Leyda Machado
La Habana, 24 mar. 17. AmecoPress.-
Por primera vez en Cuba 36 escritoras hablan del maltrato hacia la
mujer. Laidi Fernández de Juan las ha reunido en un libro de cuentos con
nombre de bolero: Sombras nada más, publicado por Ediciones Unión, son
los relatos de autoras de diversas generaciones unidas en el afán de
denunciar la violencia.
“Todas
las mujeres hemos sido víctimas de eso, aún sin saberlo. El silencio y
la indiferencia son también formas importantes de violencia. En Cuba
sucede un fenómeno extremadamente peligroso y es que el código penal no
contempla la violencia hacia la mujer”, contó Laidi este miércoles en la
segunda presentación del título, realizada en la Asociación Cubana de
Naciones Unidas.
¿Cuán dolorosas son las historias que se narran
en el libro? ¿Por qué no se habla de eso? ¿Cómo identificar a un
maltratador y qué puede hacer en Cuba una mujer maltratada?
Interrogantes como estas salen a relucir a propósito de una
investigación de este tipo.
“El tema de la violencia de género,
de la violencia contra las niñas y las mujeres es muy complejo y Cuba no
está exenta de ese flagelo. Nuestro objetivo fue sobre todo visibilizar
el problema, porque creemos que ocultándolo, diciendo que no existe, le
conferimos impunidad a los abusadores, quienes no distinguen credo,
nivel intelectual, nada de eso. Conocemos extraordinarios científicos
que son grandes abusadores. Lo mismo sucede en el área de la literatura,
de la ingeniería. Es un mal que nos acecha a todos”, dijo Laidi.
A
pesar de la actual campaña “Eres más”, lanzada en 2014 por el Centro
Oscar Arnulfo Romero, la violencia hacia la mujer no ha sido
visibilizada en Cuba como merece, ni ha cobrado la fuerza de movimientos
similares como “Ni una menos”, surgido en Argentina.
“Cuba
intenta decir que eso no ocurre. Yo creo que sí existe y hay que darle
voz a esas mujeres, decirle: eres una víctima y tienes todo el derecho a
denunciarlo. Pero no tenemos ninguna herramienta para eso. Desde el
punto de vista legal no hay vehículos que faciliten la denuncia. La ley
nos ayudaría, porque al menos podríamos denunciar al fulano que está
maltratando y eso ya sería un castigo”.
“Es fácil notar que hay
una intención, incluso desde las altas esferas políticas de llamar la
atención sobre la pérdida de los valores sociales. Sin embargo, el hecho
de que el acto violento hacia la mujer no haya sido ni siquiera
reconocido, nos impele a este tipo de trabajos, aunque sabemos que no es
nada comparado con lo que todavía falta por hacer. Esto es un intento
de acercamiento. Es simplemente decir, miren, Cuba está batallando
contra esto”, agrega la compiladora.
Afortunadamente
el fenómeno de la violencia física apenas afecta a las generaciones más
actuales. “Entre las parejas más jóvenes, que han sido criadas en el
sistema de becas, con otro tipo de cultura relativa a los cuerpos, dice
Laidi. No es tan frecuente como en otras mayores. Las mujeres jóvenes
conocen sus derechos y exigen con mucho más poder”.
Sombras nada
más es también un libro de mujeres, “aunque aspiro a que no sea solo
para mujeres. Espero que sea leído por maltratadores y maltratadas, por
madres de niños y niñas que debemos formar en una cultura del respeto
hacia la mujer”, agrega la ensayista, quien asumió la compilación de
esta antología, una idea original de la escritora Marilyn Bobes. A su
vez tiene la edición de Amanda Fleites, ilustración de cubierta de
Cirenaica Moreira, prólogo de la ensayista Zaida Capote y nota de
contracubierta de Helen Hernández Hormilla.
“Aparecen aquí
escritoras que viven en Cuba, otras que residen fuera, de distintas
edades, colores de la piel y orientación sexual. En fin, tratamos de ser
lo más inclusivos posibles. Es la primera vez en Cuba que se hace un
trabajo de este tipo. Y es muy posible que tengamos una segunda
temporada. Aún no hemos terminado”, dice.
Autoras hablan
Lourdes de Armas, cuya narración “Mujer sentada en el parque” inicia el libro, dice:
“Sin
legislación no es posible nada. Y no se trata solo de incluir dentro de
la ley la protección a la mujer sino en el procedimiento, porque puede
ser que esté legislado pero el procedimiento sea tan engorroso que la
mujer se agote. Para que tenga más fuerza tenemos que incorporar a la
legislación. A una persona por tocar una vaca le puede costar de 8 a 15
años de prisión, mientras que por abuso lascivo a una mujer son solo 250
pesos de multa. La diferencia en vez de abismal, es animal”.
La holguinera Lourdes González Herrero comentó:
“A
mí me interesa mucho la violencia como tema porque es algo que está en
todas partes. Creo que es muy complicado porque la violencia física
masculina se basa en que hay dos poderes físicos diferentes, tú me estás
danto pero yo no te puedo dar de la misma manera, entonces la respuesta
femenina se vuelve muy compleja.
“Luego, uno puede divorciarse de
un hombre pero no de un padre, un hijo o un hermano, que a veces son
los maltratadores. Estamos hablando entonces de muchísimas cosas. Si
todas seguimos pensando en la violencia creo que lograremos algo”.
Fotos: Archivo AmecoPress y Facebook. Laidi Fernández de Juan.
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Internacional – Libros – Violencia de género. 27 mar. 17. AmecoPress.
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