestros escenarios, en espacios digitales, en columnas y agencias como ésta, en nuestros salones de clases, en las charlas de café, en los blog de nuestras amigas…

Bien lo ha denunciado a través de la poesía Luisa Ramírez: “Y siempre pienso en la violencia como un acontecer lejos de casa/Pero no es así/No es propia del varón/O del guerrero/No del violador/No del asesino/O del mendigo/Tiene los rostros de los habitantes de esta tierra/Las formas de revolución sangrienta/De brazos caídos/De silencios e indiferencia/No, no es verdad que sea un acontecer lejos de casa/Es un acontecer en el fluir de la sangre/Y en el palpitar del corazón/De cada hombre/Es ahí donde se encuentra su morada/¿Por qué, entonces, pienso la violencia como un acontecer lejos de casa?”.

Los escenarios de violencia están ahí, pero ahora duelen más y no deben resultarnos ajenos; los escenarios de violencia no se ocultan, pero tampoco se exhiben con dolo; los escenarios de violencia cargan el dolor y la indignación.

Debemos confiar en la simple fuerza de las palabras para detener estos actos fatales contra las mujeres, palabras sensibles, solidarias, con tinta dolor, con inspiración llena de sororidad.

Y es así como a través de las palabras de otras, de la sensibilidad de otras quiero persuadirlos que los escenarios de violencia contra las mujeres son reales pero se pueden detener, se deben denunciar para desaparecerlos por siempre.

Pero necesitamos sensibilizarnos, sentir el dolor y la indignación, llenarnos de coraje y de dolor. Nunca olvidemos que ese cuerpo sin nombre, tuvo una vida. Y que esa cifra puntual representa a un alma soñadora. NI UNA MÁS.

*Profesora investigadora de la Universidad Autónoma del estado de Hidalgo.

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