En México, 2 de cada 10 seropositivos son mujeres
Al explicar las razones por las cuales la epidemia no se ha podido controlar en México y el mundo pese a que fue descubierta en 1982 y de que los tratamientos antirretrovirales existen desde 1995, Saavedra López aseguró que la inconsistencia en el uso del condón y el hecho de que personas que viven con el virus desconocen su estado serológico, dificultan frenarla.
Durante su participación en la mesa “VIH/Sida en la población LGBTI”, el también ex director del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/Sida (Censida), indicó que en el país por cada 10 personas seropositivas, ocho son hombres y dos mujeres. Agregó que la sangre, el semen y la vía perinatal son las principales formas de transmisión de la epidemia.
De acuerdo con el ex funcionario, en México se estima la presencia de 210 mil personas que viven con VIH, la mitad de ellas ignora su condición serológica y no recibe tratamiento. Recordó que antaño la entrega del resultado de la prueba tardaba hasta una semana.
“Ese tiempo era angustiante para la gente. Ahora los resultados tardan sólo 15 minutos, incluso hay una que lo da en menos de cinco. El punto es que la gente no se la realiza y no conoce su estatus”.
En el plantel Casa Libertad de la UACM, el experto dijo que la reducción de los nuevos casos de VIH se complica porque de las 210 mil personas con VIH, sólo 83 mil reciben terapia antirretroviral, es decir, las 127 mil restantes carecen de control médico.
Subrayó que al no lograr que todas las personas sexualmente activas usen condón o se practiquen la prueba de VIH, especialistas han apostado por otras estrategias para aminorar el impacto de la epidemia, como por ejemplo motivar a quienes viven con el virus a no abandonar sus tratamientos, pues según estudios de 2011, quienes los toman correctamente logran aminorar su carga viral –cantidad de virus por mililitro de sangre–, mejoran su calidad de vida y disminuyen las probabilidades de transmisión.
Saavedra López calificó como difícil que alguien sobreviva más de 10 años sin tratamiento, y señaló que la Organización Mundial de la Salud recomienda iniciarlo de inmediato a quienes tengan menos de 500 células CD4 –linfocitos responsables de combatir infecciones en el organismo y a los cuales ataca el VIH–, para así evitar otras infecciones como la tuberculosis, además de que el riesgo de transmisión disminuye hasta en 96 por ciento.
Por su parte, Javier Arellano, coordinador del Programa Conjunto de ONUSIDA en México, indicó que uno de los objetivos de ese organismo es lograr para 2030 “un mundo libre de Sida” a través de garantizar que 90 por ciento de las personas afectadas por la epidemia accedan a tratamiento antirretroviral, disminuir las cargas virales y así reducir las probabilidades de nuevas infecciones.
Para lo anterior, dijo, es necesario abordar el tema “sin falsas hipocresías”, y apuntó que de acuerdo con datos de ONUSIDA, hasta 2013 en el mundo había 35 millones de personas con VIH, de las cuales 31.8 son adultos y 3.2 millones son menores de 15 años.
En 2013 se detectaron 2.1 millones de nuevos casos, y en ese mismo periodo ocurrieron 1.5 millones de decesos.
El representante del organismo internacional alertó a las y los estudiantes de la UACM sobre el mayor riesgo que representa para 12 grupos poblacionales adquirir la infección, como lo son hombres que tienen sexo con hombres, mujeres transgénero dedicadas al trabajo sexual, personas privadas de la libertad, usuarios de drogas inyectables, mujeres jóvenes, personas desplazadas, niños y niñas, mayores de 50 años, adolescentes, mujeres embarazadas, migrantes, y personas con alguna discapacidad.
La mesa “VIH/sida en la población LGBTI” fue moderada por el periodista Antonio Medina y formó parte de la “Segunda Semana por la Disidencia Sexual”, en la que también hubo conferencias y presentaciones de libros.
Por: Mario Alberto Reyes
Cimacnoticias | México, DF.-
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