1.
Evaluaciones internacionales del sistema educativo nacional revelan
–según publica hoy La Jornada- que México se mantiene como uno de los
países con las más altas tasas de población: a) que no estudia ni
trabaja ( “ninis”), b) con muy bajos niveles de egreso en bachillerato
y educación superior, c) de escasa inserción laboral de quienes cuentan
con estudios universitarios, d) de 2010 a 2013 nuestra nación no ha
superado los últimos lugares en porcentaje de habitantes que no logra
tener acceso a la educación y concluir sus estudios.
2. México
ocupa la tercera posición, sólo detrás de Turquía e Israel, entre los
Estados con la mayor proporción de jóvenes sin estudiar ni trabajar; la
cifra alcanzó los 7 millones 337 mil 520 el año pasado, además de que
ocupamos el primer lugar de las naciones que integran la OCDE en el
número de desertores escolares de 15 a 18 años. Aunque estos informes
negativos lleven varios años, es importante decir que este no es un
informe viejo, sino el que se presentará por la OCDE la próxima semana.
3. Para evitar que México siga derrumbándose en educación –que
es culpa de la explotación, el desempleo y miseria que sufren los
padres- es por lo que luchan desde hace más de 34 años en las calles
los maestros de la Coordinadora (CNTE) ¿Qué hace el gobierno y los
líderes venales del Sindicato (SNTE) para solucionar la situación? El
gobierno se hace tonto y los dirigentes del Sindicato –encabezados por
el Charro Díaz (hijo del creador del “charrismo” en 1948) - seguir
sumisamente al gobierno.
4. ¿Y los medios de información qué
dicen? Como siempre: no paran de mal informar, de desorientar acerca de
la situación educativa y de culpar a los maestros de la CNTE –por
protestar, hacer paros y exigir sus derechos por la mala educación en
el país. Los maestros de la CNTE –estrechamente asociados con los
alumnos y padres de familia- han realizado muchos estudios y hecho
propuestas para que los niveles educativos se eleven mediante su
participación, pero eso al gobierno le disgusta.
5. Debe
recordarse que el problema de la educación en México y en el mundo no
es primariamente un asunto de técnica de enseñanza, de pedagogía, de
computadoras, enciclomedias, disciplina o de hacer que los profesores
sean puntuales. Esas son boberías con las que nos quieren engañar. El
problema de la educación ha sido siempre de política educativa, es
decir, hacia dónde se dirige el proceso educativo y para conseguir qué;
qué tipo de profesionistas o de técnicos queremos formar y para qué;
cómo está la situación de la alimentación de los niños.
6.
Además debe conocerse cuánto interés y qué presupuesto dedica el Estado
a la educación en función y cómo debemos preparar o capacitar a los
profesores para que se orienten hacia lo que se necesita. Para trazar
la política educativa se tiene que tomar en cuenta el rumbo económico,
político, cultural del país y muchos problemas aún no resueltos: ¿Cómo
educar a los hijos de padres desempleados y explotados que no les
alcanzan sus ingresos para alimentarlos ni para darles una vida sana?
Son datos que se publicarán el martes próximo por la OCDE.
7.
Si antes de los años cincuenta del pasado siglo la educación se centró
en el campo y su orientación fue para la vida rural, a partir de esa
década la política educativa se dirigió a la vida urbana (abandonando
el campo) para hacer crecer las ciudades y la industria. Aún siguió
controlada la educación por el Estado que apoyaba la educación pública;
pero a partir de 1982 la orientación educativa cambió radicalmente en
beneficio de la educación privada y de los poderosos empresarios.
8. Hoy, para los amos del capital, la educación debe estar al servicio
de la producción, debe servir para crear riquezas para los capitalistas
dueños de México. Todas aquellas profesiones, escuelas y asignaturas
que ayudaban a humanizar, a entender los problemas sociales, a pensar
en la solidaridad y a hacer a un lado los intereses privados, ya no
cuentan en el sistema educativo. La educación es un negocio capitalista
y forma a las personas para enfrentarse unas a otras en la competencia
desigual.
9. Ante esa política empresarial impuesta en
educación desde hace muchas décadas, los profesores sólo han sido
obligadas “correas de transmisión” de los proyectos educativos de la
clase dominante. Si buscáramos culpables, los profesores sólo serían
irresponsables por acomodarse por miedo y falta de conciencia a las
órdenes de la autoridad y por no luchar para que el pueblo tenga una
mejor educación. Aunque también –de manera oportunista- por
aprovecharse de la corrupción institucionalizada arriba para ser parte
del “río revuelto”.
10. Pero los profesores saben que si les
pagan poco (comparando sus salarios con los de otros profesores, de
políticos y funcionarios) pues deben trabajar poco; y si observan
corrupción en todos los niveles de gobierno, de la dirigencia sindical
y de la SEP, entonces ellos tienen que ser corruptos. Aunque debe
reconocerse que no todos los profesores son corruptos, que está viva la
CNTE que se manifiesta para que haya un buen porcentaje de maestros que
lucha en las escuelas y en las calles para cambiar de raíz el sistema
educativo.
11. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE) cuenta con más de millón y medio de afiliados, pero
desde que surgió en 1943 ha servido a los intereses del gobierno y del
PRI. Estaría de más decir que negocia todo con el gobierno en turno
porque ha sido siempre una organización corporativa controlada por un
millar de dirigentes vendidos al gobierno y al capital (dirigentes
charros) En su interior surgió una oposición fuerte de izquierda en
1979 que agrupa a más de la quinta parte de los asociados, pero parece
estar estancada a pesar de sus masivas y heroicas batallas.
12. A
partir de 1982, con la implantación del neoliberalismo y la
profundización de la privatización educativa los dirigentes charros se
montaron en la ola y fortalecieron al caciquismo sindical que desde
1989 manipula a los profesores del SNTE. Este sindicato negocia todo
con la SEP y ambos organismos han destruido parte de la educación. ¿De
qué han servido los cacicazgos sindicales de Robles Domínguez, Jongitud
Barrios, Esther Gordillo y el ahora sumiso Charro Díaz, sino para que
el PRI-gobierno siga imponiendo sus políticas?
13. La
educación en México (de acuerdo a informes internacionales) no solo
ocupa los últimos lugares en lectura, escritura, matemáticas y
ciencias, también (y es lo más importante) se ubica en los últimos
escalones en el porcentaje de inversión que se destina al presupuesto
educativo, en producción de profesionistas y de investigadores.
Bastaría con mirar algunos números en inversión en educación general,
inversión universitaria e investigación para ver que nuestro cuatro o
cuatro y medio por ciento en educación apenas es la mitad o la tercera
parte de lo que invierten otros países.
14. No debería
darnos vergüenza decir que estudiamos en México. No somos los culpables
de la mala educación. ¡Qué bueno que ahora recibamos los informes
internacionales, aunque también una intervención imperialista puede
arreglarlo a sus necesidades! Pero no hay duda (por ahora) de que vamos
mal porque es evidente. Es preferible mantenerse como autodidacta
durante toda la vida, aprovechar la preparación por 50 o más años de
lecturas y práctica social, como lo muchos escritores. Parece que la
educación mexicana sólo ha servido para conseguir títulos, trabajo y
muy buenos ingresos para una minoría.
15. Pero al parecer
en educación todo se ha dicho hasta la saciedad. Se han hecho mil y una
propuestas en grandes reuniones y consultas de campaña. El problema
fundamental es cómo organizarnos los profesores independientes para
derrotar a la dirigencia sindical espuria en la lucha de masas. Porque
no se trata simplemente de quitar a unos dirigentes para poner a otros,
aunque fueran de diferente color o signo; lo importante es que la
mayoría de los profesores del país acaben con su dirigencia charra al
mismo tiempo en que intervienen en el cambio estructural de las
políticas educativas.
16. Esa transformación, aunque suene
a maximalista y utópica (hacer posible lo imposible), es la única que
puede hacer que la educación cambie en serio. Lo demás, mientras el
priísmo, el panismo o el perredismo gobiernen y no se cambien leyes
constitucionales, será puro engaño. “Cambiar todo” en apariencia para
que todo siga igual. Por ello nuestras luchas deben ser desde la raíz.
Si no fuera así, tendríamos que esperar otros cien años de miseria,
explotación y opresión.
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Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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