La firma arquitectónica Loguer presentó un proyecto para la
construcción del nuevo aeropuerto que costaba 31 mil mdp; sin embargo,
el gobierno eligió el de Norman Foster por 120 mil mdp
La identidad arquitectónica de
la obra más importante de la actualidad en México podría estar en
juego, toda vez que será un arquitecto inglés quien lleve la mano en la
obra, opinan.
El
presidente Enrique Peña Nieto lo dijo al inicio de su discurso del
pasado miércoles 3 de septiembre: “Estoy consciente de que se trata de
un proyecto transexenal y que esta administración no tendrá tiempo
suficiente para poner en operación el Nuevo Aeropuerto Internacional de
la Ciudad de México”.
Sin embargo, una de las condiciones que la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) puso a los invitados a
participar en los proyectos para el nuevo aeropuerto, fue que la
primera etapa del plan maestro tenía que ser entregada en octubre de
2018, dos meses antes de que Peña Nieto deje la presidencia.
“Estamos
actuando con el sentido de responsabilidad y no mirando en qué podemos
entregar en el muy corto plazo”, remató hace una semana el jefe del
Ejecutivo.
En su despacho de Bosques de las Lomas, el arquitecto
Francisco López Guerra, titular de la firma Loguer, uno de los
participantes del concurso para diseñar el NAICM, relata que luego de
un riguroso proceso de selección en el que, de 100 arquitectos
mexicanos, fueron seleccionados ocho, la SCT puso las condiciones a las
propuestas.
Destacan que forzosamente tenía que ser en Texcoco,
“el peor terreno del Valle de México”, predio del Estado de México,
tierra natal del actual presidente y que todos, sin excepción, debían
firmar una carta de confidencialidad para no filtrar información sobre
el concurso.
“Ellos (el gobierno) ya tenían definido lo que se
llama el master plan, ya sabían cómo querían las pistas, dónde querían
las pistas, dónde querían la terminal; ellos ya sabían todo eso,
nuestro trabajo era meramente diseñar la terminal”, recuerda.
Otra
condición era hacer una alianza con alguna firma internacional con
experiencia en aeropuertos. Loguer apostó por Francisco González
Pulido, presidente y socio de la firma JAHN, del arquitecto alemán
Helmut Jahn, especialistas en estructuras ligeras.
La tercera, y
muy importante condición, fue entregar el proyecto en octubre de 2018,
dos meses antes de que Enrique Peña Nieto deje la presidencia.
“El
plan maestro del aeropuerto lo estaban pidiendo en etapas. La primera
etapa era para cumplir demandas hasta 2028 y que fuera inaugurada en
2018”, revela el ingeniero Francisco Ornelas, colaborador de la firma
Loguer.
“¿Cómo explicarle a tu socio extranjero que entendiera
los tiempos políticos de México? Esa fue una de las condiciones y
también fue uno de los retos”, revira el arquitecto López Guerra.
Según
estudios realizados con anterioridad por la SCT y el Gobierno del
Estado de México, la capa dura en la zona del lago de Texcoco está a 52
metros de profundidad, lo que significará dos cosas, según Loguer: que
tomará más tiempo preparar el terreno para la construcción y que será
más caro.
Sólo el presupuesto del proyecto del arquitecto López
Guerra para la construcción de la primera etapa del NAICM, ascendía a
31 mil millones 900 mil pesos.
El proyecto Romero-Foster, tendrá
un costo de 120 mil millones de pesos de aquí a 2018 y otros 27 mil
millones en los siguientes dos años. Es decir, sólo para el año en la
que las autoridades solicitaron la inauguración, se gastarán cuatro
veces más que otros proyectos.
“Nuestra propuesta fue quitarnos
el asunto de los pilotes. En esta zona del lago de Texcoco, 80% del
terreno es agua. Lo que hicimos fue tomar una patente de un ingeniero
mexicano que se utilizó en el aeropuerto de Amsterdam, Holanda. Una
losa que pudiera flotar. “(Nuestro proyecto) No es barato, es
eficiente”, detalla Francisco Ornelas.
El ingeniero de Loguer
asegura que dicha técnica les iba a ahorrar tiempo, pues pilotear el
terreno podría llevarles un par de años a Romero-Foster.
“Nosotros el día tres, una vez despalmado el terreno, íbamos a empezar a hacer losas de cimentación”, aseguró.
El
área fuerte de la propuesta de Loguer fue resolver el problema del
suelo fangoso, para lo que se aliaron con la firma del alemán Helmunt
Jahn, especialistas en edificaciones ligeras para la terminal aérea, y
también con el ingeniero Pablo Cortina, un experto en cimentaciones y
estructuras post tensadas.
“Con él encontramos una manera de
hacer unas losas que tienen un procedimiento que se llama post tensado,
que son capaces de tomar una carga encima y casi casi flotan. Tienen
una capacidad de sustentación en el terreno malo”, explica.
La técnica, utilizada en el aeropuerto Schiphol en Amsterdam ahorraría tiempo y dinero, de acuerdo con López Guerra.
El
proyecto de Loguer, así como los otros siete participantes debían
apegarse a las condiciones de SCT: tres pistas en la primera etapa y
movilizar a más de 30 millones de pasajeros.
En el diseño del edificio, Loguer apostó por algo sobrio, sencillo y funcional.
“Una
forma de Delta, tocando el piso muchas veces pero muy, muy ligera”,
recuerda el ganador del Premio Nacional de Arquitectura “Luis Barragán”
y agrega: “Era atractivo porque por adentro tenía elementos que
recuperaban arraigo y cultura, realmente era una puerta al país, pero
también una puerta a nuestra cultura”.
En este sentido, el
titular de Loguer afirma que uno de los aspectos que más preocupa del
proyecto ganador de Norman Foster es el de la identidad.
“Definitivamente
Foster es un arquitecto que tiene una experiencia tremenda en hacer
proyectos, pero yo tengo miedo de que sea un proyecto un poco fuera de
lugar y muy caro. Siento como que puede ser un aeropuerto que se
parezca mucho a los que ha hecho antes”, dijo.
—¿Por qué cree que Romero y Foster ganaron?
—Pues
yo lo que veo es que (Norman Foster) es un arquitecto que tiene mucha
experiencia, porque todos los aeropuertos que ha hecho son
espectacularmente bonitos.
—¿Cree que tuvo que ver un asunto político o de popularidad? ¿Quién podría negarse a un proyecto de Norman Foster?
—Puede
ser. Los políticos tienen la responsabilidad de tomar en cuenta
muchísimos factores y ese (popularidad) es uno. El riesgo es que nos
hagan un aeropuerto impersonal. Es la obra de infraestructura más cara,
la más importante, la más valiosa y se debe volver un motivo de orgullo
emblemático para nuestra cultura, no para Foster.
—¿Qué opina de Fernando Romero?
—Es
el arquitecto más joven (de los ocho se concursaron), a lo mejor el que
no ha tenido más experiencia al respecto, pero tuvo la habilidad de
asociarse con Foster y con eso tiene toda la experiencia del mundo.
Entonces, es un balance, nada más.
—¿Qué le parece su trabajo?
—Es
un profesionista muy completo, como todos cuando vamos aprendiendo, hay
cosas que te pueden salir bien y cosas que no. El chiste es estarle
luchando y él lo está haciendo.
—¿La experiencia puede ser un factor en contra en el proyecto del NAICM?
—Yo
creo que sí. Lo que uno no tiene de joven es la experiencia, sobre todo
para cuidar la parte emblemática nacional. Yo creo que lo más sabio es
formar un grupo consultor, un grupo asesor alrededor de ellos que nos
cuide como mexicanos, no puede quedar por ningún motivo a la
interpretación de un arquitecto inglés la interpretación de la obra
emblemática más importante de la actualidad en nuestro país.
Hasta
el momento, sólo el despacho de Loguer y Grupo Sordo Madaleno han dado
a conocer sus proyectos. El resto de los arquitectos declinó la
invitación hecha por La Silla Rota para hablar del concurso.
Aquí
la lista de los participantes, comenzando con los arquitectos mexicanos
quienes a su vez, invitaron a algún socio internacional.
Legorreta + Legorreta + Rogers Stirk Harbour + Parthners
Serrano Arquitectos + Zaha Hadid Arquitects
TEN Arquitectos + SOM + SENER
Teodoro González de León + Foster + Partners
Grupo Sordo Madaleno + Pascall + Watson
Bernardo Gómez Pimienta + Gensler
Fernando Romero + Norman Foster + Parthners
Francisco López Guerra + Francisco González-Pulido (JAHN) + Alonso de Garay (ADG)
Entre
los arquitectos que participaron en el concurso para la construcción
del nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México estuvo el consorcio
encabezado por Sordo Madaleno Arquitectos.
Su diseño reflejaba
un futuro sostenible, con una solución arquitectónica innovadora,
sensible a las necesidades de la sociedad actual, con la eficiencia
económica y una clara identidad mexicana, indicó.
La propuesta
de Sordo Madaleno con Pascall + Watson fue por la experiencia del
pasajero, así como por la efectividad comercial como uno de los puntos
de partida para el desarrollo de su diseño.
De acuerdo con la
propuesta de SMA, se trató de un diseño funcional de aeropuerto que
buscaba reducir la inversión de capital, alcanzar la capacidad de flujo
más alta con infraestructura mínima, sin comprometer la flexibilidad de
los espacios.
SOBRE EL CONSORCIO
Sordo Madaleno Arquitectos fue fundada en el año 1937.
Pascall + Watson, una de las firmas de alto nivel en el mundo sobre temas aeronáuticos.
EC Harris, especialistas en temas financieros en el ámbito de la aviación.
Aertec, con 17 años de experiencia, ha participado en más de 70 aeropuertos en todo el mundo.
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