Derechos sexuales y reproductivos, la actual temática de la tercera edición de la muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género (MICGénero 2014)
que tendrá como sedes el Distrito Federal, Morelos, Yucatán, Chiapas y
Oaxaca de septiembre a noviembre, no podía ser más oportuna y necesaria
a escasos días de que se celebre el Día Nacional de la prevención del
embarazo no planificado en la adolescencia (26 septiembre) y el Día por
la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe (27
septiembre) así como el hecho de que desde diferentes frentes de
comunicación el tema del aborto se ha vuelto a poner a discusión en el
espacio de lo público como derecho fundamental de las mujeres.
La reciente publicación en EL UNIVERSAL
del número de mujeres que de 2007 a 2014 se han practicado la
Interrupción Legal del Embarazo (ILE) de acuerdo a datos de la
Secretaría de Salud, revela que de los 121 mil 934 casos, 4 mil 43 han
sido de mujeres de otros estados de la república que se trasladan al DF
para realizarse la ILE. Pese a que desde abril de 2007 la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal (ALDF) despenalizó el aborto en las
doce primeras semanas de gestación, otras entidades han cerrado las
puertas a ampliar las causales de aborto y han decidido criminalizar a
aquellas mujeres que se practiquen un aborto inducido e incluso a
aquellas que hayan tenido un aborto espontáneo, lo que vulnera sus
derechos.
Justo ese ha sido el caso de Susana Dueñas, Yolanda Martínez,
Ana Rosa Padrón, Ofelia Segura, Virginia Cruz y Adriana Manzanares
quienes en el documental "Las Libres... La historia después de..." del
cineasta Gustavo Montaña cuentan su historia de encarcelamiento,
proceso penal y libertad tras ser sentenciadas a 25 y hasta 30 años de
prisión por supuesto homicidio en razón de parentesco, en un principio
detenidas por aborto por parte del gobierno de Guanajuato.
Gracias al apoyo y arduo trabajo de Centro Las Libres y
abogados del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) las
mujeres recobraron su libertad después de dos años de lucha. Partiendo
de investigaciones de Las Libres, se ha descubierto que en el país más
de 700 mujeres son criminalizadas por aborto. En 2010 se registraban 39
mujeres con un proceso judicial abierto por abortar en Puebla, más dos
en Michoacán y una más en Querétaro; hasta el 2013, otras
organizaciones civiles trabajaban 25 casos más en Aguascalientes,
Querétaro, Baja California, Oaxaca, Veracruz y Yucatán.
Así que aunque se despenalizó el aborto en el DF, muchos estados
con gobiernos conservadores han reaccionado satanizando el aborto y
protegiendo la vida desde el momento de la concepción, lo cual
disminuye las probabilidades de que las mujeres tengan acceso a un
aborto seguro en sus propias entidades. Esto ha generado que surjan
organizaciones civiles como Fondo María que apoya económicamente a
mujeres que desean interrumpir voluntariamente su embarazo a
trasladarse al DF.
Pero ¿qué sucede si no se puede trasladar al centro
hospitalario del DF? ¿Qué otras opciones existen en un contexto
nacional restrictivo frente al aborto voluntario? ¿A quién recurrir
cuando el estigma asociado con la práctica del aborto se encuentra tan
extendido?
Es aquí cuando es fundamental y valiosa la tarea de muchas
valientes y comprometidas mujeres ya sea que se asuman como feministas
o no, pero que en sí su práctica de apoyo a otras mujeres ante su deseo
de interrumpir voluntariamente su embarazo por diversas razones muestra
una política profundamente feminista, la de difundir el conocimiento
sobre métodos como el aborto médico en el que no interviene algún
procedimiento quirúrgico y es el acompañamiento una herramienta
fundamental para que las mujeres se sienten apoyadas.
Grupos como Las Libres realizan labores de acompañamiento a
mujeres que deciden realizarse un aborto con medicamentos y que muchas
veces por la lejanía no cuentan con las posibilidades de trasladarse a
un centro de salud del DF donde dependerían del personal de salud.
En el caso del aborto inducido con medicamentos como el
Misoprostol existe una participación activa de la mujer alejada del
médico y con plena autonomía. Muchas organizaciones feministas en
Latinoamérica han compartido información sobre la manera de utilizar el
medicamento junto con el acompañamiento. En el caso de México grupo de
feministas valientes y comprometidas, a favor de la interrupción legal
del embarazo como derecho reproductivo de las mujeres comparten
información del uso de los medicamentos junto con apoyo ante posibles
dudas, en la página necesitoabortar.tk con
información de la Organización Mundial de la Salud, Lesbianas y
feministas por la des-criminación del aborto en Argentina, Línea de
Aborto libre en Chile y Las Libres.
Esta labor feminista de socializar el conocimiento en un tópico
tan importante para la salud de las mujeres como es la del aborto
voluntario es fundamental en donde las mujeres deciden y son partícipes
directas de todo el proceso al utilizar la ciencia y la tecnología que
las ha oprimido y pretendido regular de acuerdo a dictámenes del poder
del Estado, de la Iglesia, de la familia, principalmente, para su
propio bienestar de manera autónoma en un acompañamiento entre mujeres
solidarias.
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